Palabras de Perdón. [Interpretativo][Privado][+18]

La lluvia caia valiente en la tierra. El sonido natural del bosque era eclipsado por las gotas que caian azotando la piedra, la tierra y el barro. La niebla cubria parte del paisage y la luna brillaba, esplendida y grande.
Una figura alta y corpulenta, envuelta en una capa negra, dejaba que la lluvia cayera por las curvas de su anchos hombros. El rostro de la figura, masculino, marcado por cicatrices y una barba espesa y varonil, se mojaba levemente. Miraba fijamente el agua del lago. Esta, estaba en calma mientras la lluvia caia en ella. El hombre, de mirada verde, profunda y atractiva giro levemente el rostro. Otra figura lo acompañaba, mas pequeña, femenina. No dijo nada, simplemente se la quedo mirando mientras la lluvia los cubria a ambos.

-He perdido el rastro...-susurro mientras sujetaba la espada en la mano. El hombre habia estado cazando un ciervo pero la lluvia, las heridas y el estado en el que se encontraba no lo habian ayudado. Estab agotado fisica y mentalmente. Los acontecimientos pasados lo habian llevado a un punto de vida y muerte. Y estaba cabreado. Con ella, con el mismo. Con el ciervo tambien y la lluvia ya de paso.- ciervo hideputa...-gruño guardando la espada. Sin mirar a la mujer fue caminando hacia el campamento, resguardado de la lluvia, una tienda grande entre arboles altos y delgados, aropada por un modesto fuego.
Se quito la capa y la dejo secar en una rama. Se sento cerca del fuego y se quito la ropa mojada quedandose en pantalones, de cuero negro apretado. Las vendas le cubrian casi todo el cuerpo. Le dolia todo el cuerpo, estaba entumecido. La miro otra vez, fijamente. Debian hablar. Queria respuestas pero el cabreo que llevaba encima era incontrolable. sabia que si hablaban cabria la posibilidad de acabar mal.

Suspiró y saco su petaca, bebio y la mantubo en su mano. Desde aquel dia, en al cueva, solo y abandonado, habia empezado a beber. Eso lo habia llevado a peleas en tabernas, volviendo a sus origines, borracho y violento.
Se habia lamentado noche tras noche, maldiciendola a ella y a el mismo. Se estaba volviendo loco.

Caminaba junto a el bajo la lluvia, en silencio sin animarse a pronunciar palabra alguna, ese no era el momento, la lluvia se hacia cada vez más intensa y el frío mas cruel, aunque para ella eso no era problema si ser inmortal estaba condenado a permanecer frío, le preocupaba Wallace, estaba mal herido luego de la ultima aventura que les tocó vivir otra vez juntos, sin embargo ya nada era igual, el la odiaba se notaba en su mirada, las pocas veces que sus ojos se encontraron podía notar el odio en ellos, sin embargo ella lo seguía amando pero no se lo diría, todo lo que sentía por el debía enterrarlo en el fondo de su corazón.

Escuchó maldecir al brujo el haber perdido el rastro del ciervo. La suerte no estaba de su lado esa noche, mojados y sin alimento debieron partir de regreso al campamento, ella de vez en cuando lo miraba sin que el no notara, le dolía su silencio y su indiferencia, pero esa era el precio que debía pagar por abandonarlo aquella noche en la cueva, ya era tarde para arrepentimientos hiciera lo que hiciera las cosas ya no volverían a ser como antes pensaba, con la cabeza mirando al suelo mojado.

El viento llevaba una y otra vez un mechón su cabello directo a sus ojos impidiéndole mirar con claridad el camino, lo acomodaba una y otra vez entre la capucha, ya faltaba poco para llegar al campamento así poder poder estar a salvo de la lluvia.
De pronto los recuerdos le sacudieron la cabeza y el cuerpo por completo, todo era igual a al primera vez que se encontraron...aunque ahora...nada sería igual que antes. Lo miraba en silencio quitarse la la capa junto con el resto de la ropa mojada, mientras ella hacia lo mismo intentando deshacerse del exceso de agua de su vestido.

El mantuvo la distancia en todo momento parecía que la presencia de Amaranth le incomodaba se sentó a beber de una petaca y a contemplar el fuego, ella en el otro extremo permanecía sentada en silencio dibujando garabatos con una rama sobre el suelo mojado. La situación era muy incomoda no podía soportar el silencio y la indiferencia de Wallace, fue así como se decidió a romper ese muro invisible que existía entre los dos.
-Wall...yo...demonios necesitamos hablar!!- exclamó mirándolo a los ojos -Dime lo que sea, lo merezco pero dime algo por favor- se acercó a el y se arrodilló a quedando a la altura de sus ojos, quitándole la petaca de las manos para dejarla sobre el suelo. -Wall...- le repetía zamarreandole los hombros esperando alguna respuesta.

Wallace alzo la mirada, por fin, sin moverse al no tener la petaca en las manos. Amaranth lo cogia de los hombros, desesperada. Su voz era como un susurro para el pero debia reaccionar. Queria abrazarla y decirle que todo estaba bien, que no la odiaba. Queria decirle que la habia echado de menos y que no querai dejarla sola a pesar de todo. Pero su cuerpo actuo mucho antes que el.

La empujo, haciendola caer y se puso encima, apoyando una rodilla al suelo. Su fuerte mano la cogio de aquel cuello que tantas veces habia soñado con besar. Apretó los dedos en el y alzo l aotra mano, para abofetearla, pero asi se quedo. Mirandola fijamente a los ojos. Queria besarla y matarla. Su cuerpo no respondia. No queria hacerle daño pero habian sido tantas las personas qu elo habian herido que no sabia como reaccionar con ella. gruñó, impotente al no saber que hacer, sus ojos se volvieron llenos de suplica, pedian ayuda. Jadeo, desesperado y la soltó, sentadose en el suelo, controlando las ganas de echarse a llorar. Se sentia tand ebil, tan...solo. Y eso lo golpeo fuerte en el corazon.

Cogió una mano de ella y se la puso en la mejilla, anelante de caricias de cariño. Cerro los ojos y aspiro el perfume mientras mantenia aquella mano alli.
-Te odio....odio que me provoques esto...sentirme solo...sin ti...-jadeo, apretando el puño libre.- Amaranth...-decir su nombre fue como una bendicion. Resono en su cabeza como musica y cuando salio de sus labios le alivio. Volver a ver esos ojos y esa rostro. Cuando se habia vuelto asi? Desde cuando detalles de un rostro le importaban tanto?

No sabia que hacer ni que contestarse asi que simplemente se quedo alli, agacho, con su mano en el rostro, agotado.

Otra vez se encontraba perdia en esos ojos verdes, mirándolos fijamente, lo zamarreba intentando hacerlo reaccionar. En cosa de segundos la empujo violentamente al suelo poníendose sobre ella, Amaranth sintió la fuerta mano de Wallace cogerle el cuello firmemente al punto de quitarle casi quitarle la respiración, ella no opuso resistencia pues la no sabía como reacciónar, no quería dañarlo, tal vez debía dejar que acabara con su vida y asi el encontraría paz, ese era su unico pensamiento en ese momento.

Apenas y podía articular palabra -Si quieres matarme hazlo, acaba ya con esto- le susurró con la respiración entrecortada. Luego la soltó y se sentó mirandola a los ojos, lentamente un tanto mareada se sentó quedando frente a él, ella le correspondía la mirada pero algo habia cambiado...ya no tenía odio en sus ojos...ya no.

Suavemente él le tomó la mano y se la llevo hacia la mejilla en un intento de sentir una caricia, Amaranth sentía la barba áspera rozar su mano mientras le acariciaba el rostro que permanecia mirando el suelo. Sentía un nudo en la garganta, el llanto contenido no le permitia hablar, sólo deseaba abrazarlo y decirle tantas cosas...entre elllas la mas importante...Perdón, esa palabra que hace mucho tiempo tenía la necesidad de decirsela cara a cara, perdon por haberlo abandonado.

Con ambas manos le alzó el rostro, ahi estaban frente a frente, ella se acercó despacio y sus rostros muy cercanos el uno del otro, podía sentir su respiración caliente y agitada quemandole la piel, se perdía en esos ojos verdes profundos. Acarició su rostro una vez mas - Wallace...sé que merezco tu odio, tu rencor, no fue facil dejarte aquella noche, pero no podía...no debia...quedarme contigo- negaba con la cabeza - Yo...yo...cada uno de los dias que siguieron no pude sacarte de mi cabeza, pensé en ti dia tras dia, me fue imposible olvidarte...-, no pudo contenerse y una lágrima se deslizó por su mejilla -Te necesité cada noche junto a mi, pensé que con otros besos podría sacarte de mi mente pero no fue así ....Perdoname-. Suavemente lo besó en los labios...aquellos que noche a noche añoraba con volver a besar.

Wallace abrio mucho los ojos al sentir esos labios en el. Largas noches habian pasado deseando vovler a verla, volver a ver esos labios sonriendole, besandole, susurrando su nombre. Sus olor de nuevo, el perfume que lo abrumo la primera vez. Su piel fria y ardiente a la vez, la cual habia deseado besar desde entonces.
En ese momento, cuando sintio que todo su mundo se centraba en ella, se dio cuenta de todo. Pero no queria pensar. Correspondio al beso como si de un sediento se tratara, bebiendo de ella, uniendose, abrazandola, estrechandola contra el.
La noche les daba la oportunidad de perdonar, de reconciliarse y tonto de el que no lo hiciera. Bajo la mirada de las estrellas y quien sabe si los dioses tambien.

Wallace la mantubo abrazada, despues de haber estado un buen rato dandose besos, como dos crios, que se habian prometido amor eterno. No sabia que decir, buscaba las palabras en su cabeza pero le costaba.
-Quise matarte...-susurro estrechandola contra el.-..dios mio estube apunto de matarte..-dijo, hundiendo su rsotro en el cuello de ella.-...no queria verte...no queria desearte como lo hago...-susurro acariciando lentamente su espalda, desde la nuca hasta el trasero.-..no te vayas...no te vayas...por favor...-le dijo con un hilillo de voz. Donde estaba el guerrero? y el asesino, aquel hombre que jamas habia pedido clemencia ni perdon, auqel hombre que por actos como los que ella habia hecho, lo abria castigado con su muerte.

La soledad jamas le habia importado, solo crecio y solo ha estado siempre, pero ella, esa vampira, su enemiga, se habia convertido en algo importante para el, lago incluso vital. Se sentia libre con ella, bien, feliz, con fuerzas como para levantar una montaña y gritar contra viento. Beso su cuello con cuidado de no lastimar su suave piel con la barba que se habia dejado crecer. Necesitaba lavarse y arreglarse pues desde que ella lo abandono, nada le habia importado, ni su aspecto si su olor, que no era agradable en se momento.
-Necesito...necesito lavarme..-le susurro apartandola con cuidado.-..ven conmigo...Amaranth...-le pidio, casi en una suplica.

Volvió a probar esos labios, aquellos que sus huellas intentó borrar con otros ajenos, en ese beso comprobaba que lo que intentó negar por tanto tiempo...lo amaba, en su oscuro corazón donde el amor o la compasion no tenian cabida...Wallace supo apoderarse de él. Un escalofrio le recorrió el cuerpo cuando el rozaba delicadamente su espalda, la piel se le erizaba por completo, sensaciones que solo un hombre podía despertar.

La cobijaba en su pecho, como añoraba volver a estar ahi...resguardada, segura, sintiendo los latidos de su corazón, deseaba detener el tiempo justo en ese instante...perpetuar en su memoria todo lo que estaba viviendo ahora. Suplicante le pedía que no se fuera, que se quedara con el, esto la remecio....no se lo esperaba, no podía creer que a pesar de todo el daño que le hizo, aún quisiera estar con ella.

Suspiró y le tomó las manos -No quiero separarme de ti nunca más, donde tu vayas iré...- lo besó dulcemente y se refugió en sus brazos, pero él la apartó suavemente -Necesito lavarme, ven conmigo- fue la invitación que le hacía, al parecer Wallace no deseaba separarse de ella ni un solo segundo, quería estar unido a ella, y a Amaranth no le incomodaba la idea, pues ella tambien deseaba recuperar todo ese tiempo perdido a causa del odio, el rencor y los deseos de venganza.
Se puso de pie dispuesta a acompañarlo hacia el lago como la primera vez que sus cuerpos se encontraron...también en un lago, recordó esto y dibujó una sonrisa traviesa en sus labios -Como en los viejos tiempos...- , le dijo mientras se desprendía el vestido y acomodaba su cabellera hacia el costado, descubriendo sus hombros pálidos y tersos.

Miró al lago, la niebla era espesa y el agua estaba quieta, reflejando la luz de la luna aquel era un espectaculo hermoso, se quedó ahi un rato contemplando la escena esperando a Wallace.

Wallace no dejaba de mirar el cuerpo de su amante. Lo habia echado tanto de menos que no pudo contenerse de abrazarla por detras y pegar sus labios en aquella piel. Jadeo al ver la necesidad inminente que su cuerpo tenia hacia ella. Lo estaba volviendo loco, sin control. Se quito la ropa, pues ya no llovia, y se acerco al agua, desnudo. La luna les daba una luz preciosa, el agua estaba limpia y pura, perfecta para ellos.

-Esta helada...-susurro mirandola. Entró lentamente y comforme el tocaba el agua esta se iba calentando, como unas termas burbujeantes. La miro y la ayudo a entrar cogiendola de la mano, pero no la dejo muy lejos, la estrecho contra el y soltó un suspiro de alivio al sentir todo su cuerpo, suspechos su feminidad.-...Amaranth...-susurro besando su cuello mientras el agua los limpiaba.-...Amaranth...-su nombre era magico.

Sus manos repasaron la curva de su espalda lentamente para acabar en su trasero, el cual masageo y acaricio con posesividad. Esa muejer era suya. La miro a los ojos y beso sus labios, dandoles suabes besos, dulces y timidos.
-Amaranth...quiero...-la aparto y la miro a los ojos.-..quiero que me cuentes que has echo..todo...-le dijo con una gran sonrisa en los labios, sin soltarla.-...todo...

Se quitó el vestido lentamente hasta descubrir la silueta de su cuerpo desnudo, la luz de la luna reflejaba en su piel de una manera casi mágica, estaba hermosa. Los brazos de Wallace la aprisonaban con fuerza, sus besos le encendían la piel...lo deseaba como el primer dia. Se giró hacia el, le mordió el labio con fuerza y sonrió cual si fuera una niña traviesa. Al  oido le susurró -Te extrañé- mientras le acarciaba la espalda con la la punta de los dedos.
Luego Wallace se acercó al agua invitandola a entrar, se sujetó de su mano y camino con cuidado hacia el medio del lago. Se sumergió completamente dejando que el algua la cubriera por completo, aquella sensación le era agradable el contacto con el agua, compañia de su hombre.

La estrechaba entre sus brazos posesivamente, recorriendo su cuerpo, sólo el lograba que la sangre de Amaranth hirviera de deseo con tan solo un roce. Lo besaba lentamente dandole mordidas en los labios, en una de ellas lo hizo sangrar y con el dedo le limpió la sangre del labio, luego saboreo aquel liquido carmesi, mordiendose su propio labio -Olvidaba que sabías tan bien- dijo sonriendo. Lo deseaba queria recorrer cada centimetro de su cuerpo con su boca y sus manos, pues ella sabía muy bien como hacerlo, sabía como darle placer eso no lo olvidaba...

En su mente guardaba el recuerdo de su primer encuentro tambien en una especie de lago, fue ahi donde por primera vez sus cuerpos se encontraron y fueron uno. Cerró los ojos por un instante y suspiró dejandose llevar por el momento lo besó apasionadamente y sus manos bajaron hasta el miembro de Wallace acariciándolo con suavidad como a el le gustaba, lo miraba fijamente a los ojos con una expresion de deseo que se acresentaba con cada caricia.

Wallace no pudo evitar soltar un profundo suspiro de placer al sentir esas manos familiares y amadas. Le sostubo la mirada, mordiendose el labio mientras sus propias manos buscaban el sexo de ella. Queria hacerla suya, hacerla gritar de nuevo y no parar hasta que ambos cayeran de sueño.

Se acercó a ella, intesificando las caricias de ambos, perdiendose entre sus habiles manos. Solo ella sabia como satisfacerlo, como tocarlo hasta subir al cielo y caer despues al infierno abrasador. Wallace gimió su nombre mientras su virilidad crecia lentamente, solo por y para ella. Le mordio el cuello y lamio el lobulo de su oreja mientras intentaba concentrarse en sus caricias pero no podia. Dejo de tocarla pues lo desconcetraba, se apoyo en la orilla del lago, en un arbol caido y se dejo hacer, bajo la mirada de la luna y las estrellas.

El agua perfecta, el aire, calmado, la mujer que necesitaba vitalemnte con el, haciendole el amor con su dulces manos. Era perfecto. Ella era perfecta. Wallace no se podia creer la cantidad de felicidad que desprendia su corazon desvocado por el placer.
Sus labios pedian sus besos y eran corresponidos. La mujer subio el ritmo, torturandolo, sabiendo que lo tenia controlado.
-Ama-Amaranth...-jadeo cerrando los ojos de placer. Era demasiado. Habia pasado tanto tiempo sin sentir todo aquello que lo abrumaba como a un muchacho principiante.-...mujer....me estas...me estas matando...-le susurró apretando con fuerza la mandibula. Estaba a punto, lo sentia en todo su ser y donde la sangre se acumulaba. No aguantaria mucho mas y ella lo sabia. Le gustaba jugar. Saber que el podria perder el control.

Wallace se estaba dejando llevar entre sus manos,  mucho más profundamente de lo que había pensado, y aquello la complacía demasiado. Mientras lo observaba a los ojos su deseo por el aumentaba aún más, a cada caricia y cada frote que tenían ambos, y el que gimiera  su nombre, no hacía más que colaborar con ello. Recorría su cuello a besos, a mordidas suaves, subiendo poco a poco por su cuerpo hasta sus labios y rozándolos apenas al quedar cerca, tan cerca... -Te deseo- le susurraba traviesamente.


-Mujer....me estas...me estas matando..-.escuchó sus palabras con profundo regocijo, y sin dejar de tentar sus labios ni de devorarlo con la mirada. Marcaba un camino de mordidas por su cuello y su hombro, dejando múltiples marcas cada vez que sus afilados colmillos se hundían ligeramente en su piel para dejar una nueva e ínfima marca.

Por instantes cerraba sus ojos , las sensaciones a flor de piel y el calor de la hacen testigo a aquel lago de algo formidablemente indescriptible y por eso mismo la excitación empieza a envolverse y aglomerarse no solo de él también de Amaranth , transformando la frialdad de su fisionomía en una llama ardiente de pasión y deseo.

Sabía que pronto explotaría de placer, pero antes de eso ella quería ir más allá...bajó por el abdomen marcado hasta el miembro claramente excitado, lo cogío con una mano llevandolo a la boca, le daba caricias con la lengua como solo ella sabia hacerlo, sin dejar de mirarlo sonreía de vez en cuando de manera traviesa y provocadora. Hacía esto una y otra vez de manera intensa mientras que con la otra mano le rasguñaba el abdomen.

Se sentía plena, llena de pasión y lujuria...no se equivocaba era con el con quien quería estar...

Y cuando la boca de ella lo poseyó su mundo entero exploto. Ese era el limite de su infierno y su cielo. La cumbre del placer y la propia definicion del mismo orgasmo. Wallace abrio mucho los ojos jadeando su nombre. Tan descontrolado estaba que tubo que morderse el brazo de las sacudidas de placer que aquel acto tan carnal le provocaba.

Cogiendola del pelo le marco un ritmo, salvaje y sin piedad. No podia mas, iba a estallar, en su boca, sin poder aguantarse. Haciendo acopio de fuerzas la levantó, apoyandola en las piedras del lugar y la puso de espaldas a el y sin demora, entro en ella.

Y murió.

Y volvio a la vida.

La sensación caliente y estrecha de su feminidad, de como se acomodaba a el. Wallace apretó los dientes apoyando la cabeza en su hombro, jadeando mientras ella gemia lentamente. No se podia mover, era demasiado placentero para un ser mortal. Y apesar de haberse derramado en ella, la embistio, lentamente, recordando lo que era tomar aquella mujer. Lo que era sentirse completo a su lado.
-Amaranth....Amaranth...mi preciosa mujer...-jadeaba, embistiendola una y otra vez, sin descanso, cogiendola del pelo hundiendo su rostro en su cuello, disfrutando de sus gemido mientras el universo se centraba en ellos, en aquel acto tan salvaje y puro.
Ni todo el oro ni las muejeres mas bellas ni el vino mas dulce podian compararse con ella. Y el se dio cuenta de que estaba atado a ella. Que jamas podria olvidarla ni pensar en otra mujer.
Cada vez que yaciera con otra mujer, la veria a ella.
En sus sueños. En cada sombra y cada reflejo. Lo sabia y lo aterraba. Ya no habia odio ni rabia. Solo estaba ella.
Se quedo parado, dentro de ella y beso su cuello lentamente. Queria llegar con ella, juntos. Le susurro palabras de amor, de añoranza en todas las lenguas que sabia.

Disfrutaba al darle placer, la excitaba con el solo hecho de mirar la expresion del rostro de él y como se estremecía, eso la hacia enloquecer y querer llevarlo hasta el cielo una y otra vez...Lo miraba y sonreía pues también estaba inmersa en un mar de sensaciones que solo con el podía experimentar, sentía como la virilidad de el estaba a punto de estallar.

La levantó suavemente con sus fuertes y posesivos brazos, se puso de espaldas a ella haciendola suya, llevandola directamente a la gloria...cerró los ojos entregandose nuevamente, mientrás el la envestía una y otra vez jadeando de placer, sus cuerpos fundidos en uno solo, sus respiraciones en perfecta sincroní juntor a un concierto de gemidos que se perdian en medio de la inmensidad del lugar, mudo testigo de aquel acto de unión eterna.

Gemía, empuñaba las manos por el placer, su cabeza daba vueltas, no podía pensar en nada mas que disfrutar, sentir, amar...algo que durante mucho tiempo se habia negado a aceptar...amar. Le excitaba que le susurraba cosas al oido, el lo sabía bien, era una de sus debilidadades, cada palabra que le decía la encendia un poco más, las manos de su hombre eran fuego vivo haciendo estragos en su fria piel. Las envestidas cada vez eran mas fuertes y rápidas, estaba llegando al climax gritando de gozo y satisfacción, ambos cayeron rendidos producto del cansancio.

Se giró hacía el suavemente y lo abrazó fuertemente susurrandole al oído -Eres mio, tienes mis marcas, mi olor indeleble, estes con quien estes nunca podrás borrar mis huellas- de manera posesiva y traviesa le mordió la oreja. Su respiración volvía a la normalidad, dando paso a la calma...la plenitud, felicidad, satisfacción se apoderaban de su ser. MIró a Wallace de manera serena - Ahora te contaré lo que he hecho durante todo este tiempo...- entrelazo sus manos con las de él, -Pero antes, un poco de vino para hacer mas agradable la conversación, tenemos mucha noche por delante- sonrío y se levantó a buscar entre las pertenencias una botella de vino.

Mientras iba por la botella pensaba en todo lo que habia hecho durante el tiempo en que habian estado lejos el uno del otro, cada momento, cada instante pasaba velozmente por su cabeza haciendo una cronología casi automatica de todo lo vivido. Sabía muy bien que existían cosas que tal vez no iban a ser del agrado de Wallace pero tenía que ser honesta con el y decirle todo...absolutamente todo.

Wallace asentia a todo lo que decia, anonado por la cantidad de placer sentido en cuestion de segundos. Sentia el cuerpo flotar, en una nube de satisfaccion y tranquilidad. Cuando ella le dijo de contarle todo lo que le habia pasado asintio serio y se incorporó, arreglando un poco el campamento para estar comodos, entre sus capas y el fuego.

La lluvia volvia a azotar Aerandir. Wallace observaba el gua mientras se preparaba la pipa. Amaranth se sentó a su lado con el vino. Que le habria pasado? Miles de pensamientos abrumaban la cabeza del brujo. Quizas habia encontrado a alguien...y si se habia enamorado? y si el solo era un pasatiempo...Wallace fruncio levemente el ceño mientras daba largas y lentas caladas, siltado el humo por la nariz.
Se dio cuenta que el no tenia mucho que contar. Habia estado ocupado cumpliendo trabajos, ayudando algun que otro desventurado. Habia estado dias tranquilo en alguna posada disfrutando de las fiestas locales. Y habia conocido a mucho gente en sus andanzas. Miró su bolsa y sonrio levemente. Oro no de la faltaba, eso seguro. Cuando ella se apoyo en el dandole la botella la miro a lo sojos y luego miro con placer y deseo su cuerpo desnudo. Era tan hermosa que dolia mirarla.
-Cuentame...mujer...no tengas miedo, quiero saber que ha estado haciendo esta vampira traviesa... -le susurró, acariciando su pelo, besando su cuello, acomodandola en sus brazos. Se metalizaba para poder escucharla con serenidad, intentaria no ponerse nervioso o peor, enfadarse con ella.

La lluvia volvía a hacerser presente, ambos estaban a resguardo en una improviada tienda que habian levantado, aún permanecian desnudos disfrutando del contacto y el roce de cuerpos. Amaranth fue por la botella y se sentó a al lado de Wallace apegandose a su cuerpo para que el la rodeara con sus brazos, ella le acariciaba las manos, las besaba tiernamente, todo era calma luego de aquel desenfrenado acto de pasion....volvía la calma.

Ahora era el momento...debía decirle todo lo que vivió, durante el tiempo que estuvieron separados, no sabia muy bien por donde comenzar. Una serie de recuerdos venían a su mente haciendo una especie de remembranza mental. Bebío un poco de vino de la botella, lo saboreó y se dio valor para comenzar a contarle todo lo vivido. Tenía claro que el podía enfadarse luego de confesarle algunas cosas, sin embargo debi ser honesta con el y no ocultar nada.

El incómodo silencio otra vez se hizo presente como tantas otras veces, solo se escuchaban las gotas de lluvia caer sobre el la tierra mojada...Amaranth pemanecia en completo silencio en una actitud meditativa dibujando circulos en la tierra mojada. Ya no podía esperar más, clavó la vista en el horizonte en el lago, -Wallace...durante estos meses han sucedido cosas...muchas cosas- hizo una pausa y le acarició el brazo el cual le rodeaba el cuello.


-Cuando me alejé de ti...estaba llena de odio, decidí volver a retomar mi camino y mi objetivo, recuerdas cuando te hablé la primera vez...te confesé que buscaba a mi madre para vengarme de ella...- volvió a hacer silencio y bebió un sorbo de vino -Pues bien, viajé a Sacrestic Ville y ahi la encontré, tambien a un viejo amigo...a León. Supongo que debes concluir que sucedió- suspiró profundamente mirando su medallón. Se lo quitó y lo puso en la mano de Wallace, esto era de mi madre, se lo regaló mi padre en señal de amor eterno, se lo arrebaté antes de matarla- bajó la vista empuñando su mano.

medallon:

-Luego parti sin rumbo intentando alejarte de mis pensamientos, me interné en el bosque, no deseaba ver a nadie, perderme por siempre ahi...entre la niebla y el frio, ahi me encontre con un humano...Gendry era su nombre jamas lo olvidaré, fue el primer humano a cual no intente matar- dijo sonriendo levemente. -Wallace con el intente olvidarte...quise perderme en sus besos, en sus caricias, lo desee, pero luego...comprendi que no podía estar con el, mi cuerpo deseaba y anhelaba el tuyo, y comprendi que no tenía sentido intentar olvidarte en brazos de otro-.

Se giró para mirarlo a los ojos y le acarició el rostro...-Perdoname por favor, nunca pude sacarte de mi cabeza, tu recuerdo, tus besos, todo, me perseguia dia a dia, noche a noche, esa es la condena que he tenido que pagar por haberte abandonado aquel dia-...una lágrima caía por su mejilla e intentó ocultar su rostro y desviar la mirada.

Wallace la escuchó atentamente, sin decir palabra. Debía ser paciente y no actuar como un salvaje. Pero los celos era algo nuevo para el. Saber que esa mujer, SU mujer había estado apunto de yacer con otro hombre le molestó pero por una parte lo entendió.

El había intentado lo mismo que ella, pero en vez de sexo, con alcohol y sangre. Le limpio las lagrimas, alzándole el rostro y la beso tiernamente.
-No voy a enfadarme...y no me pidas perdón...yo ya te perdone hace tiempo- le acarició las mejillas con los pulgares y sonrió lentamente.- yo me pase días bebiendo como un norteño y matando...así que tampoco es que me haya ido muy bien...siento haber tenido que amenazar a tu amiga...y a ti... ya León también...-dijo un poco avergonzado de sus actos pasados. Miro hacia el horizonte y suspiro, estrechándola.- Debo encontrarme con alguien importante...quiero...quiero que vengas conmigo...dicha persona quiere conocerte desde hace tiempo...- susurró, besando su cuello, tranquilizándola.
No podía odiarla. Era cierto que había intentado todo tipo de métodos viables para el para poder olvidarla, pero estaba marcado por ella a fuego.

La noche pasaba lentamente, mientras compartían caricias y palabras. El le contó mas de su vida, al menos lo que recordaba. Y por primera vez, pudo contarle a alguien quien fue en el pasado.
-La verdad...es que ese pueblo era precioso...y los lugareños no les costó aceptarme a pesar de ser un ladronzuelo...bueno, los padres no me respetaban mucho por que creían que llevaría a sus niñas al pajar...-le dijo picarón, riéndose, después de tanto tiempo.- ...y si que había una muchachilla...se llamaba....se llamaba Sarah...-su voz se quebró levemente, mientras apretaba los puños. Demasiados recuerdos de golpe. Demasiado dolor.- Era las mas hermosa de todas...al menos para mi...y dulce, muchísimo...ella no me vio nunca como un ladrón...no...pero todo me iba demasiado bien a si que...así que cuando todo pasó, no quise sentir por que lo esperaba...lo esperaba Amaranth...sabia que alguien me lo arrebataría todo...- dio un golpe en el suelo con un puño y cogió tierra mojada, con rabia-...llevo toda mi vida sabiendo que nada me puede ir bien...

Aquella confesión la aliviaba, era como si se sacará un enorme peso del pecho, el llanto fue liberador...a modo de consuelo el le secaba las lagrimas con suma ternura, le dijo que ya la habia perdonado, hace tiempo, que todo estaba bien, eso la tranquilizaba...demasiado tal vez.

Lo besaba apasionadamente una y otra vez, se volvió a acomodar en su pecho sientiendo los latidos de su corazón, mientras era le contaba parte de sus "aventuras". De vez en cuando cerraba los ojos y se concentraba solo en su voz. Definitivamente el no lo habia pasado bien....tambien sufrió, incluso más que ella quizás.
La noche transcurria tranquila, entre el vino, caricias y besos, la lluvia habia cesado, dando paso a la niebla, de vez en cuando el sonido de los grillos o de algun animal pequeño pisando las hojas,  les recordaba que exisitia mas vida en ese lugar. Todo iba bien, hasta que algo sacudió de golpe la mente de Amaranth...

Algo en el relato de Wallace llamó poderosamente su atención al punto de hacerla estremecer, mencionaba a otra mujer....que aparentemente habia amado con locura, se notaba en su tono de voz, su cuerpo se puso rigido al hablar de ella, esa mujer le habia hecho algo, de eso estaba segura.

Nunca habia sentido celos, eso era algo muy lejano a la realidad, ese sentimiento le parecía absurdo, digno de humanos, no de gente de su raza, pero las cosas cambiaron radicalmente, por primera vez experimentaba lo que era sentir celos. Se mordió el labio para intentar calmar la angustia que sentía, no debia ser evidente pues no queria que el se diera percatara.
Hizo como si nada y continuó escuchando atentamente cada palabra que salía de su boca...pero no dejaba de pensar en aquella mujer, no quería entrar en su mente, deseaba que el lo dijera, ella no estaba dispuesta a presionarlo, tal vez lo diría en otro momento...sin embargo la duda seguia ahi...

Le sonrió y le dijo -Esta vez las cosas seran distintas, nada ni nadie te arrebará nada. Ahora donde vamos, a quien quieres que conozca?- le dijo tendiendose sobre las pieles, -le haz hablado de mi?- se sonrojó y sonrió. El hecho de volver a estar con el y no separarse la llenaba de satisfacción, se sentia dichosa, plena a su lado. Otra vez sería su compañera de viaje una vez más. -Ven aqui recuestate a mi lado, debemos descansar, tenemos camino por recorrer- lo invitaba a su lado haciendole una seña con delicadeza.

Se tumbo con ella lentamente sin perderla de vista. La tapo con las pieles y la miró a los ojos.-...eres... tan hermosa...que no puedes ser real...-le susurro, acariciando su mejilla. El echo de haberle contado parte de su pasado lo dejo mas tranquilo, pero aun asi, el dolor y la venganza aun ardian en el.

La noche era larga en aquellos dias, pero que mas daba. Estaban bien abrigados por el fuego y las pieles, con las piernas entrelazadas, susurrandose cosas, mirandose a los ojos, jugandose. El descubrio que tenia deliciosas cosquillas y ella, que el era mas sensible de lo que aparentaba. Por los dioses hablaron de tener hijos...hijos! Wallace jamas habria tocado ese tema. Y cuando los planes de futuro parecian tan cercanos, la pasión los volvio a abrazar pero esta vez, rindieron culto al amor, tomandose mutuamente, en una danza lenta y cariñosa. Hicieron el amor, mirandose a los ojos mientras el placer se mezclaba con todas las palabras que el corazon de Wallace deseaba rugir con fuerza. Y asi estubieron horas, mientras la noche parecia alargarse para ellos.

Y solo cuando Wallace dormia las estrellas parecian brillar mucho mas. La melodia de los animales nocturnos acompañaba a la vampiresa despierta. Pero su intimidad se veria rota de nuevo. Alguien se acerco a ellos lentamente, haciendo crujir unas ramas. El intruso estaba acompañado de una yegua preciosa, negra, quien se movia nerviosa por la niebla alrededor de ellos. Encapuchado, alzo la mano en señal de paz, sabiendo que la vampiresa si podia sentirlo pues su amante dormia profundamente.
-Tranquila...señorita...y buenas noches...-le susurro con esa voz aterciopelada. Le quito la silla a su montura y la dejo en el suelo, para sentarse encima.-...Tu no me conoces pequeña...pero yo se muchas cosas de ti...Amaranth...- susurro el intruso, descapuchandose.(offrol: mira la ficha en mi firma)
-El esta dormido?...bien...lo necesita eh...-la miro sonriendo, con esos ojos honestos y amables. No era una amenaza, almenos para ella. Miró a Wallace y sonrio, con cariño.-...el muchacho que ya es hombre...los has cuidado bien muchacha...muy bien...

Cuanta plenitud, sentia...lo miraba acariciandole el rostro, -soy real, y estoy contigo- le susurraba entre besos. Protección, amor, incluso felicidad era lo que invadia todo ser. Las estrellas eran mudo testigo de su pasión. De vez en cuando cerraba los ojos relajandose, entragandose a la quietud de la noche.

Permanecia con la cabeza apoyada en el amplio pecho de Wallace, mientras hacian planes para el futuro. Amaranth jamas hizo planes pues la ulitma vez todo fracaso, desde ahi llegó a pensar que debia vivir la vida dia a dia sin importar el mañana, pero esa noche nada importó, lo escuchaba atentamente planer un futuro juntos, ella le recorria el pecho con la yema de sus dedos lo besaba de vez en cuando.

Al calor de la hoguera volvieron a amarse hasta quedar exhaustos y sin aliento, cada vez que sus cuerpos se encontraban era un viaje al paraiso y al infierno todo a la vez, se deseaban a cada momento, sin embargo él debía descansar, la noche habia sido muy intensa llena de emociones, necesitaba reponer fuerzas.
-Debes dormir...nos espera un viaje recuerda- susurro acercandose a su oido, acariciaba su cabello hasta Wallace sucumbió al casancio cayendo en un sueño profundo. Cerró los ojos acomodandose a su lado en silencio. Su cuerpo descansaba no asi su mente, la vóragine de recuerdos al parecer reabrió una vieja herida la cual pensaba que ya habia sanado pero no era asi...

El crujir de las hojas, alertó sus sentidos, sonaba como el trote suave de un caballo, se sentó rapidamente cubriendo su desnudez con las pieles. A la distancia se dibujo una silueta que se fue acercando hasta verla con detalle, era una una anciano en su yegua, un hermos ejemplar negro como la noche. El animal relinchaba inquieto, casi resistiendose a aproximarse, el hombre estaba cubierto con una capucha pero se notaba su piel añosa marcada por la experiencia y el tiempo.

Le hizo una seña en son de paz, bajó del caballo y se dirigió hacia donde estaba Amaranth -Tranquila...señorita...y buenas noches..- le dijo el anciano con una voz suave y calma -Tu no me conoces pequeña...pero yo se muchas cosas de ti...Amaranth...- le sorprendia que el supiera su nombre y mucho mas la familiaridad con la que le hablaba.
Estaba confundida sin saber que hacer, solo se limitó a mirar y escuchar al anciano.

-Aprovechemos que el esta dormido...- susurró mientras sacaba  una pequeña olla de viaje. La puso en la hoguera casi exinta y con un leve movimiento de mano la avivio. En la olla puso un poco de carne y verdura que tenia en un saquillo y miro a la vampiresa.-...en estos tiempos tan oscuros...es agradable ver que el amor puede pasar barreras raciales eh...cuando conoci al hombre que tienes alli solo era un muchacho...vengativo y malo...me daba muchos dolores de cabeza...y era demasiado activo e impulsivo para un hombre como yo...-dijo riendo levemente mientras removia el caldo que s estaba haciendo en la olla. La noche les brondaba una luz perfecta mientras aquel individuo cocinaba tranquilo.-...no se si el te ha hablado de mi muchacha...me llamo Bjorn Vesemir McBlack...su mestro, un padre para el supongo...-tosió un poco y dejo su espada, larga y ancha en el suelo.

Wallace se removió un poco entre las pieles y abrio lentamente los ojos al sentir el olor a comida. Con la mano adormilada comprobo que su mujer seguia alli, con una larga sonrisa de satisfaccion. Bjorn sonrio y empezo a pelar un par de patatas que llevaba en el saquillo. Cuando Wallace por fin se incorporo, besando a la vampiresa en el hombro y se dio cuenta de la presencia de Vesemir abrio mucho los ojos, sorprendido.
-Bjonr?!..q-que...c-cuando?...-confuso se tapo con cierta verguenza mientras el anciano guerrero reia, cortando las patatas.
-Te veo bien pequeño...en buena compañia y entero...creo...supongo que no reciviste mi ultima carta...el pobre Ojo murio por culpa de la edad...era un buen halcón...pero por fin te he encontrado...- Lo miro a los ojos y le dedicó una amable sonrisa mientras el pelirrojo se ponia los calzones y le daba la ropa a su mujer.

El olor al caldo casero indundaba el improvisado campamento. Bjorn repartio el manjar entre los presentes mientras les contaba toda la travesia por medio Aerandir para encontrarlos.

Cuando el anciano comenzó a avivar el fuego moviendo sus manos, ella se sobresaltó debido al susto, si habia algo a lo que Amaranth temía era el fuego...pero intentó disimular su miedo y escuchaba al anciano con atención, mientras este preparaba lo que sería una sopa. Bjorn se veía amable, con solo mirarlo se podía notar que en su juventud fueun gran guerrero, sabio y valiente, con un inmenso corazón.

-Nos ha costado mucho estar juntos, hemos pasado por bastantes dificultades, hace tiempo cometí el gran error de abanarlo.- miró al pelirrojo que aún estaba dormido -Intente odiarlo, incluso matarlo, luego nos encontramos y el quizo hacer lo propio conmigo...pero aqui estamos juntos otra vez...- le sonrió al anciano y acarició el cabello de Wallace.

Despertó cuando la comida estaba casi lista, lo besó timidamente en los labios -Por fin despiertas dormilón- le dijo sonriente, envolviendose con las pieles para luego vestirse y estar presentable ante el anciano.
Los miraba platicar, ambos se veían felices de haberse encontrado, eran como un padre e hijo reecontrandose despues de muchisimo tiempo, ella se acercó a reunirse con ellos y escuchar las aventuras Bjorn mientras disfrutaban de la calidez de un sopa casera preparada con mucho esmero.

No quería ser descortés pero quería dejarlos a solas para que pudieran conversar mas a gusto -Iré a caminar, un momento, la noche esta preciosa y me gustaria pasear un rato- le hizo una leve reverencia a Bjorn, besó a Wallace y se alejó, llevando consigo la daga por si surgía algun problema.
Buscaba soledad pues había algo en su mente que le volvía a atormentar, algo que creyó superado, enterrado en lo mas profundo de su memoria y de su corazón, sin embargo revivió cual fénix...debía quietarse esos recuerdos a como de lugar, sino las cosas terminarian muy mal otra vez para ella, ya no deseaba ser victima de su pasado...su doloroso pasado.

Los dos hombres observaron como la vampiresa se iba tranquilamente, dejandoles intimidad para poder hablar. Bjorn miro a wallace con semblante serio y misterioso. Sabia lo que iba a decirle.
-Es la hora....se acerca los dias del cuervo...y yo deberé buscar la torre de nuevo...pero esta vez no puedo hcaerlo solo...-susurro, moviendo la cuchara de madera en su caldo casero. Wallace dejo salir un suspiro pesado y miro hacia donde Amaranth los habia dejado. Sabia el significado de las palabras de su antiguo maestro.
-Me pides que deje mi vida como asesino por oro...y me convierta en...un cuervo...pides mucho...-le susurró, sonriendo levemente sabiendo que no era una mala idea. Se puso las botas lentamente y miro a los ojos al hombre que fue y es un padre para el.-dejame hablar con ella...debe saber...despues, ire contigo...-Bjorn asintio y cuando el hombre se levanto solto una risilla amable, Wallace se giró al oir y lo miro, curioso.
-Ella puede...debe...venir...al fin y al cabo, parece que a estas alturas ni un dragon os va a separar...-dijo el viejo guerrero mientras tomaba un poco de ron de su petaca de hierro. Wallace nego con la cabeza sonriendo y siguio el rastro de la mujer.

Ella estaba alli, sentada mirando la luna que tanto les habia dado esa misma noche. Se acercó por atras y le puso las manos en los hombros, besó su cuello y la apoyó en su pecho.
-Bjorn me necesita...debemos hacer algo bastante importante...-le susurró mientras acariciaba su pelo lentamente. No queria separarse de ella pero tampoco podia obligarla a venir.-...aunque el dice...el dice que puedes venir, incluso que deberias venir...no quiero obligarte Amaranth, se que tu quizas tienes un camino que coger pero...pero la idea de volver a separarnos es...no puedo...-dijo mientras se apartaba un poco, abrumado por los sentimientos que ardian dentro de el. Era confuso volver a sentir dependencia de alguien tan fuertemente. La miró y suspiro, pesadamente. No, no queria estar sin ella.
-No quiero hacerte elegir pero....en tus manos lo dejo....cariño.

Caminaba sin rumbo alguno, una sensación amarga le recorria el pecho, la mente se le nubló por completo...bastaron unas cuantas palabras para que volviera a aflorar el recuerdo, ése que tanto deseaba arrancar de su corazón. Se sentó en una roca mientras suspiraba mirando el cielo, una vez mas se sentía a la deriva...quería cortar de raíz ese sentimiento que se apoderaba de ella, tal vez la solución era buscar al infeliz que tanto la hizo sufrir, ese que le arrebató todo incluso su corazón.

Wallace poco a poco iba curando esa herida, pero inconsientemente la reabrió. El no debía saber ese capitulo del pasado de Amaranth, aún no era el momento...aún no, porque ella no estaba preparada.
Inmersa estaba en sus pensamientos que no pudo advertir la presencia de Wallace y se sobresaltó cuando se acercó por atras y le puso las manos en los hombros, besó su cuello y la apoyó en su pecho. -Que haces aquí, pensé que seguirias charlando con Bjorn- preguntó soprendida.

La expresión del rostro de Wallace reflejaba preocupación, lo conocia tanto que no necesitaba decir nada para que ella interpretara perfectamente sus silencios, -Sucede algo?- preguntaba mientras le acariciaba el rostro. Le contó los planes que tenía Bjorn, esto le estremecio el cuerpo, sintiendo el frio correr por su espalda. Otra vez el destino los separaba, con la diferencia que ahora debía elegir...

-No quiero hacerte elegir pero....en tus manos lo dejo....cariño-. Lo miró a los ojos tomándole el rostro entre las manos -Wallace...yo...debo resolver un asunto muy importante, necesito hacerlo de lo contrario me matará la angustia- bajó la cabeza y suspiro hondo - Ahora no puedo decirte, por favor respeta mi silencio es lo unico que te pido- le cogió las manos y las besó - Nos volveremos a encontrar eso seguro amor mio, no será como aquella vez. Ahora debes ayudar al viejo Bjorn, confío que asi lo haras, te necesita- besó sus labios con ternura sin embargo un sentimiento de angustia invadia su alma

Le había llamado amor mio. Wallace se la quedó mirando, pasmado, mientras ella hablaba. Parpadeo y no la dejo seguir hablando. La pillo sorprendida y sin dejar que se quejara o algo similar la apoyo en el árbol mas próximo y la miro a los ojos.

El destino quería separarlos de nuevo. Wallace volvio a sentir el dolor del abandono, un simple escalofrio en la nuca pero intento olvidar esos recuerdos. Sabia que aquella mujer estaria marcada en el como el fuego y que no se la podría quitar de la cabeza jamas. Su corazón era de esa mujer.
El brujo sonrió lentamente y beso el cuello de la vampiresa mientras sus manos se aventuraban en la piel de su rostro, memorizando cada rasgo.
-Hay alguna manera de convencerte?...-le susurró, mirandola a los ojos, sabiendo que sus palabras tenian un gran peso. Ella le pedia tiempo, pero el hombre sabia que posiblemente no se volverian a ver.
Ni mil heridas podian superar la angustia que estaba sintiendo en ese instante. La mujer negó lentamente, con los ojos vidriosos, conteniendo las lagrimas. Wallace soltó su rostro y cogio sus manos, tan pequeñas en comparación con las de el. Apretó la mandibula y bajo la cabeza intentando asimilar que no la volveria a ver. Trago saliba y apreto los dientes mientras intentaba mostrarse fuerte, duro, como tantas veces. Pero no pudo.

Se sentia debil en aquel momento, perdido sin saber como actuar ni como convencerla. La vampira lo miraba con cariño, pidiendole perdon con los ojos, acaricio sus labios y lo beso por ultima vez. Paso los dedos por su barbilla hasta llegar a su pecho.
-No me olvides...es lo unico que te pido...no te rindas jamas Wallace...jamas...-le susurró al oido, abarzandolo con fuerza. Wallace correspondió deseando que ese momento durara siempre. Pero ella se desizo de su abrazo lentamente, acariciando sus brazos, apartandose de el. El hombre miraba sus ojos mientras ella caminaba unos pasos atras. Que palabras debia decir? El no lo sabia. Su corazon latia lentamente, debilitandose por el abandono del ser amado.- Te amo Wallace...no te olvidare jamas...-dijo, fuera del alzance de los brazos del hombre. Wallace la miraba fijamente si poder creer que realmente se iba, con su confesión ardiendo en su mente. Alzo la mano para poder pararla pero no podia moverse. Los pies no le obedecian, su cuerpo entero estaba petrificado.

Y se fue, entre la niebla, sin mirar atras.

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Cuando Bjorn se acerco al claro, Wallace estaba aun de pie, mirando hacia donde ella se habia ido sin dejar rastro. El hombre no decia nada, simplemente apretaba los puños, impotente. El anciado maestro se acercó a el y le puso una mano en el hombro.
-Ella ha elegido Wallace...respetemos su palabra...-susurro mientras le ponia en las manos el medallon de los cuervos.-...Es el momento de conocerte a ti mismo...tu destino esta apunto de cambiar pero ella....ella no entra en el...- dicho eso, se acercó a la yegua y se dispuso a recoger el campamento. Wallace observó el colgante y suspiro lentamente.
-No me rendire...lo juro...-susurro mientras se lo ponia, sintiendo el peso de platino. El cuervo tallado en el mineral quemaba en su piel mientras el brujo sentia la fuerza del destino que tiraba de el.

Y es alli, en los caminos hacia los dioses saben donde, como dos hombres cabalgaban, lentamente, dejando atras una vida que debia ser recordada en la sombra. Debian guardar solo los recuerdos preciosos y brillantes, cual cuervos. Debian extender sus alas negras frente a las ventiscas del destino. Mirar al enemigo a los ojos.

Pues eso eran, Cuervos, en las sombras, a la espera.