El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
A Elian, la forma de sonrojarse de la desconocida le recordó un poco a su sobrina y calculaba que la joven debía de tener una edad parecida a la de Laisel. Aquello hizo que el elfo sonriera enternecido, pero sin poder (ni querer) evitar cierto aire travieso.
—Ava —repitió como si estuviera sopesando el sonido de la palabra—. Hermoso nombre para una hermosa muchacha.
Por el rabillo del ojo, le pareció ver un gesto entre divertido y severo por parte de Daphne. “No la mortifiques más, Elian”, parecía querer decir, aunque sin demasiado convencimiento. Pero, para el elfo, uno de los placeres que traía la edad era ver a los jóvenes sonrojarse por esas pequeñas cosas que a uno ya no le afectan.
Se despidió de la pequeña vampiro acompañando su eterna sonrisa con un guiño cómplice. La joven Ava había declinado la oferta del licor y Elian alabó internamente su buen juicio. Por muy día de la Alianza que fuera, no le gustaría ver a Laisel o Mallua bebiendo descuidadamente con un completo desconocido. Rió de nuevo internamente: Mallua le habría dicho que eso no era asunto suyo.
—¡Ah!, ¿te gusta? —respondió al cumplido de Ava. Su sonrisa se ensanchó y él hasta pareció crecer de pura satisfacción—. Es una receta propia: conejo guisado con lo que encuentre por el bosque —bromeó con el tono de un buhonero presentando su remedio milagroso—. No importa cuántas veces lo cocine, nunca sabe igual. Es imposible aburrirse de él.
Por pura costumbre, le guiño el ojo a la muchacha para enfatizar su tono bromista, aunque dada la fijación de la joven con la marmita, el gesto quedó totalmente desaprovechado. Pronto llegaron las bebidas y Elian aceptó agradecido una copita de ese licor de bayas que elaboraban en el oeste. En cuestiones de sabor, prefería cualquiera de los vinos de Sandorai, sin duda, pero pedir otra cosa habría sido una imperdonable falta de respeto hacia su anfitriona y el elfo había aprendido con el tiempo que hasta el licor más modesto tiene su lugar y su momento, así como un rinconcito en su paladar y en su corazón.
Enternecido de nuevo por la timidez con que la muchacha pidió permiso para servirse, Elian levantó la tapa para dejarle vía libre. Por educación, ofreció también a Daphne, que aceptó, también por educación, un minúsculo pedazo de carne con un poco de salsa que ambos sabían que no llegaría a probar. Finalmente, se sirvió él mismo y se dispuso a escuchar el relato que ya conocía casi de memoria. Lo importante de una historia, había oído decir una vez a un cuentacuentos, no es tanto la historia en sí, pues a fin de cuentas, todos acabamos contando las mismas historias, sino el modo en que uno la cuenta. Y Daphne narraba con la perspectiva de quien ha visto los sucesos con sus propios ojos. Algo así siempre era digno de escuchar.
Por otro lado, a través de las reacciones de la muchacha, Elian era capaz de rememorar su propia juventud, la expectación con que, de muchacho en la aldea, escuchaba los relatos de la vieja Nakitas, todo un baluarte para la historia de Sandorai. Y la pequeña Daphne era aún mayor, se dijo, todo un pozo de sabiduría con la inocente sonrisa de una niña.
—Mis padres eran aún muy jóvenes cuando se forjó la Alianza, pero los hermanos de mi madre participaron en las etapas finales de la guerra —dijo el elfo cuando la vampiro le cedió la palabra. Hablaba en tono serio, sin perder de vista a la joven Ava, que parecía algo abatida por el papel que sus antepasados jugaron en la guerra—. El tío Sylean solía contarnos que su grupo le debía la vida a un hombre-lagarto que les ayudó a atravesar el pantano después de un ataque sorpresa que los dejó cortos de suministros. —Y, como su carácter le impedía permanecer serio durante mucho tiempo seguido, añadió— Fue allí donde le cogió el gusto a la serpiente acuática. A día de hoy, jura y perjura que jamás ha probado una carne tan sabrosa.
—Cómo no, tenías que reducirlo todo a la comida —comentó la vampiro, acompañando sus palabras de una elegante risa.
—Ah, mi querida Daphne —respondió el elfo, sonriente de nuevo—. Para nosotros, seres perecederos, la comida es la base de la vida. No sólo nos da la energía que necesitamos para el día a día, sino que también alimenta nuestros sentidos y nos proporciona una excelente excusa para compartir, celebrar y conocer gente nueva. ¿No lo crees así, Ava? —preguntó finalmente dirigiéndose a la muchacha. Hubiera acompañado sus palabras de una palmadita en la espalda de la aludida, pero consideró que ya la estaba mortificando bastante poniéndola en el punto de mira.
OFF-ROL: Sigo interactuando con Ava Kenrith
—Ava —repitió como si estuviera sopesando el sonido de la palabra—. Hermoso nombre para una hermosa muchacha.
Por el rabillo del ojo, le pareció ver un gesto entre divertido y severo por parte de Daphne. “No la mortifiques más, Elian”, parecía querer decir, aunque sin demasiado convencimiento. Pero, para el elfo, uno de los placeres que traía la edad era ver a los jóvenes sonrojarse por esas pequeñas cosas que a uno ya no le afectan.
Se despidió de la pequeña vampiro acompañando su eterna sonrisa con un guiño cómplice. La joven Ava había declinado la oferta del licor y Elian alabó internamente su buen juicio. Por muy día de la Alianza que fuera, no le gustaría ver a Laisel o Mallua bebiendo descuidadamente con un completo desconocido. Rió de nuevo internamente: Mallua le habría dicho que eso no era asunto suyo.
—¡Ah!, ¿te gusta? —respondió al cumplido de Ava. Su sonrisa se ensanchó y él hasta pareció crecer de pura satisfacción—. Es una receta propia: conejo guisado con lo que encuentre por el bosque —bromeó con el tono de un buhonero presentando su remedio milagroso—. No importa cuántas veces lo cocine, nunca sabe igual. Es imposible aburrirse de él.
Por pura costumbre, le guiño el ojo a la muchacha para enfatizar su tono bromista, aunque dada la fijación de la joven con la marmita, el gesto quedó totalmente desaprovechado. Pronto llegaron las bebidas y Elian aceptó agradecido una copita de ese licor de bayas que elaboraban en el oeste. En cuestiones de sabor, prefería cualquiera de los vinos de Sandorai, sin duda, pero pedir otra cosa habría sido una imperdonable falta de respeto hacia su anfitriona y el elfo había aprendido con el tiempo que hasta el licor más modesto tiene su lugar y su momento, así como un rinconcito en su paladar y en su corazón.
Enternecido de nuevo por la timidez con que la muchacha pidió permiso para servirse, Elian levantó la tapa para dejarle vía libre. Por educación, ofreció también a Daphne, que aceptó, también por educación, un minúsculo pedazo de carne con un poco de salsa que ambos sabían que no llegaría a probar. Finalmente, se sirvió él mismo y se dispuso a escuchar el relato que ya conocía casi de memoria. Lo importante de una historia, había oído decir una vez a un cuentacuentos, no es tanto la historia en sí, pues a fin de cuentas, todos acabamos contando las mismas historias, sino el modo en que uno la cuenta. Y Daphne narraba con la perspectiva de quien ha visto los sucesos con sus propios ojos. Algo así siempre era digno de escuchar.
Por otro lado, a través de las reacciones de la muchacha, Elian era capaz de rememorar su propia juventud, la expectación con que, de muchacho en la aldea, escuchaba los relatos de la vieja Nakitas, todo un baluarte para la historia de Sandorai. Y la pequeña Daphne era aún mayor, se dijo, todo un pozo de sabiduría con la inocente sonrisa de una niña.
—Mis padres eran aún muy jóvenes cuando se forjó la Alianza, pero los hermanos de mi madre participaron en las etapas finales de la guerra —dijo el elfo cuando la vampiro le cedió la palabra. Hablaba en tono serio, sin perder de vista a la joven Ava, que parecía algo abatida por el papel que sus antepasados jugaron en la guerra—. El tío Sylean solía contarnos que su grupo le debía la vida a un hombre-lagarto que les ayudó a atravesar el pantano después de un ataque sorpresa que los dejó cortos de suministros. —Y, como su carácter le impedía permanecer serio durante mucho tiempo seguido, añadió— Fue allí donde le cogió el gusto a la serpiente acuática. A día de hoy, jura y perjura que jamás ha probado una carne tan sabrosa.
—Cómo no, tenías que reducirlo todo a la comida —comentó la vampiro, acompañando sus palabras de una elegante risa.
—Ah, mi querida Daphne —respondió el elfo, sonriente de nuevo—. Para nosotros, seres perecederos, la comida es la base de la vida. No sólo nos da la energía que necesitamos para el día a día, sino que también alimenta nuestros sentidos y nos proporciona una excelente excusa para compartir, celebrar y conocer gente nueva. ¿No lo crees así, Ava? —preguntó finalmente dirigiéndose a la muchacha. Hubiera acompañado sus palabras de una palmadita en la espalda de la aludida, pero consideró que ya la estaba mortificando bastante poniéndola en el punto de mira.
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Elian
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Mientras caminaba, Frosk babeaba pensando en los insectos grandes y jugosos que el señor Ratón, de nombre Amit, le había prometido. Por detrás se habían incorporado Bluto y la mujer mariposa, la cual era silenciosa y vigilaba de forma exhaustiva al anfibio. Ya de por sí aquel grupo era extravagante, y añadiendo todo el ruido que hacían las pisadas de bio-cibernético y el roce de su armadura, hacían que más miradas se sumasen a las ya añadidas.
Llegaron al punto donde la vigilancia era más fuerte y los montones con las armas de todos los que allí se encontraban estaban a buen recaudo. De la forma más silenciosa posible, Frosk se deslizó junto a sus compañeros tras unos barriles, y Bluto caminó de puntillas haciendo el menos ruido que su corpulencia y anatomía le permitían. Se hubiesen escondido bien si no fuese por el imponente bio-cibernético de más de dos metros de altura que destacaba de sobremanera.
Al ver que uno de los monjes se acercaba, extrañado por la presencia del ser de metal, el hombre-rana se introdujo en uno de los barriles.
-¡Bluto, agáchate, idiota!-Ordenó en voz baja
Pero era tarde, el monje había llegado.
-Eh, tú, ¿Qué haces ahí? ¿Vienes a por suministros?
Antes de contestar, el ser de metal miró hacia abajo, donde se podía ver a un Frosk que le asentía con la cabeza de forma reiterada dando a entender que dijese que sí. El bio-cibernético entonces volvió a mirar al recién llegado sin decir nada.
-Agh, no me digas que no puedes hablar. Está bien, llévate esas cajas de alli-Señaló un montón de cajas de madera repletas de comida-Reparte cada una en las tiendas, cuando acabes vuelve aquí
Era la orden de un ser orgánico. No podía negarse, y Frosk parecía de acuerdo con aquella orden, por lo que, sin rechistar, se puso manos a la obra.
Cuando el monje se marchó con su amigo, Frosk vio a través de un agujero que tenía su barril cómo Amit se escabullía para llegar a la zona donde estaban todo el montón de armas y armaduras de la gente que había acudido al recinto.
Sin pensárselo, decidió seguir al roedor, no sin antes ver si la mujer mariposa seguía con ellos. Su presencia, por algún motivo le hacía sentirse más seguro. Con un gesto simple, le indicó que continuara, el señor Ratón seguramente sabía muy bien lo que se hacía, parecía ser mayor, y la edad era un indicador infalible de sabiduría, o eso pensaba Frosk.
Se quedaron sin muchos más sitios en lo que esconderse, pero Amit decidió salir de puntillas. Antes de que Frosk pusiera un solo pie fuera del follaje, se pudo escuchar cómo un monje oyó al roedor. El pulso del anfibio se aceleró y, como acto instintivo, sacó su enorme lengua para atrapar a Amit. Esta se pegó justo en la cara del ratón y el hombre rana hizo fuerza de tracción. Para que no le pasara lo mismo que con la mujer mariposa, intentó agarrarse a algo, aquello que más cerca estaba de él; la pierna de la mujer insecto era esto, así que sin pensárselo pasó un brazo por esta para que sirviera de ancla.
Toda la cabeza de Amit quedó dentro de la boca de Frosk por unos segundos. El monje, por su parte, fue a ver qué pasaba, pero allí ya no estaba el roedor, por lo que pensó que se trataba de una simple imaginación.
Cuando vio que todo el peligro había pasado, el hombre rana finalmente escupió la cabeza del ratón. Acto seguido, se relamió los labios con su moldeable lengua.
-Mi abuelo me decía que podía comer ratones, croac. Pero usted sabe raro, señor Amit.
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Off: Interactúo con Amit y Ruru
Llegaron al punto donde la vigilancia era más fuerte y los montones con las armas de todos los que allí se encontraban estaban a buen recaudo. De la forma más silenciosa posible, Frosk se deslizó junto a sus compañeros tras unos barriles, y Bluto caminó de puntillas haciendo el menos ruido que su corpulencia y anatomía le permitían. Se hubiesen escondido bien si no fuese por el imponente bio-cibernético de más de dos metros de altura que destacaba de sobremanera.
Al ver que uno de los monjes se acercaba, extrañado por la presencia del ser de metal, el hombre-rana se introdujo en uno de los barriles.
-¡Bluto, agáchate, idiota!-Ordenó en voz baja
Pero era tarde, el monje había llegado.
-Eh, tú, ¿Qué haces ahí? ¿Vienes a por suministros?
Antes de contestar, el ser de metal miró hacia abajo, donde se podía ver a un Frosk que le asentía con la cabeza de forma reiterada dando a entender que dijese que sí. El bio-cibernético entonces volvió a mirar al recién llegado sin decir nada.
-Agh, no me digas que no puedes hablar. Está bien, llévate esas cajas de alli-Señaló un montón de cajas de madera repletas de comida-Reparte cada una en las tiendas, cuando acabes vuelve aquí
Era la orden de un ser orgánico. No podía negarse, y Frosk parecía de acuerdo con aquella orden, por lo que, sin rechistar, se puso manos a la obra.
Cuando el monje se marchó con su amigo, Frosk vio a través de un agujero que tenía su barril cómo Amit se escabullía para llegar a la zona donde estaban todo el montón de armas y armaduras de la gente que había acudido al recinto.
Sin pensárselo, decidió seguir al roedor, no sin antes ver si la mujer mariposa seguía con ellos. Su presencia, por algún motivo le hacía sentirse más seguro. Con un gesto simple, le indicó que continuara, el señor Ratón seguramente sabía muy bien lo que se hacía, parecía ser mayor, y la edad era un indicador infalible de sabiduría, o eso pensaba Frosk.
Se quedaron sin muchos más sitios en lo que esconderse, pero Amit decidió salir de puntillas. Antes de que Frosk pusiera un solo pie fuera del follaje, se pudo escuchar cómo un monje oyó al roedor. El pulso del anfibio se aceleró y, como acto instintivo, sacó su enorme lengua para atrapar a Amit. Esta se pegó justo en la cara del ratón y el hombre rana hizo fuerza de tracción. Para que no le pasara lo mismo que con la mujer mariposa, intentó agarrarse a algo, aquello que más cerca estaba de él; la pierna de la mujer insecto era esto, así que sin pensárselo pasó un brazo por esta para que sirviera de ancla.
Toda la cabeza de Amit quedó dentro de la boca de Frosk por unos segundos. El monje, por su parte, fue a ver qué pasaba, pero allí ya no estaba el roedor, por lo que pensó que se trataba de una simple imaginación.
Cuando vio que todo el peligro había pasado, el hombre rana finalmente escupió la cabeza del ratón. Acto seguido, se relamió los labios con su moldeable lengua.
-Mi abuelo me decía que podía comer ratones, croac. Pero usted sabe raro, señor Amit.
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Sonreí más escuetamente al ver a la mujer cerrar los ojos y suspirar. Regresé a mi postura normal mientras intentaba maquinar otra cosa, no podía culparla de que no desase ser parte de algo que había logrado definir como "¿Quién quiere casarte con esta elfa?"
Me corrí una mano por el pelo evitando estresarme, encontrar una daga invisible... ya hubiese tenido bastante problemas con solo encontrarla normalita. Suspiré, viendo como la rubia le sonreía a Irinnil, no podía estar pensando nada bueno. «Y hablando de sonrisas...»
Lucía un poquito desasosegada. Desde que había bajado del tejado, casi, entonces realmente no estaba esperando encontrarse con nadie. Me rasqué la cabeza viendo hacia el hombre de tez oscura, descarté pensar que fuese un padre adoptivo por la reacción que había tenido al escucharlo. Ni siquiera le había dedicado una mirada. Un conocido en malos términos.
Hubiese podido pensar que era simplemente era demasiado introvertida como para que encuentros repentinos y un poco atropelladores le agradaran, pero yo la había saludado de improviso en un tejado, y no parecía tener problemas sonriéndole a Valyria. Subí los hombros para no hacerme una historia e intentar adivinar como era y actuaría con lo que creía saber.
Me moví a su otro flanco, haciendo de pared ridículamente pequeña entre ella y el hombre que la había llamado. Este último por suerte había parecido perder interés, o simplemente estaba muy ocupado, viendo la cantidad de gente que se le acercaba.
Apreté juntos los labios ante el tono dramático que había adoptado Valyria para aguantar la risa, si bien también tenía una pizca de pena que se le ocurriese mencionar algo de esa obra. Al "pero ah" y el brazo en la frente terminé de perderlo y volteé a otro lado riéndome de ella. Ahora me preguntaba si los hermanos Jyorn estarían por la plaza junto a su grupo teatral, sería la oportunidad perfecta de hacer una de sus obras, se meterían buen dinero.
Y si estuviese Olfen, nuestro preciado compañero hombre oso, facilitaría muchísimo todo esto de encontrar una daga que no puedes ver, para él, rastrear era un juego.
Entrecerré los ojos haciendo una mueca con la boca algo ausente, «Nadie dice que no este por aquí», y no solo Olfen, tenía que haber otros hombres oso, «Y hombres bestia en general, no solo los osos rastrean», y había bio-cibernéticos, no sabía mucho de ellos, pero tenían noséqué cosas avanzadas. Cavilé de un lado a otro, dando un par de pasos en una dirección y luego girándome para volver al sitio.
–Ya que estamos –les comenté a ambas esbozando una sonrisa–, si ya me tengo que meter en problemas cachando a alguien y humillarme gritando a todo pulmón, mejor hacerlo bien.
Me encaminé hacia el pequeño edificio del que me había bajado, y atravesé por el mismo doloroso proceso de antes para poder subirme. Esta vez fue una pizca más sencillo, viendo que no tenía nada en las manos. Una vez de pie en el tejado vi que ahí se habían quedado los cuencos, ya no me acordaba de ellos.
Tomé del que había comido yo, vacío, y vi hacia la plaza, con la sonrisa confiada quebrándose en una algo nerviosa a medida que sacaba de mi bolsillo una bolsita con aeros. Inhalé con ganas, riéndome solo de los mismos nervios.
—¡Bien, amigos! —empecé con un grito para llamar la atención, alzando la bolsa, agitándola, y dejándola caer sobre el cuenco—. ¡Soy su anfitrión! ¡Err...! Err... ¡No les diré mi nombre! —porque iba a ser más fácil vivir escuchando 'es el idiota' que 'es el idiota de Anders' en las calles de Lunargenta al volver, al menos debía haber más gente de Dundarak que de allá—. ¡Pero si uno de los juegos de esta noche! ¡Escondimos a una persona entre todos ustedes con un objeto invisible en su pantalón! ¡De forma algo... alargada! ¡Cómo para —hice gestos de apuñalamiento— a alguien!—apunté a una persona del público, sonriendo de forma sospechosa—. ¡No, no estoy hablando de eso! —dije, volteando un momento para reírme—. ¡Las reglas son simples! ¡Puede participar quien quiera, solo necesitan dar un aero, yo ya puse cincuenta! ¡Buscan a la persona y la traen a ella o al objeto, el ganador se lleva todo el dinero! ¡Su pista: es un pelirrojo! ¡Tiene ordenes de huir y negarse, así que no teman usar un poquitito de rudeza para atraparlo! ¡Buena suerte y buenas noches!
Me corrí una mano por el pelo evitando estresarme, encontrar una daga invisible... ya hubiese tenido bastante problemas con solo encontrarla normalita. Suspiré, viendo como la rubia le sonreía a Irinnil, no podía estar pensando nada bueno. «Y hablando de sonrisas...»
Lucía un poquito desasosegada. Desde que había bajado del tejado, casi, entonces realmente no estaba esperando encontrarse con nadie. Me rasqué la cabeza viendo hacia el hombre de tez oscura, descarté pensar que fuese un padre adoptivo por la reacción que había tenido al escucharlo. Ni siquiera le había dedicado una mirada. Un conocido en malos términos.
Hubiese podido pensar que era simplemente era demasiado introvertida como para que encuentros repentinos y un poco atropelladores le agradaran, pero yo la había saludado de improviso en un tejado, y no parecía tener problemas sonriéndole a Valyria. Subí los hombros para no hacerme una historia e intentar adivinar como era y actuaría con lo que creía saber.
Me moví a su otro flanco, haciendo de pared ridículamente pequeña entre ella y el hombre que la había llamado. Este último por suerte había parecido perder interés, o simplemente estaba muy ocupado, viendo la cantidad de gente que se le acercaba.
Apreté juntos los labios ante el tono dramático que había adoptado Valyria para aguantar la risa, si bien también tenía una pizca de pena que se le ocurriese mencionar algo de esa obra. Al "pero ah" y el brazo en la frente terminé de perderlo y volteé a otro lado riéndome de ella. Ahora me preguntaba si los hermanos Jyorn estarían por la plaza junto a su grupo teatral, sería la oportunidad perfecta de hacer una de sus obras, se meterían buen dinero.
Y si estuviese Olfen, nuestro preciado compañero hombre oso, facilitaría muchísimo todo esto de encontrar una daga que no puedes ver, para él, rastrear era un juego.
Entrecerré los ojos haciendo una mueca con la boca algo ausente, «Nadie dice que no este por aquí», y no solo Olfen, tenía que haber otros hombres oso, «Y hombres bestia en general, no solo los osos rastrean», y había bio-cibernéticos, no sabía mucho de ellos, pero tenían noséqué cosas avanzadas. Cavilé de un lado a otro, dando un par de pasos en una dirección y luego girándome para volver al sitio.
–Ya que estamos –les comenté a ambas esbozando una sonrisa–, si ya me tengo que meter en problemas cachando a alguien y humillarme gritando a todo pulmón, mejor hacerlo bien.
Me encaminé hacia el pequeño edificio del que me había bajado, y atravesé por el mismo doloroso proceso de antes para poder subirme. Esta vez fue una pizca más sencillo, viendo que no tenía nada en las manos. Una vez de pie en el tejado vi que ahí se habían quedado los cuencos, ya no me acordaba de ellos.
Tomé del que había comido yo, vacío, y vi hacia la plaza, con la sonrisa confiada quebrándose en una algo nerviosa a medida que sacaba de mi bolsillo una bolsita con aeros. Inhalé con ganas, riéndome solo de los mismos nervios.
—¡Bien, amigos! —empecé con un grito para llamar la atención, alzando la bolsa, agitándola, y dejándola caer sobre el cuenco—. ¡Soy su anfitrión! ¡Err...! Err... ¡No les diré mi nombre! —porque iba a ser más fácil vivir escuchando 'es el idiota' que 'es el idiota de Anders' en las calles de Lunargenta al volver, al menos debía haber más gente de Dundarak que de allá—. ¡Pero si uno de los juegos de esta noche! ¡Escondimos a una persona entre todos ustedes con un objeto invisible en su pantalón! ¡De forma algo... alargada! ¡Cómo para —hice gestos de apuñalamiento— a alguien!—apunté a una persona del público, sonriendo de forma sospechosa—. ¡No, no estoy hablando de eso! —dije, volteando un momento para reírme—. ¡Las reglas son simples! ¡Puede participar quien quiera, solo necesitan dar un aero, yo ya puse cincuenta! ¡Buscan a la persona y la traen a ella o al objeto, el ganador se lleva todo el dinero! ¡Su pista: es un pelirrojo! ¡Tiene ordenes de huir y negarse, así que no teman usar un poquitito de rudeza para atraparlo! ¡Buena suerte y buenas noches!
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BIENVENIDOS A EL RAGNAROK 2: ELECTRIC BOOGALO
- pls read:
ASHER NOQuiero decir... interactúo con todos, indirectamente. El que quiera considerarse cerca para oír los gritos y participar puede, arrastrando sus interacciones en parejas/grupos a la "trama" de la daga invisible, porque en el rol se pueden hacer cosas maravillosas que en la vida real no, como caminar mientras hablas.Yo no puedoAhora, los 50 aeros. Es ya la recompensa base por participación en el evento, pero eso yo lo tomo como parte de "un aero para participar", así que los 50 míos van en serio (que ya sé que no es un coño, pero bueno) Finalizado el evento se habla con algún máster para que mueva los 50 de mi cuenta al que dé con él ^^
Para dar con la persona… supongo que tirar Voluntad de los Dioses en ‘Suerte oficial’. La mejor suerte gana, y para incrementar la posibilidad de evitar llegar a dos personas teniendo la misma suerte, estableceré una pequeña relación de mayor que entre ellas, en la que la más a la izquierda gana al resto. Esto, pues:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Los personajes que tengan algo que lo excuse (raza, habilidad, especialización, objeto...) y den uso de eso para su búsqueda en el post, consideremos que suben unas tres casillas a la izquierda en su Runa. Si esto implicaría aumentar un "nivel" en la suerte, pues se aumenta. Así:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Sacaste la azul, y porque tienes/usaste algo que te ayuda a buscar, subiste a rojo. Y creo que eso es todo.
Anders
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Estar con Alisha era una poesía, si bien tenia la imagen de los vampiros medio marcada por libros y relatos, ella rompía todo el esquema posible, tampoco imaginaba que tuviera una resistencia amplia al alcohol. Aun así se sentía animada con ella cerca y se contagio de su entusiasmo con esa fiesta que sentía en cualquier momento algo podría estallar, algo así como hacia unos instantes con esa cazavampiros.... Le recordaba lo frágil de la paz. Y también recordaba que era siempre un lio encontrar copas, ella estaba por el otro lado de la mesa cuando esta dio una sacudida y miro a Alisha sobandoce la cabeza y salir victoriosa de la búsqueda del tesoro. Yei el licor de limón, una mejor recompensa -Ahh manjar!!! quien habrá traído eso no se pero quiero una reserva solo para mi- Suspiro y bebió sin más, lleno un plato con toda clase ce carne en trozo y verduras salteadas con quien sabe que, miro por los alrededores, tenían buena percepción del lugar y noto que en su mayoría se habían formado grupos en la fiesta, si bien había mezclas de interacción aquí y allá había algunas aglomeraciones que parecía que si te acercabas te morderían y echarían tu cuerpo a una fosa...
-Su problema- Musito encogiendoce de hombros, esa noche soltaría su glotonería y sed, tomo mas de ese licor de limón que noto le hacia escocer los labios y ansiar mas, se cubrió la boca para respirar hondo, y poner de otro en su copa, después de todo era una cata.-Bueno ya llene esto de varios tipos de corte de carne y verduras, limpiamos el paladar con ello y catamos cada jarra ¿ok? aunque sean de té.-Sentencio y pensó que deberían poner cartelitos de que había donde, entonces recordó su mochila y que mejor hubiera sido meterla para poner letreros. -¿Como es que no clasifican las cosas aquí?
Dijo someramente y siguió a su amiga hacia los barbones, esperaba que tuvieran suerte con ellos, de verdad quería ver si había algún vino con propiedades magias, o algo así y en su camino había contado no mas de 6 copas de diferentes bebidas, una la tiro sin piedad tras el primer sorbo como quien riega la mala hierva, se había servido al parecer una vinegreta.
-¡Ahhggg mi lengua!! ¡carteles por favor!- había exclamado y comió algunos trozos de comida mientras lagrimaba, por fin llegaron con los hombres. -¿Podemos proar del vino que ustdes estan bebiendo?- Se sonrojo, hablo medio cortado y con poca elegancia. Efectos del licor, bueno pues lo asumía, no creía que tendría otra oportunidad de algo así.
-Su problema- Musito encogiendoce de hombros, esa noche soltaría su glotonería y sed, tomo mas de ese licor de limón que noto le hacia escocer los labios y ansiar mas, se cubrió la boca para respirar hondo, y poner de otro en su copa, después de todo era una cata.-Bueno ya llene esto de varios tipos de corte de carne y verduras, limpiamos el paladar con ello y catamos cada jarra ¿ok? aunque sean de té.-Sentencio y pensó que deberían poner cartelitos de que había donde, entonces recordó su mochila y que mejor hubiera sido meterla para poner letreros. -¿Como es que no clasifican las cosas aquí?
Dijo someramente y siguió a su amiga hacia los barbones, esperaba que tuvieran suerte con ellos, de verdad quería ver si había algún vino con propiedades magias, o algo así y en su camino había contado no mas de 6 copas de diferentes bebidas, una la tiro sin piedad tras el primer sorbo como quien riega la mala hierva, se había servido al parecer una vinegreta.
-¡Ahhggg mi lengua!! ¡carteles por favor!- había exclamado y comió algunos trozos de comida mientras lagrimaba, por fin llegaron con los hombres. -¿Podemos proar del vino que ustdes estan bebiendo?- Se sonrojo, hablo medio cortado y con poca elegancia. Efectos del licor, bueno pues lo asumía, no creía que tendría otra oportunidad de algo así.
Aradia Hazelmere
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Observé la presentación de Uriel con mi habitual gesto neutro, el niño me miraba también, hice un asentamiento como aprobando su comportamiento. Como era lógico, el pequeño vampiro no encontraba diversión alguna quedándose con nosotros, los niños orgánicos eran impacientes e hiperactivos, no eran capaces de mantener su concentración durante más de treinta minutos.
-Claro, pero... - [ANALIZANDO] - No hagas nada de lo que Sophitia hace ¿Sí? Podría ser peligroso - De cualquier manera me aseguraría de no perderlo de vista, pero era preferible que Uriel se fuera con una advertencia - Las cosas que ella hace son de adulto, tú no debes imitarla - Dicho eso, solté su mano para que fuera a divertirse y me quedé con los demás adultos.
El intercambio entre Reivy y Alward resultó bastante confuso para mi sistema, pero podía suponer que no se trataba de nada que pudiera generar algún daño. Luego la dragona me confirmó que la conversación versaba sobre distintas actividades reproductivas que se habían desarrollado a lo largo de la jornada.
-¿Experiencia? - La miré fijamente durante algunos segundos mientras analizaba el argumento - No será necesario, mi sistema puede analizar la situación y decirme cual es la mejor opción sin necesidad de que haga una prueba - Sonreí de modo mecánico - Aunque sí desean que lo consuma de todos modos, solo deben ordenarmelo -
Sophitia se tomaba las últimas gotas de bebida y miraba a Lavery de reojo mientras está le preguntaba sí la cuidaría, como primera respuesta se encogió de hombros, dando a entender que “le daba igual” o que “no era su problema”.
-Supongo que sí te desmayas al segundo trago no me quedará mucho más remedio que cargarte - Volvió a llenar su jarra y la chocó con la de la dragona - Por la resaca que tendrás en la mañana - Brindó la vampiro y se empezó a reír.
-Ciertamente no parece buena idea que una muchacha en etapa de crecimiento ingiera ese tipo de bebidas alcohólicas - Me mostré de acuerdo con el comentario del Humano - Aunque parece una actividad bastante difundida entre los orgánicos, debe ser parte de sus costumbres ¿Correcto? - Mire a Alward en busca de una confirmación - O quizás en el Norte es algo normal - Y entonces me fije en Reivy y Siria para que lo afirmaran o lo negaran.
-¿Te aburriste de los adultos, Uri? - Le dijo Sophi al joven vampiro - Nos encuentras en medio de una competencia ¿Qué edad tienes? Hablo de la real, no la que aparentas -
-Buenas noches, Leveru. Es bueno verte de nuevo ¿Sí? - Sonreí de modo mecánico - ¿Magnética? - Fruncí el ceño - Eso no es posible, no podría estar funcionando sí algo así sucediera - Las preguntas sobre mi estado podían resultar algo complejas de responder, pero al final siempre decidía dar datos concretos - Me encuentro bien, mi cuerpo se encuentra en pleno funcionamiento y no parece tener errores relevantes. En cuanto a Gwynn, no lo he visto desde aquella vez que nos encontramos en el lago - El pequeño licantropo había desaparecido y no tenía forma de encontrarlo a menos que el azar volviera a cruzarnos.
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*Hablo con Uriel, Reivy, Alward, Lavey, Siria, Leveru ^^
-Claro, pero... - [ANALIZANDO] - No hagas nada de lo que Sophitia hace ¿Sí? Podría ser peligroso - De cualquier manera me aseguraría de no perderlo de vista, pero era preferible que Uriel se fuera con una advertencia - Las cosas que ella hace son de adulto, tú no debes imitarla - Dicho eso, solté su mano para que fuera a divertirse y me quedé con los demás adultos.
El intercambio entre Reivy y Alward resultó bastante confuso para mi sistema, pero podía suponer que no se trataba de nada que pudiera generar algún daño. Luego la dragona me confirmó que la conversación versaba sobre distintas actividades reproductivas que se habían desarrollado a lo largo de la jornada.
-¿Experiencia? - La miré fijamente durante algunos segundos mientras analizaba el argumento - No será necesario, mi sistema puede analizar la situación y decirme cual es la mejor opción sin necesidad de que haga una prueba - Sonreí de modo mecánico - Aunque sí desean que lo consuma de todos modos, solo deben ordenarmelo -
Sophitia se tomaba las últimas gotas de bebida y miraba a Lavery de reojo mientras está le preguntaba sí la cuidaría, como primera respuesta se encogió de hombros, dando a entender que “le daba igual” o que “no era su problema”.
-Supongo que sí te desmayas al segundo trago no me quedará mucho más remedio que cargarte - Volvió a llenar su jarra y la chocó con la de la dragona - Por la resaca que tendrás en la mañana - Brindó la vampiro y se empezó a reír.
-Ciertamente no parece buena idea que una muchacha en etapa de crecimiento ingiera ese tipo de bebidas alcohólicas - Me mostré de acuerdo con el comentario del Humano - Aunque parece una actividad bastante difundida entre los orgánicos, debe ser parte de sus costumbres ¿Correcto? - Mire a Alward en busca de una confirmación - O quizás en el Norte es algo normal - Y entonces me fije en Reivy y Siria para que lo afirmaran o lo negaran.
-¿Te aburriste de los adultos, Uri? - Le dijo Sophi al joven vampiro - Nos encuentras en medio de una competencia ¿Qué edad tienes? Hablo de la real, no la que aparentas -
-Buenas noches, Leveru. Es bueno verte de nuevo ¿Sí? - Sonreí de modo mecánico - ¿Magnética? - Fruncí el ceño - Eso no es posible, no podría estar funcionando sí algo así sucediera - Las preguntas sobre mi estado podían resultar algo complejas de responder, pero al final siempre decidía dar datos concretos - Me encuentro bien, mi cuerpo se encuentra en pleno funcionamiento y no parece tener errores relevantes. En cuanto a Gwynn, no lo he visto desde aquella vez que nos encontramos en el lago - El pequeño licantropo había desaparecido y no tenía forma de encontrarlo a menos que el azar volviera a cruzarnos.
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Zöe
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Ruru siguió a las dos figuras en total silencio, sin hacer un poco ruido y masticando el dulce sabor de la fresa. Miró serenamente a los dos hombres-bestias dirigirse a las carpas donde se guardaban todas las armaduras y armas, la mariposa comenzó a tener un mal presentimiento.
Si nos pillan aquí será un problemón, será mejor que los saque de aquí
Ruru vio las dos figuras negruzcas reflejadas por las llamas de las antorchas, dos dragones. Seguramente esos mismos dragones no eran precisamente débiles. Este evento es muy importante, y parece que los dragones se lo están tomando muy en serio; Si quieren contener a algunos de los más fuertes en este lugar en caso de disputa debían serlo. Obviamente no era algo que tres hombres-bestias desarmados pudieran sobrellevar.
Detengámonos aquí
Se giró para encarar las espaldas del ratón y la rama ¡Pero en cuanto las buscó con la mirada ya no estaban ahí! A la joven mariposa le dio un vuelco el corazón, casi se le escapa un chirrido de sorpresa. Conteniéndose, la mujer comenzó a buscarlos desesperadamente con la cabeza ¡Solo se distrajo un segundo! ¡Un maldito segundo! Se replanteó llamar a sus mariposas pero nada le aseguraba que no serían confundidas con comida por la rana adolescente y devoradas, se preocupaba por el bienestar de ese par pero sus pequeñas aliadas eran igualmente importantes.
Entre que evitaba a los guardias y trata de ser sigilosa la mariposa tardó unos segundos en encontrar a los dos hombre-bestia, los pilló justo en el pilón de armaduras. Ruru se fijó en que el bio ya no estaba por ningún lado. Estaba apunto de aproximarse, quería sacar de una santa vez a ese par de ahí. Pero enseguida vio a un par de guardias dragones aproximándose mientras charlaban entre ellos ¡Era imposible que el par pudieran verlo desde donde están!
No tengo otro remedio ¡Venid!
“¡Click!”
Lanzando un chirrido agudo, enseguida, de entre las sombras, las figuras de 5 mariposas pavón aparecieron y comenzaron a revolotear al lado de Ruru. En cuanto volvió a chirriar, tres de las cinco pequeñas figuras aladas se lanzaron a por los guardias sin vacilar un solo segundo. Incluso como mariposas, los pavones seguían siendo grandes y robustas; Era fácil asustarse si se te abalanzan justo en frente de tu cara sin previo aviso.
“¿¡Que di-diablos!? ¿¡Mariposas!? ¡Ah! ¡Apártate de mi cara, maldito bichejo!”
“¿Porque están aquí? ¡Joder, mis ojos! ¡Como no se aparten las voy a quemar a todas!”
Quejándose en voz alta, los dragones lucharon contra las feroces mariposas como pudieron; Sacando sus zarpas para apartarlos y atacándolas con sus habilidades de dragón ¡Lastima que sus pequeñas aliadas aparte de valiente y feroces eran listas! Eludían sus ataques con suma facilidad, frustrando a los dragones guardias aún más ¡Ruru no desaprovechó la oportunidad! Se metió en la carpa a tiempo para ver como el ratón estaba apunto de ser visto por un 3er guardia.
¡Mierda!
Ruru se preparó para lo peor pero, después de sentir como la rana sujetaba su pierna, vio como la lengua de Frosk atrapaba al roedor y lo aproximaba al escondrijo. Ruru amortiguó la caída de Amit con sus brazos, evitando que los dos se dieran el porrazo de sus vidas. Sostuvo entonces, en uno de sus brazos al ratón y con el otro a Frosk, sin percatarse que el roedor seguía con la lengua de Frosk pegada ¡Debía llevarlos a un lugar más seguro! ¡Pero el guardia se estaba aproximando demasiado! Parece ser que se vio atraído por el ruido y las voces:.
“¡Click!”
Las otras dos mariposas, tras su chirriante orden, volaron sin vacilación. Ayudándose entre ellas, a pesar de sus ínfima fuerza, lograron hacer ruido suficiente para que el dragón guardián desviara su atención a la otra fuente de sonido. En cuanto lo vio alejarse Ruru suspiró, aliviada pero sin destensar su cuerpo ¡Aún debían salir de las carpas! Sin preguntar, Ruru se llevó al par a un mejor escondrijo fuera de la carpa; Las mariposas regresaron al poco a Ruru. Aparte de un par de desperfecto en sus alas no estaban heridas. Se posaron en los hombros de Ruru esperando nuevas órdenes, la mujer-bestia soltó a los dos hombre-bestia en el suelo y pasó a centrar atención en el bienestar de sus valientes aliadas ¡Temía que hubieran salido más heridas de lo que parecían!
OFF ROL----------------------------------------
hab. Nivel 0:
Mente Colmena (Rasgo): conecta con la mente de los otros insectos de la misma especie de la zona obligándolos ayudarle en el combate. Si el hombre bestia es hormiga, conectará únicamente con las hormigas, de ser abeja, únicamente con las abejas….(Requiere ser bestia insecto)
Si nos pillan aquí será un problemón, será mejor que los saque de aquí
Ruru vio las dos figuras negruzcas reflejadas por las llamas de las antorchas, dos dragones. Seguramente esos mismos dragones no eran precisamente débiles. Este evento es muy importante, y parece que los dragones se lo están tomando muy en serio; Si quieren contener a algunos de los más fuertes en este lugar en caso de disputa debían serlo. Obviamente no era algo que tres hombres-bestias desarmados pudieran sobrellevar.
Detengámonos aquí
Se giró para encarar las espaldas del ratón y la rama ¡Pero en cuanto las buscó con la mirada ya no estaban ahí! A la joven mariposa le dio un vuelco el corazón, casi se le escapa un chirrido de sorpresa. Conteniéndose, la mujer comenzó a buscarlos desesperadamente con la cabeza ¡Solo se distrajo un segundo! ¡Un maldito segundo! Se replanteó llamar a sus mariposas pero nada le aseguraba que no serían confundidas con comida por la rana adolescente y devoradas, se preocupaba por el bienestar de ese par pero sus pequeñas aliadas eran igualmente importantes.
Entre que evitaba a los guardias y trata de ser sigilosa la mariposa tardó unos segundos en encontrar a los dos hombre-bestia, los pilló justo en el pilón de armaduras. Ruru se fijó en que el bio ya no estaba por ningún lado. Estaba apunto de aproximarse, quería sacar de una santa vez a ese par de ahí. Pero enseguida vio a un par de guardias dragones aproximándose mientras charlaban entre ellos ¡Era imposible que el par pudieran verlo desde donde están!
No tengo otro remedio ¡Venid!
“¡Click!”
Lanzando un chirrido agudo, enseguida, de entre las sombras, las figuras de 5 mariposas pavón aparecieron y comenzaron a revolotear al lado de Ruru. En cuanto volvió a chirriar, tres de las cinco pequeñas figuras aladas se lanzaron a por los guardias sin vacilar un solo segundo. Incluso como mariposas, los pavones seguían siendo grandes y robustas; Era fácil asustarse si se te abalanzan justo en frente de tu cara sin previo aviso.
“¿¡Que di-diablos!? ¿¡Mariposas!? ¡Ah! ¡Apártate de mi cara, maldito bichejo!”
“¿Porque están aquí? ¡Joder, mis ojos! ¡Como no se aparten las voy a quemar a todas!”
Quejándose en voz alta, los dragones lucharon contra las feroces mariposas como pudieron; Sacando sus zarpas para apartarlos y atacándolas con sus habilidades de dragón ¡Lastima que sus pequeñas aliadas aparte de valiente y feroces eran listas! Eludían sus ataques con suma facilidad, frustrando a los dragones guardias aún más ¡Ruru no desaprovechó la oportunidad! Se metió en la carpa a tiempo para ver como el ratón estaba apunto de ser visto por un 3er guardia.
¡Mierda!
Ruru se preparó para lo peor pero, después de sentir como la rana sujetaba su pierna, vio como la lengua de Frosk atrapaba al roedor y lo aproximaba al escondrijo. Ruru amortiguó la caída de Amit con sus brazos, evitando que los dos se dieran el porrazo de sus vidas. Sostuvo entonces, en uno de sus brazos al ratón y con el otro a Frosk, sin percatarse que el roedor seguía con la lengua de Frosk pegada ¡Debía llevarlos a un lugar más seguro! ¡Pero el guardia se estaba aproximando demasiado! Parece ser que se vio atraído por el ruido y las voces:.
“¡Click!”
Las otras dos mariposas, tras su chirriante orden, volaron sin vacilación. Ayudándose entre ellas, a pesar de sus ínfima fuerza, lograron hacer ruido suficiente para que el dragón guardián desviara su atención a la otra fuente de sonido. En cuanto lo vio alejarse Ruru suspiró, aliviada pero sin destensar su cuerpo ¡Aún debían salir de las carpas! Sin preguntar, Ruru se llevó al par a un mejor escondrijo fuera de la carpa; Las mariposas regresaron al poco a Ruru. Aparte de un par de desperfecto en sus alas no estaban heridas. Se posaron en los hombros de Ruru esperando nuevas órdenes, la mujer-bestia soltó a los dos hombre-bestia en el suelo y pasó a centrar atención en el bienestar de sus valientes aliadas ¡Temía que hubieran salido más heridas de lo que parecían!
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Mente Colmena (Rasgo): conecta con la mente de los otros insectos de la misma especie de la zona obligándolos ayudarle en el combate. Si el hombre bestia es hormiga, conectará únicamente con las hormigas, de ser abeja, únicamente con las abejas….(Requiere ser bestia insecto)
Ruru Lepidoptera
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Apartó una de las mesas en las tiendas de los alrededores y se sentó cruzando sus píes sobre la madera de la mesa. De ahí no solo parecía un monje más pero también tenía mejor visual de lo que estaba ocurriendo, aunque no le daba lujo y detalle a los diálogos y seguía con algunos puntos ciegos.
Su vista se alternaba entre su libro, los monjes y los participantes. Pensaba mucho y esta vez más que nada su mente volaba como entrar en dialogo con sus conocidos a pesar de que los veía ocupados y con algunos personajes que no le daban mucha confianza. Al final se dio por vencido, sacar información ahí sería difícil. Noto como en la mesa continua estaban ofreciendo cervezas y el mago aprovecho su telequinesis para servirse una y agarrarla con su mano sin moverse de su sitió. Los encargados de mesa miraron al brujo algo sorprendidos, eran simples humanos y algunos monjes que miraron con algo de desaprobación pues el brujo demostró que aún era peligroso incluso desarmado.
Evitó las miradas curiosas mientras leía tranquilo y de vez en cuanto se servía un trago. Escuchó el jaleo del elfo, no era tan difícil pues quería era una llamada para todos. Aquello le causo gracia, solo perdía un aero por participar y algo de tiempo. Se ayudo de la telequinesis otra vez para no dejar de leer su libro mientras usaba sus manos para sacar una bolsa pequeña. Tenía suficiente para participar, pero entonces un nuevo evento llamó su atención haciendo que el libro descanse en su regazo y guardando el poco dinero que tenía.
Una mariposa volaba cerca del brujo, aunque esta tenía un tamaño algo peculiar. Ya la había visto antes, también logró recordar haber visto a Ruru. -¿Qué esta pasando?-. Miro a su alrededor y pudo ver como los guardias eran atacados por los insectos. Aquello le trajo recuerdos, pero frunció el ceño. Si Ruru estaba en peligro no podía evitar ayudarla, se lo debía. -¿Es Ruru, dónde esta?-. Preguntó a la mariposa y esta voló apuntando dos direcciones. Una donde estaban Flok y Amit, la otra donde estaba Ruru. El brujo no pudo verlos desde donde estaba, pero captó el mensaje al ver que la mariposa en medio del caos paso dos veces por aquellos lugares.
Atravesó a lo ancho el lugar del evento ignorando el juego de la navaja. No podía permitirse perder una compañera con esas habilidades, no había tiempo para juegos menores. Llegó a la fila de tiendas por donde podría estar escondida Ruru, pero miro hacía donde estaban sus armas y uno de los monjes hacía donde estaba el brujo.
-Maldición, así no puedo ayudar-. Dijo molesto, tampoco podía gritar a la reina mariposa para que saliera de su escondite, pero una de las mariposas pequeñas se poso sobre el hombro del brujo. Mantuvo el semblante serió y recordó la última batalla junto a estas criaturas, eran inteligentes como ella solas. -Dile a Ruru que estoy para ayudar pero tengo a los guardias encima. Usa a las tuyas para entregar el mensaje y no revelar su escondite-. Se cruzó de brazos y se acercó a otra de las tantas mesas donde ofrecían alcohol.
Aparto otro vaso, bebió y espero señales por parte de las pequeñas aladas o de la mujer bestia.
Off:
Interactuo con las mariposas de Ruru tratando de contactarla.
Su vista se alternaba entre su libro, los monjes y los participantes. Pensaba mucho y esta vez más que nada su mente volaba como entrar en dialogo con sus conocidos a pesar de que los veía ocupados y con algunos personajes que no le daban mucha confianza. Al final se dio por vencido, sacar información ahí sería difícil. Noto como en la mesa continua estaban ofreciendo cervezas y el mago aprovecho su telequinesis para servirse una y agarrarla con su mano sin moverse de su sitió. Los encargados de mesa miraron al brujo algo sorprendidos, eran simples humanos y algunos monjes que miraron con algo de desaprobación pues el brujo demostró que aún era peligroso incluso desarmado.
Evitó las miradas curiosas mientras leía tranquilo y de vez en cuanto se servía un trago. Escuchó el jaleo del elfo, no era tan difícil pues quería era una llamada para todos. Aquello le causo gracia, solo perdía un aero por participar y algo de tiempo. Se ayudo de la telequinesis otra vez para no dejar de leer su libro mientras usaba sus manos para sacar una bolsa pequeña. Tenía suficiente para participar, pero entonces un nuevo evento llamó su atención haciendo que el libro descanse en su regazo y guardando el poco dinero que tenía.
Una mariposa volaba cerca del brujo, aunque esta tenía un tamaño algo peculiar. Ya la había visto antes, también logró recordar haber visto a Ruru. -¿Qué esta pasando?-. Miro a su alrededor y pudo ver como los guardias eran atacados por los insectos. Aquello le trajo recuerdos, pero frunció el ceño. Si Ruru estaba en peligro no podía evitar ayudarla, se lo debía. -¿Es Ruru, dónde esta?-. Preguntó a la mariposa y esta voló apuntando dos direcciones. Una donde estaban Flok y Amit, la otra donde estaba Ruru. El brujo no pudo verlos desde donde estaba, pero captó el mensaje al ver que la mariposa en medio del caos paso dos veces por aquellos lugares.
Atravesó a lo ancho el lugar del evento ignorando el juego de la navaja. No podía permitirse perder una compañera con esas habilidades, no había tiempo para juegos menores. Llegó a la fila de tiendas por donde podría estar escondida Ruru, pero miro hacía donde estaban sus armas y uno de los monjes hacía donde estaba el brujo.
-Maldición, así no puedo ayudar-. Dijo molesto, tampoco podía gritar a la reina mariposa para que saliera de su escondite, pero una de las mariposas pequeñas se poso sobre el hombro del brujo. Mantuvo el semblante serió y recordó la última batalla junto a estas criaturas, eran inteligentes como ella solas. -Dile a Ruru que estoy para ayudar pero tengo a los guardias encima. Usa a las tuyas para entregar el mensaje y no revelar su escondite-. Se cruzó de brazos y se acercó a otra de las tantas mesas donde ofrecían alcohol.
Aparto otro vaso, bebió y espero señales por parte de las pequeñas aladas o de la mujer bestia.
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Off:
Interactuo con las mariposas de Ruru tratando de contactarla.
Kendovlah
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
-No se… no creo… si tu lo dices…- dijo Alisha, ojeando el plato de Aradia. ¿Quién tomaba verduras voluntariamente cuando había deliciosa carne gratis al lado? Una elfa de todo corazón al parecer… Pero no le diría nada, lucia de mala educación cuestionar la dieta de alguien. –Puede que… ¿ashuman que todo el mundo sabrá que es? Seguramente simplemente han traído mushas cosa de mushos lugares y no importa demasiado que cosa es que.- es decir, puede que fueran con cuidado si alguna especie hiciera a los dragones arder en cenizas o algo así, pero no era el caso para ninguna raza. Casi seguro.
Alisha fue buena niña y tomo un plato, llenándolo con unos pocos pedazos de lo que lucía como jamón con mostaza dulce. Y unas pocas verduras, leeeeentamente, hasta que Aradia dejo de mirar. Y luego fueron a por ese famoso vino arcano, que puede que hubiera imaginado, o soñado. Aunque paro cuando su acompañante grito, tirando…algo. Eso no olía a vino. –Debes olerlosh primero, es parte de la cata. Y te ahorras acxidentes.- dijo, asintiendo como una sabia ermitaña.
Alisha acepto una copa de uno de esos hombres, y estuvo charlando brevemente con quien le había ofrecido el vino. Era… curioso, tenía burbujitas, pero no le gustaba el efecto que estas hacían al explotar en su boca. Y no sabía si ella lo llamaría mágico. Pero poco importaba, pues ese barbudo del sombrero era lo que estaba buscando. –Entonshes dime, ¿qué te shevo a ser un cazavampiros?¿Las riqueshas? ¿Cobráis shiqueira?-
-Cazarecompensas cielo, soy un cazarecompensas.- corrigió el hombre, algo molesto porque aparentemente no había oído su presentación.
-‘Ditashea.- maldijo la vampiro, sacando su culo de la mesa en la que se había apoyado. -¿Alguna otra mesha te llama la atención?- Pregunto a la elfa.
Alisha fue buena niña y tomo un plato, llenándolo con unos pocos pedazos de lo que lucía como jamón con mostaza dulce. Y unas pocas verduras, leeeeentamente, hasta que Aradia dejo de mirar. Y luego fueron a por ese famoso vino arcano, que puede que hubiera imaginado, o soñado. Aunque paro cuando su acompañante grito, tirando…algo. Eso no olía a vino. –Debes olerlosh primero, es parte de la cata. Y te ahorras acxidentes.- dijo, asintiendo como una sabia ermitaña.
Alisha acepto una copa de uno de esos hombres, y estuvo charlando brevemente con quien le había ofrecido el vino. Era… curioso, tenía burbujitas, pero no le gustaba el efecto que estas hacían al explotar en su boca. Y no sabía si ella lo llamaría mágico. Pero poco importaba, pues ese barbudo del sombrero era lo que estaba buscando. –Entonshes dime, ¿qué te shevo a ser un cazavampiros?¿Las riqueshas? ¿Cobráis shiqueira?-
-Cazarecompensas cielo, soy un cazarecompensas.- corrigió el hombre, algo molesto porque aparentemente no había oído su presentación.
-‘Ditashea.- maldijo la vampiro, sacando su culo de la mesa en la que se había apoyado. -¿Alguna otra mesha te llama la atención?- Pregunto a la elfa.
Alisha Lessard
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
-Lo olvide, ademas esta en un ajarra- se justifico la elfa, que sentía las puntas de las orejas calientes, entonces ella se puso a hablar con uno de los barbones a los que ella había saludado y tras darles un vino que parecía burbujear comenzaba a saborearlo y esas burbujas le cosquilleaban las gargantas- Esta rico, da una sensación como cuando se come la menta fresca.- Le decía al hombre que le había servido quien comenzó a hablar de donde venían y ella asentía, uno de los hombres hablaba con Alisha y rio cuando se sintió ofendido -Entonces son cazarecompenzas, eso es genial, supongo viajan por todos lados. Que es...
Alisha la jalo pero aun así el hombre miro por sobre su hombro, alguien gritaba algo de una moneda, un pelirrojo, el único pelirrojo que conocía no se veía por ahí además, no gastaría un aero buscando a alguien, no podía darse lujo, si era buena buscando cosas, pero no despues de beber quien sabe cuanto y sonreír a medio mundo mientras seguía por la cruzada de encontrar a un cazavampiros con Alis.
Las palabras de Alisha le hicieron ponerse de puntillas y mirar las mesas- Comida comida y mas bebida, ¿como sabemos que son cazavampiros?, aparte de la mujer que decía tener un montón de colmillos en su sótano, la única diferencia es que tenia mirada medio alucinada, pero no se dio cuenta que tu eres uno. Entonces no es tan buena y seguro la mitad de sus colmillos serán de algún hombre bestia murciélago...
Lo único interesante fue un hombre con túnica naranja que levitaba una jarra, y se lo señalo a Alish.-Mira eso es magia! seguro es un brujo.-Dijo emocionada con las mejillas coloradas y dando un saltito señalo graciosamente al hombre rodeado de mariposas, no había derramado nada, eso le sorprendió hasta a ella, pero bueno, bebió de golpe el licor chispeante soltando un hipido que parecía el chillido de una ardilla.-Lo siento.
Entonces el hombre se levanto y se fue a quien sabe donde, la elfa lo señalaba con la copa vacía y le perdió de vista. Confió en que Alisha lo hubiera visto.
Alisha la jalo pero aun así el hombre miro por sobre su hombro, alguien gritaba algo de una moneda, un pelirrojo, el único pelirrojo que conocía no se veía por ahí además, no gastaría un aero buscando a alguien, no podía darse lujo, si era buena buscando cosas, pero no despues de beber quien sabe cuanto y sonreír a medio mundo mientras seguía por la cruzada de encontrar a un cazavampiros con Alis.
Las palabras de Alisha le hicieron ponerse de puntillas y mirar las mesas- Comida comida y mas bebida, ¿como sabemos que son cazavampiros?, aparte de la mujer que decía tener un montón de colmillos en su sótano, la única diferencia es que tenia mirada medio alucinada, pero no se dio cuenta que tu eres uno. Entonces no es tan buena y seguro la mitad de sus colmillos serán de algún hombre bestia murciélago...
Lo único interesante fue un hombre con túnica naranja que levitaba una jarra, y se lo señalo a Alish.-Mira eso es magia! seguro es un brujo.-Dijo emocionada con las mejillas coloradas y dando un saltito señalo graciosamente al hombre rodeado de mariposas, no había derramado nada, eso le sorprendió hasta a ella, pero bueno, bebió de golpe el licor chispeante soltando un hipido que parecía el chillido de una ardilla.-Lo siento.
Entonces el hombre se levanto y se fue a quien sabe donde, la elfa lo señalaba con la copa vacía y le perdió de vista. Confió en que Alisha lo hubiera visto.
Aradia Hazelmere
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Había algo fascinante en enviar esos gorriones a sólo molestar. No se trataba del hecho mismo de usar la magia, sino del simple sonido que emitían y del movimiento de sus alas, era relajante verles.
La mujer entonces se dirigió a él para preguntar si había sido el causante de tal suceso, seguida de la llegada de Asher.
–Son sólo pajaritos –dijo encogiéndose de hombros.
Indicó entonces el cielo, allí donde la figura del cometa se mantenía en una aparente pausa del tiempo y el espacio. ¿Se movía o estaba pintado sobre el firmamento? no podía decirlo con seguridad.
–No c-como eso... eso no se me hubiera ocurrido nunca –continuó tomando una de las piernas mecánicas de Artyhom.
Sonrió. No se trataba de una sonrisa efusiva, eso hubiera sido raro en él, sino de un gesto simple, acompañado de una leve inclinación de cabeza.
–No creo estar metido en nada, sólo hago como todos, miro esa cosa en el cielo esp-p-perando que haga algo. Dicen que es una señal, que los dioses nos bendicen a través de eso, pero otros dicen que avisa de un peligro. Si los dioses quieren mandar una señal, ¿por qué no son más claros? –dio un par de pasos hasta quedar más cerca de sus interlocutores–. Les recomendaría unas letras en el cielo, así todos sabrían de qué se trata.
Bajó a Artyhom de sus hombros, quien de inmediato realizó una profunda reverencia.
–Mi nombre es Artyhom y soy el asistente de Demian –dijo con un aire de solemnidad–. Él no es muy bueno con los saludos, pero permítanme hacer las presentaciones de rigor. Demian Sinclair, alumno del Hekshold y protector de los débiles, con gusto entrega sus buenos deseos a tan distinguida dama, al ya conocido maestro de los arcanos, Asher Daregan y a su compañero de armas, Syl Daregan.
–Lo que dijo el pequeño –intervino Demian, haciendo un gesto afirmativo con la cabeza.
–¿Podemos ofrecerles algo? hay gente que vende algunas cosas que creo que son deliciosas. Lamentablemente no soy capaz de percibir sabores, pero Demian me ha dicho que saben bien. A él le gustaron unos pasteles de carne que vende una mujer de cabellos grises a cuarenta y tres pasos de aquí. Pasos míos, al menos. Demian ha obtenido unos buenos aeros desde bol...
Demian cogió al mecánico y no lo dejó terminar la frase, levantándolo y sentándolo sobre sus hombros.
–A veces habla mucho –se justificó con una sonrisa nerviosa.
–A veces hablo mucho –confirmó Artyhom.
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(*) Hablo con Nana y Asher.
Demian
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
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Interactúo con los monjes de la entrada... Vamos, que no interactúo con nadie y estoy libre para rolear. Inviten a una copa a este buen mozo ^^
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Otra vez el brujo andaba suelto por los caminos de aquel hermoso pero igualmente peligroso continente. Por esa razón, pese a dirigirse a una celebración en la que no creía que pasaría nada del otro mundo, salvo que unos borrachos se partieran la cara y ese tipo de cosas típicas en toda buena fiesta, fue armado como iría a cualquier parte alejada de Lunargenta.
Prácticamente iba como en los viejos tiempos, con las mismas armas que llevara encima la primera vez que se dirigiera al Norte. Ello le trajo recuerdos de Elen y deseos de que estuviera bien en el lugar en el que se encontrara ahora mismo. Qué demonios, quizás puede que se acercara hasta allí y pudiera verla. Al fin y al cabo, lo cierto es que no brillaba una nueva estrella todas las noches en el firmamento.
En cualquier caso, toda aquella celebración montada con la intención de rememorar tiempos pasados y bonitas gestas e intenciones y alianzas en tiempos oscuros, había provocado en Vincent una punzada de propia nostalgia. Una punzada que le hizo pensar que sería bonito desempolvar algo antiguo, propiedad de su padre antes que él.
Esa era la razón para haber decidido llevar consigo uno de los legados que Geralt le dejara, y prácticamente la misma razón por la que acabó torciendo el gesto de su cara cuando llegó al santuario.
- Es un bien preciado-, comentó, desabrochando su cinto y deslizando por este el enganche de la vaina al cuero que rodeaba su cintura. No le hacía gracia dejar su espada allí, pero las normas eran las normas, y tampoco quería molestar a los sacerdotes dragón. - Es herencia de mi padre y me daría mucha lástima que se perdiera-, dijo finalmente, con los brazos extendidos hacia adelante y el acero envainado sobre sus palmas hacia arriba.
Por supuesto, quien decía lástima también decía enfado. Si ya de primeras a Vinc no le hacía gracia desprenderse de ella, imaginen perderla.
- No se preocupe, tenemos todo muy bien organizado-, respondió el sacerdote sin dar señales de molestia, pero echándole un ojo a la daga del brujo.
Vinc también deslizó el enganche de la vaina de su daga por el cinto, no sin antes suspirar fastidiado por las prisas del monje y la poca importancia que parecía darle a todo aquel asunto.
- Tranquilo, no hay prisa. Le daré todas mis armas. Y ya que estamos, esta daga va a juego con su hermana mayor y también era de mi padre-, manifestó, entregándole el arma corta. El monje alzó una ceja, por lo que Vinc tuvo que añadir algunas palabras. - Supongo que los brujos somos tan tradicionales como los dragones-, bromeó sin acritud.
El monje no dijo nada. No pareció que le hiciera gracia ni tampoco que le molestara. Más bien echó una nueva de esas miradas de: “dame algo tuyo”.
- Oh, vamos. ¿En serio? Sólo es un jubón reforzado de cuero. Estaría tan preparado para la guerra como un niño en la escuela-, manifestó, al ver que el hombre dragón miraba hacia su coraza.
- Lo sé, pero son las normas, Lo siento-, respondió el monje con cara de cordero degollado.
Ello, por supuesto, provocó un nuevo suspiro en el brujo, unos más profundo y acusado.
- Esto empieza a ser una tomadura de pelo-, respondió, desanudando su capa de viaje y dejándola caer, para después desatar la correa de la cinta de cuero con bolsillos que llevaba en su jubón, para después… En fin, que llevó lo suyo pese a ser un simple jubón de cuero sobrepuesto sobre su camisa. - ¿Contento? - dijo al final del proceso, una vez el monje hubiera tomado entre sus manos la coraza ligera, y mientras se colocaba encima otra vez su correa con bolsos y la capa.
Luego, en vez de hacer una reverencia, el Calhoun posó su pierna izquierda sobre la mesa para asombro de los monjes presentes. Evidentemente, no estaban acostumbrados a esas maneras y formas sin pedir permiso. En cualquier caso, más asombrados quedaron cuando el mercenario metió la mano en la caña de su bota y extrajo un fino estilete.
- Supongo que también querrá esta-, medio bromeó, al tiempo que bajaba la pierna y se quitaba los guantes.
- Pero… Por los dragones antiguos, ¿cuántas armas lleva usted?
- Hay que ser precavidos en esta vida, la verdad es que a veces no parece que lleve suficientes armas-, siguió en tono de humor, quitándose los guantes con puntas de acero y pedernal para dejarlo sobre su montante de armas.- Y ya que estamos, imagino que también necesitará esto.
El dragón miró a Vinc enarcando la ceja de nuevo, pero esta vez con un semblante de pura sorpresa.
- ¡Qué! Soy mercenario. Es lo normal en mi oficio. Y además soy brujo, por eso le doy los guantes, aunque a este paso, si de verdad quiere tener a esa gente segura, también debería darle mi sangre-, dijo con guasa antes de reír a mandíbula abierta, para finalmente serenarse y dedicarle una respetuosa reverencia. - Esperemos tener una bonita y tranquila velada-, manifestó sincero, terminando la reverencia para proseguir su camino hacia la fiesta. - Y tranquilo, en estos bolsillos no llevo ninguna bomba alquímica ni nada por el estilo, soy arcanista, no alquimista-, bromeó como despedida, sin volverse y adentrándose al lugar de la celebración.
Allí, Vinc miró en derredor, y por el momento no vio nadie conocido, más sí tiendas y algo de alcohol.
- ¡Quien será el primero en ofrecer una ronda de alcohol a este buen mozo! - gritó, para ver las reacciones de la gente y calibrar su actitud.
En un principio, lo único que logró Vincent, fue que algunas personas le miraran, para luego pasar de él y volvieran a ponerse con sus cosas y conversaciones. Por lo demás, creyó que un anciano a lo lejos estaba a punto de ofrecerle unos tragos, pero se levantó, dijo algo ininteligible y se cayó de bruces contra hierba, quedando como un adorno más del suelo.
- ¿Nadie? - comentó, esta vez sin gritar. - Esto no es el día de la alianza, es el día de los tacaños-, rezongó para sí mismo.
Vincent Calhoun
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Prestaba atención a su rostro mientras hablaba, era una costumbre, intentar descifrar y aprender sus expresiones corporales era algo que siempre le vino bien al hablar con una persona.
Oyó sus palabras y sonrió, relamiendo sus afilados colmillos.
— No te creía alguien tan directa en ese sentido, te dejaré el beneficio de la duda. — dejó salir una pequeña risa mientras de aquella carpa tomaba una jarra de cerveza que alguien habría abandonado casi totalmente llena, esas cosas pasaban en las fiestas donde el alcohol sobraba, o la comida.
"Ese perro de allí" fue todo lo que tomó para que Lyra postrara su atención en justamente, aquel hombre bestia canino con la corona en su cabeza. — Ajá, tiene pintas de engreído, mira que traer una corona a una fiesta de este estilo. —
Arqueó una ceja mirando a Helena, otra cosa que no conocía bien de ella. — ¿Sueles ser el centro de atención? Te tomaba por alguien que hacía este tipo de cosas con más normalidad y casi de forma casual, como yo. De hecho, sí bien sé que ejerces nuestro oficio... ¿Para quien trabajas? — Era evidente que ella misma era una freelancer, pero Helena no parecía estar ahí por gusto propio.
Miró atentamente su muñeca, un precioso mecanismo con aquella daga entrando y saliendo del guante, afirmó mientras que le hizo recordar a su arma dejada en manos ajenas, ambas artesanías tenían sus similaridades.
— Preciosa daga. Y claro que no, realmente ando aquí buscando un contrato, dale un tiempo y algunas broncas van a empezar a salir a luz. De momento estoy observando las miradas entre invitados para saber a que costado ir. —
Soltó una carcajada breve tras escuchar sus últimas palabras y negó.
— Oh no, de momento solo lo hago por gusto, pero creeme, muchas personas aquí con ver unos bonitos colmillos como los míos, ya te clavan la mirada hasta que desaparezcas de su vida. No tenemos una muy linda reputación. — se regocijó con orgullo ante su guiño, eso fue hasta que paró su oreja ante los gritos, probablemente al igual que su compañera.
Dejó sus palabras correr sin ser interrumpidas casi todo su discurso, hasta el final donde se aburrió y mirando la muñeca de Helena, seguido a su cabello le afirmó, hablando. — No está hablando de tí, ¿No? No eres necesariamente pelirroja, pero tan lejos no estás. — Le dió un trago largo a la jarra y seguidamente suspiró de forma pesada. — ¿Vas a hacer algo al respecto? — Movió su pierna fuera de debajo de la mesa, amenazando con levantarse y seguirle de ser necesario, básicamente le ofrecía ayuda.
Offrol:Aún interactúo con Helena, menciono a Asher y Anders.
Oyó sus palabras y sonrió, relamiendo sus afilados colmillos.
— No te creía alguien tan directa en ese sentido, te dejaré el beneficio de la duda. — dejó salir una pequeña risa mientras de aquella carpa tomaba una jarra de cerveza que alguien habría abandonado casi totalmente llena, esas cosas pasaban en las fiestas donde el alcohol sobraba, o la comida.
"Ese perro de allí" fue todo lo que tomó para que Lyra postrara su atención en justamente, aquel hombre bestia canino con la corona en su cabeza. — Ajá, tiene pintas de engreído, mira que traer una corona a una fiesta de este estilo. —
Arqueó una ceja mirando a Helena, otra cosa que no conocía bien de ella. — ¿Sueles ser el centro de atención? Te tomaba por alguien que hacía este tipo de cosas con más normalidad y casi de forma casual, como yo. De hecho, sí bien sé que ejerces nuestro oficio... ¿Para quien trabajas? — Era evidente que ella misma era una freelancer, pero Helena no parecía estar ahí por gusto propio.
Miró atentamente su muñeca, un precioso mecanismo con aquella daga entrando y saliendo del guante, afirmó mientras que le hizo recordar a su arma dejada en manos ajenas, ambas artesanías tenían sus similaridades.
— Preciosa daga. Y claro que no, realmente ando aquí buscando un contrato, dale un tiempo y algunas broncas van a empezar a salir a luz. De momento estoy observando las miradas entre invitados para saber a que costado ir. —
Soltó una carcajada breve tras escuchar sus últimas palabras y negó.
— Oh no, de momento solo lo hago por gusto, pero creeme, muchas personas aquí con ver unos bonitos colmillos como los míos, ya te clavan la mirada hasta que desaparezcas de su vida. No tenemos una muy linda reputación. — se regocijó con orgullo ante su guiño, eso fue hasta que paró su oreja ante los gritos, probablemente al igual que su compañera.
Dejó sus palabras correr sin ser interrumpidas casi todo su discurso, hasta el final donde se aburrió y mirando la muñeca de Helena, seguido a su cabello le afirmó, hablando. — No está hablando de tí, ¿No? No eres necesariamente pelirroja, pero tan lejos no estás. — Le dió un trago largo a la jarra y seguidamente suspiró de forma pesada. — ¿Vas a hacer algo al respecto? — Movió su pierna fuera de debajo de la mesa, amenazando con levantarse y seguirle de ser necesario, básicamente le ofrecía ayuda.
Offrol:Aún interactúo con Helena, menciono a Asher y Anders.
Lyra
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
-Los cashavampiros tienen… cierto look ¿sabes? Creo que no pueden evitarlo. Como un aura shiniestra y trágica. Y shombreros horribles, como el de eshe hombre.- El aludido protestó, pero Alisha ni se fijó, enfrascada en la búsqueda de delicias. –Es deshir, no es como si hubiera algún truco megasecreto ¿shabes? Un palo puntiagudo bashta. Requiere cierta actitud llamarte cazavampiros.-
Pero su retahíla de quejas fue interrumpida cuando Aradia señalo al tipo de las mariposas. Se perdió la mayoría del espectáculo, pero al menos había visto las mariposas revoloteando. -¿Ilushionista? Creo que losh brujosh y la naturaleza no she llevan…- y no parecía un elfo desde esa distancia.
La siguiente mesa tenía más vino. Normal, esa vez, sin raros añadidos, pero era bueno, sorprendentemente bueno, así que la vampira no se quejó. Y lo más importante, cuando preguntó, efectivamente, un tipo admitió ser un cazavampiros. Dos veces, tuvo que asegurarse después del último chasco. Lamentablemente, lucia…normal, es decir, llevaba ropa ajustada, y sin duda se lo habría imaginado con una armadura de cuero y una ballesta, pero su cara… era tan joven, ni siquiera tenía barba, solo unos pocos pelillos negros para conjuntar con el pelo.
Cinco minutos más tarde.
-Pero esho es tan triste Sammy, snef.- dijo Alisha lloriqueando.
-Sam, solo Sam.-
-Eshtoy shegura de que tu madre no querría que arriesgaras tu vida de eshta manera, querría que hishieras algo noble.- dijo Alisha, sorbiéndose un poco los mocos.
-¡Pero mi deber es vengarlas para que sus almas descansen en paz!- Alisha alargó una mano para acariciarle la cabeza, pero viendo doble, su mano atravesó al que no era.
-Tú y tu hermano transhparente deberiaish apuntaros a la guardia, así protegerías a la gente de todo, y cobraríash, y tendrías un equipo. Puedesh asegurarte de que no vuelve a pasar a la vesh que no te mueresh de hambre ¿shabes? Te ashegurarias de que algo ashí no vuelve a pasar-
Pero su retahíla de quejas fue interrumpida cuando Aradia señalo al tipo de las mariposas. Se perdió la mayoría del espectáculo, pero al menos había visto las mariposas revoloteando. -¿Ilushionista? Creo que losh brujosh y la naturaleza no she llevan…- y no parecía un elfo desde esa distancia.
La siguiente mesa tenía más vino. Normal, esa vez, sin raros añadidos, pero era bueno, sorprendentemente bueno, así que la vampira no se quejó. Y lo más importante, cuando preguntó, efectivamente, un tipo admitió ser un cazavampiros. Dos veces, tuvo que asegurarse después del último chasco. Lamentablemente, lucia…normal, es decir, llevaba ropa ajustada, y sin duda se lo habría imaginado con una armadura de cuero y una ballesta, pero su cara… era tan joven, ni siquiera tenía barba, solo unos pocos pelillos negros para conjuntar con el pelo.
Cinco minutos más tarde.
-Pero esho es tan triste Sammy, snef.- dijo Alisha lloriqueando.
-Sam, solo Sam.-
-Eshtoy shegura de que tu madre no querría que arriesgaras tu vida de eshta manera, querría que hishieras algo noble.- dijo Alisha, sorbiéndose un poco los mocos.
-¡Pero mi deber es vengarlas para que sus almas descansen en paz!- Alisha alargó una mano para acariciarle la cabeza, pero viendo doble, su mano atravesó al que no era.
-Tú y tu hermano transhparente deberiaish apuntaros a la guardia, así protegerías a la gente de todo, y cobraríash, y tendrías un equipo. Puedesh asegurarte de que no vuelve a pasar a la vesh que no te mueresh de hambre ¿shabes? Te ashegurarias de que algo ashí no vuelve a pasar-
Alisha Lessard
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Para ella los cazavampiros eran como para los elfos los brujos, enemigos naturales con auras especificas que evitar o destruir. Bueno hasta ahora lo único que había destruido era trolls. -¿Por que no les pondrán código de vestimenta? Vez uno debe de andar suponiendo que son magos cuando ya te echaron algún hechizo o algo así o cuando te clavan una estaca en el corazao-
Dijo trabandoce un poco, miro el plato vació, ¿a que hora? bueno ni modo, se encogió de hombros y relleno la copa con al parecer un vino transparente y rio por dos cosas -Claro que no se llevan, casi nos exterminan los tipos túnicosos- se quejo, y luego hizo señal de alejarlo con la mano y noto que el liquido transparente era agua... Agua... Bueno lo bebió, así limpiaba el paladar.
Miro a todos lados acompañando a Alish y por fin el premio gordo, una mesa con muchas mas jarras que otras, y comenzó a servirse algo que no fuera agua, y ahí estaba de nuevo ese bendito licor de limón; fue con Alisha después de encasquetarse toda una jarra de ese vino para ella y por fin daban con un cazavampiros, pero no se parecía en nada a la otra. Este se veía sensato, pero 5 minutos después las dos estaban lagrimando pasandoce una servilleta mientras oían su historia.
-Pero el vengarlas no les dará, paz, mira a Alisha es un pan de los dioses, ¿crees que sus padres estarían en paz si la atraviesas con un estaca? al contrario querrían acabar con tu linaje.-Respiro hondo y con la mano asentía- ¡Solo ataca a lso que debas, se un guardián! -alzo la copa como si fuera el mejor de los brindis dejando algo curioso a Sam, que las veía entre pensando seriamente que ellas decían algo coherente y a la vez que solo podía tomar las palabras de una vampira muy guapa y una elfa sonrojada y con esa aura de belleza que solo los elfos poseen.-O se un caza brujos, ellos si que quieren dañar a todos!!
Dijo trabandoce un poco, miro el plato vació, ¿a que hora? bueno ni modo, se encogió de hombros y relleno la copa con al parecer un vino transparente y rio por dos cosas -Claro que no se llevan, casi nos exterminan los tipos túnicosos- se quejo, y luego hizo señal de alejarlo con la mano y noto que el liquido transparente era agua... Agua... Bueno lo bebió, así limpiaba el paladar.
Miro a todos lados acompañando a Alish y por fin el premio gordo, una mesa con muchas mas jarras que otras, y comenzó a servirse algo que no fuera agua, y ahí estaba de nuevo ese bendito licor de limón; fue con Alisha después de encasquetarse toda una jarra de ese vino para ella y por fin daban con un cazavampiros, pero no se parecía en nada a la otra. Este se veía sensato, pero 5 minutos después las dos estaban lagrimando pasandoce una servilleta mientras oían su historia.
-Pero el vengarlas no les dará, paz, mira a Alisha es un pan de los dioses, ¿crees que sus padres estarían en paz si la atraviesas con un estaca? al contrario querrían acabar con tu linaje.-Respiro hondo y con la mano asentía- ¡Solo ataca a lso que debas, se un guardián! -alzo la copa como si fuera el mejor de los brindis dejando algo curioso a Sam, que las veía entre pensando seriamente que ellas decían algo coherente y a la vez que solo podía tomar las palabras de una vampira muy guapa y una elfa sonrojada y con esa aura de belleza que solo los elfos poseen.-O se un caza brujos, ellos si que quieren dañar a todos!!
Aradia Hazelmere
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
–No lo entiendo –me quejé–. Si algún usuario de la magia enloquece y empieza a atacar a personas sin habilidades mágicas, ¿cómo estos últimos podrán defenderse? ¿Lanzando zapatos? –Tal vez sería efectivo dependiendo del hedor de los zapa… Negué con la cabeza.
–Si uno enloquece, muchos más lo detendrán al instante –repuso el monje dragón tranquilamente–, ahora entrega tus armas de una buena vez.
–Pero yo podría matar usando solamente mis manos, tan rápido que ya sería demasiado tarde cuando los demás se percaten de mí.
–¿Vas a matar a alguien? –inquirió con el ceño fruncido.
–No, pero el punto es…
–Entonces entrega tus armas –interrumpió, con una notable vena palpitando en su cabeza rapada.
–Rauko –susurró Hyro detrás de mí–, si nos haces perder más de nuestro valioso tiempo, chasquearé los dedos para hacer desaparecer tu ropa, otra vez frente a todos.
–Pero… pero… mis espaditas –lloriqueé–. Siempre las llevo conmigo a todos lados, excepto a los lugares a donde no las llevo. Y…
Me silenció con un terrible manotazo en la parte posterior de mi cabeza.
–No seas imbécil y entrega tus armas –suspiró, cansado–. Si sucede algo, las haré aparecer en tus manos, si quieres. Así que, por favor, acabemos con esto –rogó–. Quiero ir a comer.
–¿Puedes hacer eso de convocar sus armas? –preguntó el dragón. Hyro se encogió de hombros.
–Rauko, mira –dijo Xana, que estaba detrás de Hyro, señalando un lugar en la plaza–. Hay biusas.
Mi estómago rugió como el más poderoso de los dragones. Rápidamente entregué mis espadas Doppelsäbel, Retniw y Neger Drache, además de las dagas gemelas y mis brazales. Luego salí disparado hacia donde esperaban las deliciosas y coloridas biusas.
–Ahora, dame tus armas –le pidió el monje a Hyro.
–Yo no tengo armas, amigo, porque YO… soy el arma –declaró con suficiencia, esbozando una gran sonrisa. Al dragón no le hizo ninguna gracia–. Vale, entonces chequéame y verás que estoy desarmado –dijo, aburrido.
Cuando por fin Hyro pasó, Xana entregó sus respectivas armas sin que se lo pidiesen.
–Por fin alguien no problemático –agradeció el monje–. Y bonito pájaro, por cierto –comentó al notar el búhaw albino en el hombro de Xana. Y de inmediato el ave despegó y aterrizó en la cabeza calva del dragón, procediendo a… «marcarlo», desatando las risas de las personas de alrededor–. Quítame… a tu pájaro… de encima –gruñó.
Pero no hizo falta. El ave emprendió vuelo hacia algún lugar, dejando caer «regalitos» sobre algunos desafortunados. Xana se disculpó y se inclinó exageradamente, avergonzada.
–Solo avanza y no causes problemas –murmuró el monje.
Luego de un rato, ya con el estómago y mi bolsa llenos de biusas, decidí que era momento de volver a casa.
–Espera, estamos en una fiesta. Socializa –me pidió Hyro–. ¿O acaso viniste solo por la comida?
–Ahm… Pues sí –respondí como si fuera demasiado obvio.
Hyro soltó un largo suspiro y dijo:
–Entonces tendré que hacerte interactuar con otros, ermitaño.
Justo entonces un elfo sobre un tejado habló sobre encontrar un objeto invisible. Habría creído que era una broma para molestar a los pelirrojos, pero me había vuelto más crédulo después de haber viajado en el tiempo, conseguir una espada que podía revivir a los muertos y otra espada que podía modificar el clima e invocar dragones de hielo.
Aun así, me era irrelevante.
–Nosotros ponemos 200 aeros –gritó Hyro con una sonrisa ladina, lanzándole con telequinesis una bolsa llena de monedas. Luego se giró hacia mí–. Bueno, juega para recuperar tus aeros mientras pienso en cómo hacerte socializar.
–¿Eh? No lo haré. Son tus aeros, no los míos –respondí encogiéndome de hombros.
–Oh, entonces… –Me arrebató la bolsa de biusas en un instante y también se la lanzó al elfo–. Y también un paquete de biusas.
Mis ojos se abrieron de par en par. Los dedos de mis manos y pies se congelaron. Mi estómago se retorció. Mi corazón se aceleró. Mi boca se secó. Mis nalgas se apretaron.
¡No iba a perder mis biusas!
El éter explotó dentro de mí y lo canalicé en cada unos de mis músculos, permitiéndome correr al edificio a una velocidad impresionante.[1] Luego canalicé la energía en mis piernas para dar un enorme salto, aterrizando en el tejado, junto al elfo.[2]
Ahí podría haberle arrebatado la bolsa e irme fácilmente, sin embargo, ni lo pensé. ¿Por qué? Por idiota.
–Un objeto invisible, ¿eh? Más te vale que no sea una broma –dije sin emoción, barriendo el lugar con la mirada.
Para mi sorpresa, reconocí a dos elfas, olvidándome de todo.
–Oh, ¡hola, Valy! ¡Hola, Jeannie! –saludé alegremente, agitando una mano. Miré a Jeannie–. Hey, y ¿qué pasó contigo? No te he visto desde lo de los viejos zoituano y la mujer-vaca guerrera.
Pero volví en sí cuando mi estómago rugió, recordándome mi misión. Fijé mi mirada en cierto hombre pelirrojo que empezaba a alejarse del lugar.
–Ahí voy, maldito infeliz –gruñí con una notable hostilidad en mis ojos.
Salí disparado hacia el objetivo. Cuando estuve lo suficientemente cerca, di mi mejor salto para caer sobre él.
Y aterricé de manera aparatosa y humillante a su lado.
Se detuvo dando un respingo. No supe si me miró asustado o sorprendido por el nivel de mi estupidez. Estaba demasiado aturdido para notarlo. Sea como sea, aproveché para dispararle un débil rayo de luz en el tobillo, haciéndole caer, por desgracia, sobre mí.[3] Ahora los dos estábamos en el suelo. Lo sujeté con los brazos y me coloqué sobre él.
Solo entonces pensé en algo importante.
–Un momento, ¿y cómo sé si este es el correcto o no?
–Si uno enloquece, muchos más lo detendrán al instante –repuso el monje dragón tranquilamente–, ahora entrega tus armas de una buena vez.
–Pero yo podría matar usando solamente mis manos, tan rápido que ya sería demasiado tarde cuando los demás se percaten de mí.
–¿Vas a matar a alguien? –inquirió con el ceño fruncido.
–No, pero el punto es…
–Entonces entrega tus armas –interrumpió, con una notable vena palpitando en su cabeza rapada.
–Rauko –susurró Hyro detrás de mí–, si nos haces perder más de nuestro valioso tiempo, chasquearé los dedos para hacer desaparecer tu ropa, otra vez frente a todos.
–Pero… pero… mis espaditas –lloriqueé–. Siempre las llevo conmigo a todos lados, excepto a los lugares a donde no las llevo. Y…
Me silenció con un terrible manotazo en la parte posterior de mi cabeza.
–No seas imbécil y entrega tus armas –suspiró, cansado–. Si sucede algo, las haré aparecer en tus manos, si quieres. Así que, por favor, acabemos con esto –rogó–. Quiero ir a comer.
–¿Puedes hacer eso de convocar sus armas? –preguntó el dragón. Hyro se encogió de hombros.
–Rauko, mira –dijo Xana, que estaba detrás de Hyro, señalando un lugar en la plaza–. Hay biusas.
Mi estómago rugió como el más poderoso de los dragones. Rápidamente entregué mis espadas Doppelsäbel, Retniw y Neger Drache, además de las dagas gemelas y mis brazales. Luego salí disparado hacia donde esperaban las deliciosas y coloridas biusas.
–Ahora, dame tus armas –le pidió el monje a Hyro.
–Yo no tengo armas, amigo, porque YO… soy el arma –declaró con suficiencia, esbozando una gran sonrisa. Al dragón no le hizo ninguna gracia–. Vale, entonces chequéame y verás que estoy desarmado –dijo, aburrido.
Cuando por fin Hyro pasó, Xana entregó sus respectivas armas sin que se lo pidiesen.
–Por fin alguien no problemático –agradeció el monje–. Y bonito pájaro, por cierto –comentó al notar el búhaw albino en el hombro de Xana. Y de inmediato el ave despegó y aterrizó en la cabeza calva del dragón, procediendo a… «marcarlo», desatando las risas de las personas de alrededor–. Quítame… a tu pájaro… de encima –gruñó.
Pero no hizo falta. El ave emprendió vuelo hacia algún lugar, dejando caer «regalitos» sobre algunos desafortunados. Xana se disculpó y se inclinó exageradamente, avergonzada.
–Solo avanza y no causes problemas –murmuró el monje.
Luego de un rato, ya con el estómago y mi bolsa llenos de biusas, decidí que era momento de volver a casa.
–Espera, estamos en una fiesta. Socializa –me pidió Hyro–. ¿O acaso viniste solo por la comida?
–Ahm… Pues sí –respondí como si fuera demasiado obvio.
Hyro soltó un largo suspiro y dijo:
–Entonces tendré que hacerte interactuar con otros, ermitaño.
Justo entonces un elfo sobre un tejado habló sobre encontrar un objeto invisible. Habría creído que era una broma para molestar a los pelirrojos, pero me había vuelto más crédulo después de haber viajado en el tiempo, conseguir una espada que podía revivir a los muertos y otra espada que podía modificar el clima e invocar dragones de hielo.
Aun así, me era irrelevante.
–Nosotros ponemos 200 aeros –gritó Hyro con una sonrisa ladina, lanzándole con telequinesis una bolsa llena de monedas. Luego se giró hacia mí–. Bueno, juega para recuperar tus aeros mientras pienso en cómo hacerte socializar.
–¿Eh? No lo haré. Son tus aeros, no los míos –respondí encogiéndome de hombros.
–Oh, entonces… –Me arrebató la bolsa de biusas en un instante y también se la lanzó al elfo–. Y también un paquete de biusas.
Mis ojos se abrieron de par en par. Los dedos de mis manos y pies se congelaron. Mi estómago se retorció. Mi corazón se aceleró. Mi boca se secó. Mis nalgas se apretaron.
¡No iba a perder mis biusas!
El éter explotó dentro de mí y lo canalicé en cada unos de mis músculos, permitiéndome correr al edificio a una velocidad impresionante.[1] Luego canalicé la energía en mis piernas para dar un enorme salto, aterrizando en el tejado, junto al elfo.[2]
Ahí podría haberle arrebatado la bolsa e irme fácilmente, sin embargo, ni lo pensé. ¿Por qué? Por idiota.
–Un objeto invisible, ¿eh? Más te vale que no sea una broma –dije sin emoción, barriendo el lugar con la mirada.
Para mi sorpresa, reconocí a dos elfas, olvidándome de todo.
–Oh, ¡hola, Valy! ¡Hola, Jeannie! –saludé alegremente, agitando una mano. Miré a Jeannie–. Hey, y ¿qué pasó contigo? No te he visto desde lo de los viejos zoituano y la mujer-vaca guerrera.
Pero volví en sí cuando mi estómago rugió, recordándome mi misión. Fijé mi mirada en cierto hombre pelirrojo que empezaba a alejarse del lugar.
–Ahí voy, maldito infeliz –gruñí con una notable hostilidad en mis ojos.
Salí disparado hacia el objetivo. Cuando estuve lo suficientemente cerca, di mi mejor salto para caer sobre él.
Y aterricé de manera aparatosa y humillante a su lado.
Se detuvo dando un respingo. No supe si me miró asustado o sorprendido por el nivel de mi estupidez. Estaba demasiado aturdido para notarlo. Sea como sea, aproveché para dispararle un débil rayo de luz en el tobillo, haciéndole caer, por desgracia, sobre mí.[3] Ahora los dos estábamos en el suelo. Lo sujeté con los brazos y me coloqué sobre él.
Solo entonces pensé en algo importante.
–Un momento, ¿y cómo sé si este es el correcto o no?
(☞゚∀゚)☞ OFFROL ☜(゚∀゚☜)
Me uno a la trama de la daga invisible y pongo 200 aeros por participar.Pequeña interacción con Anders, Valy y... ¿Irinnil? En mis tiempos se llamaba diferente.
Si no sabes qué demonios es una biusa, pincha [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
[1][2][3] Habis nivel 0, 2 y 3, cuyos nombres no recuerdo y me da pereza releer mi propio post para recordar en qué orden las usé. Sea como sea, no cuentan para mejorar mi suerte.
Y procedo a lanzar runas aquí porque también me da pereza buscar el tema Suerte oficial de blablablá.
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
El piropo de Elian hizo que la morena bajase la vista hacia su comida, todavía sonrojada. No es que no estuviese acostumbrada a que elogiasen su físico, en su hogar solía recibir muchos halagos relacionados con su aspecto, pero esa era una de las razones por las que se había marchado de allí.
Ava quería conocer mundo y también gente, pero no que se centrasen solo en su apariencia, quería que viesen más allá de la superficie, que descubriesen a la verdadera mujer que era. - Gra…gracias. - susurró para no ser grosera, llenando de nuevo la cuchara para terminar su guiso antes de que se enfriase.
El sabor de aquella comida le recordó a Midgar, a lo que ella misma solía preparar en casa para compartir con su padre cuando volvía de la herrería, así que inevitablemente, sus labios se curvaron en una leve sonrisa al traer a su mente la imagen de Bullier. - ¿Qué estará haciendo ahora? - se preguntó interiormente, antes de que el elfo captase de nuevo su atención.
Su broma acerca de la receta que utilizaba la hizo reír, pero lo que de verdad despertó su interés fue el relato de la participación que había tenido su familia durante el final de la guerra con los terrestres.
A diferencia de Daphne, él no había estado presente 150 años antes para ser testigo de la firma de la alianza, pero sus tíos sí que habían participado en la batalla. Uno de ellos incluso le debía la vida a un hombre bestia del pantano, que lo salvó tanto a él como a su grupo, y ese detalle hizo que la Midgardiana escuchase con más atención si cabe, pues aún le costaba asimilar que su raza hubiese sido fruto de un tétrico juego de los humanos.
¿En qué bando habrían estado sus antepasados? Esa era la pregunta que la atormentaba, y que probablemente tendría que hacer a su padre para salir de dudas.
Tratando de no perderse en la conversación, la cuerva miró alternativamente a la vampira y al representante de los Satari mientras hablaban sobre la importancia de la comida, no solo como alimento del cuerpo sino también como pretexto para unir a las personas, justo lo que estaba haciendo aquella noche.
- Sí… así es. - respondió, en cuanto Elian quiso saber su opinión al respecto. - So… solo hay que mirar este lugar para comprobarlo. - añadió, echando un vistazo a las tiendas que los rodeaban y a la multitud, entre la cual alcanzó a distinguir una figura que la saludaba desde la distancia.
La morena ya había visto a aquel conocido al poco de entrar, se trataba de Mefisto, así que tímidamente alzó una mano para devolverle el gesto, acompañando el movimiento con una leve sonrisa que seguramente no alcanzaría a ver.
- Todos vienen con la idea de olvidar sus rencillas y conocerse los unos a los otros. - comentó, con la vista perdida entre los invitados al evento. - ¿Pu… puedo haceros una pregunta? - continuó, girándose hacia sus acompañantes. - ¡Claro! ¿Qué quieres saber? - replicó Daphne, dando otro sorbito a su vaso de sangre.
- ¿Qué se siente al saber que el tiempo no pasa por vosotros del mismo modo que por el resto de la gente? He… he leído que los elfos también envejecen a otro ritmo, como los dragones… - expuso, dejando que su curiosidad saliese a flote.
- Bueno, se podría decir que vivimos con más calma… no somos inmortales pero sí algo más duraderos. - intervino la rubia, midiendo cada una de sus palabras. - En mi caso yo no elegí convertirme en lo que soy, mi “madre adoptiva” lo hizo por mí… ella me encontró abandonada y herida, podría haberme dejado donde estaba pero en vez de eso decidió darme una segunda vida. - confesó, mostrándose muy abierta para estar con alguien a quien apenas conocía.
- Me llevó algún tiempo adaptarme al cambio pero luego vi sus ventajas, y desde entonces he aprovechado cada día de mi existencia, he visto y participado en tantas cosas que no nos daría la noche para contarlas. - siguió con tranquilidad, rememorando algunas de ellas.
- ¿No te resulta duro ver cómo la gente que conoces se va? - inquirió la joven, tratando de ser delicada. - Al principio sí, pero con el paso de los años aprendes que es parte del ciclo de la vida y que no puedes transformar a todo el mundo solo para que permanezcan contigo. - respondió Daphne, encogiéndose de hombros.
Los tres siglos que llevaba recorriendo Aerandir la habían enseñado a no tomar demasiado cariño a quienes algún día perdería, esa era la mejor forma de ahorrarse la tristeza al verlos morir.
- ¿Y… y vosotros? - volvió a la carga la cuerva, girándose hacia Elian. - Tus… tus antepasados llevan mucho tiempo en este mundo… - balbuceó, cediéndole la palabra para que pudiese aclarar sus dudas, tal como había hecho la vampira desde su punto de vista.
Saludo a Mefisto desde lejos y sigo interactuando con Elian.
Ava quería conocer mundo y también gente, pero no que se centrasen solo en su apariencia, quería que viesen más allá de la superficie, que descubriesen a la verdadera mujer que era. - Gra…gracias. - susurró para no ser grosera, llenando de nuevo la cuchara para terminar su guiso antes de que se enfriase.
El sabor de aquella comida le recordó a Midgar, a lo que ella misma solía preparar en casa para compartir con su padre cuando volvía de la herrería, así que inevitablemente, sus labios se curvaron en una leve sonrisa al traer a su mente la imagen de Bullier. - ¿Qué estará haciendo ahora? - se preguntó interiormente, antes de que el elfo captase de nuevo su atención.
Su broma acerca de la receta que utilizaba la hizo reír, pero lo que de verdad despertó su interés fue el relato de la participación que había tenido su familia durante el final de la guerra con los terrestres.
A diferencia de Daphne, él no había estado presente 150 años antes para ser testigo de la firma de la alianza, pero sus tíos sí que habían participado en la batalla. Uno de ellos incluso le debía la vida a un hombre bestia del pantano, que lo salvó tanto a él como a su grupo, y ese detalle hizo que la Midgardiana escuchase con más atención si cabe, pues aún le costaba asimilar que su raza hubiese sido fruto de un tétrico juego de los humanos.
¿En qué bando habrían estado sus antepasados? Esa era la pregunta que la atormentaba, y que probablemente tendría que hacer a su padre para salir de dudas.
Tratando de no perderse en la conversación, la cuerva miró alternativamente a la vampira y al representante de los Satari mientras hablaban sobre la importancia de la comida, no solo como alimento del cuerpo sino también como pretexto para unir a las personas, justo lo que estaba haciendo aquella noche.
- Sí… así es. - respondió, en cuanto Elian quiso saber su opinión al respecto. - So… solo hay que mirar este lugar para comprobarlo. - añadió, echando un vistazo a las tiendas que los rodeaban y a la multitud, entre la cual alcanzó a distinguir una figura que la saludaba desde la distancia.
La morena ya había visto a aquel conocido al poco de entrar, se trataba de Mefisto, así que tímidamente alzó una mano para devolverle el gesto, acompañando el movimiento con una leve sonrisa que seguramente no alcanzaría a ver.
- Todos vienen con la idea de olvidar sus rencillas y conocerse los unos a los otros. - comentó, con la vista perdida entre los invitados al evento. - ¿Pu… puedo haceros una pregunta? - continuó, girándose hacia sus acompañantes. - ¡Claro! ¿Qué quieres saber? - replicó Daphne, dando otro sorbito a su vaso de sangre.
- ¿Qué se siente al saber que el tiempo no pasa por vosotros del mismo modo que por el resto de la gente? He… he leído que los elfos también envejecen a otro ritmo, como los dragones… - expuso, dejando que su curiosidad saliese a flote.
- Bueno, se podría decir que vivimos con más calma… no somos inmortales pero sí algo más duraderos. - intervino la rubia, midiendo cada una de sus palabras. - En mi caso yo no elegí convertirme en lo que soy, mi “madre adoptiva” lo hizo por mí… ella me encontró abandonada y herida, podría haberme dejado donde estaba pero en vez de eso decidió darme una segunda vida. - confesó, mostrándose muy abierta para estar con alguien a quien apenas conocía.
- Me llevó algún tiempo adaptarme al cambio pero luego vi sus ventajas, y desde entonces he aprovechado cada día de mi existencia, he visto y participado en tantas cosas que no nos daría la noche para contarlas. - siguió con tranquilidad, rememorando algunas de ellas.
- ¿No te resulta duro ver cómo la gente que conoces se va? - inquirió la joven, tratando de ser delicada. - Al principio sí, pero con el paso de los años aprendes que es parte del ciclo de la vida y que no puedes transformar a todo el mundo solo para que permanezcan contigo. - respondió Daphne, encogiéndose de hombros.
Los tres siglos que llevaba recorriendo Aerandir la habían enseñado a no tomar demasiado cariño a quienes algún día perdería, esa era la mejor forma de ahorrarse la tristeza al verlos morir.
- ¿Y… y vosotros? - volvió a la carga la cuerva, girándose hacia Elian. - Tus… tus antepasados llevan mucho tiempo en este mundo… - balbuceó, cediéndole la palabra para que pudiese aclarar sus dudas, tal como había hecho la vampira desde su punto de vista.
Saludo a Mefisto desde lejos y sigo interactuando con Elian.
Ava Kenrith
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Sus ojos se apartaron del pequeño unos segundos al ver aquella mole de pelo acercarse a su situación. ¿Lo habría incomodado al mirarle tan descaradamente? Esperaba que no, aquel hombre-bestia parecía bastante difícil de tumbar en una pelea con tanta gente alrededor, niños graciosos incluidos.
Los músculos de la loba se tensionaron ligeramente al sentir su presencia junto a otro hombre-bestia más pequeño y mucho más grácil. Dos contra uno, la cosa se ponía divertida. Pero no, ellos parecían conocer al pequeño y a su mascota robótica. Nana dudó escasos segundos si mantener su identidad en el anonimato o descubrirse, total, aquellos parecían inofensivos y el niño dudaba que siquiera pudiera situar Ulmer en un mapa.
-Nana Black, de Ulmer.
Se presentó escueta justo antes de dirigirse al pequeño de ojos azules, Demian, con una mueca de asombro por el discurso de la mencionada mascota robótica que se había presentado como Artyhom.
-Vaya que si habla... -Asintió con la cabeza con rotundidad para darle énfasis a sus palabras y luego giró la vista hacia la estela de luz que se dibujaba en el cielo, y que todos miraban con curiosidad. -¿Un alumno del Hekshold apelando a los dioses? Pues sí que han cambiado las cosas ¿A qué dioses, los tuyos, los suyos... -Preguntó con cierta ironía señalando con la cabeza a los hombres bestia.- ... o los míos?
Formuló aquella pregunta sin aparente respuesta y después se encogió de hombros tras un largo suspiro de resignación.
-Sea lo que sea, primero habrá que averiguar qué dioses son los que nos lo mandan para saber qué quieren. Pero no estoy segura de que quieran que nos peguemos un festival de comida y de bebida en su nombre mientras parece que esa cosa nos vaya a caer encima en cualquier momento. -Áspera, como la lengua de un gato, pronunció aquellas palabras que parecía que a todo el mundo le daban tanto miedo.
¿Señales de los dioses? Si los dioses, todos, lo único que demandaban era sangre y guerras que era lo único que traían a Aerandir. Chascó la lengua y negó con la cabeza, y después llevó con una dulzura inusitada su mano a la cabeza del pequeño Demian para revolverle el pelo con una amplia sonrisa que dejaba a la vista sus afilados colmillos.
-... Seguro que los dioses nos salvan.
Afirmó tras recapacitar las ácidas palabras que habían alertado a algunos de los transeúntes que los rodeaban. Giró la cabeza hacia los hombres bestia e hizo un pequeño ademán con la cabeza a modo de disculpa. Retiró la mano de la cabeza del pequeño.
-Dejad que os invite a un trago. A los cuatro.
Alzando la mano para invitarlos a caminar tras ella, comenzó a andar hacia la carpa más cercana donde poder beberse una cerveza bien fría.
_________Los músculos de la loba se tensionaron ligeramente al sentir su presencia junto a otro hombre-bestia más pequeño y mucho más grácil. Dos contra uno, la cosa se ponía divertida. Pero no, ellos parecían conocer al pequeño y a su mascota robótica. Nana dudó escasos segundos si mantener su identidad en el anonimato o descubrirse, total, aquellos parecían inofensivos y el niño dudaba que siquiera pudiera situar Ulmer en un mapa.
-Nana Black, de Ulmer.
Se presentó escueta justo antes de dirigirse al pequeño de ojos azules, Demian, con una mueca de asombro por el discurso de la mencionada mascota robótica que se había presentado como Artyhom.
-Vaya que si habla... -Asintió con la cabeza con rotundidad para darle énfasis a sus palabras y luego giró la vista hacia la estela de luz que se dibujaba en el cielo, y que todos miraban con curiosidad. -¿Un alumno del Hekshold apelando a los dioses? Pues sí que han cambiado las cosas ¿A qué dioses, los tuyos, los suyos... -Preguntó con cierta ironía señalando con la cabeza a los hombres bestia.- ... o los míos?
Formuló aquella pregunta sin aparente respuesta y después se encogió de hombros tras un largo suspiro de resignación.
-Sea lo que sea, primero habrá que averiguar qué dioses son los que nos lo mandan para saber qué quieren. Pero no estoy segura de que quieran que nos peguemos un festival de comida y de bebida en su nombre mientras parece que esa cosa nos vaya a caer encima en cualquier momento. -Áspera, como la lengua de un gato, pronunció aquellas palabras que parecía que a todo el mundo le daban tanto miedo.
¿Señales de los dioses? Si los dioses, todos, lo único que demandaban era sangre y guerras que era lo único que traían a Aerandir. Chascó la lengua y negó con la cabeza, y después llevó con una dulzura inusitada su mano a la cabeza del pequeño Demian para revolverle el pelo con una amplia sonrisa que dejaba a la vista sus afilados colmillos.
-... Seguro que los dioses nos salvan.
Afirmó tras recapacitar las ácidas palabras que habían alertado a algunos de los transeúntes que los rodeaban. Giró la cabeza hacia los hombres bestia e hizo un pequeño ademán con la cabeza a modo de disculpa. Retiró la mano de la cabeza del pequeño.
-Dejad que os invite a un trago. A los cuatro.
Alzando la mano para invitarlos a caminar tras ella, comenzó a andar hacia la carpa más cercana donde poder beberse una cerveza bien fría.
- Continúa la interacción con Asher y con Demian.
Nana
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Lo más probable es que, frente a quien estuviera sobrio, estuviera haciendo el ridículo. Por el contrario, mi visión era muy distinta: me regocijaba en el éxtasis de la ebriedad, vociferando entre la muchedumbre y derramando buen vino sobre el pavimento. En mi mundo distorsionado, la comitiva de Ciudad Lagarto me idolatraba tanto, que el mismísimo virrey podría arrodillarse y ofrecerme su corona, a lo que yo respondería: «¿¡Pero cómo crees!? ¡Si eso de gobernar es para los tontos! Yo quiero morir luego de haberme acostado con media Aerandir, no con ampollas en el culo de tanto sentarme». Por su parte, la morenaza se ruborizaba con tan solo admirar mi guapura, emitiendo carcajadas melifluas cada vez que le contaba alguna anécdota sobre mis aventuras... o le echaba un chiste sobre pedos, algo muy común entre brujos del viento.
Ya iba por la tercera copa, mi corazón palpitaba acelerado y estaba a un sorbo más de desmayarme, cuando sentí una mano en mi hombro. Me sacudí, dándole un codazo a quien sea que me tocase y enseguida ignorando el contacto. Este se repitió, esta vez con un agarre fuerte. Chasqueé la lengua y me volteé con el ceño fruncido para romperle la cabeza al conden... hasta que me di cuenta de que era Mefisto, a lo que volví a sonreír. No se veía demasiado contento, y sus pupilas no se habían dilatado lo suficiente, lo que querría decir que no estaba divirtiéndose lo suficiente. ¡Le faltaba alcohol!
-¡Llegas a buena hora, hideputa! - exclamé teatralmente, derramando lo que quedaba de mi copa por el suelo y sobre el traje del rubio que acompañaba a la morena. - ¡Ven aquí, que te voy a invitar a unas copas!
En vez de hacerle caso a mi invitación, me tomó por los hombros y empezó a arrastrarme de vuelta con Yorha. Intenté forcejear para liberarme del intento de secuestro, pero la potente mezcla entre cerveza, ron y vino ya hacía su efecto y drenaba buena parte de mi energía... hasta el punto en que incluso un enclenque como él podía cargarme. Con la visión nublada, lo único que podía hacer era observar el rostro de la voluptuosa mujer alejándose... y llorando por mi despedida. No puedo negar que me conmovió... un poco.
-¡Como no me sueltes te mato, Mefisto! ¡Te lo juro, hideputa! - dije entre pataleos y con un par de lágrimas en los ojos - ¡¿Que no ves que acabo de encontrar mi lugar?! Ciudad Lagarto lo tiene todo: mercenarios, saqueadores, y lo más importante: ¡míralo! ¡mira a esa morenaza! ¡Oromë se llama! ¡¿Dónde has visto un nombre tan sensual?! - le señalé con los ojos en dirección a la moza. Seguidamente, hice una pausa para escuchar la reacción del virrey. - ¡¿Lo ves?! Soy bienvenido. BI-EN-VE-NI-DO. Ahora vete antes de que te meta la cabeza en un barril de cerveza.
A todo esto, emergió el "hideputa número 540", cuyos rasgos encajaban con el rubio sobre quien había derramado un poco de mi vino minutos antes. Este se me quedó mirando fijamente, con el rostro arrugado como el de un duende. No me gustaba. No me gustaba ni su cara, ni su peinado de payaso, ni su aparente intención de separarme de la dragona. Ya se iba a enterar... en cuanto pudiera soltarme del agarre de mi captor el soplanucas.
-¿Tú qué miras, Ricitos de Oro? - ladré - Ve quitando esa cara de tipo duro, porque a la próxima voy y te ensarto mi espada... aunque estoy seguro de que eso te gustaría. Tengo un amigo galeno, y me contó sobre un hueso de la muñeca muy fácil de romper... "escafocoides" o algo así lo llamó. ¡Vuelve a mirarme así y te lo part... ¡hpmh! ¡hmp! ¡hmphhpmph hpmh!
Mi voz se hizo inaudible en cuanto el elfo puso su mano sobre mi boca. Desde luego, no iba a quedarme a observar mientras el tipejo se llevaba a la moza, por lo que utilicé mis últimas fuerzas para librarme del bozal y gritar: ¡Mi nombre es Tatsuya Suou! ¡RecuérdalOoooooooo.
Y mi voz se perdió en la lejanía.
Off rol: Interactúo con Oromë. La descripción de sus reacciones no son más que los delirios de Tatsuya por el alcohol.
Interactúo con Mefisto
Interactúo con Go'el hacia el final del post.
Ya iba por la tercera copa, mi corazón palpitaba acelerado y estaba a un sorbo más de desmayarme, cuando sentí una mano en mi hombro. Me sacudí, dándole un codazo a quien sea que me tocase y enseguida ignorando el contacto. Este se repitió, esta vez con un agarre fuerte. Chasqueé la lengua y me volteé con el ceño fruncido para romperle la cabeza al conden... hasta que me di cuenta de que era Mefisto, a lo que volví a sonreír. No se veía demasiado contento, y sus pupilas no se habían dilatado lo suficiente, lo que querría decir que no estaba divirtiéndose lo suficiente. ¡Le faltaba alcohol!
-¡Llegas a buena hora, hideputa! - exclamé teatralmente, derramando lo que quedaba de mi copa por el suelo y sobre el traje del rubio que acompañaba a la morena. - ¡Ven aquí, que te voy a invitar a unas copas!
En vez de hacerle caso a mi invitación, me tomó por los hombros y empezó a arrastrarme de vuelta con Yorha. Intenté forcejear para liberarme del intento de secuestro, pero la potente mezcla entre cerveza, ron y vino ya hacía su efecto y drenaba buena parte de mi energía... hasta el punto en que incluso un enclenque como él podía cargarme. Con la visión nublada, lo único que podía hacer era observar el rostro de la voluptuosa mujer alejándose... y llorando por mi despedida. No puedo negar que me conmovió... un poco.
-¡Como no me sueltes te mato, Mefisto! ¡Te lo juro, hideputa! - dije entre pataleos y con un par de lágrimas en los ojos - ¡¿Que no ves que acabo de encontrar mi lugar?! Ciudad Lagarto lo tiene todo: mercenarios, saqueadores, y lo más importante: ¡míralo! ¡mira a esa morenaza! ¡Oromë se llama! ¡¿Dónde has visto un nombre tan sensual?! - le señalé con los ojos en dirección a la moza. Seguidamente, hice una pausa para escuchar la reacción del virrey. - ¡¿Lo ves?! Soy bienvenido. BI-EN-VE-NI-DO. Ahora vete antes de que te meta la cabeza en un barril de cerveza.
A todo esto, emergió el "hideputa número 540", cuyos rasgos encajaban con el rubio sobre quien había derramado un poco de mi vino minutos antes. Este se me quedó mirando fijamente, con el rostro arrugado como el de un duende. No me gustaba. No me gustaba ni su cara, ni su peinado de payaso, ni su aparente intención de separarme de la dragona. Ya se iba a enterar... en cuanto pudiera soltarme del agarre de mi captor el soplanucas.
-¿Tú qué miras, Ricitos de Oro? - ladré - Ve quitando esa cara de tipo duro, porque a la próxima voy y te ensarto mi espada... aunque estoy seguro de que eso te gustaría. Tengo un amigo galeno, y me contó sobre un hueso de la muñeca muy fácil de romper... "escafocoides" o algo así lo llamó. ¡Vuelve a mirarme así y te lo part... ¡hpmh! ¡hmp! ¡hmphhpmph hpmh!
Mi voz se hizo inaudible en cuanto el elfo puso su mano sobre mi boca. Desde luego, no iba a quedarme a observar mientras el tipejo se llevaba a la moza, por lo que utilicé mis últimas fuerzas para librarme del bozal y gritar: ¡Mi nombre es Tatsuya Suou! ¡RecuérdalOoooooooo.
Y mi voz se perdió en la lejanía.
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Off rol: Interactúo con Oromë. La descripción de sus reacciones no son más que los delirios de Tatsuya por el alcohol.
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Tatsuya Suō
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Después de mi presentación, creía que me había integrado al grupo, nada más equivocado, aunque Matthew haya aceptado mi bebida, estaba más ocupado con su esposa o amante. El elfo arrastraba al borracho ese. Hmm se me hace conocido, pero seguro no se acordará de mí estando tan borracho. Volteé a mirar con quién estaban hablando esos dos, y eran una mujer de cabello y túnicas negras junto con un rubio que no se despegaba de su lado, los dos tenían una cara un poco de molestos. ¿Qué más podría hacer? parecía que la comitiva de Ciudad Lagarto se disipaba, hasta que recordé a aquella rubia, a la que Matthew le había tirado algunos aplausos, giré un poco en mi entorno y no me costó encontrarla con la mirada, sentada a un par de pasos, hablando con una mujer que estaba totalmente cubierta por ropas negras. Hice un ademán para despedirme de la comitiva y una pequeña reverencia para despedirme de Matt. Ya realmente no pintaba nada ahí.
Tampoco tenía muchas esperanzas de encajar con la rubia y la ninja. Aún así fui directo hacia ellas, me senté junto a la rubia.
-Soy Tobias Pharra.- les dije. -Me encuentro en un evento que celebra la paz y la unión de las razas, socializar suena como el mejor pasatiempo aquí, así que vine con ustedes porque fueron la opción más atractiva.
Cuéntenme, ¿qué las trae por aquí? ¿a qué se dedican?
Miré un momento en la dirección a la que miraban ambas, estaba ese hombre perro con corona, junto con un gato como de su tamaño, y frente a ellos estaba un oso inmenso, un humano buen mozo, más adelante estaba un niño con un robot que seguía a una mujer.
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Off rol: Interactuo con Helena y Lyra, menciono a toda la comitiva Lagarto, a Asher, Syl, Naharu, Eltrant, Demian, Artyhom y Nana.
Tampoco tenía muchas esperanzas de encajar con la rubia y la ninja. Aún así fui directo hacia ellas, me senté junto a la rubia.
-Soy Tobias Pharra.- les dije. -Me encuentro en un evento que celebra la paz y la unión de las razas, socializar suena como el mejor pasatiempo aquí, así que vine con ustedes porque fueron la opción más atractiva.
Cuéntenme, ¿qué las trae por aquí? ¿a qué se dedican?
Miré un momento en la dirección a la que miraban ambas, estaba ese hombre perro con corona, junto con un gato como de su tamaño, y frente a ellos estaba un oso inmenso, un humano buen mozo, más adelante estaba un niño con un robot que seguía a una mujer.
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Off rol: Interactuo con Helena y Lyra, menciono a toda la comitiva Lagarto, a Asher, Syl, Naharu, Eltrant, Demian, Artyhom y Nana.
Tobias Pharra
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Uri se aproximó al dúo de muchachas, Shopi parecía estar bebiendo con Lavey. Uriel las miró curiosamente preguntándose que había de bueno en esa clase de bebida amarga ¡A probado antes el alcohol! Su maestro siempre le dejaba beber una copa de vino de vuelta a la mansión, era un vino especial que eludía la maldición a base de sangre; Un brebaje realmente amargo para el paladar infantil de Uriel ¡Prefería la sangre de elfo y el néctar dulce de los bios, que era casi tan dulce y suave como la miel!
“Hola, señorita Shopi. Hola señorita Lavey ¿Que hacen? ¿beben?”
Se aproximó con una amigable sonrisa, el leve olor a alcohol le hizo cosquillas en la nariz y le hizo hacer una leve mueca ¡Hasta el olor era amargo! ¿Que veían de bueno en esa cosa desagradable, burbujeante y amarga? ¡Era mil veces mejor las cosas dulces! Recordando que estaban en un puesto de bebidas el infante se aproximó a pedir una; Agua de fruta…...mejor dicho sangre de fruta. Una vez tuvo la bebida se sentó con la dragona y la vampiresa.
“¿Mi edad verdadera? ¡Tengo 90 años! Pero según dijo mi maestro mi edad mental se estancó en los 11…..”
Dándole un sorbo a su bebida el vampirito miró el líquido semi rojizo con curiosidad. Estaba acostumbrado a nunca beber o comer nada que no fuera 100% sangre incluso si sabía de mezclas, mejunjes y comidas que eludían la maldición de alguna forma o otra; El agua por lo general no es un problema, por ejemplo. Aún así, Uriel sabía que no era lo mismo para todos los vampiros ¡La maldición actuaba diferente para cada uno! De todas formas Uriel no era tonto, sabía cómo reaccionar en caso de que comiese o bebiese algo que no debía, sabía perfectamente cómo inducir el vómito para evitar una catástrofe ¡Pero incluso así el persistente dolor no se detendrá hasta pasado un buen rato! Así que incluso en esa fiesta, donde se supone que los vampiros también son bienvenidos y tomados en cuenta, debía ir con cuidado con lo que come y bebe.
“¿Esta bien que beba, señorita Lavey? ¡Una vez leí un libro que decía que no es bueno beber alcohol cuando se es joven! Al parecer luego, en la adultez, pasa factura….”
Su maestro le dejaba beber una copa de vino de sangre, pero solo en ocasiones especiales o cada bastante tiempo, normalmente lo tenía prohibido. siempre le recordaba que incluso como un vampiro “adulto” su cuerpo seguía siendo el de un niño, sobresaturar el cuerpo de un infante con alcohol era nocivo para él. Así que tenía claro que, incluso si existiera alguna clase de bebida alcohólica que llegase a gustarle solo podría beberla cada mucho tiempo por impedir una intoxicación a su frágil constitución de infante ¡Hasta Zöe se lo impidió! Ver a la dragona, quien no era tampoco tan mayor tampoco, bebiera tan tranquilamente ¿Tal vez los dragones funcionan diferente?
Uri
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Helena soltó una sutil y breve risa cuando la vampiresa mencionó las pintas de "engreído" que, según esta, ostentaba el hombre perro. Movió un poco el tronco y las piernas después de la siguiente pregunta de Lyra; el estar demasiado tiempo en una sola posición hacía que estas últimas se le durmiesen.
-Hay que saber de qué situación podrías sacar más ventaja-Se encogió de hombros-A veces debes hacerte respetar y que todos conozcan de qué eres capaz. Otras, sencillamente debes de usar la sutileza y el anonimato. No me encasillo en un solo estilo de trabajo-Echó su vista al frente por un segundo, y luego se la devolvió a la vampiresa-Aunque creo que a ti lo que más te pega es lo segundo.
"¿Para quién trabajas?". Esa pregunta le hizo especial gracia a la Rhodes.
-Te dije que te presentaría a mi jefe en cuanto vinieras a la ciudad sin ley-Esbozó media sonrisa. Sería sencillo decírselo, y en realidad no había un motivo firme para mantenerlo en el total anonimato, pero veía que Lyra tenía dotes y capacidades. Sería interesante ver de lo que era capaz-Búscame allí-Fue lo último que dijo en relación al tema, dirigiendo su mirada al frente.
De pronto, la conversación entre ambas fue cortada por un griterío que se expandía por todo el lugar y que tenía un punto de origen cercano. Parecía que alguien estaba dando un discurso, un sermón o... algo parecido. Sin duda, aquello levantó cierta expectación.
-...El alcohol es muy malo-Soltó con cierto sarcasmo. Luego, torció el gesto cuando Lyra le habló-¡Eh, mi cabello no tiene nada de pelirrojo!-Se lo asió, mostrándose segura de sus palabras y aparentando falsa molestia-Quien venga a tocar las narices se llevará como mínimo puñetazo en la nariz, tranquila-Esbozó una sonrisa sarcástica
Poco tardó el primer sujeto en aparecer, Helena suspiró, mostrando aburrimiento. Era esperable. La rubia se le quedó mirando fijamente.
Para su sorpresa, aquel tipo no iba por el motivo de la dagas y los aeros que aquel elfo, para ella borracho, había gritado a los cuatro vientos, eso era buena señal, al menos para el recién llegado, ya que no se llevaría el primer puñetazo del día.
Su presentación no mejoró mucho más la situación inicial. La bruja miró a la vampiresa con cara de circunstancia.
-¿Quién es este pirado? ¿Lo conoces?-Le preguntó a Lyra. Volvió a mirar al tipo y se puso en pie, por algún motivo la ponía de los nervios, aunque realmente la mayoría que se cruzaban con la Rhodes le hacían ponerse así, ni siquiera el gran Matthew Owens se libraba de eso-¿"Opción atractiva"?-Se llevó las manos a las caderas, con un tono impertinente-¿Así que te parezco "Atractiva"?-Volvió a repetir, esta vez con una sonrisa socarrona-Es el intento más nefasto de flirtear conmigo que han tenido nunca-Rió con malicia. Cuando acabó, inclinó un poco su tronco hacia adelante para golpear la nariz de aquel tipo suavemente con un par de dedos. Era más alto que ella, pero eso ni mucho menos la intimidaba-Ahora, lárgate antes de que me cabrees de verdad-Señaló hacia una dirección al azar
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Off: Interactúo con Lyra y Tobias
-Hay que saber de qué situación podrías sacar más ventaja-Se encogió de hombros-A veces debes hacerte respetar y que todos conozcan de qué eres capaz. Otras, sencillamente debes de usar la sutileza y el anonimato. No me encasillo en un solo estilo de trabajo-Echó su vista al frente por un segundo, y luego se la devolvió a la vampiresa-Aunque creo que a ti lo que más te pega es lo segundo.
"¿Para quién trabajas?". Esa pregunta le hizo especial gracia a la Rhodes.
-Te dije que te presentaría a mi jefe en cuanto vinieras a la ciudad sin ley-Esbozó media sonrisa. Sería sencillo decírselo, y en realidad no había un motivo firme para mantenerlo en el total anonimato, pero veía que Lyra tenía dotes y capacidades. Sería interesante ver de lo que era capaz-Búscame allí-Fue lo último que dijo en relación al tema, dirigiendo su mirada al frente.
De pronto, la conversación entre ambas fue cortada por un griterío que se expandía por todo el lugar y que tenía un punto de origen cercano. Parecía que alguien estaba dando un discurso, un sermón o... algo parecido. Sin duda, aquello levantó cierta expectación.
-...El alcohol es muy malo-Soltó con cierto sarcasmo. Luego, torció el gesto cuando Lyra le habló-¡Eh, mi cabello no tiene nada de pelirrojo!-Se lo asió, mostrándose segura de sus palabras y aparentando falsa molestia-Quien venga a tocar las narices se llevará como mínimo puñetazo en la nariz, tranquila-Esbozó una sonrisa sarcástica
Poco tardó el primer sujeto en aparecer, Helena suspiró, mostrando aburrimiento. Era esperable. La rubia se le quedó mirando fijamente.
Para su sorpresa, aquel tipo no iba por el motivo de la dagas y los aeros que aquel elfo, para ella borracho, había gritado a los cuatro vientos, eso era buena señal, al menos para el recién llegado, ya que no se llevaría el primer puñetazo del día.
Su presentación no mejoró mucho más la situación inicial. La bruja miró a la vampiresa con cara de circunstancia.
-¿Quién es este pirado? ¿Lo conoces?-Le preguntó a Lyra. Volvió a mirar al tipo y se puso en pie, por algún motivo la ponía de los nervios, aunque realmente la mayoría que se cruzaban con la Rhodes le hacían ponerse así, ni siquiera el gran Matthew Owens se libraba de eso-¿"Opción atractiva"?-Se llevó las manos a las caderas, con un tono impertinente-¿Así que te parezco "Atractiva"?-Volvió a repetir, esta vez con una sonrisa socarrona-Es el intento más nefasto de flirtear conmigo que han tenido nunca-Rió con malicia. Cuando acabó, inclinó un poco su tronco hacia adelante para golpear la nariz de aquel tipo suavemente con un par de dedos. Era más alto que ella, pero eso ni mucho menos la intimidaba-Ahora, lárgate antes de que me cabrees de verdad-Señaló hacia una dirección al azar
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Helena Rhodes
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
- No le des ideas. – Gruñó Eltrant al oír las palabras del lobo, alejándose de las manos de Lyn.
Respirando, recobrando un mínimo de su compostura al notar como su compañera le dejaba de molestar, enarcó una ceja al oír la pregunta de Asher. Sí, sí que era Demian.
Para su sorpresa el pequeño brujo también estaba en la fiesta, el número de caras conocidas en el lugar empezaba a ser el suficiente como para que empezase a plantearse que los dioses habían hecho algo para hacerles coincidir todos allí.
Fuese como fuese, lo primero que a lo que prestó atención fue al… ¿Otro niño? Que Demian parecía estar cargando a su espalda. ¿Era un cibérnetico? Las dudas respecto a esto terminarían esfumándose cuando Eltrant estuvo lo suficientemente cerca del brujo.
A decir verdad, no era lo más raro que había visto hacer al muchacho de todas formas.
Siguió al lobo, haciéndole una seña a la vampiresa para que dejase de acosar a Naharu y se acercó a Demian, quien parecía conversar con una mujer que le era una desconocida. No obstante, antes se detuvo junto a uno de los tenderetes presa de la curiosidad.
Había una cantidad inusual de armas expuestas. En cierto modo era remarcable que toda aquella gente hubiese accedido a desamarse por completo, era una muestra de fe ciega no precisamente corriente en los tiempos que corrían.
- ¿Qué tal estas, Dem? – dijo, llegando finalmente junto a Demian y a la mujer instantes después de que esta se presentase a Asher como Nana Black. – Ya iba siendo hora de cruzarnos un día tranquilo. – dijo al joven, esbozando una sonrisa.
- Oh, lo siento. – Se giró rápidamente hacía la mujer, percatándose de que la había obviado sin pretenderlo, y le ofreció la mano. - Eltrant Tale – dijo a Nana, girándose después también hacía el Bio que descansaba junto al brujo para que este captase su nombre. - ¿Artyom he oído que te llamabas? – No había entendido mucho de lo que el cibernético había dicho debido a la muchedumbre que les había distanciado mientras se había detenido a mirar las armas, pero creía había llegado a captar aquello.
- ¡Yo soy Lyn! – Añadió la vampiresa saliendo de detrás de Eltrant, acercándose después al brujo. – Me han hablado mucho de ti. – Le dijo, sonriente como de costumbre.
En ese momento Nana alzó la mano indicando, visiblemente, a todos los que la rodeaban en aquel momento que la siguiesen. Miró durante unos instantes a Asher esperando a ver si el lobo aceptaba la invitación o no.
Interactuo con: Asher, Nana, Demian.
Respirando, recobrando un mínimo de su compostura al notar como su compañera le dejaba de molestar, enarcó una ceja al oír la pregunta de Asher. Sí, sí que era Demian.
Para su sorpresa el pequeño brujo también estaba en la fiesta, el número de caras conocidas en el lugar empezaba a ser el suficiente como para que empezase a plantearse que los dioses habían hecho algo para hacerles coincidir todos allí.
Fuese como fuese, lo primero que a lo que prestó atención fue al… ¿Otro niño? Que Demian parecía estar cargando a su espalda. ¿Era un cibérnetico? Las dudas respecto a esto terminarían esfumándose cuando Eltrant estuvo lo suficientemente cerca del brujo.
A decir verdad, no era lo más raro que había visto hacer al muchacho de todas formas.
Siguió al lobo, haciéndole una seña a la vampiresa para que dejase de acosar a Naharu y se acercó a Demian, quien parecía conversar con una mujer que le era una desconocida. No obstante, antes se detuvo junto a uno de los tenderetes presa de la curiosidad.
Había una cantidad inusual de armas expuestas. En cierto modo era remarcable que toda aquella gente hubiese accedido a desamarse por completo, era una muestra de fe ciega no precisamente corriente en los tiempos que corrían.
- ¿Qué tal estas, Dem? – dijo, llegando finalmente junto a Demian y a la mujer instantes después de que esta se presentase a Asher como Nana Black. – Ya iba siendo hora de cruzarnos un día tranquilo. – dijo al joven, esbozando una sonrisa.
- Oh, lo siento. – Se giró rápidamente hacía la mujer, percatándose de que la había obviado sin pretenderlo, y le ofreció la mano. - Eltrant Tale – dijo a Nana, girándose después también hacía el Bio que descansaba junto al brujo para que este captase su nombre. - ¿Artyom he oído que te llamabas? – No había entendido mucho de lo que el cibernético había dicho debido a la muchedumbre que les había distanciado mientras se había detenido a mirar las armas, pero creía había llegado a captar aquello.
- ¡Yo soy Lyn! – Añadió la vampiresa saliendo de detrás de Eltrant, acercándose después al brujo. – Me han hablado mucho de ti. – Le dijo, sonriente como de costumbre.
En ese momento Nana alzó la mano indicando, visiblemente, a todos los que la rodeaban en aquel momento que la siguiesen. Miró durante unos instantes a Asher esperando a ver si el lobo aceptaba la invitación o no.
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Interactuo con: Asher, Nana, Demian.
Eltrant Tale
Aerandiano de honor
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Lo siguiente de lo que Amit tuvo noticia fue de una cosa pegajosa que se adhería a la cara con una fuerza increíble. Llevó ambas patitas a la cosa que se agarraba a su mejilla, por suerte le había dejado la nariz libre por lo que podía seguir respirando, llegó a tirar un par de veces de la lengua antes de que fuera está la que jalara de él. Y el Mausu salió volando por los aires, todos sus instintos le decían que ese era el final ¡Pero por todos los dioses que no se iría sin dar batalla!
Metido adentro de la boca del Hombre-rana, apoyó las cuatro patas en Frosk y empujó para salirse, se encontraba entonces en los brazos de Ruru, la mujer parecía decidida a detenerlos antes de que se metieran en un buen lío. Pero Amit estaba furioso, tenía restos de la baba del otro Hombre-Bestia por toda la cara, y más encima le decían que no tenía buen sabor.
-¿Sabor raro? ¿¡Sabor raro!? ¡¡Te voy a enseñar qué sabor tienen mis puños!! - El Mausu se sacudía para todos lados, intentando soltarse del agarre de Ruru para poder darle una lección a Frosk - ¡Suéltame! ¡Lo que ha hecho es una deshonra! - En su enojo, Amit se había olvidado que se suponía que fueran sigilosos.
Si no hubiese sido por las mariposas de Ruru muy seguramente el plan habría fallado por completo. En cuanto quedó libre, Amit buscó primero su arma, pero claro, no estaba allí, luego buscó sus pociones, pero nada. Entonces pataleó un poco e insultó en idioma Mausu, señaló a Frosk con su pequeño dedo y exclamó:
-¡Esto no se quedará así! Espera a que encuentre mis armas y ya verás - Y ahora Amit tenía el doble de motivos para querer encontrar sus cosas.
Se arremangó y entonces se le estuvieron por caer los pantalones así que los tuvo que agarrar rápidamente, sosteniéndolos así, fue caminando hacía la pila de armas. Se habían juntado una buena cantidad, aparentemente los invitados a la celebración eran de llevar muchas armas y armaduras con ellos. Amit se quedó parado junto a la montaña unos segundos, mirando hacía arriba tanto como le permitía el cuello, envalentonado por el enojo, se subió los pantalones tanto como pudo, y comenzó a escalar.
El Mausu trepaba por la cara de la montaña que estaba más alejada de la zona donde los monjes recogían las cosas. Por momentos perdía el pie y tenía que sostenerse con más fuerza para no terminar rodando colina abajo. Algunos minutos más tarde ya había logrado llegar hasta la parte de arriba... Para entonces el enojo se le había pasado. pero también se había olvidado para qué había hecho todo eso.
Cuando nuevamente se le cayeron los pantalones pudo recordar.
-¡Mi cinturón! - Empezó a buscar entre las cosas, arrojando espadas, dagas, arcos y armaduras en todas direcciones.
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*Hablo con Frosk y Ruru
Metido adentro de la boca del Hombre-rana, apoyó las cuatro patas en Frosk y empujó para salirse, se encontraba entonces en los brazos de Ruru, la mujer parecía decidida a detenerlos antes de que se metieran en un buen lío. Pero Amit estaba furioso, tenía restos de la baba del otro Hombre-Bestia por toda la cara, y más encima le decían que no tenía buen sabor.
-¿Sabor raro? ¿¡Sabor raro!? ¡¡Te voy a enseñar qué sabor tienen mis puños!! - El Mausu se sacudía para todos lados, intentando soltarse del agarre de Ruru para poder darle una lección a Frosk - ¡Suéltame! ¡Lo que ha hecho es una deshonra! - En su enojo, Amit se había olvidado que se suponía que fueran sigilosos.
Si no hubiese sido por las mariposas de Ruru muy seguramente el plan habría fallado por completo. En cuanto quedó libre, Amit buscó primero su arma, pero claro, no estaba allí, luego buscó sus pociones, pero nada. Entonces pataleó un poco e insultó en idioma Mausu, señaló a Frosk con su pequeño dedo y exclamó:
-¡Esto no se quedará así! Espera a que encuentre mis armas y ya verás - Y ahora Amit tenía el doble de motivos para querer encontrar sus cosas.
Se arremangó y entonces se le estuvieron por caer los pantalones así que los tuvo que agarrar rápidamente, sosteniéndolos así, fue caminando hacía la pila de armas. Se habían juntado una buena cantidad, aparentemente los invitados a la celebración eran de llevar muchas armas y armaduras con ellos. Amit se quedó parado junto a la montaña unos segundos, mirando hacía arriba tanto como le permitía el cuello, envalentonado por el enojo, se subió los pantalones tanto como pudo, y comenzó a escalar.
El Mausu trepaba por la cara de la montaña que estaba más alejada de la zona donde los monjes recogían las cosas. Por momentos perdía el pie y tenía que sostenerse con más fuerza para no terminar rodando colina abajo. Algunos minutos más tarde ya había logrado llegar hasta la parte de arriba... Para entonces el enojo se le había pasado. pero también se había olvidado para qué había hecho todo eso.
Cuando nuevamente se le cayeron los pantalones pudo recordar.
-¡Mi cinturón! - Empezó a buscar entre las cosas, arrojando espadas, dagas, arcos y armaduras en todas direcciones.
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Amit'tek
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Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Parecía evidente por sus palabras que Asher esperaba problemas en cualquier momento. Y no precisamente un pelea entre algún miembro díscolo de alguna de las delegaciones y algún otro de otra raza o clan con la que los viejos odios siguieran tan abiertos como una herida mal curada y supurante. Más bien parecía preparado para un conflicto a gran escala, planeado con antelación y capaz de dejar lo ocurrido durante el midsommar como algo meramente anecdótico. Desde luego, teniendo en cuenta la naturaleza de aquel encuentro y las escasas medidas de seguridad, apenas simbólicas, si algo así sucedía bien podía causar un accidente diplomático que rompiera las ya tensas relaciones entre varios de los territorios de Aerandir.
-Aerandir necesita revalidar los viejos pactos ahora más que nunca. Las sombras que nos amenazan a todos crecen. Lunargenta, Sandorai...Ni siquiera en los lugares que creíamos más seguros estamos ya a salvo. Un incidente así podría resultar catastrófico.- Meditó en voz alta la joven, que estaría mucho más alerta desde ese momento en adelante. Y echaría más en falta su arma y armadura.
-No sé cómo os aguantáis. Eltrant siempre tan amable y optimista. Asher siempre pensando lo peor y malhumorado...Va a ser verdad eso de que los contrarios se atraen.- Expresó a su vez la felina pelirroja, sin percatarse de sus palabras podrían perfectamente aplicarse también a ella y a Níniel. -Si va a irse todo a la porra, al menos me pillará con la panza bien llena de carne. No me preocupa el veneno. Nín es alquimista. En cualquier caso deberían haber revisado el contenido de los viales de su bolso al entrar.- se burló la felina más que dispuesta a mantenerse en sus trece, y seguir las indicaciones de Lyn sobre la comida.
-Estaremos alerta. Tened cuidado.- Sentenció sin embargo la sacerdotisa antes de realizar una leve inclinación ante sus interlocutores. Despidiéndose así de ellos para ir tras su hermana. Quién a pesar de sus palabras también había agudizado sus sentidos. Los problemas entre gobiernos y los odios raciales significaban bien poco para ella. Pero si alguien suponía una amenaza para Níniel, ese alguien desearía haberle restringido el paso a alguien como ella.
-Dame tu mejor carne. Y sin veneno si es posible.- Pidió la gata en el más prometedor de los puestos que encontró. Sentándose en una de las mesas de exterior con la que aquel establecimiento contaba y asegurándose de haber sido escuchada y atendida por una de las mozas. Se trataba de un puesto regentado por un hombre de apariencia humana, aunque el nombre del sitio, "El lobo plateado de Ulmer", llevó rápidamente a Níniel a pensar que debía de ser un licántropo. Y posiblemente las enérgicas camareras, que debían de tener más o menos la edad de Catherine, también. Algo que quedó casi confirmado al negarse la elfa a pedir alguno los muchos platos de carne que le ofrecieron uno tras otro y que parecían ser la especialidad de la casa, para regocijo de la felina.
-Hemos dado con un buen sitio. Voy a comer hasta reventar. ¡Por la Alianza!- Brindó en broma una vez estuvieron servidas. Brindis que fue secundado con mayor o menor brío por algunos clientes más del lugar, que evidentemente no conocían a Catherine y su ironía. No pasó desapercibido no obstante que para una gran parte de la clientela del lugar aquella vieja Alianza no parecía tener el valor suficiente como para alzar sus jarras.
De hecho, el ambiente no era todo lo festivo que podría ser. Níniel había participado en muchas celebraciones en muchos rincones de Aerandir en los que se habían congregado todo tipo de personas y no había notado el ambiente tan enrarecido. ¿Era por la mayor presencia de representantes de otras razas? Tal vez fuera por los últimos ataques o por el temor a lo que la gran llama del cielo podía significar. Tal vez eran de conocimiento público los últimos movimientos de ejércitos enteros. Tal vez fuera todo ello, o nada y sencillamente las palabras de Asher la hacían ver aquello de forma diferente.
Fuera como fuera Níniel solo pudo ver a una persona más con cierto espíritu festivo, aunque fuese para pedir ser invitado a un trago. Sus palabras no hicieron si no confirmar el escaso ambiente y ánimo de la gente, pero al menos logró llamar la atención de ambas jóvenes. Níniel se levantó de su asiento e hizo un gesto al brujo para que sea acercara mientras que Catherine lo miraba y comía un buen trozo de jugosa carne.
-Aerandir necesita revalidar los viejos pactos ahora más que nunca. Las sombras que nos amenazan a todos crecen. Lunargenta, Sandorai...Ni siquiera en los lugares que creíamos más seguros estamos ya a salvo. Un incidente así podría resultar catastrófico.- Meditó en voz alta la joven, que estaría mucho más alerta desde ese momento en adelante. Y echaría más en falta su arma y armadura.
-No sé cómo os aguantáis. Eltrant siempre tan amable y optimista. Asher siempre pensando lo peor y malhumorado...Va a ser verdad eso de que los contrarios se atraen.- Expresó a su vez la felina pelirroja, sin percatarse de sus palabras podrían perfectamente aplicarse también a ella y a Níniel. -Si va a irse todo a la porra, al menos me pillará con la panza bien llena de carne. No me preocupa el veneno. Nín es alquimista. En cualquier caso deberían haber revisado el contenido de los viales de su bolso al entrar.- se burló la felina más que dispuesta a mantenerse en sus trece, y seguir las indicaciones de Lyn sobre la comida.
-Estaremos alerta. Tened cuidado.- Sentenció sin embargo la sacerdotisa antes de realizar una leve inclinación ante sus interlocutores. Despidiéndose así de ellos para ir tras su hermana. Quién a pesar de sus palabras también había agudizado sus sentidos. Los problemas entre gobiernos y los odios raciales significaban bien poco para ella. Pero si alguien suponía una amenaza para Níniel, ese alguien desearía haberle restringido el paso a alguien como ella.
-Dame tu mejor carne. Y sin veneno si es posible.- Pidió la gata en el más prometedor de los puestos que encontró. Sentándose en una de las mesas de exterior con la que aquel establecimiento contaba y asegurándose de haber sido escuchada y atendida por una de las mozas. Se trataba de un puesto regentado por un hombre de apariencia humana, aunque el nombre del sitio, "El lobo plateado de Ulmer", llevó rápidamente a Níniel a pensar que debía de ser un licántropo. Y posiblemente las enérgicas camareras, que debían de tener más o menos la edad de Catherine, también. Algo que quedó casi confirmado al negarse la elfa a pedir alguno los muchos platos de carne que le ofrecieron uno tras otro y que parecían ser la especialidad de la casa, para regocijo de la felina.
-Hemos dado con un buen sitio. Voy a comer hasta reventar. ¡Por la Alianza!- Brindó en broma una vez estuvieron servidas. Brindis que fue secundado con mayor o menor brío por algunos clientes más del lugar, que evidentemente no conocían a Catherine y su ironía. No pasó desapercibido no obstante que para una gran parte de la clientela del lugar aquella vieja Alianza no parecía tener el valor suficiente como para alzar sus jarras.
De hecho, el ambiente no era todo lo festivo que podría ser. Níniel había participado en muchas celebraciones en muchos rincones de Aerandir en los que se habían congregado todo tipo de personas y no había notado el ambiente tan enrarecido. ¿Era por la mayor presencia de representantes de otras razas? Tal vez fuera por los últimos ataques o por el temor a lo que la gran llama del cielo podía significar. Tal vez eran de conocimiento público los últimos movimientos de ejércitos enteros. Tal vez fuera todo ello, o nada y sencillamente las palabras de Asher la hacían ver aquello de forma diferente.
Fuera como fuera Níniel solo pudo ver a una persona más con cierto espíritu festivo, aunque fuese para pedir ser invitado a un trago. Sus palabras no hicieron si no confirmar el escaso ambiente y ánimo de la gente, pero al menos logró llamar la atención de ambas jóvenes. Níniel se levantó de su asiento e hizo un gesto al brujo para que sea acercara mientras que Catherine lo miraba y comía un buen trozo de jugosa carne.
OFF: Interacción con Asher, Eltrant y Vincent.
Níniel Thenidiel
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