Mariposas de la fortuna [Evento social]
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
El miembro 'Golosina' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
Sus ojos se posaron, una vez más, en el tipo que anteriormente había visto robar una de esas mariposas. No solo eso, sus ojos volvieron a cruzarse y esta vez Sango salió a por él. Al principio el tipo no comprendió qué pasaba, por qué el pelirrojo avanzaba con decisión hacia él y esos segundos le costaron su libertad.
Ben le sujetó del cuello y le atrajo contra él. El hombre forcejeó durante un breve instante pero cedió enseguida al ver que era improbable zafarse del brazo del humano. Sango se lo llevó a la misma mesa en la que estaba sentado junto con Mina y sentó al hombre en la silla que ocupó Kira, que marchó a seguir cumpliendo su cometido.
- Tú, compañero- dijo Sango mientras se sentaba- ¿qué estás haciendo?
- Pasear- contestó el hombre.
Debía doblarle la edad, las canas adornaban un cabello negro que estaba recogido en una coleta trenzada que le colgaba a un lado. Sango sonrió ante la respuesta. Levantó la mano e hizo un gesto que captó la atención del hombre que frunció el ceño y le miró desconcertado.
- Buena respuesta. Yo no paseo. Yo bebo, y los que se sientan conmigo, beben.
Se inclinó hacia delante y le ofreció el contenido de su jarra. Sango observó como sus facciones dibujaban distintos estados emocionales: desconcierto, desconfianza, resignación, sorpresa y placer. Después de beber el hombre posó la jarra.
- Y los que beben conmigo,- dijo como terminando la frase anterior- no mienten- volvió a echarse hacia atrás.- Reformularé la pregunta, ¿por qué metes mariposas en ese saco?
- Para salvarlas, naturalmente- respondió al instante alzando las cejas.
- ¿Cómo? ¿Salvarlas? ¿De qué?
La respuesta había tomado por sorpresa a Sango que pensaba que había cazado a un ladrón de mariposas. Ahora que lo pensaba, aquello no tenía mucho sentido, ¿quién en su sano juicio se iba a dedicar a cazar mariposas? Más aún, ¿por qué hacerlo a la vista de todo el mundo cuando las mariposas eran el tema central de la festividad?
- De nosotros mismos- respondió cuando Sango puso, nuevamente, su atención en él.- Verá,- sintió la necesidad de explicarse- antes, todo esto, era campo y yo solía venir por aquí en compañía de un buen amigo mío, Julius. Nos gustaba este lugar, estaba lleno de vida entre las muchas formas que habitaban esta zona están las mariposas mucho antes de todos estos eventos y fiestas- hizo una pausa para tomar aire.- Dicen que estos seres traen la buena suerte, pero otros dicen que atraen la mala suerte- sonrió pero en su mirada había tristeza.- Dos fuerzas opuestas pelean por saber qué significa este animal de aquí- sacó una mariposa del saco y esta quedó posada en su mano mientras el hombre la observaba.- ¿Cómo este ser, tan noble, tan bello, sea capaz de generar opiniones completamente opuestas? ¿Cómo es posible que, además, las dos corrientes sean capaces de usar este animal para reafirmar su posición? ¿Acaso se puede atraer o rechazar la fortuna? - Sus ojos pasaron de la mariposa a Sango.- Nos engañamos a nosotros mismos creyendo que la fortuna se puede atraer con perfumes. También lo hacemos al creer que si eliminamos la fuente de lo que creemos da mala suerte, la situación se podrá revertir. Patético. La fortuna es algo que se escapa al control de los simples mortales.
Ben parpadeó un par de veces y pese al discurso su primer pensamiento fue que no se enteró de que les habían servido una ronda más. Una ronda que él mismo había encargado. Alargó el brazo para coger una jarra pero la mariposa que tenía el otro tipo en la mano se posó sobre su zurda. Sango se la quedó mirando un buen rato, estudiando como era y por qué había decidido posarse en él.
- ¿Y si es voluntad de la propia mariposa posarse en uno?
- Je, ¿voluntad propia? ¿Acaso nuestros actos nacen de nosotros mismos? ¿No están nuestras vidas definidas? ¿No crees, Ben Nelad, que los hilos del tapiz ya han sido bordados?
Entonces, a su alrededor las voces de la fiesta volvieron a sonar con fuerza. Levantó la cabeza y el tipo no estaba, Miró a su alrededor pero lo único que vio fue gente pasándolo bien, disfrutando de la compañía del resto, olvidando, por un tiempo, sus quehaceres diarios. Sacudió la cabeza y parpadeó varias veces.
- ¿Dónde está...?- preguntó a nadie en concreto. Sus ojos estaban fijos en la silla vacía que tenía en frente.
Su mirada volvió a la mariposa que seguía posada en su mano. Sin saber muy bien por qué levantó la mano y le habló a la mariposa.
- Vuela libre, no te dejes engañar, tampoco atrapar.
La mariposa se tomó un tiempo pero finalmente batió las alas y abandonó a Sango que miró con un sonrisa el aleteo de la mariposa.
Y aprovecho para tirar el dado del cumpleaños.
Ben le sujetó del cuello y le atrajo contra él. El hombre forcejeó durante un breve instante pero cedió enseguida al ver que era improbable zafarse del brazo del humano. Sango se lo llevó a la misma mesa en la que estaba sentado junto con Mina y sentó al hombre en la silla que ocupó Kira, que marchó a seguir cumpliendo su cometido.
- Tú, compañero- dijo Sango mientras se sentaba- ¿qué estás haciendo?
- Pasear- contestó el hombre.
Debía doblarle la edad, las canas adornaban un cabello negro que estaba recogido en una coleta trenzada que le colgaba a un lado. Sango sonrió ante la respuesta. Levantó la mano e hizo un gesto que captó la atención del hombre que frunció el ceño y le miró desconcertado.
- Buena respuesta. Yo no paseo. Yo bebo, y los que se sientan conmigo, beben.
Se inclinó hacia delante y le ofreció el contenido de su jarra. Sango observó como sus facciones dibujaban distintos estados emocionales: desconcierto, desconfianza, resignación, sorpresa y placer. Después de beber el hombre posó la jarra.
- Y los que beben conmigo,- dijo como terminando la frase anterior- no mienten- volvió a echarse hacia atrás.- Reformularé la pregunta, ¿por qué metes mariposas en ese saco?
- Para salvarlas, naturalmente- respondió al instante alzando las cejas.
- ¿Cómo? ¿Salvarlas? ¿De qué?
La respuesta había tomado por sorpresa a Sango que pensaba que había cazado a un ladrón de mariposas. Ahora que lo pensaba, aquello no tenía mucho sentido, ¿quién en su sano juicio se iba a dedicar a cazar mariposas? Más aún, ¿por qué hacerlo a la vista de todo el mundo cuando las mariposas eran el tema central de la festividad?
- De nosotros mismos- respondió cuando Sango puso, nuevamente, su atención en él.- Verá,- sintió la necesidad de explicarse- antes, todo esto, era campo y yo solía venir por aquí en compañía de un buen amigo mío, Julius. Nos gustaba este lugar, estaba lleno de vida entre las muchas formas que habitaban esta zona están las mariposas mucho antes de todos estos eventos y fiestas- hizo una pausa para tomar aire.- Dicen que estos seres traen la buena suerte, pero otros dicen que atraen la mala suerte- sonrió pero en su mirada había tristeza.- Dos fuerzas opuestas pelean por saber qué significa este animal de aquí- sacó una mariposa del saco y esta quedó posada en su mano mientras el hombre la observaba.- ¿Cómo este ser, tan noble, tan bello, sea capaz de generar opiniones completamente opuestas? ¿Cómo es posible que, además, las dos corrientes sean capaces de usar este animal para reafirmar su posición? ¿Acaso se puede atraer o rechazar la fortuna? - Sus ojos pasaron de la mariposa a Sango.- Nos engañamos a nosotros mismos creyendo que la fortuna se puede atraer con perfumes. También lo hacemos al creer que si eliminamos la fuente de lo que creemos da mala suerte, la situación se podrá revertir. Patético. La fortuna es algo que se escapa al control de los simples mortales.
Ben parpadeó un par de veces y pese al discurso su primer pensamiento fue que no se enteró de que les habían servido una ronda más. Una ronda que él mismo había encargado. Alargó el brazo para coger una jarra pero la mariposa que tenía el otro tipo en la mano se posó sobre su zurda. Sango se la quedó mirando un buen rato, estudiando como era y por qué había decidido posarse en él.
- ¿Y si es voluntad de la propia mariposa posarse en uno?
- Je, ¿voluntad propia? ¿Acaso nuestros actos nacen de nosotros mismos? ¿No están nuestras vidas definidas? ¿No crees, Ben Nelad, que los hilos del tapiz ya han sido bordados?
Entonces, a su alrededor las voces de la fiesta volvieron a sonar con fuerza. Levantó la cabeza y el tipo no estaba, Miró a su alrededor pero lo único que vio fue gente pasándolo bien, disfrutando de la compañía del resto, olvidando, por un tiempo, sus quehaceres diarios. Sacudió la cabeza y parpadeó varias veces.
- ¿Dónde está...?- preguntó a nadie en concreto. Sus ojos estaban fijos en la silla vacía que tenía en frente.
Su mirada volvió a la mariposa que seguía posada en su mano. Sin saber muy bien por qué levantó la mano y le habló a la mariposa.
- Vuela libre, no te dejes engañar, tampoco atrapar.
La mariposa se tomó un tiempo pero finalmente batió las alas y abandonó a Sango que miró con un sonrisa el aleteo de la mariposa.
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Ya que mi tirada anterior fue un error y no quiero estar a mal con los Dioses, no quiero que la mariposa que se posó en mi lo haga por un error. Tampoco quiero que se interprete como un robo. Por tanto, por imposición mía propia, en este post "libero" la mariposa que se posó de manera voluntaria, o no, en mi mano.Y aprovecho para tirar el dado del cumpleaños.
Sango
Héroe de Aerandir
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
Aquellas tierras estaban de celebración. Una guerra terminaba, y un gran festival destacaba aquel hito ya de por sí destacable.
Sein acudió arrastrado por la corriente de habladurías que esos días inundaban Aerandir. Cuando llegó a Dundarak, alucinó con la cantidad de personas que se habían reunido allí, y no solo eso: bellas melodías adornaban el ambiente, espectáculos mágicos se pintaban por cada rincón, y criaturas de todo tipo disfrutaban del evento y de las actividades allí realizadas.
El chamán nunca había estado en un lugar con más de 250 personas, y se hallaba maravillado. Un torrente de felicidad recorría sus entrañas al observar tal ambiente.
Cuando vio aquel suculento puesto de dulces, se acercó curioso para preguntar sobre esos extraños alimentos.
- Buen día. ¿Qué carne es? ¿Oso? - preguntó señalando a los dorados bollos pintados con yema de huevo que decoraban el puesto.
- No, joven - contestó riendo la amable anciana. - Son bollos de pan brioche rellenos de nata. Un dulce que vendo en mi panadería. ¿Quieres probar?
Sein nunca había oído hablar de los dulces en general, ni de lo que era una panadería. Solo se decidió a probarlos porque varias personas estaban haciéndose con varios mientras él hablaba con la anciana, y los probaban con expresión de disfrute en sus rostros.
- Entonces... ¿no es carne? ¿Aquí no comen animal? - preguntó mientras agarraba un bollo y lo miraba con curiosidad.
- Claro que comemos animales, hombre, tú no eres de por aquí cerca, ¿verdad?
- Soy de montañas de oeste. Chamán de... pequeña tribu - Decidió matizar con la palabra "pequeña" viendo que existían núcleos de población gigantescos que, haciendo un símil, hacían parecer a su clan un pétalo dentro de un campo de girasoles.
- Oh, pues no puedes volver con tu tribu sin probar estos bollos. Dale un bocado, verás qué maravilla - La simpática anciana le hablaba mientras saboreaba el dulce. - Mira, toma estas pastas para cuando vuelvas con tu gente. Son dulces también, como el bollo. Así conocen la gastronomía de otras tierras, como tú. Diles que son de parte de Brelyna, una panadera de Dundarak.
Sein no entendía algunas de las palabras de Brelyna, y el sabor de aquel dulce acaparaba todos sus sentidos. Primero le resultó extraño, pero bocado a bocado comenzó a disfrutar como loco aquel manjar. Al final, acabó comiéndose cuatro unidades, y agradeció la generosidad de aquella mujer con un fuerte abrazo.
- Gracias, Brelyna. Muy agradecido. Prometo vendré más para comer rica comida. Hablaré de ti a hermanos. Buen día.
Con un saco lleno de pastas a sus espaldas y la felicidad de un niño, comenzó a adentrarse más en la multitud, buscando conocer más sobre todo aquello que había allí montado.
Sein acudió arrastrado por la corriente de habladurías que esos días inundaban Aerandir. Cuando llegó a Dundarak, alucinó con la cantidad de personas que se habían reunido allí, y no solo eso: bellas melodías adornaban el ambiente, espectáculos mágicos se pintaban por cada rincón, y criaturas de todo tipo disfrutaban del evento y de las actividades allí realizadas.
El chamán nunca había estado en un lugar con más de 250 personas, y se hallaba maravillado. Un torrente de felicidad recorría sus entrañas al observar tal ambiente.
Cuando vio aquel suculento puesto de dulces, se acercó curioso para preguntar sobre esos extraños alimentos.
- Buen día. ¿Qué carne es? ¿Oso? - preguntó señalando a los dorados bollos pintados con yema de huevo que decoraban el puesto.
- No, joven - contestó riendo la amable anciana. - Son bollos de pan brioche rellenos de nata. Un dulce que vendo en mi panadería. ¿Quieres probar?
Sein nunca había oído hablar de los dulces en general, ni de lo que era una panadería. Solo se decidió a probarlos porque varias personas estaban haciéndose con varios mientras él hablaba con la anciana, y los probaban con expresión de disfrute en sus rostros.
- Entonces... ¿no es carne? ¿Aquí no comen animal? - preguntó mientras agarraba un bollo y lo miraba con curiosidad.
- Claro que comemos animales, hombre, tú no eres de por aquí cerca, ¿verdad?
- Soy de montañas de oeste. Chamán de... pequeña tribu - Decidió matizar con la palabra "pequeña" viendo que existían núcleos de población gigantescos que, haciendo un símil, hacían parecer a su clan un pétalo dentro de un campo de girasoles.
- Oh, pues no puedes volver con tu tribu sin probar estos bollos. Dale un bocado, verás qué maravilla - La simpática anciana le hablaba mientras saboreaba el dulce. - Mira, toma estas pastas para cuando vuelvas con tu gente. Son dulces también, como el bollo. Así conocen la gastronomía de otras tierras, como tú. Diles que son de parte de Brelyna, una panadera de Dundarak.
Sein no entendía algunas de las palabras de Brelyna, y el sabor de aquel dulce acaparaba todos sus sentidos. Primero le resultó extraño, pero bocado a bocado comenzó a disfrutar como loco aquel manjar. Al final, acabó comiéndose cuatro unidades, y agradeció la generosidad de aquella mujer con un fuerte abrazo.
- Gracias, Brelyna. Muy agradecido. Prometo vendré más para comer rica comida. Hablaré de ti a hermanos. Buen día.
Con un saco lleno de pastas a sus espaldas y la felicidad de un niño, comenzó a adentrarse más en la multitud, buscando conocer más sobre todo aquello que había allí montado.
Sein Isånd
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
El mago llamado Eberus accedió a cumplir con el plan. Hizo alarde de su habilidad como ilusionista mientras yo dibujaba con algunos carbones que conseguimos, todo pintaba bien y mi dibujo sería suficiente para darle una idea a mi compañero de un rostro para engañar a los comerciantes e incluso guardias.
Eberus propuso conseguir un niño para ser nuestro chivo expiatorio, y si bien sonaba un poco retorcido utilizar a un infante para nuestro plan tenía sentido, ya que su inocencia y tamaño facilitaría el resto de los pasos en nuestra estrategia. No obstante, el dibujo que había realizado ya era de alguien mayor y eso podría traer inconvenientes.
Mientras el mago se distraía tratando de capturar algunas mariposas, me deslicé por las sombras de un callejón para conseguir a un sujeto que se había apartado para orinar en el muro. Esperé a que terminara y apenas se volteó un golpe certero en el cuello dejó al hombre inconsciente. No era un niño y tampoco un hombre, quizás tendría unos 16 años, pero igual servía como nuestro ladrón. Aspecto que reforzaba por sus ropajes sucios. Cuando regresé el mago estaba sorprendido de mi rapidez para conseguir al sujeto.
Aquí tienes, haz tu magia y procura que te quede como el cartel.
Preparar la ilusión tomó unos pocos minutos, era más complejo que solo cambiar el material o color de la mano, debía esforzarse en replicar los rasgos inventados por mí en el dibujo. Cuando acabó me acerqué para ver su trabajo. Mi primera reacción fue de abrir la boca, estupefacto por el resultado.
¿PERO QUÉ MIERDA EBERUS? -dije levantando la voz – ¿Qué es esta aberración que hiciste? Esto no se puede siquiera llamar humano, es como si un elfo le hubiese hecho el amor a una cabra… y ni siquiera lo disfrutaron, fue asqueroso y agresivo. Carajo Eberus…
Continuaba desconcertado por el resultado horrendo de la ilusión, pero no tenía tiempo para quedarme a criticar el humilde esfuerzo de Eberus, realicé los retoques correspondientes en el cartel, que en realidad fueron bastantes, y se lo entregué al mago.
Bueno… agregué una pequeña descripción para ser más sensacionalistas. Ahora tu muestra el cartel en las tiendas, yo esperaré aquí unos 15 minutos, si el idiota se despierta lo vuelvo a noquear, no quiero que nos reconozca y luego nos delate. Recuerda parecer muy triste y angustiado, hay que meterle drama.
A lo lejos vi al mago que causaba revuelo en las tiendas de lociones, incluso algunos guardias se acercaban a ver el cartel. Cuando ya la gente se veía informada de la situación e incluso temerosa de toparse con aquel sujeto, salí con el cuerpo inconsciente de nuestro “ladrón”.
No se preocupen mis estimados, aquí les traigo al ladronzuelo, cuidado que este tipo es muy peligroso.
La gente reaccionó con temor y sorpresa. Empezaron a aplaudir eufóricamente y el guardia agarró al sujeto llevándoselo con él. El guardia que seguramente era un dragón agradeció mi labor como héroe e incluso me invitó a acompañarlo. No obstante, rechacé su oferta aludiendo que no buscaba fama ni aeros solo hacer justicia. Seguirlo podría traer problemas y sospechas.
Eberus continuó con el plan de dar lástima haciendo que el resto de comerciantes viendo la pena del mago y mi “humildad” se ofrecieran a darnos unos frascos de perfume para atraer mariposas. El plan había sido un éxito, no había sospechas y ahora podríamos conseguir mariposas para dárselas al viejo.
Me marché con Eberus para ocultarnos de las miradas curiosas y celebrar nuestra victoria.
______________________________Eberus propuso conseguir un niño para ser nuestro chivo expiatorio, y si bien sonaba un poco retorcido utilizar a un infante para nuestro plan tenía sentido, ya que su inocencia y tamaño facilitaría el resto de los pasos en nuestra estrategia. No obstante, el dibujo que había realizado ya era de alguien mayor y eso podría traer inconvenientes.
Mientras el mago se distraía tratando de capturar algunas mariposas, me deslicé por las sombras de un callejón para conseguir a un sujeto que se había apartado para orinar en el muro. Esperé a que terminara y apenas se volteó un golpe certero en el cuello dejó al hombre inconsciente. No era un niño y tampoco un hombre, quizás tendría unos 16 años, pero igual servía como nuestro ladrón. Aspecto que reforzaba por sus ropajes sucios. Cuando regresé el mago estaba sorprendido de mi rapidez para conseguir al sujeto.
Aquí tienes, haz tu magia y procura que te quede como el cartel.
Preparar la ilusión tomó unos pocos minutos, era más complejo que solo cambiar el material o color de la mano, debía esforzarse en replicar los rasgos inventados por mí en el dibujo. Cuando acabó me acerqué para ver su trabajo. Mi primera reacción fue de abrir la boca, estupefacto por el resultado.
¿PERO QUÉ MIERDA EBERUS? -dije levantando la voz – ¿Qué es esta aberración que hiciste? Esto no se puede siquiera llamar humano, es como si un elfo le hubiese hecho el amor a una cabra… y ni siquiera lo disfrutaron, fue asqueroso y agresivo. Carajo Eberus…
Continuaba desconcertado por el resultado horrendo de la ilusión, pero no tenía tiempo para quedarme a criticar el humilde esfuerzo de Eberus, realicé los retoques correspondientes en el cartel, que en realidad fueron bastantes, y se lo entregué al mago.
- El cartel de SE BUSCA:
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Bueno… agregué una pequeña descripción para ser más sensacionalistas. Ahora tu muestra el cartel en las tiendas, yo esperaré aquí unos 15 minutos, si el idiota se despierta lo vuelvo a noquear, no quiero que nos reconozca y luego nos delate. Recuerda parecer muy triste y angustiado, hay que meterle drama.
A lo lejos vi al mago que causaba revuelo en las tiendas de lociones, incluso algunos guardias se acercaban a ver el cartel. Cuando ya la gente se veía informada de la situación e incluso temerosa de toparse con aquel sujeto, salí con el cuerpo inconsciente de nuestro “ladrón”.
No se preocupen mis estimados, aquí les traigo al ladronzuelo, cuidado que este tipo es muy peligroso.
La gente reaccionó con temor y sorpresa. Empezaron a aplaudir eufóricamente y el guardia agarró al sujeto llevándoselo con él. El guardia que seguramente era un dragón agradeció mi labor como héroe e incluso me invitó a acompañarlo. No obstante, rechacé su oferta aludiendo que no buscaba fama ni aeros solo hacer justicia. Seguirlo podría traer problemas y sospechas.
Eberus continuó con el plan de dar lástima haciendo que el resto de comerciantes viendo la pena del mago y mi “humildad” se ofrecieran a darnos unos frascos de perfume para atraer mariposas. El plan había sido un éxito, no había sospechas y ahora podríamos conseguir mariposas para dárselas al viejo.
Me marché con Eberus para ocultarnos de las miradas curiosas y celebrar nuestra victoria.
Off
Eberus y yo conseguimos perfumes para atraer mariposas robándolos, es decir, ganándolos honradamente como buenos héroes.
Conteo de mariposas hasta ahora:
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5 [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Lanzamiento de fuerza: 3 [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
También hago tirada por cumpleaños
Zagreus
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
El miembro 'Zagreus' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
El viaje al norte había pasado en un suspiro, con la cabeza enfrascada en los sucesos de Nytt Hus. Sí, habían vencido, pero a qué precio. El camino en soledad le vino bien, no obstante, y para cuando sintió el cambio en el paisaje y el frescor de las noches norteñas, se sentía mucho más en paz consigo mismo. Viajar solo por el bosque solía tener ese efecto.
Sin embargo, un elfo no dejaba de ser un ser social y el encuentro con Nimdar y su familia fue más que bienvenido, a pesar de que los pilló partiendo hacia Dundarak. Bueno, ya tenía la mochila al hombro, ¿por qué no seguir un poco más?
La capital de los dragones se había teñido de fiesta, aunque Elian no podía dejar de notar la tensión en algunos rostros y no todos los ojos acompañaban a las sonrisas que mostraban sus labios.
Era en momentos como aquel cuando más falta hacía una celebración.
—Nosotros vamos a entregar estos quesos. ¿Qué tal si te quedas con tu tío y os dais una vuelta por ahí? —dijo Valammere a su hijo.
—¿Para qué podáis tomaros algo juntitos después? —respondió Aryz—. Hey, por mí no es problema —añadió antes de que su madre tuviera tiempo de responder—. Mientras no tenga que verlo. ¿Vamos?
—Vamos —respondió Elian e intercambió una mirada de circunstancias con su primo a modo de despedida.
Mientras caminaban, vio como Aryz iba agarrando comida de las mesas y zampándosela al vuelo. En serio, no entendía dónde metía la comida ese chico. O cómo podía comer tan rápido.
Cuando se quiso dar cuenta, el olor del asado había sido sustituido por toda una suerte de fragancias florales que le hicieron cosquillear la nariz.
—¡Al ladrón, deténganlo! —gritó alguien desde uno de los puestos en las cercanías.
Elian se volvió a tiempo de ver a tipo pequeño escurrirse entre un par de personas que, distraídas, bloquearon el avance del tendero. Reaccionó con rapidez, echando una mano al suelo para imbuir la tierra con su luz(1). Imbar respondió y el pequeño ladronzuelo fue a dar de frente contra un arbusto espinoso que lo hizo frenar en seco.
—¡Toma! Apuesto a que esa no te la esperabas —se regodeó Aryz, arrebatando al ratero la bolsa con su botín: varios frasquitos de pequeño tamaño y artísticas formas.
El tendero, agradecido de recuperar su mercancía, insistió en que se quedaran con uno, a pesar del evidente desinterés de ambos en esa clase de artículos.
—Ten, quédatelo tú —ofreció Aryz cuando se hubieron alejado del área de los perfumes.
—Yo no uso perfume, se me olería en el bosque a días de distancia —dijo Elian devolviéndole la botellita—. Mejor quédatelo tú.
—¿Y yo para qué lo quiero?
—No sé, ¿no tienes alguna amiga…? O amigo —se corrigió al ver la mirada que le dedicó su sobrino.
—¿Están disfrutando de la fiesta? —los interrumpió una voz, salvando a Elian de la reacción del muchacho.
----------
OFF: (1) Habilidad de nivel 1: Barrera natural, para hacer brotar un matorral espinoso que detuvo a un ladronzuelo huyendo de una pillada.
Me gano uno de esos perfumes atrapasuerte, aunque no lo uso. Me encuentro con Kira al final del post, pero no interactúo aún con ella, por la cosa esa de “un objetivo por post”. Tiro runita a ver si alguna mariposa se posa o no voluntariamente en mi hombro sin ayuda mágica.
Sin embargo, un elfo no dejaba de ser un ser social y el encuentro con Nimdar y su familia fue más que bienvenido, a pesar de que los pilló partiendo hacia Dundarak. Bueno, ya tenía la mochila al hombro, ¿por qué no seguir un poco más?
La capital de los dragones se había teñido de fiesta, aunque Elian no podía dejar de notar la tensión en algunos rostros y no todos los ojos acompañaban a las sonrisas que mostraban sus labios.
Era en momentos como aquel cuando más falta hacía una celebración.
—Nosotros vamos a entregar estos quesos. ¿Qué tal si te quedas con tu tío y os dais una vuelta por ahí? —dijo Valammere a su hijo.
—¿Para qué podáis tomaros algo juntitos después? —respondió Aryz—. Hey, por mí no es problema —añadió antes de que su madre tuviera tiempo de responder—. Mientras no tenga que verlo. ¿Vamos?
—Vamos —respondió Elian e intercambió una mirada de circunstancias con su primo a modo de despedida.
Mientras caminaban, vio como Aryz iba agarrando comida de las mesas y zampándosela al vuelo. En serio, no entendía dónde metía la comida ese chico. O cómo podía comer tan rápido.
Cuando se quiso dar cuenta, el olor del asado había sido sustituido por toda una suerte de fragancias florales que le hicieron cosquillear la nariz.
—¡Al ladrón, deténganlo! —gritó alguien desde uno de los puestos en las cercanías.
Elian se volvió a tiempo de ver a tipo pequeño escurrirse entre un par de personas que, distraídas, bloquearon el avance del tendero. Reaccionó con rapidez, echando una mano al suelo para imbuir la tierra con su luz(1). Imbar respondió y el pequeño ladronzuelo fue a dar de frente contra un arbusto espinoso que lo hizo frenar en seco.
—¡Toma! Apuesto a que esa no te la esperabas —se regodeó Aryz, arrebatando al ratero la bolsa con su botín: varios frasquitos de pequeño tamaño y artísticas formas.
El tendero, agradecido de recuperar su mercancía, insistió en que se quedaran con uno, a pesar del evidente desinterés de ambos en esa clase de artículos.
—Ten, quédatelo tú —ofreció Aryz cuando se hubieron alejado del área de los perfumes.
—Yo no uso perfume, se me olería en el bosque a días de distancia —dijo Elian devolviéndole la botellita—. Mejor quédatelo tú.
—¿Y yo para qué lo quiero?
—No sé, ¿no tienes alguna amiga…? O amigo —se corrigió al ver la mirada que le dedicó su sobrino.
—¿Están disfrutando de la fiesta? —los interrumpió una voz, salvando a Elian de la reacción del muchacho.
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OFF: (1) Habilidad de nivel 1: Barrera natural, para hacer brotar un matorral espinoso que detuvo a un ladronzuelo huyendo de una pillada.
Me gano uno de esos perfumes atrapasuerte, aunque no lo uso. Me encuentro con Kira al final del post, pero no interactúo aún con ella, por la cosa esa de “un objetivo por post”. Tiro runita a ver si alguna mariposa se posa o no voluntariamente en mi hombro sin ayuda mágica.
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
La conversación con Nero inició tan casual como otra. Ignoré el hecho que seguía llamándoles "bichos", cada quién con sus creencias y la verdad solo deseaba beber y olvidarme de todo por un momento. - Parece que la tristeza es el mejor imán para ellas. - pensé en voz ala ante su comentario sobre que parecía una lámpara.
Para ese punto mi cerveza estaba en frente, y suspiré melancólica. - Vine a ver a alguien, pero el destino al parecer le gusta jugar pesado de vez en cuando. Después de embriagarme me gustaría ir al cementerio... - Contesté dándole un largo y sustancioso trago a mi vaso de cerveza. Un suspiro y otra leve llamada de atención al cantinero para que enviara un segundo trago y así poder seguir dejando llevar mis penas hasta lo más profundo del alcohol.
La seriedad de aquel momento se rompió cuando una serie de eventos desafortunados le sucedieron a Gaegel de una manera que me dejó perpleja. Hasta cierto punto sentí lástima por el hombre que era como una personificación del todo el caos que yo era en ese momento, tal vez la empatía tuvo mucho que ver eso. No me reí, pero hasta cierto nivel logró subir un poco el humor que me rodeaba.
- ¿Estás bien? - Miré con cierta preocupación a mi compañero. - Al menos hueles a cebada. - Intenté de llevar las cosas de la mejor manera posible pero en este momento yo no era precisamente muy parlanchina.
El tarro llegó y con ello hice lo mismo, solo que ante de empinarme el vaso levanté una mirada al cielo, o al techo. - Por los que ya no están. - Y bebí sin remordimiento alguno, dispuesta ya a pedir una tercera ronda.
Para ese punto mi cerveza estaba en frente, y suspiré melancólica. - Vine a ver a alguien, pero el destino al parecer le gusta jugar pesado de vez en cuando. Después de embriagarme me gustaría ir al cementerio... - Contesté dándole un largo y sustancioso trago a mi vaso de cerveza. Un suspiro y otra leve llamada de atención al cantinero para que enviara un segundo trago y así poder seguir dejando llevar mis penas hasta lo más profundo del alcohol.
La seriedad de aquel momento se rompió cuando una serie de eventos desafortunados le sucedieron a Gaegel de una manera que me dejó perpleja. Hasta cierto punto sentí lástima por el hombre que era como una personificación del todo el caos que yo era en ese momento, tal vez la empatía tuvo mucho que ver eso. No me reí, pero hasta cierto nivel logró subir un poco el humor que me rodeaba.
- ¿Estás bien? - Miré con cierta preocupación a mi compañero. - Al menos hueles a cebada. - Intenté de llevar las cosas de la mejor manera posible pero en este momento yo no era precisamente muy parlanchina.
El tarro llegó y con ello hice lo mismo, solo que ante de empinarme el vaso levanté una mirada al cielo, o al techo. - Por los que ya no están. - Y bebí sin remordimiento alguno, dispuesta ya a pedir una tercera ronda.
- Off:
- Outfit
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- Interacción con Gaegel y Nero.
- Lanzo dado de Runas para saber si alguna mariposa se posa o no.Conteo de Mariposas posadas:
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Gano 1 de experiencia adicinal al finalizar el tema.[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Medalla del exterminador [1 CARGA] - Pecho lado derecho.
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
- Arma Flexible Superior (Látigo) - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Kit de Curtiduría Inferior - Bolso
- Bomull (Cría de Gomejo)
Última edición por Meraxes el Sáb Sep 10 2022, 21:09, editado 1 vez (Razón : Vuelvo a mi aura depre porque si le subo cachito al humor no llegan (?))
Meraxes
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
Habían llegado noticias por todas partes del reino de que en Dundarak se iba a celebrar una festival por algo que realmente no recordaba, pero sonaba a una excusa para olvidar las desgracias que les habían ocurrido recientemente. Y aunque dudaba que fuera la mejor forma de invertir los recursos ni estaba demasiado informado sobre lo ocurrido más allá de algo sobre unos falsos dragones y un volcán, después de las experiencias de Edén, me parecía que una fiesta, fuera por la razón que fuera, me vendría bien para olvidar todo lo sucedido allí.
Y así había acabado en la ciudad principal del Norte, viendo a gente volverse locas por mariposas. Parecía que daban suerte, aunque mi encuentro con Oberón había reducido mucho mi confianza en nada que tuviera alas de insecto, de todas formas, no estaba tampoco tan desquiciado como para dedicarme a atacarlas como estaban haciendo varios individuos. Así que opté por tratar de esquivar a la gente con extrañas intenciones hacia las mariposas y buscar una zona con un poco más de alegría.
Pero al parecer una zona de fiesta era el mejor lugar para delinquir, porque mientras caminaba tranquilamente intentando eludir a gente con unas cuantas jarras de más, me vi arrollado por un joven cargando con unos frascos. Intenté apartarme, pero no estuve lo suficientemente rápido y acabamos los dos rodando por el suelo, rompiéndose alguno de los frascos y regándonos a los dos en ese líquido.
- Oye, ¿qué crees que haces? ¿No sabes mirar?- Increpé al chaval mientras me incorporaba de nuevo.
- ¡Al ladrón! ¡Cogedlo!- Escuché gritar a alguien que señalaba en nuestra dirección, y viendo la cara del chaval y como intentaba escapar de nuevo, no me quedaron demasiadas dudas de que algo iba a tener que ver con ese robo.
Más por la indignación de haberme visto arrollado y regado en una líquido de olor penetrante, que por verdaderas ganas de hacer justicia, canalicé mi sangre para potenciarme[1] y me lancé contra el chico. Antes de que lograra alejarse más de un par de pasos, salté para hacerle un placaje y estamparle contra el suelo. Intentó removerse del enganche, pero hice uso de toda la fuerza que tenía para asegurarme de que no huyera hasta que llegó el hombre que gritaba y un par de guardias.
- Gracias buen hombre. Este maleante me había robado unas pociones y el dinero.
- De nada. Todo vuestro.
- Espera, tiene el dinero, pero faltan tres de las pociones.
- Ya, bueno, se habrán roto al chocarnos.- Me señalé la ropa calada y aromatizada.
- Pero entonces te has echado la poción, ¿no piensas pagarlas?
- Yo no he pedido acabar en un charco de esto. Además, he atrapado a tu ladrón, hubieras perdido más dinero si se escapa que por una poción. Y por cierto, ¿qué es esta cosa?
- Si te lo echas por encima atrae las mariposas dragón, ayuda a tener buena suerte. Y te estás beneficiando de ella, lo justo es que pagues.
Al oír que esa poción no sólo me iba a dejar apestando toda la noche sino que además atraía los bichos, el hastío se hizo evidente en mi mirada. Porque no tenía ganas de discutir más esto, pero tampoco tenía intención de pagar. Bastante tenía con ir a ser una trampa de mariposas andante, como para encima soltar oro por ello.
- Ainsh... Mira, si quieres cobrarle alguien que sea a él, que es quien me la ha tirado.- Comenté señalando al ladrón.- Y ahora, si a los señores guardias les parece bien, os dejo discutiendo las formas de pago.- Los guardias parecían al menos coincidir en que la petición del vendedor era un despropósito porque se apartaron al momento para dejarme irme.- Gracias. Hasta más ver.
Tras mi incidente con el ladrón, tenía intención de buscarme alguna taberna o similar donde poder beber algo, y con suerte dejar de atraer insectos, pero de camino vi a una figura de imponente altura que me resultó familiar al momento, así que me acerqué a saludarles.
- Vaya, que pequeño es el Norte. No esperaba encontrarme por aquí a mis elfo y dragón preferidos. Aunque supongo que tiene sentido, son las fiestas de tu tierra.- Comenté mirando al chaval, entonces me giré hacia una muchacha que los acompañaba.- Oh, a ti no te conozco. Soy Corlys
- Encantada de conocerle. Puedes llamarme Kyra.
- Igualmente.- Tras el saludo me volví hacia el elfo de nuevo.- Elian, sólo espero que tu presencia no tenga nada que ver con ropa interior esta vez, y bueno, que no hayas vuelto a dejarle cerveza a manos al chaval.
Y así había acabado en la ciudad principal del Norte, viendo a gente volverse locas por mariposas. Parecía que daban suerte, aunque mi encuentro con Oberón había reducido mucho mi confianza en nada que tuviera alas de insecto, de todas formas, no estaba tampoco tan desquiciado como para dedicarme a atacarlas como estaban haciendo varios individuos. Así que opté por tratar de esquivar a la gente con extrañas intenciones hacia las mariposas y buscar una zona con un poco más de alegría.
Pero al parecer una zona de fiesta era el mejor lugar para delinquir, porque mientras caminaba tranquilamente intentando eludir a gente con unas cuantas jarras de más, me vi arrollado por un joven cargando con unos frascos. Intenté apartarme, pero no estuve lo suficientemente rápido y acabamos los dos rodando por el suelo, rompiéndose alguno de los frascos y regándonos a los dos en ese líquido.
- Oye, ¿qué crees que haces? ¿No sabes mirar?- Increpé al chaval mientras me incorporaba de nuevo.
- ¡Al ladrón! ¡Cogedlo!- Escuché gritar a alguien que señalaba en nuestra dirección, y viendo la cara del chaval y como intentaba escapar de nuevo, no me quedaron demasiadas dudas de que algo iba a tener que ver con ese robo.
Más por la indignación de haberme visto arrollado y regado en una líquido de olor penetrante, que por verdaderas ganas de hacer justicia, canalicé mi sangre para potenciarme[1] y me lancé contra el chico. Antes de que lograra alejarse más de un par de pasos, salté para hacerle un placaje y estamparle contra el suelo. Intentó removerse del enganche, pero hice uso de toda la fuerza que tenía para asegurarme de que no huyera hasta que llegó el hombre que gritaba y un par de guardias.
- Gracias buen hombre. Este maleante me había robado unas pociones y el dinero.
- De nada. Todo vuestro.
- Espera, tiene el dinero, pero faltan tres de las pociones.
- Ya, bueno, se habrán roto al chocarnos.- Me señalé la ropa calada y aromatizada.
- Pero entonces te has echado la poción, ¿no piensas pagarlas?
- Yo no he pedido acabar en un charco de esto. Además, he atrapado a tu ladrón, hubieras perdido más dinero si se escapa que por una poción. Y por cierto, ¿qué es esta cosa?
- Si te lo echas por encima atrae las mariposas dragón, ayuda a tener buena suerte. Y te estás beneficiando de ella, lo justo es que pagues.
Al oír que esa poción no sólo me iba a dejar apestando toda la noche sino que además atraía los bichos, el hastío se hizo evidente en mi mirada. Porque no tenía ganas de discutir más esto, pero tampoco tenía intención de pagar. Bastante tenía con ir a ser una trampa de mariposas andante, como para encima soltar oro por ello.
- Ainsh... Mira, si quieres cobrarle alguien que sea a él, que es quien me la ha tirado.- Comenté señalando al ladrón.- Y ahora, si a los señores guardias les parece bien, os dejo discutiendo las formas de pago.- Los guardias parecían al menos coincidir en que la petición del vendedor era un despropósito porque se apartaron al momento para dejarme irme.- Gracias. Hasta más ver.
Tras mi incidente con el ladrón, tenía intención de buscarme alguna taberna o similar donde poder beber algo, y con suerte dejar de atraer insectos, pero de camino vi a una figura de imponente altura que me resultó familiar al momento, así que me acerqué a saludarles.
- Vaya, que pequeño es el Norte. No esperaba encontrarme por aquí a mis elfo y dragón preferidos. Aunque supongo que tiene sentido, son las fiestas de tu tierra.- Comenté mirando al chaval, entonces me giré hacia una muchacha que los acompañaba.- Oh, a ti no te conozco. Soy Corlys
- Encantada de conocerle. Puedes llamarme Kyra.
- Igualmente.- Tras el saludo me volví hacia el elfo de nuevo.- Elian, sólo espero que tu presencia no tenga nada que ver con ropa interior esta vez, y bueno, que no hayas vuelto a dejarle cerveza a manos al chaval.
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[1] Nivel 0: Potencia de sangre: [Mágica, 2 Usos] Utiliza la sangre ingerida para aumentar su fuerza y agilidad, causando un mayor daño físico durante un turno.Tiro dado por el aniversario del día 10
Tiro otro dado de runas para ver si para pesar de Corlys se le acercan mariposas, potenciado por estar regado en poción.
Corlys Glokta
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
Absurdo, humillante e inesperado. Fue el golpe más débil que había visto en aquel juego y, aun así, a pesar de lo lento y suave que fue, le consiguió a Xana la insultante puntuación de 11 puntos, cuyo sonido me permitió deducir que fue mayor a lo que yo logré. Y no es que yo esperase que el cálculo del aparato fuese en lo más mínimo fiel a la realidad, pero que fuese la segunda vez que Xana me vencía en algún juego de feria donde apostamos lo mismo sí fue algo que no estuvo dentro de mis expectativas. Sin duda alguna fui víctima de mi propio optimismo ciego.
Solté un largo y sonoro suspiro, resignado y abatido por la derrota aplastante. Xana me miró con una amplia sonrisa, una que debía agravar mis sentimientos negativos pero que, esta vez, luego de una gran batalla draconiana que le pesó más de lo que ella podía disimular, eclipsó cualquier desdicha. «No he perdido», comprendí, y le sonreí de vuelta a Xana.
Regresó el mazo y reanudamos nuestro paseo. Ella no tardó en dedicarse a maquinar sobre cuál sería la orden que yo, como perdedor de la apuesta, debía cumplir, y me lo hacía notar pensando en voz alta. Preferí no replicar a ninguna de sus opciones, solo esperé su veredicto mientras me tragaba el temor incipiente que me provocaba sus cada vez más alocadas ideas.
Eso hasta que encontramos a una conocida. Kara, que todos insistían en llamar Kira. Esta estaba atenta a su alrededor, buscando algo en su entorno en el que, sin embargo, ella no formaba parte. Un fantasma anhelando la vida sin conocerla. Un fantasma que, sin temor a exhibir un mal juicio, tendría que haberse llamado Kara en lugar de Kira.
Ella nos vio y al instante se acercó directamente.
–Usted es el individuo que creó cinco gansos que se fusionaron para formar un gigante hombre ganso –fue lo primero que me dijo.
–También me llaman Rauko, que es más corto –respondí–. Aunque igual algunos lo pronuncian mal, algo a lo que penosamente ya me he acostumbrado. –Me encogí de hombros–. Pero puedes llamarme Raukito, si gustas. Creo que nadie me ha llamado así todavía y suena lindo.
Recibí en un costado un no tan débil codazo de Xana.
–Llámalo Rauko –dijo mi compañera.
–Rauko, Raukito, Rauko –repitió en voz baja la bio-cibernética. Asintió con un ligero movimiento de cabeza y miró a Xana–. Y usted es la elfa con manos de mantequilla.
–¿Disculpa? –Xana respondió con una fingida indignación que ocultó su vergüenza, pues sabía a qué se debía semejante descripción.
–Perdón, Kira no quiso ofender –se apresuró a añadir Kara–. Quería decir que usted es quien valientemente se acercó al volcán para destruir los objetos malditos.
–Vaya, cómo se rescata la imagen de alguien con elegir otras palabras –comenté, divertido, ganándome con eso otro codazo élfico–. Ay, vale, pues, lo que quiero decir es que Xana se llama Xana, y está sana como una rana.
No gatillé una reacción en KiraKara, quien siguió mirándome con normalidad. Cuando no dije más, al fin pareció comprender que no comprendió.
–Kira no entiende –admitió.
–Quiso hacer un tonto juego de palabras –explicó Xana–, para intentar hacer reír.
Se repitieron los segundos de silencio.
–Kira no entiende –reiteró ella–. ¿Para hacer reír no se supone que hay que hacer o decir algo gracioso, como el chiste de los gatos?
–Mejor cambiemos de tema –dije al ver que no íbamos por buen camino, especialmente yo–. ¿Qué haces por aquí? ¿También comes mariposas?
–No creo que estas mariposas sean un alimento apropiado para nosotros.
–Tienes razón, lo descubrí hace poco de mala manera. Las biusas son mejores. –Materialicé dicha fruta, una con aspecto de limón violeta translúcido, y la llevé a mi boca–. ¿Quieres una? –pregunté luego de tragar. No esperé respuesta para hacer una con forma de manzana azul y ofrecérsela.
–No es necesario, yo…
–Nunca rechaces una biusa –aconsejé con un tono más cercano a la amenaza–. Son biusas, no consigues una en cualquier parte.
Finalmente ella aceptó y, tras observar detenidamente el obsequio, tomó un bocado.
–¿Qué tal? –me interesó saber–. ¿A qué sabe?
–No tiene sabor.
«Terrible», pensé enseguida, horrorizado y desconcertado.
–Debes pensar en un sabor y la biusa lo tendrá –dije como si le explicara a una niña pelele–. Intenta de nuevo. Piensa en algo que te haya gustado comer. –Esperé a que comiera más antes de preguntar–: ¿Y qué tal ahora?
–Sabe horrible.
Intenté no alterarme, pero me lo estaba complicando.
–¿En qué pensaste? –inquirió Xana.
–Cerveza.
–¿Y no te gusta la cerveza?
–Tomé cerveza hace unos minutos y fue agradable. Pero la biusa con sabor a cerveza no lo es. Quizás me gusta la cerveza, pero no su sabor. –Frunció el ceño, sumergida repentinamente en alguna reflexión–. No, nunca fue el sabor, sino los amigos que hicimos en el camino.
–¿Ah? –solté haciendo una mueca, más confundido que nunca.
–Recién recuerdo que debo notificarles que fueron cordialmente invitados a formar parte de la academia Hekshold –cambió de tema sin previo aviso.
–¿Para qué? ¿Para enseñar a hacer gansos gigantes?
–Pienso que será para ser quienes aprenden –especificó Xana.
–¿Y yo qué voy a estar aprendiendo de gente que no sabe hacer gansos? Nada de esto me está convenciendo.
–¿Entonces sus respuestas pueden considerarse como un «no»? –preguntó Kira, que seguía existiendo sin el nombre correcto.
–Al contrario, significa que acepto, pero me ofende muchísimo.
–No le hagas caso a lo de ofenderse –le dijo Xana–. Yo también acepto –añadió con una leve sonrisa–. Seguro que esto nos beneficiará más de lo que parece.
La bio-cibernética asintió. Yo asentí. Luego Xana asintió. Y ahí permanecimos un rato mirándonos sin saber qué más decir.
–¿Y ustedes cómo disfrutan la vida? –inquirió de pronto KaraKira.
Xana y yo cruzamos nuestras miradas por un momento.
–Ahm… Pues… –murmuró Xana incapaz de encontrar las palabras correctas. Desistió y tomó de la mano a Kira–. Creo que es mejor enseñarte un poco con acciones.
Y la arrastró a diferentes juegos, tiendas y espectáculos de magia, conmigo detrás de ellas.
–… Pero no deberías disfrutar la vida solo en los festivales –le comentaba Xana luego de un rato–. Deberías tener tiempo para el ocio aun en el Hekshold. A mí me gusta pasar el rato con Rauko, Hyro, Mellea, Sienna… Ya sea hablando tonterías o jugando algo. También me gusta leer alguno de los libros que consigue Hyro. O salir a pasear en las mañanas, descalza sobre el prado, mientras medito contemplando un paisaje hermoso y pacífico… Y a Rauko le gusta ser ermitaño y encerrarse en su herrería.
–A ti te gusta exponer tus pies al peligro de encontrar tunas o caca de vaca voladora, yo a crear arte de metal –contesté–. Y supongo que es de mis pasatiempos favoritos. Me gusta crear y poner a prueba mis habilidades. Es tranquilo y desafiante a la vez. Me permite abstraerme del mundo y de las preocupaciones a un espacio donde solo importan los materiales y la nueva forma, algo de gran estética y calidad, que quiero que tenga.
–Herrería, como a Hartem –comentó Kira.
–Pensé que a ese viejo solo le fascinaba torturar toros y crear infidelidades.
–Hace mucho más que eso.
–Bueno, no importa, pasemos de ese viejo –dije sacudiendo una mano–. Lo mejor de mi pasatiempo es que también ayuda a otras personas. Los que viven cerca me visitan y me piden cuchillos de cocina, sartenes, palas y demás, cosas sencillas para sus quehaceres, y yo les doy lo que piden, pero doy cuchillos de cocina reforzados con éter, sartenes con encantamiento de fuego, palas que se empequeñecen para ahorrar espacio… No piden tanto porque le tienen miedo al éxito, pero ya que la felicidad es mayor a cualquier inconveniente, vale el esfuerzo.
–Eso lo entiendo. Dar un buen servicio que supere expectativas.
–Exacto, supongo.
–Eso explica lo del ganso humanoide gigante.
Esa creación fue más accidental que intencional, pero preferí no mencionarle eso. Solo asentí.
–El punto es que deberías buscar actividades que te gusten y que no dañen a nadie –resumió Xana–. Y si encuentras algo que también beneficie a otros, mucho mejor. Ayudarías para hacer un mundo con menos tristeza y más felicidad.
Solté un largo y sonoro suspiro, resignado y abatido por la derrota aplastante. Xana me miró con una amplia sonrisa, una que debía agravar mis sentimientos negativos pero que, esta vez, luego de una gran batalla draconiana que le pesó más de lo que ella podía disimular, eclipsó cualquier desdicha. «No he perdido», comprendí, y le sonreí de vuelta a Xana.
Regresó el mazo y reanudamos nuestro paseo. Ella no tardó en dedicarse a maquinar sobre cuál sería la orden que yo, como perdedor de la apuesta, debía cumplir, y me lo hacía notar pensando en voz alta. Preferí no replicar a ninguna de sus opciones, solo esperé su veredicto mientras me tragaba el temor incipiente que me provocaba sus cada vez más alocadas ideas.
Eso hasta que encontramos a una conocida. Kara, que todos insistían en llamar Kira. Esta estaba atenta a su alrededor, buscando algo en su entorno en el que, sin embargo, ella no formaba parte. Un fantasma anhelando la vida sin conocerla. Un fantasma que, sin temor a exhibir un mal juicio, tendría que haberse llamado Kara en lugar de Kira.
Ella nos vio y al instante se acercó directamente.
–Usted es el individuo que creó cinco gansos que se fusionaron para formar un gigante hombre ganso –fue lo primero que me dijo.
–También me llaman Rauko, que es más corto –respondí–. Aunque igual algunos lo pronuncian mal, algo a lo que penosamente ya me he acostumbrado. –Me encogí de hombros–. Pero puedes llamarme Raukito, si gustas. Creo que nadie me ha llamado así todavía y suena lindo.
Recibí en un costado un no tan débil codazo de Xana.
–Llámalo Rauko –dijo mi compañera.
–Rauko, Raukito, Rauko –repitió en voz baja la bio-cibernética. Asintió con un ligero movimiento de cabeza y miró a Xana–. Y usted es la elfa con manos de mantequilla.
–¿Disculpa? –Xana respondió con una fingida indignación que ocultó su vergüenza, pues sabía a qué se debía semejante descripción.
–Perdón, Kira no quiso ofender –se apresuró a añadir Kara–. Quería decir que usted es quien valientemente se acercó al volcán para destruir los objetos malditos.
–Vaya, cómo se rescata la imagen de alguien con elegir otras palabras –comenté, divertido, ganándome con eso otro codazo élfico–. Ay, vale, pues, lo que quiero decir es que Xana se llama Xana, y está sana como una rana.
No gatillé una reacción en KiraKara, quien siguió mirándome con normalidad. Cuando no dije más, al fin pareció comprender que no comprendió.
–Kira no entiende –admitió.
–Quiso hacer un tonto juego de palabras –explicó Xana–, para intentar hacer reír.
Se repitieron los segundos de silencio.
–Kira no entiende –reiteró ella–. ¿Para hacer reír no se supone que hay que hacer o decir algo gracioso, como el chiste de los gatos?
–Mejor cambiemos de tema –dije al ver que no íbamos por buen camino, especialmente yo–. ¿Qué haces por aquí? ¿También comes mariposas?
–No creo que estas mariposas sean un alimento apropiado para nosotros.
–Tienes razón, lo descubrí hace poco de mala manera. Las biusas son mejores. –Materialicé dicha fruta, una con aspecto de limón violeta translúcido, y la llevé a mi boca–. ¿Quieres una? –pregunté luego de tragar. No esperé respuesta para hacer una con forma de manzana azul y ofrecérsela.
–No es necesario, yo…
–Nunca rechaces una biusa –aconsejé con un tono más cercano a la amenaza–. Son biusas, no consigues una en cualquier parte.
Finalmente ella aceptó y, tras observar detenidamente el obsequio, tomó un bocado.
–¿Qué tal? –me interesó saber–. ¿A qué sabe?
–No tiene sabor.
«Terrible», pensé enseguida, horrorizado y desconcertado.
–Debes pensar en un sabor y la biusa lo tendrá –dije como si le explicara a una niña pelele–. Intenta de nuevo. Piensa en algo que te haya gustado comer. –Esperé a que comiera más antes de preguntar–: ¿Y qué tal ahora?
–Sabe horrible.
Intenté no alterarme, pero me lo estaba complicando.
–¿En qué pensaste? –inquirió Xana.
–Cerveza.
–¿Y no te gusta la cerveza?
–Tomé cerveza hace unos minutos y fue agradable. Pero la biusa con sabor a cerveza no lo es. Quizás me gusta la cerveza, pero no su sabor. –Frunció el ceño, sumergida repentinamente en alguna reflexión–. No, nunca fue el sabor, sino los amigos que hicimos en el camino.
–¿Ah? –solté haciendo una mueca, más confundido que nunca.
–Recién recuerdo que debo notificarles que fueron cordialmente invitados a formar parte de la academia Hekshold –cambió de tema sin previo aviso.
–¿Para qué? ¿Para enseñar a hacer gansos gigantes?
–Pienso que será para ser quienes aprenden –especificó Xana.
–¿Y yo qué voy a estar aprendiendo de gente que no sabe hacer gansos? Nada de esto me está convenciendo.
–¿Entonces sus respuestas pueden considerarse como un «no»? –preguntó Kira, que seguía existiendo sin el nombre correcto.
–Al contrario, significa que acepto, pero me ofende muchísimo.
–No le hagas caso a lo de ofenderse –le dijo Xana–. Yo también acepto –añadió con una leve sonrisa–. Seguro que esto nos beneficiará más de lo que parece.
La bio-cibernética asintió. Yo asentí. Luego Xana asintió. Y ahí permanecimos un rato mirándonos sin saber qué más decir.
–¿Y ustedes cómo disfrutan la vida? –inquirió de pronto KaraKira.
Xana y yo cruzamos nuestras miradas por un momento.
–Ahm… Pues… –murmuró Xana incapaz de encontrar las palabras correctas. Desistió y tomó de la mano a Kira–. Creo que es mejor enseñarte un poco con acciones.
Y la arrastró a diferentes juegos, tiendas y espectáculos de magia, conmigo detrás de ellas.
–… Pero no deberías disfrutar la vida solo en los festivales –le comentaba Xana luego de un rato–. Deberías tener tiempo para el ocio aun en el Hekshold. A mí me gusta pasar el rato con Rauko, Hyro, Mellea, Sienna… Ya sea hablando tonterías o jugando algo. También me gusta leer alguno de los libros que consigue Hyro. O salir a pasear en las mañanas, descalza sobre el prado, mientras medito contemplando un paisaje hermoso y pacífico… Y a Rauko le gusta ser ermitaño y encerrarse en su herrería.
–A ti te gusta exponer tus pies al peligro de encontrar tunas o caca de vaca voladora, yo a crear arte de metal –contesté–. Y supongo que es de mis pasatiempos favoritos. Me gusta crear y poner a prueba mis habilidades. Es tranquilo y desafiante a la vez. Me permite abstraerme del mundo y de las preocupaciones a un espacio donde solo importan los materiales y la nueva forma, algo de gran estética y calidad, que quiero que tenga.
–Herrería, como a Hartem –comentó Kira.
–Pensé que a ese viejo solo le fascinaba torturar toros y crear infidelidades.
–Hace mucho más que eso.
–Bueno, no importa, pasemos de ese viejo –dije sacudiendo una mano–. Lo mejor de mi pasatiempo es que también ayuda a otras personas. Los que viven cerca me visitan y me piden cuchillos de cocina, sartenes, palas y demás, cosas sencillas para sus quehaceres, y yo les doy lo que piden, pero doy cuchillos de cocina reforzados con éter, sartenes con encantamiento de fuego, palas que se empequeñecen para ahorrar espacio… No piden tanto porque le tienen miedo al éxito, pero ya que la felicidad es mayor a cualquier inconveniente, vale el esfuerzo.
–Eso lo entiendo. Dar un buen servicio que supere expectativas.
–Exacto, supongo.
–Eso explica lo del ganso humanoide gigante.
Esa creación fue más accidental que intencional, pero preferí no mencionarle eso. Solo asentí.
–El punto es que deberías buscar actividades que te gusten y que no dañen a nadie –resumió Xana–. Y si encuentras algo que también beneficie a otros, mucho mejor. Ayudarías para hacer un mundo con menos tristeza y más felicidad.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
Dialogo gansadas con Kara Kira. Y aprovecho para lanzar el dado para el regalito del día =)
Última edición por Rauko el Dom Sep 11 2022, 00:28, editado 1 vez
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
¿Milenios hacía que no iba a Dundarak? El dragón no había vivido tanto tiempo pero la sensación que tenía se acercaba a eso. La capital del reino de los dragones no era de los lugares que más transitaba a bardo, a pesar de que allí se encontraba entre sus paisanos. O precisamente por eso. Cualquier oportunidad de un encuentro fortuito con algún miembro de su familia debía de ser evitado a toda costa. Sin embargo, en la ciudad se organizaba un primoroso evento en celebración de la primavera y eso era como una llamada para la gente de su profesión. Mishu no iba a ser diferente y optó por el riesgo otra vez, y participar en la fiesta. Además, tenía que hacerse con un nuevo abanico tras la pérdida del anterior.
Además ya tocaba hacer una parada en un sitio cómodo y no tener que estar huyendo de villas sombrías. En cuanto estuvo inmerso en la festividad se le olvidaba por moemntos eso del peligro de encontrarse con un conocido de la casa Kimfa. Desde que llegó no tardó en mezclarse con los bardos que también habían llegado de otras partes del continente para actuar también allí. A bastantes de ellos les conocía, aunque fuese de vista. A lo largo de lo que llevaba de festividad el dragón había estado en diversos puntos de la ciudad, cantando su mejor repertorio. Como no podía ser de otra forma, muchas eran historias del folklore de los dragones que hacía tiempo que no entonaba. También se juntó a sus compañeros para hacer una actuación en conjunto, de estas hechas para recibir muchos aplausos.
Fue cuando terminó una canción con ellos que se levantó. Mientras tocaba le había parecido ver a un primo suyo embutido en la armadura de los caballeros-dragón. No había interrumpido la canción pero era su señal de que tocaba cambiar de sitio. — Un excelentísimo placer tocar con vosotros, pero toca que las mariposas lleven mi laúd a otro lugar —se despidió efusivamente y se marchó de un salto del escenario ubicado en la plaza con prisa.
Caminó un buen rato entre la gente, vigilando a su espalda que nadie le seguía. Igual había sido una imaginación suya y no se trataba de nadie conocido. O quizá ya no se acordaban de él, el heredero perdido. Tras el paseo pensó que ya lo había perdido. Podría ser aquel un buen momento para entrar una taberna a beber algo que aclarase la graganta.
Más otra sorpresa se cruzó en el camino, una más agradable. Mishu aceleró el ritmo de sus pasos. — ¡Cooorrlyyys! —Exclamó haciendo una escala de tonos. Y saltó encima del vampiro para abrazar a su antiguo compañero de los caminos. — No esperaba verte por aquí. Te hacía más perdido en alguna cueva haciendo cosucas con kobolds —. Se separó rápidamente de él para no recibir ninguna respuesta que implicase violencia. Echó un vistazo rápido a la gente que estaba con el vampiro y cuya conversación había interrumpido sin miramientos.
— ¿Son conocidos de Corlys? Entonces amigos míos también. Soy Mishu, humilde bardo de los caminos de aquí y de allá —se presentó acompañando de aspavientos una pequeña reverencia.
— Encantada de conocerle. Puedes llamarme Kyra —se presentó la chica que estaba en el reducido grupo. — ¿Están disfrutando del festival?
— El placer es mío, bella doncella —. El dragón hizo otra reverencia y la tomó de la mano suavemente para hacer el amago de posar un beso sobre el dorso de ella, pero que no llegó a completar. — Por supuesto, está siendo un festival encantador. ¿Y a ti qué te ha parecido? ¿Las canciones de los bardos han sido de vuestro agrado?
— No me he parado a prestar atención a las canciones de los bardos. Sí que he escuchado una canción de unos elfos mientras bebían alcohol.
Mishu se llevó las manos a las mejillas, incrédulo por la respuesta de la chica. — Pero, pero encantadora Kyra, ¿cómo ha perdido la oportunidad de escuchar los cantares de un buen bardo? — El dragón echó mano del laúd que colgaba de su espalda. — Permítanme interpretar aquí una cancioncilla para que en sus oídos no sólo esté la música de los borrachos.
La biocibernética asintió sin mostrar mucha emoción. Los dedos de Mishu se deslizaron por las cuerdas y el mástil de su preciado instrumento, punteando las notas y los acordes que marcaban el ritmo de la canción. — Era una dragona, ajena a la crueldad, vivía en la montaña, era fantástica… — Se trataba de una composición alegre de letra agridulce en que una dragona bajaba de la montaña al mundo de los humanos pero volvía decepcionada a su casa. Como siempre el dragón vivió el momento mientras tocaba su música, pero percibió que Kyra no le estaba resultando de la misma forma. Parecía que le entraba por un oído y le salía por otro.
Al terminar la interpretación esperó un aplauso o algo, pero sólo dio una palmada. Mishu se la quedó mirando tras colocarse otra vez el laúd a la espalda, buscando alguna respuesta más. No llegó por sí sola. — ¿Ha sido de su agrado? — Preguntó buscando la complicidad del resto de los presentes en el grupo, en especial de la opinión del hombre guapo y el adolescente, pues de Corlys cualquier respuesta se esperaba
— Creo que no ha estado mal. Aunque no he entendido del todo la letra. ¿Es con estas canciones que disfrutáis de la vida?
Los ojos del dragón parpadearon y se abrieron como platos, más que otras veces, como si hubiera recibido un flechazo directamente en el pecho. Sí que al menos figuradamente. Se giró al vampiro y lo agarró por los hombros. — ¡Pero qué clase de amiga tienes que no sabe disfrutar de las buenas canciones! —Comenzó a lloriquear mientras manteaba de un lado a otro a su buen amigo vampiro. — No hay herida física que duela más que tremenda tragedia. Mis acordes cayendo en saco roto —continuó balbuceando dramático por la indiferencia de la chica. Prefería antes que le lanzaran tomates.
OFF: Sigo el hilo de la interacción con Kyra de Elian y Corlys.
Tiro dado de aniversario del día 11 y una runa para ver si se me posa una mariposa.
Además ya tocaba hacer una parada en un sitio cómodo y no tener que estar huyendo de villas sombrías. En cuanto estuvo inmerso en la festividad se le olvidaba por moemntos eso del peligro de encontrarse con un conocido de la casa Kimfa. Desde que llegó no tardó en mezclarse con los bardos que también habían llegado de otras partes del continente para actuar también allí. A bastantes de ellos les conocía, aunque fuese de vista. A lo largo de lo que llevaba de festividad el dragón había estado en diversos puntos de la ciudad, cantando su mejor repertorio. Como no podía ser de otra forma, muchas eran historias del folklore de los dragones que hacía tiempo que no entonaba. También se juntó a sus compañeros para hacer una actuación en conjunto, de estas hechas para recibir muchos aplausos.
Fue cuando terminó una canción con ellos que se levantó. Mientras tocaba le había parecido ver a un primo suyo embutido en la armadura de los caballeros-dragón. No había interrumpido la canción pero era su señal de que tocaba cambiar de sitio. — Un excelentísimo placer tocar con vosotros, pero toca que las mariposas lleven mi laúd a otro lugar —se despidió efusivamente y se marchó de un salto del escenario ubicado en la plaza con prisa.
Caminó un buen rato entre la gente, vigilando a su espalda que nadie le seguía. Igual había sido una imaginación suya y no se trataba de nadie conocido. O quizá ya no se acordaban de él, el heredero perdido. Tras el paseo pensó que ya lo había perdido. Podría ser aquel un buen momento para entrar una taberna a beber algo que aclarase la graganta.
Más otra sorpresa se cruzó en el camino, una más agradable. Mishu aceleró el ritmo de sus pasos. — ¡Cooorrlyyys! —Exclamó haciendo una escala de tonos. Y saltó encima del vampiro para abrazar a su antiguo compañero de los caminos. — No esperaba verte por aquí. Te hacía más perdido en alguna cueva haciendo cosucas con kobolds —. Se separó rápidamente de él para no recibir ninguna respuesta que implicase violencia. Echó un vistazo rápido a la gente que estaba con el vampiro y cuya conversación había interrumpido sin miramientos.
— ¿Son conocidos de Corlys? Entonces amigos míos también. Soy Mishu, humilde bardo de los caminos de aquí y de allá —se presentó acompañando de aspavientos una pequeña reverencia.
— Encantada de conocerle. Puedes llamarme Kyra —se presentó la chica que estaba en el reducido grupo. — ¿Están disfrutando del festival?
— El placer es mío, bella doncella —. El dragón hizo otra reverencia y la tomó de la mano suavemente para hacer el amago de posar un beso sobre el dorso de ella, pero que no llegó a completar. — Por supuesto, está siendo un festival encantador. ¿Y a ti qué te ha parecido? ¿Las canciones de los bardos han sido de vuestro agrado?
— No me he parado a prestar atención a las canciones de los bardos. Sí que he escuchado una canción de unos elfos mientras bebían alcohol.
Mishu se llevó las manos a las mejillas, incrédulo por la respuesta de la chica. — Pero, pero encantadora Kyra, ¿cómo ha perdido la oportunidad de escuchar los cantares de un buen bardo? — El dragón echó mano del laúd que colgaba de su espalda. — Permítanme interpretar aquí una cancioncilla para que en sus oídos no sólo esté la música de los borrachos.
La biocibernética asintió sin mostrar mucha emoción. Los dedos de Mishu se deslizaron por las cuerdas y el mástil de su preciado instrumento, punteando las notas y los acordes que marcaban el ritmo de la canción. — Era una dragona, ajena a la crueldad, vivía en la montaña, era fantástica… — Se trataba de una composición alegre de letra agridulce en que una dragona bajaba de la montaña al mundo de los humanos pero volvía decepcionada a su casa. Como siempre el dragón vivió el momento mientras tocaba su música, pero percibió que Kyra no le estaba resultando de la misma forma. Parecía que le entraba por un oído y le salía por otro.
Al terminar la interpretación esperó un aplauso o algo, pero sólo dio una palmada. Mishu se la quedó mirando tras colocarse otra vez el laúd a la espalda, buscando alguna respuesta más. No llegó por sí sola. — ¿Ha sido de su agrado? — Preguntó buscando la complicidad del resto de los presentes en el grupo, en especial de la opinión del hombre guapo y el adolescente, pues de Corlys cualquier respuesta se esperaba
— Creo que no ha estado mal. Aunque no he entendido del todo la letra. ¿Es con estas canciones que disfrutáis de la vida?
Los ojos del dragón parpadearon y se abrieron como platos, más que otras veces, como si hubiera recibido un flechazo directamente en el pecho. Sí que al menos figuradamente. Se giró al vampiro y lo agarró por los hombros. — ¡Pero qué clase de amiga tienes que no sabe disfrutar de las buenas canciones! —Comenzó a lloriquear mientras manteaba de un lado a otro a su buen amigo vampiro. — No hay herida física que duela más que tremenda tragedia. Mis acordes cayendo en saco roto —continuó balbuceando dramático por la indiferencia de la chica. Prefería antes que le lanzaran tomates.
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Tiro dado de aniversario del día 11 y una runa para ver si se me posa una mariposa.
Mishu
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
El miembro 'Mishu' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
Casi de inmediato, la fragancia surtió efecto, provocando que varias mariposas de las que revoloteaban sobre la pareja descendiesen para posarse sobre los hombros y la cabeza de la bruja. - Que rápido. - comentó Elen, inesperadamente sorprendida, alzando una mano para que otra de aquellas delicadas criaturas reposase sobre su dedo. - Bueno, parece que podemos estar tranquilos, si has logrado atraer a tantas queda claro que la buena fortuna está de tu lado. - dijo el norteño, visiblemente animado por el buen augurio. - Ya era hora. - pensó, sin llegar a pronunciar esto último en alto.
Después de todo por lo que les había tocado pasar, Alister solo deseaba algo de tranquilidad y poder disfrutar de la compañía de su mujer como haría cualquier persona normal, ¿estaba pidiendo mucho? Quizá sí, sobretodo conociendo a la de cabellos cenicientos, que tenía un talento natural para acabar metida en problemas.
- Tú también deberías probar, aún queda perfume en el frasco. - sugirió la joven, señalando el recipiente y su brillante contenido de color turquesa. El cazador esbozó una sonrisa en respuesta a las palabras de la hechicera, pero en vez de rociarse con aquel aroma tan agradable, optó por alzar la diestra hacia el mentón de su esposa, sujetándolo con delicadeza mientras se inclinaba hacia ella. - No me hace falta. - musitó, justo antes de besarla suavemente.
A pesar de las desgracias que habían asolado su pasado, el dragón ya se consideraba afortunado solo por estar vivo, o más bien porque ambos lo estaban. Su repentino acercamiento hizo que las mariposas abandonasen momentáneamente a la de cabellos cenicientos, pasando a revolotear en torno a los dos hasta que se separaron, instante en que volvieron a posarse sobre la tensai de aire.
Elen sonrió ampliamente a su marido y tomándolo de la mano, lo guió hacia la zona en que se encontraban los músicos a los que habían visto anteriormente mientras paseaban por la plaza, deteniéndose a escasos metros del grupo. - Esto me trae recuerdos de Lunargenta. - rememoró el alado, haciéndola girar sobre sí misma mientras se unían al corro de bailarines que ocupaban el lugar.
- ¿Es cosa mía o ahora hay más que antes? - preguntó un rato después, cuando tras un par de piezas, decidieron tomarse un descanso. - Eso parece. - confirmó la maga, observando la cantidad de verdosos insectos que la rondaban. - Saben que no pueden quedarse contigo ¿no? - continuó, situándose tras la bruja para abrazarla por la espalda. - Si se pasaran todo el día pegadas a ti me pondría celoso, se supone que soy el único con derecho a eso… al menos de momento. - añadió, y su voz se fue suavizando conforme llegaba al final de la frase.
La joven notó como el norteño hundía el rostro en su cenicienta melena, no le hacía falta preguntar por aquello último, sabía perfectamente a lo que se refería. A Alister le hacía ilusión la idea de que le diese un hijo, cosa que terminaría pasando tarde o temprano, si los dioses querían.
Delicadamente, la hechicera echó una mano hacia atrás para acariciar los castaños cabellos de su esposo, que reaccionó a su gesto aumentando levemente la intensidad de su abrazo. - Hueles muy bien, pero prefiero el perfume que sueles usar. - susurró él, acostumbrado ya la fragancia que tenía normalmente. - Entonces si este atrae a las mariposas, ¿el mío sirve para atraerte a ti? Lo tendré en cuenta. - bromeó, y ambos rieron.
Desde donde estaba, la pareja siguió disfrutando de la animada música y del ambiente festivo durante un rato más, para luego pasear por entre los puestos con tranquilidad, deteniéndose a ojear algunos de los productos que ofrecían.
Off: Lanzo runa para ver si consigo atraer a alguna mariposa más (aprovecho el efecto del perfume que mejora en 2 la calidad de la runa por segunda vez)
También lanzo el dado para el evento off rol del 13º aniversario.
Edición para actualizar contador de mariposas y recompensas
- Mariposas: 10 (runa de calidad neutral mejorada a runa de mejor suerte con el perfume) [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] + (Runa de buena suerte mejorada a mejor suerte) [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
- Recompensas: Caramelo de Jade [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] (tirada de 12 en la prueba de fuerza) y 4 ptos de experiencia por el dado [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] + 3 ptos de experiencia por el dado [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Después de todo por lo que les había tocado pasar, Alister solo deseaba algo de tranquilidad y poder disfrutar de la compañía de su mujer como haría cualquier persona normal, ¿estaba pidiendo mucho? Quizá sí, sobretodo conociendo a la de cabellos cenicientos, que tenía un talento natural para acabar metida en problemas.
- Tú también deberías probar, aún queda perfume en el frasco. - sugirió la joven, señalando el recipiente y su brillante contenido de color turquesa. El cazador esbozó una sonrisa en respuesta a las palabras de la hechicera, pero en vez de rociarse con aquel aroma tan agradable, optó por alzar la diestra hacia el mentón de su esposa, sujetándolo con delicadeza mientras se inclinaba hacia ella. - No me hace falta. - musitó, justo antes de besarla suavemente.
A pesar de las desgracias que habían asolado su pasado, el dragón ya se consideraba afortunado solo por estar vivo, o más bien porque ambos lo estaban. Su repentino acercamiento hizo que las mariposas abandonasen momentáneamente a la de cabellos cenicientos, pasando a revolotear en torno a los dos hasta que se separaron, instante en que volvieron a posarse sobre la tensai de aire.
Elen sonrió ampliamente a su marido y tomándolo de la mano, lo guió hacia la zona en que se encontraban los músicos a los que habían visto anteriormente mientras paseaban por la plaza, deteniéndose a escasos metros del grupo. - Esto me trae recuerdos de Lunargenta. - rememoró el alado, haciéndola girar sobre sí misma mientras se unían al corro de bailarines que ocupaban el lugar.
- ¿Es cosa mía o ahora hay más que antes? - preguntó un rato después, cuando tras un par de piezas, decidieron tomarse un descanso. - Eso parece. - confirmó la maga, observando la cantidad de verdosos insectos que la rondaban. - Saben que no pueden quedarse contigo ¿no? - continuó, situándose tras la bruja para abrazarla por la espalda. - Si se pasaran todo el día pegadas a ti me pondría celoso, se supone que soy el único con derecho a eso… al menos de momento. - añadió, y su voz se fue suavizando conforme llegaba al final de la frase.
La joven notó como el norteño hundía el rostro en su cenicienta melena, no le hacía falta preguntar por aquello último, sabía perfectamente a lo que se refería. A Alister le hacía ilusión la idea de que le diese un hijo, cosa que terminaría pasando tarde o temprano, si los dioses querían.
Delicadamente, la hechicera echó una mano hacia atrás para acariciar los castaños cabellos de su esposo, que reaccionó a su gesto aumentando levemente la intensidad de su abrazo. - Hueles muy bien, pero prefiero el perfume que sueles usar. - susurró él, acostumbrado ya la fragancia que tenía normalmente. - Entonces si este atrae a las mariposas, ¿el mío sirve para atraerte a ti? Lo tendré en cuenta. - bromeó, y ambos rieron.
Desde donde estaba, la pareja siguió disfrutando de la animada música y del ambiente festivo durante un rato más, para luego pasear por entre los puestos con tranquilidad, deteniéndose a ojear algunos de los productos que ofrecían.
Off: Lanzo runa para ver si consigo atraer a alguna mariposa más (aprovecho el efecto del perfume que mejora en 2 la calidad de la runa por segunda vez)
También lanzo el dado para el evento off rol del 13º aniversario.
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Última edición por Elen Calhoun el Dom Sep 11 2022, 22:11, editado 1 vez
Elen Calhoun
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
El miembro 'Elen Calhoun' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
Sein se imaginaba a sí mismo frente a su tribu, contándoles todo lo que estaba presenciando y observando sus reacciones. Seguro que muchos querrían acompañarle para comprobar si todo era cierto. Por lo menos, llevaba un saco con pastas para otorgarles parte del disfrute que estaba experimentando en la capital de los dragones. Mirando arriba, se preguntaba si alguno de los gigantescos edificios de esa ciudad albergaría en su cima al Tigre guía y a todos los ancestros.
Mientras avanzaba perdido en sus pensamientos, se topó con un bardo que ofrecía un melodioso espectáculo a un pequeño grupo de personas. El chamán se detuvo para observar con sus ojos lo que tenía cautivados a sus oídos. Le extrañaba este tipo de música, pues desde siempre había convivido con toscos tambores y cuernos de guerra ofreciendo rítmicas composiciones a sus ancestros.
- Por mis ancestros... ¿Qué instrumento es? - preguntó maravillado, señalando al laúd de aquel hombre de extravagantes ropajes. - Precioso sonido. ¿Para qué haces sonar? - Para él, tocar un instrumento siempre tenía un significado trascendental.
Perdido en su curiosidad, no se había dado cuenta de quién acompañaba al bardo. Él le miraba, esperando para ver si le reconocería en algún momento. - ¡Creador de armadura! Oh, casi no reconozco. ¡Cuánto tiempo, amigo! - Antes de saludarle con un cariñoso abrazo, se golpeó la armadura en la zona del pecho para mostrarle que su creación le seguía acompañando. - Espíritus nos reúnen de nuevo. ¿Cómo estás?
A su lado, aparte de un joven chaval había una mujer que atrajo también la curiosidad de Sein. Esta le miraba, como analizándole. - Saludos. ¿Nombre? ¿Qué tienes en cabeza? Tienes luz aquí... ¿No hace daño? - preguntó preocupado señalándose a su propia sien.
- Un placer. Mi nombre es Kira, ¿y el tuyo? - contestó cordialmente. - Se trata de un implante biocibernético. No te preocupes, no me provoca ningún dolor.
- Un placer, Kira. No entendido... ¿Qué es bio...?
- Biocibernético - le ayudó orgulloso el pequeño acompañante de Elian.
- Biocibernético, aparte de la raza a la que pertenezco, se refiere a la naturaleza del implante sobre el que me has preguntado. La característica que nos hace más reconocibles es la presencia de elementos metálicos y electrónicos en nuestro cuerpo, como el que puedes ver en la parte derecha de mi frente.
Sein estaba enormemente sorprendido. Estaba recibiendo demasiada información: un instrumento nunca visto, el reencuentro con el artesano que fabricó su preciada armadura, un nuevo tipo de criatura del que tenía mucho que aprender... Tenía muchas preguntas que hacer, pero sintió que si seguía intentando aprender estaría interrumpiendo aquella reunión que tenían ellos en curso, así que se limitó a hacerles un gesto de amabilidad para presentarse como es debido.
- Oh, por cierto... mi nombre, Sein. Chamán de Isklør, en montañas de oeste. Mano de Tigre, me llaman ahí. Eh... amable anciana regaló saco con... comida dulce que fabrica. ¿Queréis uno? - ofreció sacando una de las pastas del saco y mostrándoselas a aquellos cinco nuevos conocidos. - ¡Ah! ¿Nombre vuestro? - preguntó dirigiéndose al joven, al bardo y al vampiro.
______
OFF: Me acerco a interactuar con Elian, Mishu y Corlys, además de con Kira.
Mientras avanzaba perdido en sus pensamientos, se topó con un bardo que ofrecía un melodioso espectáculo a un pequeño grupo de personas. El chamán se detuvo para observar con sus ojos lo que tenía cautivados a sus oídos. Le extrañaba este tipo de música, pues desde siempre había convivido con toscos tambores y cuernos de guerra ofreciendo rítmicas composiciones a sus ancestros.
- Por mis ancestros... ¿Qué instrumento es? - preguntó maravillado, señalando al laúd de aquel hombre de extravagantes ropajes. - Precioso sonido. ¿Para qué haces sonar? - Para él, tocar un instrumento siempre tenía un significado trascendental.
Perdido en su curiosidad, no se había dado cuenta de quién acompañaba al bardo. Él le miraba, esperando para ver si le reconocería en algún momento. - ¡Creador de armadura! Oh, casi no reconozco. ¡Cuánto tiempo, amigo! - Antes de saludarle con un cariñoso abrazo, se golpeó la armadura en la zona del pecho para mostrarle que su creación le seguía acompañando. - Espíritus nos reúnen de nuevo. ¿Cómo estás?
A su lado, aparte de un joven chaval había una mujer que atrajo también la curiosidad de Sein. Esta le miraba, como analizándole. - Saludos. ¿Nombre? ¿Qué tienes en cabeza? Tienes luz aquí... ¿No hace daño? - preguntó preocupado señalándose a su propia sien.
- Un placer. Mi nombre es Kira, ¿y el tuyo? - contestó cordialmente. - Se trata de un implante biocibernético. No te preocupes, no me provoca ningún dolor.
- Un placer, Kira. No entendido... ¿Qué es bio...?
- Biocibernético - le ayudó orgulloso el pequeño acompañante de Elian.
- Biocibernético, aparte de la raza a la que pertenezco, se refiere a la naturaleza del implante sobre el que me has preguntado. La característica que nos hace más reconocibles es la presencia de elementos metálicos y electrónicos en nuestro cuerpo, como el que puedes ver en la parte derecha de mi frente.
Sein estaba enormemente sorprendido. Estaba recibiendo demasiada información: un instrumento nunca visto, el reencuentro con el artesano que fabricó su preciada armadura, un nuevo tipo de criatura del que tenía mucho que aprender... Tenía muchas preguntas que hacer, pero sintió que si seguía intentando aprender estaría interrumpiendo aquella reunión que tenían ellos en curso, así que se limitó a hacerles un gesto de amabilidad para presentarse como es debido.
- Oh, por cierto... mi nombre, Sein. Chamán de Isklør, en montañas de oeste. Mano de Tigre, me llaman ahí. Eh... amable anciana regaló saco con... comida dulce que fabrica. ¿Queréis uno? - ofreció sacando una de las pastas del saco y mostrándoselas a aquellos cinco nuevos conocidos. - ¡Ah! ¿Nombre vuestro? - preguntó dirigiéndose al joven, al bardo y al vampiro.
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OFF: Me acerco a interactuar con Elian, Mishu y Corlys, además de con Kira.
Sein Isånd
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
- No me jodas eh, es difícil replicar un dibujo. Yo no soy un artista, soy un ilusionista, compañero. Además, con ese horrible dibujo, ¿cómo crees que va a quedar su cara? - replicó únicamente para intentar quedar por encima, pues él mismo reconocía en sus adentros la fealdad del rostro que había creado.
A pesar de ello, Zagreus pudo retocar el dibujo para hacer el plan más creíble, y puesto que los demás alquimistas habían sido testigos del robo sufrido por Eberus, se mostraron más crédulos y la penosa farsa tuvo éxito, consiguiendo así los dos los perfumes que buscaban... y gratis.
Le estrechó la mano al alquimista y también a Zagreus frente a todos para mostrar su falso agradecimiento. - Eres un grande, compañero - le felicitó en voz baja. - Ahora solo toca echarnos este potaje encima a ver si es verdad que atrae mariposas o no.
Procedieron a rociarse con el perfume, y en sus ojos podía leerse la palabra "dinero". - Oye, pero mejor vamos a algún lugar donde no nos puedan encontrar fácilmente. No sé si la ilusión durará mucho más, y en cuanto lo noten los guardias... que las sombras nos mantengan ocultos.
Se dirigieron a un lugar diferente al anterior, pues cuando el chaval despertase probablemente informaría a los guardias sobre el último lugar que recordaba ver, y este era cercano a donde se ocultaron antes.
- Una cosa... ¿Dónde está ese anciano que dices que nos pagará por llevarle mariposas? No deberíamos perderle de vista - preguntó mientras preparaba el saco esperando que el efecto del perfume les ayudase con aquella tarea. - Dioses, mira cuántas vienen por ahí. Y eso que este perfume huele a estiércol de caballo, comparándolo con el mío... y eso que era falso, ¿eh?
______
OFF: Tiradita de runas mejoradas por el efecto del perfume para ver cuántas mariposas me llevo al saco, y tiradita diaria del dado de cumpleaños.
Continúa la trama conjunta con el igualmente malvado Zagreus.
A pesar de ello, Zagreus pudo retocar el dibujo para hacer el plan más creíble, y puesto que los demás alquimistas habían sido testigos del robo sufrido por Eberus, se mostraron más crédulos y la penosa farsa tuvo éxito, consiguiendo así los dos los perfumes que buscaban... y gratis.
Le estrechó la mano al alquimista y también a Zagreus frente a todos para mostrar su falso agradecimiento. - Eres un grande, compañero - le felicitó en voz baja. - Ahora solo toca echarnos este potaje encima a ver si es verdad que atrae mariposas o no.
Procedieron a rociarse con el perfume, y en sus ojos podía leerse la palabra "dinero". - Oye, pero mejor vamos a algún lugar donde no nos puedan encontrar fácilmente. No sé si la ilusión durará mucho más, y en cuanto lo noten los guardias... que las sombras nos mantengan ocultos.
Se dirigieron a un lugar diferente al anterior, pues cuando el chaval despertase probablemente informaría a los guardias sobre el último lugar que recordaba ver, y este era cercano a donde se ocultaron antes.
- Una cosa... ¿Dónde está ese anciano que dices que nos pagará por llevarle mariposas? No deberíamos perderle de vista - preguntó mientras preparaba el saco esperando que el efecto del perfume les ayudase con aquella tarea. - Dioses, mira cuántas vienen por ahí. Y eso que este perfume huele a estiércol de caballo, comparándolo con el mío... y eso que era falso, ¿eh?
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OFF: Tiradita de runas mejoradas por el efecto del perfume para ver cuántas mariposas me llevo al saco, y tiradita diaria del dado de cumpleaños.
Continúa la trama conjunta con el igualmente malvado Zagreus.
Eberus
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
El miembro 'Eberus' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
—Eh, sí, muchas gracias. ¿Y tú? —respondió Elian a la curiosa muchacha tras un breve pero tenso silencio en que tío y sobrino se miraron confundidos.
Para su sorpresa, la chica pareció considerar seriamente su pregunta antes de dar una respuesta:
—Kira ha hablado con gente y tomado cerveza. Fue agradable.
—Sí que es agradable, aunque luego… —reflexionó Aryz en voz alta.
—¿Kira? ¿Ese es tu nombre? —interrumpió Elian y, tras un asentimiento de ella, añadió—: Encantado de conocerte, Kira. Yo soy Elian y este es mi sobrino Aryz.
En aquel momento, una cara conocida se unió al grupo y no tardó en presentarse también a la muchacha. Elian, gratamente sorprendido, saludó a Corlys, mientras Aryz daba vueltas en su mano a la botellita de perfume y miraba alrededor, como si buscase algo. Aunque volvió la atención al recién llegado en cuanto soltó su siguiente comentario.
—Ya, bueno, no fui yo el que acabó tocando el órgano y trabajando el cuero en un sótano. ¿A qué hueles?
Era cierto que el vampiro emanaba un aroma… peculiar.
—¡Cooorrlyyys!
El cerebro de Elian aún estaba registrando la melodiosa voz cuando su dueño saltó encima del interpelado.
—¿También con kobolds? —murmuró Aryz ahogando una risa.
Elian le dio un manotazo en la nuca, que quedó eclipsado por la media sonrisa que no fue capaz de contener, y correspondió a la presentación del recién llegado, Mishu. Bardo, aparentemente, por la forma en que se enredó en una discusión sobre arte y disfrute con Kira.
Pero no sería Elian quien se quejase cuando a un artista le diera por improvisar una actuación privada. Bueno, no tan privada, ya que se encontraban en medio de la calle, pero él estaba en primera fila, que eso era lo que importaba.
La interpretación de Mishu estuvo tan inspirada, que a Elian le asaltaron vívidas imágenes de la dragona de la canción que, por alguna razón, se parecía mucho a Kira y caminaba por las calles de Dundarak con un elfo de pelo blanco y una elfa de cara tatuada, disfrutando de diferentes juegos, tiendas y espectáculos de magia.
Volvió en sí con los últimos acordes y no dudó en aplaudir la actuación, que había atraído a un nuevo admirador. Uno que no era Kira.
¡Cómo olvidar a Sein! Un grande. En más de un sentido. No era frecuente que un cliente apreciase tanto el arte de la elaboración como la utilidad de la pieza. Por eso no dudó en corresponder a su abrazo de oso, a pesar de que, una vez más, dudó si sería capaz de volver a respirar.
Una clase sobre biocibernéticos después, el recién llegado atrajo la atención de su sobrino sacando un paquete de pastas.
—Aryz, encantado —dijo el chico, haciendo desaparecer una antes de terminar de hablar—. ¿Vas a comerte la tuya? —le susurraría a Elian un momento después.
—Saben mejor que las biusas —dijo Kira, después de darle un tentativo bocado.
—¿Has probado las biusas? —preguntó Aryz volviéndose hacia la chica, momento que aprovecharía Elian para comerse su pastita—. ¿A qué saben?
—A cerveza. Hoy me han ofrecido mucha cerveza.
—¿Cómo es eso? —preguntó Elian un tanto alarmado.
—Me encargaron disfrutar de la vida, pero no sé cómo —explicó Kira—. Mucha gente toma cerveza para disfrutar. Sigo sin entender por qué.
Mientras Elian buscaba una forma de responder a aquello, Aryz le quitó la tapa al frasco de perfume y roció con él a la pobre muchacha.
—¿Pero qué…? —quiso saber Elian.
Su sobrino solo se encogió de hombros mientras volvía a tapar el frasco.
—Se supone que atrae la suerte —dijo, como si aquello lo explicara todo.
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OFF: ¿Por qué me empeño en escribir diálogos? Poner color es lo peor.
Interactúo con Kira, Corlys, de forma pasiva con Mishu y también con Sein. Aryz rocía a Kira con la pocioncita esa atrae-mariposas.
No sé si esto se podrá hacer, pero como hay veces que es mejor pedir perdón que permiso, yo me lanzo y si cuela, cuela: Lanzo runitas para ver cuántas mariposas se posan en Kira, bendecida por la perfumada suerte.
Lanzo el dado de aniversario para mí.
Para su sorpresa, la chica pareció considerar seriamente su pregunta antes de dar una respuesta:
—Kira ha hablado con gente y tomado cerveza. Fue agradable.
—Sí que es agradable, aunque luego… —reflexionó Aryz en voz alta.
—¿Kira? ¿Ese es tu nombre? —interrumpió Elian y, tras un asentimiento de ella, añadió—: Encantado de conocerte, Kira. Yo soy Elian y este es mi sobrino Aryz.
En aquel momento, una cara conocida se unió al grupo y no tardó en presentarse también a la muchacha. Elian, gratamente sorprendido, saludó a Corlys, mientras Aryz daba vueltas en su mano a la botellita de perfume y miraba alrededor, como si buscase algo. Aunque volvió la atención al recién llegado en cuanto soltó su siguiente comentario.
—Ya, bueno, no fui yo el que acabó tocando el órgano y trabajando el cuero en un sótano. ¿A qué hueles?
Era cierto que el vampiro emanaba un aroma… peculiar.
—¡Cooorrlyyys!
El cerebro de Elian aún estaba registrando la melodiosa voz cuando su dueño saltó encima del interpelado.
—¿También con kobolds? —murmuró Aryz ahogando una risa.
Elian le dio un manotazo en la nuca, que quedó eclipsado por la media sonrisa que no fue capaz de contener, y correspondió a la presentación del recién llegado, Mishu. Bardo, aparentemente, por la forma en que se enredó en una discusión sobre arte y disfrute con Kira.
Pero no sería Elian quien se quejase cuando a un artista le diera por improvisar una actuación privada. Bueno, no tan privada, ya que se encontraban en medio de la calle, pero él estaba en primera fila, que eso era lo que importaba.
La interpretación de Mishu estuvo tan inspirada, que a Elian le asaltaron vívidas imágenes de la dragona de la canción que, por alguna razón, se parecía mucho a Kira y caminaba por las calles de Dundarak con un elfo de pelo blanco y una elfa de cara tatuada, disfrutando de diferentes juegos, tiendas y espectáculos de magia.
Volvió en sí con los últimos acordes y no dudó en aplaudir la actuación, que había atraído a un nuevo admirador. Uno que no era Kira.
¡Cómo olvidar a Sein! Un grande. En más de un sentido. No era frecuente que un cliente apreciase tanto el arte de la elaboración como la utilidad de la pieza. Por eso no dudó en corresponder a su abrazo de oso, a pesar de que, una vez más, dudó si sería capaz de volver a respirar.
Una clase sobre biocibernéticos después, el recién llegado atrajo la atención de su sobrino sacando un paquete de pastas.
—Aryz, encantado —dijo el chico, haciendo desaparecer una antes de terminar de hablar—. ¿Vas a comerte la tuya? —le susurraría a Elian un momento después.
—Saben mejor que las biusas —dijo Kira, después de darle un tentativo bocado.
—¿Has probado las biusas? —preguntó Aryz volviéndose hacia la chica, momento que aprovecharía Elian para comerse su pastita—. ¿A qué saben?
—A cerveza. Hoy me han ofrecido mucha cerveza.
—¿Cómo es eso? —preguntó Elian un tanto alarmado.
—Me encargaron disfrutar de la vida, pero no sé cómo —explicó Kira—. Mucha gente toma cerveza para disfrutar. Sigo sin entender por qué.
Mientras Elian buscaba una forma de responder a aquello, Aryz le quitó la tapa al frasco de perfume y roció con él a la pobre muchacha.
—¿Pero qué…? —quiso saber Elian.
Su sobrino solo se encogió de hombros mientras volvía a tapar el frasco.
—Se supone que atrae la suerte —dijo, como si aquello lo explicara todo.
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OFF: ¿Por qué me empeño en escribir diálogos? Poner color es lo peor.
Interactúo con Kira, Corlys, de forma pasiva con Mishu y también con Sein. Aryz rocía a Kira con la pocioncita esa atrae-mariposas.
No sé si esto se podrá hacer, pero como hay veces que es mejor pedir perdón que permiso, yo me lanzo y si cuela, cuela: Lanzo runitas para ver cuántas mariposas se posan en Kira, bendecida por la perfumada suerte.
Lanzo el dado de aniversario para mí.
Elian
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
El miembro 'Elian' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
El mago y yo nos alejamos de donde habíamos hecho nuestro espectáculo digno de aplausos, ya que no era buena idea permanecer en el centro de las festividades. Nuestro plan que había salido de perlas se podría venir abajo en cuestión de segundos si no actuábamos con cautela. Por ello, apartados de las plazas donde mayor gente se reunía, nos ubicamos en un lugar alejado de la vista de los guardias y los curiosos.
Ya estando en relativa soledad, el mago se apresuró para bañarse con el perfume que habíamos obtenido. El olor era nauseabundo, pero las mariposas reaccionaban a este acerándose de manera dócil. El efecto seguramente se disiparía rápidamente, por lo que debíamos sacar provecho para colocar la mayor cantidad en nuestros sacos. Me rocié con la desagradable fragancia y preparado esperé para capturar a los insectos de alas verdes.
Ja, ya aquí atrapé varias. – dije contento por los resultados de este nuevo intento, provocaba apretar el saco con aquellos insecto dentro, pero pensando en la recompensa preferí no hacerlo. - Espero que ese anciano pague bien. Y bueno, la última vez que lo vi estaba en la plaza principal, cerca de un puesto de bebidas. Lo escuché hablar de sus penurias y a todo aquel que pasaba le hacía la oferta de atrapar mariposas por él. Los guardias no parecían contentos, pero por lo visto es alguien nativo de la ciudad.
Contaba en mi mente cuantas mariposas ya tenía en mi bolsa, tenía que ir con el anciano, ya que si se trataba de un humano o algún dragón seguro pronto dormiría y no me servía cobrar mi deuda durante el día por obvias razones.
Creo que será mejor que empecemos a caminar para buscar el anciano, el efecto del perfume seguro pasará pronto y deseo terminar con todo este tema de los bichos voladores y estas fiestas hipócritas.
El anciano estaría a unas pocas calles de donde estábamos, así que, con una marcha lenta, procurando estar atento a los alrededores para asegurarme de que ningún guardia nos viera, empecé a caminar. - Quizás atrapamos algunas más por el camino, pero hay que estar atentos a que no nos vean.
______________________________Ya estando en relativa soledad, el mago se apresuró para bañarse con el perfume que habíamos obtenido. El olor era nauseabundo, pero las mariposas reaccionaban a este acerándose de manera dócil. El efecto seguramente se disiparía rápidamente, por lo que debíamos sacar provecho para colocar la mayor cantidad en nuestros sacos. Me rocié con la desagradable fragancia y preparado esperé para capturar a los insectos de alas verdes.
Ja, ya aquí atrapé varias. – dije contento por los resultados de este nuevo intento, provocaba apretar el saco con aquellos insecto dentro, pero pensando en la recompensa preferí no hacerlo. - Espero que ese anciano pague bien. Y bueno, la última vez que lo vi estaba en la plaza principal, cerca de un puesto de bebidas. Lo escuché hablar de sus penurias y a todo aquel que pasaba le hacía la oferta de atrapar mariposas por él. Los guardias no parecían contentos, pero por lo visto es alguien nativo de la ciudad.
Contaba en mi mente cuantas mariposas ya tenía en mi bolsa, tenía que ir con el anciano, ya que si se trataba de un humano o algún dragón seguro pronto dormiría y no me servía cobrar mi deuda durante el día por obvias razones.
Creo que será mejor que empecemos a caminar para buscar el anciano, el efecto del perfume seguro pasará pronto y deseo terminar con todo este tema de los bichos voladores y estas fiestas hipócritas.
El anciano estaría a unas pocas calles de donde estábamos, así que, con una marcha lenta, procurando estar atento a los alrededores para asegurarme de que ningún guardia nos viera, empecé a caminar. - Quizás atrapamos algunas más por el camino, pero hay que estar atentos a que no nos vean.
Off
Pruebo nuevamente cazar mariposas ahora con el olor del perfume sobre mi. Sigo con mi cómplice Eberus.
Lanzo el dado para el evento de 13 años para el día 12 de septiembre.
Conteo de mariposas hasta ahora:
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Zagreus
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Re: Mariposas de la fortuna [Evento social]
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Tyr
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