El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Página 4 de 9. • Comparte
Página 4 de 9. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Y el caos, seguía, la dama de negro se presentó tras interesantes y muy pensadas palabras.- La muerte de un rey humano fue lo que básicamente volvió las tensiones, además de ataques y guerras de clanes a clanes. Asesinato mejor dicho- Evito ser mas clara, Alisha era una excepción a las historias que conocía, y hasta no conocer a mas brujos....Mejor no pensar.
La idea de ahogarse con Alisha se veía tentadora, no sabía si lo lograría, ¿tal vez una copa de cada licor? y si eso no bastaba siempre se podría repetir, pero su amiga ya estaba muy pasada cuando dio su idea, un cazavampiros seria interesante de conocer, ver su punto de vista y mira tu que una mujer llego y tras alejar a Alisha y distanciar completamente su atención de la pareja y sentir que el ambiente se tenso a grado de que se podía cortar con un cuchillo declarando su fanatismo por la caza y sus trofeos, oook hora de alejar a su amiga de ella por lo que jalo a Alisha y sintiendoce protectora sonrió a la dama.- Es una fiesta pacifica supongo que ya habrá otras donde hagan demostraciones de ejecuciones- , y así como un huracán, un hombre vino por la cazadora y se la llevo, dejándole la tarea de apoya de Alisha.La idea de preguntar a brujos le sonaba mucho mas inofensiva y menos tentadora a que alguien saliese herido- No lo se Alisha, busquemos uno y le preguntamos, y me llevas carrera dime que has bebido para catar contigo y mira allá hay carne y te puedo asegurar que nadie escupió en ella para cocinarla.
Recordó su aventura y por reflejo puso cara de dolor, su espalda y costillas no fueron las mismas después de eso. Aunque tambien podía presumir de que el troll bien cocinado no es malo.-Ire con mi amiga a catar las bebidas, espero podamos conversar luego o si gustan acompañarnos.-Señala hacia las mesas mientras tomaba su copa y servia de medio apoyo a Alisha, ojala recordara ese licor de limón y también rezo por que el lugar fuera demasiado grande para evitar roces con algún pariente, había llegado a escuchar que había representantes de cada clan y ella no tenia ni cucara idea de si habría alguien de su familia directa, algún tío, o primo..
----------------------------------------------------
Interaccion con Alisha Hurracan, Nahir y Sango
La idea de ahogarse con Alisha se veía tentadora, no sabía si lo lograría, ¿tal vez una copa de cada licor? y si eso no bastaba siempre se podría repetir, pero su amiga ya estaba muy pasada cuando dio su idea, un cazavampiros seria interesante de conocer, ver su punto de vista y mira tu que una mujer llego y tras alejar a Alisha y distanciar completamente su atención de la pareja y sentir que el ambiente se tenso a grado de que se podía cortar con un cuchillo declarando su fanatismo por la caza y sus trofeos, oook hora de alejar a su amiga de ella por lo que jalo a Alisha y sintiendoce protectora sonrió a la dama.- Es una fiesta pacifica supongo que ya habrá otras donde hagan demostraciones de ejecuciones- , y así como un huracán, un hombre vino por la cazadora y se la llevo, dejándole la tarea de apoya de Alisha.La idea de preguntar a brujos le sonaba mucho mas inofensiva y menos tentadora a que alguien saliese herido- No lo se Alisha, busquemos uno y le preguntamos, y me llevas carrera dime que has bebido para catar contigo y mira allá hay carne y te puedo asegurar que nadie escupió en ella para cocinarla.
Recordó su aventura y por reflejo puso cara de dolor, su espalda y costillas no fueron las mismas después de eso. Aunque tambien podía presumir de que el troll bien cocinado no es malo.-Ire con mi amiga a catar las bebidas, espero podamos conversar luego o si gustan acompañarnos.-Señala hacia las mesas mientras tomaba su copa y servia de medio apoyo a Alisha, ojala recordara ese licor de limón y también rezo por que el lugar fuera demasiado grande para evitar roces con algún pariente, había llegado a escuchar que había representantes de cada clan y ella no tenia ni cucara idea de si habría alguien de su familia directa, algún tío, o primo..
----------------------------------------------------
Interaccion con Alisha Hurracan, Nahir y Sango
Aradia Hazelmere
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 267
Nivel de PJ : : 2
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
No fue problema dejar su arma con los monjes que las solicitaban para ingresar al evento. Contrariamente a mucha gente, las cosas que llevaba no tenían una carga emocional, eran objetos reemplazables que, si perdía, ya volvería a obtener, mediante trabajo o intercambiando sus servicios de mercenaria, más entendía el por qué la gente le costaba desprenderse de sus objetos: muchos tenían un valor sentimental, ya fuese el arma que ocupó un pariente lejano, ellos mismos las crearon en una forja o vivieron calamidades o desventuras para conseguirlas.
Aunque, viendo a Eltrant como se sacaba todo, se preguntaba qué tipo de situaciones había vivido como para ser más metal y armas que humano.
Debía admitir que se sentía liviana sin tanto peso encima. Más de lo que usualmente era. A veces se preguntaba si era algo relacionado con sus genes de rata, pero luego se acordaba de Amit y pensaba que los hombres bestia basados en ratones guardaban más energías en sus barrigas de lo que veía regularmente. Aquella observación era bastante “políticamente correcta” para decirle “gordo”, en todo caso.
Suspiró mientras volvía a su concentración.
Se encontraba sentada en algún punto indeterminado del lugar, sentada abriendo sus piernas y apoyando sus brazos en estas, mientras entrelazaba sus dedos entre si. Sus ojos cerrados la alejaban del resto de las personas, aunque sus oídos seguían captando señales, como aquel que gritó por algo de Ciudad Lagarto que no entendió bien. Pensó que era algún negocio nuevo de comida que cocinaba lagartos y hacia platos exóticos con eso. Era asqueroso, así que decidió dejar pasar ello.
Se encontraba alejada mentalmente de la celebración, de las personas, de todos en general. Había visto caras conocidas en algunos lados, pero se dividía entre que sentía que no era lo suficientemente importante como para estar ahí, o demasiado fuerte como para ser tomada en cuenta en conversaciones sobre como pelear. Y es que no tenía muchos más pasatiempos más allá de dedicarse a entrenar o a trabajar por ahí.
¿Qué hacía ahí en ese caso?
No es que sintiera algo por lo que había ocurrido hace más de 100 años; nadie de quienes conocía había vivido lo suficiente como para le hubiera afectado directamente. Ella misma solo tenía veinte-tantos años, por lo que le costaba sentir algo frente al sentido del evento en si. Solo era alguien que, por alguna razón que desconocía, era una mujer rata que fue adoptada por los humanos y entrenada para pelear.
¿Qué sentido tenía que estuviera ahí?
No necesitaba mirar al resto para saber que los había traído ahí: unos genuinamente sentían respeto por la celebración, mientras que otros iban por la comida. Algunos pensaban que era forma de honrar el que estuvieran vivos y agradecerles por lo que hacían. Pero no solo era eso. También habían viejas amistades que se reencontraban, unas nuevas se forjaban, situaciones de negocios se comprometían, problemas se alzaban. El mundo se construía, cambiaba y seguía adelante, con nuevos lazos.
Y sin embargo, sentía que todo ello escapaba a ella.
Era en esos momentos en donde sentía que había una pared entre ella y otros, una que le impedía accesar al otro lado, a entender y compartir con otros. Pero no era algo que había nacido de alguna maldición de alguna bruja o algo así, sino era un muro construido por ella misma, algo que nunca supo creó. Y, sin embargo, cuando tocaba los ladrillos, podía sentir como el dolor volvía. Dolía de forma distinta dependiendo de qué ladrillo tocaba. A veces dolía en la espalda, por un latigazo recibido en algún momento de su pasado, otras veces la piedra que cayó en su cabeza. Y las que más dolían eran las que llevaban alguna decepción encima.
Cuando pensaba en ello, sentía que era tonta al describirlo de esa forma. No existía un muro físico. No dolía realmente cuando tocaba esos ladrillos. Todo eso estaba en su cabeza. No es que hubiera nada que impidiera que, físicamente, tocara a alguien con su mano, o lo cargara encima de sus hombros.
Por eso odiaba meditar. Era necesario para su entrenamiento, pero lo odiaba con toda el alma.
--
Off: Se hace mención a algunos personajes, pero en realidad no interactúa con nadie. Como que no tengo idea de qué hacer, pero si alguien quiere interactuar con Alexandra, puede hacerlo.
Aunque, viendo a Eltrant como se sacaba todo, se preguntaba qué tipo de situaciones había vivido como para ser más metal y armas que humano.
Debía admitir que se sentía liviana sin tanto peso encima. Más de lo que usualmente era. A veces se preguntaba si era algo relacionado con sus genes de rata, pero luego se acordaba de Amit y pensaba que los hombres bestia basados en ratones guardaban más energías en sus barrigas de lo que veía regularmente. Aquella observación era bastante “políticamente correcta” para decirle “gordo”, en todo caso.
Suspiró mientras volvía a su concentración.
Se encontraba sentada en algún punto indeterminado del lugar, sentada abriendo sus piernas y apoyando sus brazos en estas, mientras entrelazaba sus dedos entre si. Sus ojos cerrados la alejaban del resto de las personas, aunque sus oídos seguían captando señales, como aquel que gritó por algo de Ciudad Lagarto que no entendió bien. Pensó que era algún negocio nuevo de comida que cocinaba lagartos y hacia platos exóticos con eso. Era asqueroso, así que decidió dejar pasar ello.
Se encontraba alejada mentalmente de la celebración, de las personas, de todos en general. Había visto caras conocidas en algunos lados, pero se dividía entre que sentía que no era lo suficientemente importante como para estar ahí, o demasiado fuerte como para ser tomada en cuenta en conversaciones sobre como pelear. Y es que no tenía muchos más pasatiempos más allá de dedicarse a entrenar o a trabajar por ahí.
¿Qué hacía ahí en ese caso?
No es que sintiera algo por lo que había ocurrido hace más de 100 años; nadie de quienes conocía había vivido lo suficiente como para le hubiera afectado directamente. Ella misma solo tenía veinte-tantos años, por lo que le costaba sentir algo frente al sentido del evento en si. Solo era alguien que, por alguna razón que desconocía, era una mujer rata que fue adoptada por los humanos y entrenada para pelear.
¿Qué sentido tenía que estuviera ahí?
No necesitaba mirar al resto para saber que los había traído ahí: unos genuinamente sentían respeto por la celebración, mientras que otros iban por la comida. Algunos pensaban que era forma de honrar el que estuvieran vivos y agradecerles por lo que hacían. Pero no solo era eso. También habían viejas amistades que se reencontraban, unas nuevas se forjaban, situaciones de negocios se comprometían, problemas se alzaban. El mundo se construía, cambiaba y seguía adelante, con nuevos lazos.
Y sin embargo, sentía que todo ello escapaba a ella.
Era en esos momentos en donde sentía que había una pared entre ella y otros, una que le impedía accesar al otro lado, a entender y compartir con otros. Pero no era algo que había nacido de alguna maldición de alguna bruja o algo así, sino era un muro construido por ella misma, algo que nunca supo creó. Y, sin embargo, cuando tocaba los ladrillos, podía sentir como el dolor volvía. Dolía de forma distinta dependiendo de qué ladrillo tocaba. A veces dolía en la espalda, por un latigazo recibido en algún momento de su pasado, otras veces la piedra que cayó en su cabeza. Y las que más dolían eran las que llevaban alguna decepción encima.
Cuando pensaba en ello, sentía que era tonta al describirlo de esa forma. No existía un muro físico. No dolía realmente cuando tocaba esos ladrillos. Todo eso estaba en su cabeza. No es que hubiera nada que impidiera que, físicamente, tocara a alguien con su mano, o lo cargara encima de sus hombros.
Por eso odiaba meditar. Era necesario para su entrenamiento, pero lo odiaba con toda el alma.
--
Off: Se hace mención a algunos personajes, pero en realidad no interactúa con nadie. Como que no tengo idea de qué hacer, pero si alguien quiere interactuar con Alexandra, puede hacerlo.
Alexandra Whiskers
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 46
Nivel de PJ : : 0
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
-Hola muchachito lindo. -Sonreí divertida a Uriel mientras le ponía la mano en la cabeza para moverle el pelo. -Siempre se puede estar mejor, -respondí pragmática. -pero he estado bien.
Giré el rostro para buscar a Lavey, pero la lagartija ya se había escabullido.
-Mi madre no me controla. -Respondió la rubia hinchando el pecho y sacándole la lengua a Sophitia. -¡Yo no digo mentiras! -Exclamo la joven con falsa ofensa para después bajar la voz. -Pero tampoco verdades. -Lavey miró a los ojos a la vampiresa y sonrió picara. -He tenido menos que tú, pero más que... ¡ese! -Dijo señalando con el dedo a un niño que no tendría más de 10 años. -Oye... Fi. -Continuó la dragoncilla con timidez mientras cogía una jarra vacía. -Si me pongo mal, ¿me cuidaras? -Sin dejar de mirar a su amiga metió la jarra en el barril imitándola y con sonrisa genuina levantó el brazo. -Si no estuviste la primera vez es porque no necesitabas estar. -Entonces la rubia amplio la sonrisa y brindó con Sophitia. -¡Por nosotras! y... ¿Por nuestra alianza?
Suspiré dando por perdida a mi hija, por lo menos no estaba sola. Levanté una ceja al escuchar hablar a Zoë.
-El sentido es fácil, -expliqué levantando un dedo. -experiencia, mi querida amiga. Tienes la oportunidad única de probar una bebida creada para biociberneticos, ¿y si esa bebida tiene algo que tus cosas de metal necesitan y no lo sabes? La primera vez que te conocí andabas buscando piezas muy raras para tu brazo. A lo mejor esta gente consiguió alguna de esas cosas raras que no puedes encontrar en el mercado.
Conforme hablaba con la mujer de mirada acerada, mi visión se fue desviando hacia un hombre pelirrojo que pasaba sin camiseta por su lado.
-Si eso pasa me moriré de pena. -Me llevé una mano a la frente de manera teatral y flexione las rodillas, dejando que mi espalda se arquera hacia detras. -¿Los caminos te fueron propicios? -Pregunté al caballero, sonriéndole y tendiéndole el brazo en forma de saludo. -Zoë, eso fue una forma de hablar. Se refiere a que miro de manera descarada a la gente que me es atractiva físicamente. -Al sentir la mano del castaño sobre mi hombro, le sonreí con perversión y le pasé un brazo por sus hombros. -Te puedo decir donde estuvo uno de tus amigos hasta hace un rato. -Apreté el brazo al rededor del cuello del hombre para acercarlo más antes de soltarlo. -No sé qué te habrá contado Em y no sé qué te contara que hizo hace un rato. Pero es todo cierto. -Saqué el brazo por encima de la cabeza de Sevna e hice un arco señalando todas las tiendas y puestos del lugar. -Estas en mi terreno de caza y ya me he llevado unas cuantas presas.
Las palabras de Zoë me hicieron reír y no pude hacer otra cosa que llevarme las manos a la cintura y sonreír ampliamente.
-Puede que algún acto haya sido violento, pero te aseguro que nadie sufrió. -De repente sentí que una mirada se me clavaba en el cuerpo, bajé la vista y me encontré a Uriel observando y escuchando atentamente. -La cacería de la que Alward habla, ammm... -Bajé la voz y me acerqué al oído de la bio. -Estamos hablando de sexo Zo. Al me pregunta, que con cuantas personas me he acostado esta noche.
Una mujer apareció en el momento en que percibía la mirada del vampiro clavada con más fuerza que nunca, fue como si acabara de sonar la campana que obliga al feligrés a acudir a misa, la desconocida acababa de salvar la conversación y encima traía comida.
-Oh, muchas gracias. -Desviando la atención del tema cogí una de las patatas y me la llevé a la boca. -Está muy rica... tu cara me suena, ¿nos conocemos?
____________
Off: Interactúo con Uri, Zoë, Alward y Siria.
Giré el rostro para buscar a Lavey, pero la lagartija ya se había escabullido.
-Mi madre no me controla. -Respondió la rubia hinchando el pecho y sacándole la lengua a Sophitia. -¡Yo no digo mentiras! -Exclamo la joven con falsa ofensa para después bajar la voz. -Pero tampoco verdades. -Lavey miró a los ojos a la vampiresa y sonrió picara. -He tenido menos que tú, pero más que... ¡ese! -Dijo señalando con el dedo a un niño que no tendría más de 10 años. -Oye... Fi. -Continuó la dragoncilla con timidez mientras cogía una jarra vacía. -Si me pongo mal, ¿me cuidaras? -Sin dejar de mirar a su amiga metió la jarra en el barril imitándola y con sonrisa genuina levantó el brazo. -Si no estuviste la primera vez es porque no necesitabas estar. -Entonces la rubia amplio la sonrisa y brindó con Sophitia. -¡Por nosotras! y... ¿Por nuestra alianza?
Suspiré dando por perdida a mi hija, por lo menos no estaba sola. Levanté una ceja al escuchar hablar a Zoë.
-El sentido es fácil, -expliqué levantando un dedo. -experiencia, mi querida amiga. Tienes la oportunidad única de probar una bebida creada para biociberneticos, ¿y si esa bebida tiene algo que tus cosas de metal necesitan y no lo sabes? La primera vez que te conocí andabas buscando piezas muy raras para tu brazo. A lo mejor esta gente consiguió alguna de esas cosas raras que no puedes encontrar en el mercado.
Conforme hablaba con la mujer de mirada acerada, mi visión se fue desviando hacia un hombre pelirrojo que pasaba sin camiseta por su lado.
-Si eso pasa me moriré de pena. -Me llevé una mano a la frente de manera teatral y flexione las rodillas, dejando que mi espalda se arquera hacia detras. -¿Los caminos te fueron propicios? -Pregunté al caballero, sonriéndole y tendiéndole el brazo en forma de saludo. -Zoë, eso fue una forma de hablar. Se refiere a que miro de manera descarada a la gente que me es atractiva físicamente. -Al sentir la mano del castaño sobre mi hombro, le sonreí con perversión y le pasé un brazo por sus hombros. -Te puedo decir donde estuvo uno de tus amigos hasta hace un rato. -Apreté el brazo al rededor del cuello del hombre para acercarlo más antes de soltarlo. -No sé qué te habrá contado Em y no sé qué te contara que hizo hace un rato. Pero es todo cierto. -Saqué el brazo por encima de la cabeza de Sevna e hice un arco señalando todas las tiendas y puestos del lugar. -Estas en mi terreno de caza y ya me he llevado unas cuantas presas.
Las palabras de Zoë me hicieron reír y no pude hacer otra cosa que llevarme las manos a la cintura y sonreír ampliamente.
-Puede que algún acto haya sido violento, pero te aseguro que nadie sufrió. -De repente sentí que una mirada se me clavaba en el cuerpo, bajé la vista y me encontré a Uriel observando y escuchando atentamente. -La cacería de la que Alward habla, ammm... -Bajé la voz y me acerqué al oído de la bio. -Estamos hablando de sexo Zo. Al me pregunta, que con cuantas personas me he acostado esta noche.
Una mujer apareció en el momento en que percibía la mirada del vampiro clavada con más fuerza que nunca, fue como si acabara de sonar la campana que obliga al feligrés a acudir a misa, la desconocida acababa de salvar la conversación y encima traía comida.
-Oh, muchas gracias. -Desviando la atención del tema cogí una de las patatas y me la llevé a la boca. -Está muy rica... tu cara me suena, ¿nos conocemos?
____________
Off: Interactúo con Uri, Zoë, Alward y Siria.
Reivy Abadder
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 891
Nivel de PJ : : 6
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Una voz masculina detuvo a Daphne cuando aún no había terminado de darse la vuelta para ir hacia la mesa de bebidas, tomando por sorpresa también a la cuerva, que reaccionó girándose hacia el extraño en cuestión con cierto nerviosismo.
Tratar con la vampira no le habría supuesto mayor problema después de un rato, en cuanto empezara a sentirse cómoda con su presencia las palabras brotarían de sus labios sin tartamudeos, pero ahora que había un hombre de por medio las cosas iban a complicarse para ella, sobre todo porque parecía dispuesto a quedarse.
Ava se mantuvo a un lado mientras la pequeña y el elfo se saludaban, comprendiendo de inmediato que se conocían de antes, pero no tardó en llegarle el turno de presentarse, momento que temía por no saber hasta qué punto le fallaría la voz.
- Bu…buenas no…noches. - balbuceó, con las mejillas ligeramente ruborizadas a causa de la vergüenza. - Yo… yo soy Ava. - consiguió decir, centrándose en frases cortas y en evitar el contacto visual directo con Elian, al menos cuando intentaba hablar.
- Bien, ahora que todos nos conocemos iré a por esas bebidas, ¿no prefieres un licor para acompañar el guiso Ava? - preguntó la rubia al darse cuenta de lo tímida que era, con la idea de que el alcohol la “ayudase” a soltarse un poco.
La respuesta que obtuvo de la mujer bestia fue un sutil gesto negativo de cabeza.
- Zumo entonces, poneos cómodos, vuelvo enseguida. - y sin insistir más, Daphne se dio la vuelta y echó a andar hacia la modesta mesita en que los suyos habían colocado sus ofrendas de paz para otras razas.
Haciendo caso a su anfitriona, la Midgardiana se acercó a la comida que había traído el elfo y se sentó sobre sus rodillas, plegando las alas para que quedasen perfectamente colocadas a su espalda. - Hu… huele muy bien. - alabó en un susurró, sin apartar los ambarinos orbes que decoraban su rostro de la marmita.
- Ahora es cuando me vendría bien saber qué decir. - pensó, jugueteando inconscientemente con un mechón de cabello que había quedado sobre su regazo. - ¡Ya estoy aquí! - anunció la vampira, entregándole un vaso a cada uno y depositando dos platos vacíos junto a la cacerola para que pudiesen servirse.
- Co…con permiso. - pidió educadamente la cazadora, dejando su zumo a un lado para tomar uno de los platos y llenarlo hasta la mitad. - Mientras esté comiendo no tendré que hablar. - se dijo interiormente, y aunque esa era una buena forma de verlo, ignorar su problema y no hacer nada para remediarlo a la larga no la iban a conducir a ninguna parte.
- Bueno, lo prometido es deuda, ¿qué quieres saber acerca del Día de la Alianza? - intervino Daphne, después de dar un sorbo a su rojiza bebida. - Todo. - respondió la cuerva, en voz baja. - Entonces será mejor que comience por el principio, la llegada de los terrestres… - empezó a narrar, explicando cómo estos extraños habían llegado desde la Tierra y al ver el potencial de Aerandir, habían decidido conquistar aquel nuevo mundo.
- Hubo muchas batallas, algunas victorias para los nuestros, pero demasiadas derrotas… poco se podía hacer contra las armas del enemigo, sus bestias y hombres de metal… - la vampira intentó pasar de puntillas por aquel punto de la historia, seguramente para no herir a la morena, pero ella quería saber más. - ¿Nos… nos utilizaron? - formuló, con la vista aún clavada en su guiso.
- Desgraciadamente sí, al llegar a estas tierras empezaron a secuestrar a personas y animales para experimentar con ellos… fue así como crearon sus “armas”, seres dotados de razón y al mismo tiempo con la fuerza, agilidad y fiereza de otras criaturas. - contestó, percatándose al instante de la tristeza que aquella realidad provocaba en su invitada.
- El caso es que después de perder tantas batallas, y con la amenaza de que los terrestres terminasen dominando el continente, los miembros más sabios de cada raza se dieron cuenta de que si querían sobrevivir tenían que colaborar entre ellos. - continuó, con los recuerdos de aquel entonces perfectamente claros en su memoria.
- Por eso decidieron reunirse hace 150 años, y justo aquí, donde estamos ahora, se firmó la Alianza que nos permitió desterrar a esos invasores, con la inestimable ayuda de aquellos que decidieron traicionarlos y tomar venganza por lo que les habían hecho… me refiero a tus antepasados y también a algunos bio cibernéticos. - le reveló, con la esperanza de que pudiese ver algo positivo sobre los suyos.
Ava sonrió levemente ante el detalle de la chica, agradeciendo que se mostrase tan considerada con ella a pesar de no conocerla. - Yo no fui la representante de Sacrestic pero si formaba parte de la comitiva que vino acompañando a nuestro portavoz, y aunque no escuché lo que se dijo en la plaza pude admirar la escena desde cierta distancia, y a Minne… iluminando el cielo. - dijo, para terminar su relato.
- Y eso es todo, creo que no me he olvidado de nada… ¿qué dices Elian? - añadió instantes más tarde, dando ocasión al elfo de añadir cualquier cosa que se le hubiese pasado por alto en su resumen.
Interactúo con Elian ^^
Tratar con la vampira no le habría supuesto mayor problema después de un rato, en cuanto empezara a sentirse cómoda con su presencia las palabras brotarían de sus labios sin tartamudeos, pero ahora que había un hombre de por medio las cosas iban a complicarse para ella, sobre todo porque parecía dispuesto a quedarse.
Ava se mantuvo a un lado mientras la pequeña y el elfo se saludaban, comprendiendo de inmediato que se conocían de antes, pero no tardó en llegarle el turno de presentarse, momento que temía por no saber hasta qué punto le fallaría la voz.
- Bu…buenas no…noches. - balbuceó, con las mejillas ligeramente ruborizadas a causa de la vergüenza. - Yo… yo soy Ava. - consiguió decir, centrándose en frases cortas y en evitar el contacto visual directo con Elian, al menos cuando intentaba hablar.
- Bien, ahora que todos nos conocemos iré a por esas bebidas, ¿no prefieres un licor para acompañar el guiso Ava? - preguntó la rubia al darse cuenta de lo tímida que era, con la idea de que el alcohol la “ayudase” a soltarse un poco.
La respuesta que obtuvo de la mujer bestia fue un sutil gesto negativo de cabeza.
- Zumo entonces, poneos cómodos, vuelvo enseguida. - y sin insistir más, Daphne se dio la vuelta y echó a andar hacia la modesta mesita en que los suyos habían colocado sus ofrendas de paz para otras razas.
Haciendo caso a su anfitriona, la Midgardiana se acercó a la comida que había traído el elfo y se sentó sobre sus rodillas, plegando las alas para que quedasen perfectamente colocadas a su espalda. - Hu… huele muy bien. - alabó en un susurró, sin apartar los ambarinos orbes que decoraban su rostro de la marmita.
- Ahora es cuando me vendría bien saber qué decir. - pensó, jugueteando inconscientemente con un mechón de cabello que había quedado sobre su regazo. - ¡Ya estoy aquí! - anunció la vampira, entregándole un vaso a cada uno y depositando dos platos vacíos junto a la cacerola para que pudiesen servirse.
- Co…con permiso. - pidió educadamente la cazadora, dejando su zumo a un lado para tomar uno de los platos y llenarlo hasta la mitad. - Mientras esté comiendo no tendré que hablar. - se dijo interiormente, y aunque esa era una buena forma de verlo, ignorar su problema y no hacer nada para remediarlo a la larga no la iban a conducir a ninguna parte.
- Bueno, lo prometido es deuda, ¿qué quieres saber acerca del Día de la Alianza? - intervino Daphne, después de dar un sorbo a su rojiza bebida. - Todo. - respondió la cuerva, en voz baja. - Entonces será mejor que comience por el principio, la llegada de los terrestres… - empezó a narrar, explicando cómo estos extraños habían llegado desde la Tierra y al ver el potencial de Aerandir, habían decidido conquistar aquel nuevo mundo.
- Hubo muchas batallas, algunas victorias para los nuestros, pero demasiadas derrotas… poco se podía hacer contra las armas del enemigo, sus bestias y hombres de metal… - la vampira intentó pasar de puntillas por aquel punto de la historia, seguramente para no herir a la morena, pero ella quería saber más. - ¿Nos… nos utilizaron? - formuló, con la vista aún clavada en su guiso.
- Desgraciadamente sí, al llegar a estas tierras empezaron a secuestrar a personas y animales para experimentar con ellos… fue así como crearon sus “armas”, seres dotados de razón y al mismo tiempo con la fuerza, agilidad y fiereza de otras criaturas. - contestó, percatándose al instante de la tristeza que aquella realidad provocaba en su invitada.
- El caso es que después de perder tantas batallas, y con la amenaza de que los terrestres terminasen dominando el continente, los miembros más sabios de cada raza se dieron cuenta de que si querían sobrevivir tenían que colaborar entre ellos. - continuó, con los recuerdos de aquel entonces perfectamente claros en su memoria.
- Por eso decidieron reunirse hace 150 años, y justo aquí, donde estamos ahora, se firmó la Alianza que nos permitió desterrar a esos invasores, con la inestimable ayuda de aquellos que decidieron traicionarlos y tomar venganza por lo que les habían hecho… me refiero a tus antepasados y también a algunos bio cibernéticos. - le reveló, con la esperanza de que pudiese ver algo positivo sobre los suyos.
Ava sonrió levemente ante el detalle de la chica, agradeciendo que se mostrase tan considerada con ella a pesar de no conocerla. - Yo no fui la representante de Sacrestic pero si formaba parte de la comitiva que vino acompañando a nuestro portavoz, y aunque no escuché lo que se dijo en la plaza pude admirar la escena desde cierta distancia, y a Minne… iluminando el cielo. - dijo, para terminar su relato.
- Y eso es todo, creo que no me he olvidado de nada… ¿qué dices Elian? - añadió instantes más tarde, dando ocasión al elfo de añadir cualquier cosa que se le hubiese pasado por alto en su resumen.
Interactúo con Elian ^^
Ava Kenrith
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 305
Nivel de PJ : : 5
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Por unos instantes se sintió extraña por llevar a alguien del brazo, digamos que todo lo parecido a un contacto físico de casi cualquier forma le era algo ajeno, pero no le desagradaba del todo, tampoco sabía si a él le gustaba o no así que no tardó mucho en soltarle durante el camino.
-¿Comitiva de Baslodia? -Repitió, y no estaba segura de haber escuchado eso antes, aunque le dio curiosidad por saber más del tema. Obviamente ella no pertenecía a ninguna comitiva, grupo, ejército, a cualquier cosa que perteneciera alguien de los presentes- Estoy sola, he venido sola, no tengo acompañante alguno -Por un segundo pensó detenidamente qué la había llevado hasta allí-...lo cierto es que he leído sobre este día, puede que tuviera ganas de conocer cómo era y, además, llevo mucho tiempo sin asistir a una fiesta -Sonrió, la última parte era cierta después de todo.
No pudo evitar soltar una risa cuando los niños les rodearon, una parte se lo pasaba bien y la otra se preguntaba si serían niños de verdad o solo lo aparentaban. No es que fuese la primera vez que veía algo así, allí había más de un niño y algo le hacía pensar que no eran todos tan ''juveniles''.
Uno de ellos tenía ojos de gato también, como Tristán, el cual perdió de vista en cuanto se cruzaron miradas rato antes, era curioso encontrar gente así pues decían que los ojos son las ventanas del alma de cada persona y...los del hombre gato no le habían dado buena espina a pesar de su amabilidad.
-¿Y eso? -El mismo grupo de antes ahora también les observaban, el mismo que había estado oyendo su conversación sobre los ''trozos de estrella''. Una sensación rara la recorrió, llevándola a pensar algo extraño, pero Eden no parecía darle importancia y se dejó llevar hasta una mesa.
Allí en la mesa una vez sentados, un niño que tenía una sonrisa de dientes afilados les trajo algo de comer. Hay que decir que ella nunca había sido de hacer ascos a nada, pero aquello no tenía muy buena pinta. Eden, en cambio, no tardó en engullir su mitad y el niño se quedó mirándolo con asombro, tal vez diversión, estaban rodeados de hombres bestias, tenía que integrarse, ¿no?
-¿Está rico? -Preguntó por lo bajo a su compañero pero algo le decía que el chico se había enterado y la miraba sospechoso.
-¿No gusta? -Murmuró como con ojos de pena, podía notar un deje en su voz que no coincidía con alguien de su edad.
Pero le removió su intención, así que cogió un trozo de comida y le dio un bocado, recordando las palabras de su abuela: ''No hagas ascos a la comida mientras te mantenga el estómago lleno''...y no fue tan mal, no estaba tan malo como parecía.
-Gracias -Sonrió al chico y luego a Eden, que parecía estar divirtiéndose con la situación.
El chico se marchó y poco después vio que a su lado se sentó un extraño, en el de Eden otro, y otro más quedó de pie delante de la mesa, delante de ellos. Eso sí que parecía raro.
-¿Disculpen? -Atinó a decir después de ver la sonrisa malévola que tenía el de su lado, no veía bien cómo era el que estaba al otro lado.
-Vuestra...conversación anterior -Arrastraba las palabras como si con ello quisiera darle más énfasis a lo que decía, hablaba el de delante- ¿A qué se debía? ¿Qué conocéis sobre ese tema?
-¿Cuál? -Se hizo la tonta, en el fondo esperaba que Eden tuviera algún as en la manga, ella hacía mucho tiempo que no se enfrentaba a nadie y no tenía la sensación de que vinieran a hacer amigos- Hemos hablado de muchas cosas.
-¡Las estrellas! -El de su lado dio un golpe en la mesa, uno de ellos le hizo callar y el de delante se sentó, pues eran bancos dobles a cada lado de la mesa.
El hormigueo que empezaba a notar en la palma de las manos no era buena señal, podía notar el calor y cómo se enrojecían, no era precisamente fuego lo que podía salir de ahí, así que se mantuvo callada inspirando y espirando durante unos segundos. No podía creer que quisieran buscar pelea, montar jaleo en una celebración como aquella.
------------------------
OFF: Sigo con Eden.
-¿Comitiva de Baslodia? -Repitió, y no estaba segura de haber escuchado eso antes, aunque le dio curiosidad por saber más del tema. Obviamente ella no pertenecía a ninguna comitiva, grupo, ejército, a cualquier cosa que perteneciera alguien de los presentes- Estoy sola, he venido sola, no tengo acompañante alguno -Por un segundo pensó detenidamente qué la había llevado hasta allí-...lo cierto es que he leído sobre este día, puede que tuviera ganas de conocer cómo era y, además, llevo mucho tiempo sin asistir a una fiesta -Sonrió, la última parte era cierta después de todo.
No pudo evitar soltar una risa cuando los niños les rodearon, una parte se lo pasaba bien y la otra se preguntaba si serían niños de verdad o solo lo aparentaban. No es que fuese la primera vez que veía algo así, allí había más de un niño y algo le hacía pensar que no eran todos tan ''juveniles''.
Uno de ellos tenía ojos de gato también, como Tristán, el cual perdió de vista en cuanto se cruzaron miradas rato antes, era curioso encontrar gente así pues decían que los ojos son las ventanas del alma de cada persona y...los del hombre gato no le habían dado buena espina a pesar de su amabilidad.
-¿Y eso? -El mismo grupo de antes ahora también les observaban, el mismo que había estado oyendo su conversación sobre los ''trozos de estrella''. Una sensación rara la recorrió, llevándola a pensar algo extraño, pero Eden no parecía darle importancia y se dejó llevar hasta una mesa.
Allí en la mesa una vez sentados, un niño que tenía una sonrisa de dientes afilados les trajo algo de comer. Hay que decir que ella nunca había sido de hacer ascos a nada, pero aquello no tenía muy buena pinta. Eden, en cambio, no tardó en engullir su mitad y el niño se quedó mirándolo con asombro, tal vez diversión, estaban rodeados de hombres bestias, tenía que integrarse, ¿no?
-¿Está rico? -Preguntó por lo bajo a su compañero pero algo le decía que el chico se había enterado y la miraba sospechoso.
-¿No gusta? -Murmuró como con ojos de pena, podía notar un deje en su voz que no coincidía con alguien de su edad.
Pero le removió su intención, así que cogió un trozo de comida y le dio un bocado, recordando las palabras de su abuela: ''No hagas ascos a la comida mientras te mantenga el estómago lleno''...y no fue tan mal, no estaba tan malo como parecía.
-Gracias -Sonrió al chico y luego a Eden, que parecía estar divirtiéndose con la situación.
El chico se marchó y poco después vio que a su lado se sentó un extraño, en el de Eden otro, y otro más quedó de pie delante de la mesa, delante de ellos. Eso sí que parecía raro.
-¿Disculpen? -Atinó a decir después de ver la sonrisa malévola que tenía el de su lado, no veía bien cómo era el que estaba al otro lado.
-Vuestra...conversación anterior -Arrastraba las palabras como si con ello quisiera darle más énfasis a lo que decía, hablaba el de delante- ¿A qué se debía? ¿Qué conocéis sobre ese tema?
-¿Cuál? -Se hizo la tonta, en el fondo esperaba que Eden tuviera algún as en la manga, ella hacía mucho tiempo que no se enfrentaba a nadie y no tenía la sensación de que vinieran a hacer amigos- Hemos hablado de muchas cosas.
-¡Las estrellas! -El de su lado dio un golpe en la mesa, uno de ellos le hizo callar y el de delante se sentó, pues eran bancos dobles a cada lado de la mesa.
El hormigueo que empezaba a notar en la palma de las manos no era buena señal, podía notar el calor y cómo se enrojecían, no era precisamente fuego lo que podía salir de ahí, así que se mantuvo callada inspirando y espirando durante unos segundos. No podía creer que quisieran buscar pelea, montar jaleo en una celebración como aquella.
------------------------
OFF: Sigo con Eden.
Astralia
Neófito
Neófito
Cantidad de envíos : : 7
Nivel de PJ : : 0
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
- Música:
—¡Imagina estar indefenso si te quitan tu navajita! —me dio un par de contundentes golpecitos en el hombro, mientras se burlaba de la incomodidad del brujo.
Ciertamente, la forma de desarmar a Yorha era asesinarla, directamente. Porque estoy convencido de que aún faltándole brazos y piernas, haría lo que estuviese en su poder para matar a cabezazos. Me reí con ella, intentando desviar la conversación, pero no tardó en lanzarme puntas a mi también.
—Al menos no eres como Mefisto, que el jodido está indefenso en todo momento..
Las risas de la conversación pasaron a apuntar a mí, lo que respondí con un suspiro. Me dirigí a los labios una de las copas de vino, y me di cuenta de la mirada furtiva que me lanzó la de cabellos plateados. Le guiñé el ojo, y tomé un diminuto sorbo, a lo que ella respondió con un suspiro de fastidio.
A vistas ajenas, sería un momento poco destacable de flirteo. Pero no podría ser algo más distinto a lo que realmente significaba.
"Ten cuidado con eso. Esto es demasiado sospechoso" habrá querido decirme con la mirada.
"No soy tan tonto. Sé lo que hago", habrá entendido con mi guiño.
Lo último no alcancé a entenderlo muy bien. Estoy entre "Sólo me preocupo por ti y nunca dudé de tus capacidades, guapísimo amigo mío" y "Eres subnormal profundo y no cargaré tu cadáver cuando todo se vaya a la mierda".
Dejé en la mesa toda la comida que había logrado recolectar. A lo largo de la conversación, no probé ni un solo bocadillo.
-----
En un momento donde la conversación llegó a una pausa, observé a mi alrededor. Había mucha gente curiosa, destacando un trío de prominentes hombres bestia saludándose, un par de personas que saltaban tejados a lo lejos, ¡A Amit, corriendo por las mesas!
Saludé con la mano a una nerviosa Ava, que comía junto a una niña y un hombre, y vi a la estrambótica comitiva de Ciudad Lagarto pasearse por el lugar, haciendo falta de trompetas y botellazos para darle ambiente a su desfile.
Ahí me di cuenta de que un ebrio Tatsuya se acercaba a los últimos, y pensé en que Ciudad Lagarto sonaba como el tipo de sitio al que le gustaría ir. Me disponía a observar de lejos el desarrollo de los acontecimeintos, pero un codazo de Yorha, seguido de una mirada de desdén, me hicieron acercarme a ellos, para evitar cualquier tipo de inconveniente que pudiera causar el espadachín sin espada.
—Un placer coincidir en esta velada. Damas, caballeros. —saludé al grupo con una reverencia y una sonrisa similar a la que adornaba la cara de quien suponía debía ser Matthew Owens. Seguidamente me acerqué a Tatsuya y le tomé de los hombros, haciendo cierta fuerza para acercarlo a mí, sin darle mucho caso a la copa que tenía en su mano— Es un amor de persona, lo aseguro —dije tranquilo entre forcejeos con el brujo— Pero supongo que ya habrá oportunidades de conocerse mejor. Mis disculpas, es que su señora no está contenta de verle pavoneándose con otras. —señalé con la cabeza la mesa donde estaba Yorha sentada, y pude sentir la amenaza que irradiaba esa dirección sin necesidad de voltear a ver a la elfa.
Entonces intenté traer a la fuerza al brujo, que entre derrames y pataletas, mencionó un nombre que yo conocía desde hace tiempo.
—¿...Oromë, dices? —pregunté a Tatsuya, la sorpresa habiendo limpiado toda mi fachada de indiferencia sardónica. Entonces busqué con la vista entre la comitiva, pero no pude encontrar el característico cabello plateado que había quedado guardado en mis recuerdos. En su lugar vi a una mujer de cabello azabache y rostro desconocido, y mis ojos confundidos saltaron un par de veces entre ella y el virrey.
-----
*Menciono a Naharu, Asher y acompañante, a Irinnil y Anders, y a Amit. Saludo desde lejos a Ava, y saludo personalmente a Matthew y la comitiva de Ciudad Lagarto. Interactúo con Tatsuya, narrando una acción suya con su permiso previo.
Mefisto
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 165
Nivel de PJ : : 1
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Un agudo graznido la sacó de su embelesamiento. Entre los farolillos aún apagados de las improvisadas callejuelas del evento, empezaron a revolotear alrededor de ella ¿Cuervos? Señal de mal augurio. Asomó la vista al cielo, retirándose levemente el pañuelo de la frente para poder vislumbrar mejor lo que estaba sucediendo. Gorriones. Pequeños, rápidos y ruidosos. La loba chascó la lengua en señal de disgusto y frunció el ceño. Eran molestos y cada vez volaban más cerca de ella. Pero no olían, ni estaban lo suficientemente calientes para notar su presencia. Entrecerró los ojos mientras estos seguían volando a su alrededor como las abejas en un panal.
Extendió la mano hasta que sus dedos casi acariciaban el plumaje marrón de los pequeños pájaros, pero justo cuando sus dedos rozaron su superficie, se esfumó.
¿Una trampa? No debía de haberse adentrado allí sola y menos en tiempos de guerra. Su cuerpo se tensionó, apretando con fuerza la mandíbula. ¿Quién podría haber sido? ¿Un aliado de La Manada tal vez?
Giró levemente sobre su eje para mirar alrededor, demasiada gente y ninguna cara conocida. Sus ojos rodaban desde un grupo de humanos que ondeaba el blasón de la recién fundada Ciudad Lagarto, hasta los elfos de Sandorai, la Guardia de Lunargenta... Varios hombres-bestia de aspecto poco amigable, sobre todo cierto perro enorme que ciertamente llamaba la atención. Frunció el ceño y apartó rápidamente la vista de todos ellos para no incomodarles.
Volvió a taparse el rostro con aquel pañuelo y se dispuso a andar, pero aquella sensación de ser observada se le clavó en la nuca como un pequeño puñal. Giró la cabeza sobre su hombro y sus ojos amarillos se encontraron con los azules pertenecientes a un niño que a penas levantaba unos pies del suelo y llevaba lo que parecía ser ¿Un muñeco metálico? Sobre los hombros.
-Así que has sido tú, ¿eh?.
Habló lo suficientemente alto para que se pudiera dar por aludido aquel niño, o cualquiera que se hubiera atrevido a gastarle una broma como aquella. Alzó una ceja esperando algún tipo de explicación.
___________Extendió la mano hasta que sus dedos casi acariciaban el plumaje marrón de los pequeños pájaros, pero justo cuando sus dedos rozaron su superficie, se esfumó.
¿Una trampa? No debía de haberse adentrado allí sola y menos en tiempos de guerra. Su cuerpo se tensionó, apretando con fuerza la mandíbula. ¿Quién podría haber sido? ¿Un aliado de La Manada tal vez?
Giró levemente sobre su eje para mirar alrededor, demasiada gente y ninguna cara conocida. Sus ojos rodaban desde un grupo de humanos que ondeaba el blasón de la recién fundada Ciudad Lagarto, hasta los elfos de Sandorai, la Guardia de Lunargenta... Varios hombres-bestia de aspecto poco amigable, sobre todo cierto perro enorme que ciertamente llamaba la atención. Frunció el ceño y apartó rápidamente la vista de todos ellos para no incomodarles.
Volvió a taparse el rostro con aquel pañuelo y se dispuso a andar, pero aquella sensación de ser observada se le clavó en la nuca como un pequeño puñal. Giró la cabeza sobre su hombro y sus ojos amarillos se encontraron con los azules pertenecientes a un niño que a penas levantaba unos pies del suelo y llevaba lo que parecía ser ¿Un muñeco metálico? Sobre los hombros.
-Así que has sido tú, ¿eh?.
Habló lo suficientemente alto para que se pudiera dar por aludido aquel niño, o cualquiera que se hubiera atrevido a gastarle una broma como aquella. Alzó una ceja esperando algún tipo de explicación.
- Mención a la comitiva de Ciudad Lagarto por encima porque son muchos, así como a cualquier ser viviente que llame la atención. Con mención honorífica a Asher.
- Interacción con Demian el graciosete.
Nana
Admin
Admin
Cantidad de envíos : : 2312
Nivel de PJ : : 9
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
No entendía por qué había dicho que yo tendría que esperarlos a ellos. En realidad era muy propensa a perderme, normalmente eran los demás los que esperaban por mi. Decidí no darle muchas más vueltas de las que debería, no era precisamente el mejor momento para pararse a pensar en algo así. Me encogí de hombros y observé a la amiga de Anders. Se había presentado como Valyria. Igualmente no tenía por qué ser su nombre real. Había aprendido a desconfiar de toda la información que me llegase de extraños. Pero tampoco tenía otra forma en la que dirigirme a ella.
- Mucho gusto Valyria. -Agaché la cabeza en forma de saludo. No tenía mucho sentido, era más alta que yo de todas formas y siempre que hacía ese gesto me sentía tonta. -Mi nombre es Irinnil. -Pocas veces sentía la necesidad de no dar mi nombre real. No es que tuviera ningún significado especial y podría cambiarlo en cualquier momento sin ningún problema. Tampoco es que hubiera mucha gente que lo utilizara en los últimos tiempos.
Suspiré tratando de relajarme cuando Matthew Owens apareció en escena. Justamente la última persona que me apetecía ver. Decidí ignorarle, tanto a él como a sus palabras. No me interesaba lo más mínimo siquiera mirarle a la cara. Me giré sin decir palabra y decidí centrar mi atención en Anders.
El primero de sus planes no me parecía para nada malo, pero me desilusioné en cuanto dijo que era broma. No tenía la cabeza lo suficientemente enfocada como para pensar ninguno por mí misma así que me mantuve al margen.
Parecía haber retomado el plan, aunque probablemente con algunos ajustes para no enfadar a su amiga. De todas formas no entendía cómo planeaban encontrar dagas invisibles aún llamando la atención de los pelirrojos. Tampoco es que fueran a ir por ahí intentando apuñalar a todo el que se cruzara con ellos. Seguramente tendríamos más posibilidades si fuese Anders quien enfadara a todo pelirrojo que se encontrara por la ciudad.
Pero no me parecía razonable proponer que alguien a quien acababa de conocer se pusiera en peligro de aquel modo. De todas formas tampoco teníamos constancia de que fuesen a usar las dagas. Podría ser que las llevara encima porque encontrar unas dagas invisibles en medio de aquel caos de armas iba a ser una tarea titánica. Sería mucho más sencillo llevarlas encima y no emplearlas. Pero tampoco había escuchado o visto lo mismo que Valyria, así que no podía hacer ninguna observación al respecto.
Pensé que lo mejor sería mantenerme al margen y ayudar en lo que estuviera en mi mano. Las cosas se desencadenarían solas tarde o temprano.
- Lo que digáis me parece bien, solo quiero ayudar. - Les sonreí a ambos, intentando parecer más risueña y amable de lo que realmente me sentía. La compañía me venía mejor de lo que me daba cuenta en aquellos momentos.
----
Interactúo con Valyria y Anders. Menciono a Matt.
- Mucho gusto Valyria. -Agaché la cabeza en forma de saludo. No tenía mucho sentido, era más alta que yo de todas formas y siempre que hacía ese gesto me sentía tonta. -Mi nombre es Irinnil. -Pocas veces sentía la necesidad de no dar mi nombre real. No es que tuviera ningún significado especial y podría cambiarlo en cualquier momento sin ningún problema. Tampoco es que hubiera mucha gente que lo utilizara en los últimos tiempos.
Suspiré tratando de relajarme cuando Matthew Owens apareció en escena. Justamente la última persona que me apetecía ver. Decidí ignorarle, tanto a él como a sus palabras. No me interesaba lo más mínimo siquiera mirarle a la cara. Me giré sin decir palabra y decidí centrar mi atención en Anders.
El primero de sus planes no me parecía para nada malo, pero me desilusioné en cuanto dijo que era broma. No tenía la cabeza lo suficientemente enfocada como para pensar ninguno por mí misma así que me mantuve al margen.
Parecía haber retomado el plan, aunque probablemente con algunos ajustes para no enfadar a su amiga. De todas formas no entendía cómo planeaban encontrar dagas invisibles aún llamando la atención de los pelirrojos. Tampoco es que fueran a ir por ahí intentando apuñalar a todo el que se cruzara con ellos. Seguramente tendríamos más posibilidades si fuese Anders quien enfadara a todo pelirrojo que se encontrara por la ciudad.
Pero no me parecía razonable proponer que alguien a quien acababa de conocer se pusiera en peligro de aquel modo. De todas formas tampoco teníamos constancia de que fuesen a usar las dagas. Podría ser que las llevara encima porque encontrar unas dagas invisibles en medio de aquel caos de armas iba a ser una tarea titánica. Sería mucho más sencillo llevarlas encima y no emplearlas. Pero tampoco había escuchado o visto lo mismo que Valyria, así que no podía hacer ninguna observación al respecto.
Pensé que lo mejor sería mantenerme al margen y ayudar en lo que estuviera en mi mano. Las cosas se desencadenarían solas tarde o temprano.
- Lo que digáis me parece bien, solo quiero ayudar. - Les sonreí a ambos, intentando parecer más risueña y amable de lo que realmente me sentía. La compañía me venía mejor de lo que me daba cuenta en aquellos momentos.
----
Interactúo con Valyria y Anders. Menciono a Matt.
Irinnil Fawkes
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 288
Nivel de PJ : : 1
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
"¿Eh? ¡Oh! ¡Buenas noches, señor Sevna! ¡Mi nombre es Uriel Nova, del clan de los Nova! Si lo desea puede referirse a mi como Uri”
El infante se presentó educadamente al humano con gestos alegres pero suaves, tal y como sus clases de etiqueta dictaban ¡Su objetivo era que Zöe estuviera orgullosa de él! Quería que la mujer le diera palmaditas en la cabeza y le halagase por ser un niño educado y bueno, si para ello había que tratar bien a un humano que recién acababa de conocer con gusto lo haría ¡Aunque la verdad era que le era indiferente el humano, lo cierto es que era bastante simpático! Así que no le era demasiado complicado ser educado de más con un humano como él.
Otra mujer llegó, era una dragona, al igual que Reivy, por como hablaba parecía una conocida de las dos adultas. Uriel ofreció otro gesto educado y volvió a ofrecer una adecuada presentación acompañada de una suave sonrisa ¡Su maestro siempre le decía que la gente era simple de mente, si les dabas una sonrisa y un poco de educación de inmediato bajan la guardia! Su maestro por lo general parecía ser educado por fuera pero su sonrisa y emociones estaban cargadas de veneno, era un gran manipulador y fácilmente podía hacerte creer lo que quisiera solo con una sonrisa y una mirada ¡Uriel fue entrenado para hacer cosas similares! Aunque solo quería que la bio lo mimase por ser un niño bueno, su uso de la sonrisa suave era sencillamente perfecta, parecía que el niño estaba perfectamente feliz de estar ahí cuando lo único que quería era ir a los puestos de comida y jugar desde que la cantidad de adultos le comenzaba a atosigar.
“Señorita Zöe, señorita Zöe ¡Iré con la señorita Lavey y la señorita Shopi! ¿Puedo ir con ellas?”
El infante tiró suavemente de la mano de la mujer para llamar su atención y hacer que le mirara, ya había alcanzado su límite de adultos con los que tratar para su gusto ¡Cuatro son multitud! No quería molestar a la bio, tampoco quería que los otros tres adultos pensaran mal de él así que primero pidió permiso para irse a jugar un rato con las dos chicas, quienes parecían estar bebiendo en un puesto no muy lejano ¡El quería probar ese rumoreado sangre mezclada con zumo!
Tras pedir permiso, el niño se dispuso a acercarse a la dragona y vampiresa, pero la voz de una mujer la detuvo ¡”Pequeño murciélago” dijo! ¡Que curiosa forma de llamarlo! Era la primera vez que alguien se refería a su persona así. Miró curiosamente a la mujer pelirroja, era algo distinta a lo que estaba acostumbrado a ver. El niño ladeó la cabecita y señalándose con uno de sus deditos preguntó:
“¿Yo?”
Su pregunta era extraña, muy extraña. Tal vez un vampiro señor de las sombra podría hacerlo, su maestro le habló de vampiros que podían volar distancias bastante aceptables, e incluso unos pocos distancias largas ¡Pero él definitivamente no era uno de ellos! El niño negó con la cabecita, acercándose a la mujer un par de pasitos con sus ojos abiertos como platos. Sentía algo de curiosidad por la mujer que parecía desvariar un poco, se quedó unos segundos en silencio y dijo:
“¡No soy un murciélago, soy Uriel! Soy Uriel Nova, del clan de los Nova ¡La señorita puede llamarme Uri! ”
Hablando con la mujer recordó que le dijo a Zöe iba a jugar con Lavey y Shopi ¡Seguro que se molestará si piensa que le mintió! Poniendo una carita de “Ahora lo recordé” el infante miró a la bruja un otra vez ¡La señorita Zöe le regañara si ve que está hablando con una desconocida! ¡No quería que la mujer pensara de él como un niño malo! Sacó unos pequeños caramelos que hará un tiempo le regalaron en una aldea, estaban echo con materiales que no eludían la maldición así que no podía comerlos.
“No puedo quedarme, lo siento. Se los doy a usted señorita para que me perdone ¡Yo no puedo comerlos! Lamentablemente no puedo hablar con desconocidos porque soy un niño bueno ¿Como se llama? ¡Ah! E-Espera ¡Ya estoy hablando con usted! A-Ah….”
El infante se puso nervioso al darse cuenta de que estaba comportándose como un niño malo sin darse cuenta de ello ¡No se suponía que estuviera hablando con una persona desconocida! Se tapó la boca y salió disparado mientras grita “¡N-nos vemos, señorita!”, sus manitas seguían tapando su boca así que sólo pudo entenderse a medias lo que estaba diciendo pero era claramente una despedida repentina…...y otra clara infracción de lo que un niño bueno debía ser.
Uri
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 326
Nivel de PJ : : 2
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Después de estar unas horas nadando me dije a mí mismo ''Ya debería haber llegado, ¿no?'' Salí desde la costa y caminé un poco y ahí estaba la famosa entrada al santuario donde se celebraba esta fiesta de paz y alegría. Me gustan mucho las fiestas, pero no pude evitar recordar por qué estaba ahí.
Me cuestioné si había acabo en un sitio malo de Ciudad Lagarto, ''¿existirá un lugar 'malo'' en el lugar malo?'', no le di mucha importancia a un cartel mal escrito, así que seguí caminando, entre las calles no había nadie, y todas las casas o abastos estaban tan pelaos como un bosque después de un incendio.
Poco después me encontré otro cartel ''La comitiva de Ciudad Lagarto se encuentra en el Día de la Alianza, ordenes del Virrey''
Había oído hablar de Ciudad Lagarto muchas veces, y también de su Virrey Matthew Owens, pero por un momento de estresé ''¡¿Cómo es posible esta mierda?! Paso meses en el mar como un webón y ahora, justamente hoy que decido ir a Ciudad Lagarto, ahhh, resulta que es el Día de la Alianza, qué bien, ahora tendré que-''. En el instante no lo pensé, pero era el momento perfecto para conocer gente de Ciudad Lagarto sin el riesgo de ser apuñalado, o que trabajasen para Cazón, incluso podría socializar con Matthew Owens de la manera más común en informal de todas, una fiesta.
De vuelta a la fiesta
Suspiré un poco, y recapitulé, mi madre me había contado un par de historias sobre El Día de la Alianza, aunque poco las recordaba, se supone que se celebra desde hace muchos años, la paz entre las razas, una paz artificial desde mi punto de vista. Pero aquí tenían ciertas reglas, dejar tus armas, aunque sonará tonto, habiendo tantos brujos, bestias y dragones por ahí, pero yo lo veía más como una formalidad, ''gesto'' de paz, como dar la mano cuando haces un trato.
Una vez que dejé el sable con los monjes dragones, y seguí caminando, no fue difícil ver a la comitiva de Ciudad Lagarto, estaban todas estas pintorescas y atractivas personalidades. Justo cuando me acerqué un momento, ahí estaba el que supongo que era Matthew Owens aplaudiéndole a una rubia de actitud risueña y juguetona. Luego pasó un perro como de dos metros con una corona ''Qué cosas se ven cuando uno sale del agua, de verdad''. Me quedé un momento observando y las figuras más resaltantes fueron un hombre de cabello algo largo y una barba muy bien hecha y una mujer con una túnica negra y cabello oscuro que hablaban con un orejas puntiagudas.
Si quería hablar con esta gente, no sería suficiente ir y decir ''Buenas, me presento, soy Tobias Pharra''. Lo único que me dirán por muy cordiales que sean, será ''Ah bueno, te me cuidas''. Mi nombre por desgracia no había resonado apenas en Aerandir.
Tardé un momento en pensarlo, no podía hacer algo muy desastroso o loco, tenía que ser simple, pero simpático, así con mi *poder fui moviendo poco a poco ron, jugo de naranja y cerveza, sin llamar la atención, después de juntarlo todo de acuerdo a mi receta, grité entre la multitud: ''Alcen sus vasos camaradas, la siguiente la sirvo yo''. Al primer momento nadie hizo caso, pero en cuanto el primer hombre levantó su vaso disparé un chorro que lo llenó por completo de licor, y llené muchísimos vasos, hasta que me volteé a la comitiva de Ciudad Lagarto y les dije ''Aún queda del famoso cóctel de la vida, mi nombre es Tobias Pharra, un gusto''.
Off rol: Menciono a Asher, Mefisto, Tatsuya, Orome, Helena, Matthew.
Interactuo con los mencionados y presentes cerca de la comitiva de Ciudad Lagarto.
*Mi poder, mi personaje es un dragón elemental de agua, aunque no haya completado aún mi ficha de habilidades espero que no sea un problema usar su maestría.
Los usuarios que levanten su vaso tendrán un cóctel servido por Tobias.
PD: Pharra se pronuncia con F.
Recuerdo de hace cinco horas:
Caminando por las afueras de una ciudad, un tanto perdido, un tanto confundido
pronto encontré un cartel que decía ''Binvenido a Ciuda Lajarto''
ya no me sentía perdido, pero aún más, anonadado
sabía que Ciudad Lagarto era el nido de malvivientes
pero nunca imaginé que hubiese tanto tonto.
Caminando por las afueras de una ciudad, un tanto perdido, un tanto confundido
pronto encontré un cartel que decía ''Binvenido a Ciuda Lajarto''
ya no me sentía perdido, pero aún más, anonadado
sabía que Ciudad Lagarto era el nido de malvivientes
pero nunca imaginé que hubiese tanto tonto.
Me cuestioné si había acabo en un sitio malo de Ciudad Lagarto, ''¿existirá un lugar 'malo'' en el lugar malo?'', no le di mucha importancia a un cartel mal escrito, así que seguí caminando, entre las calles no había nadie, y todas las casas o abastos estaban tan pelaos como un bosque después de un incendio.
Poco después me encontré otro cartel ''La comitiva de Ciudad Lagarto se encuentra en el Día de la Alianza, ordenes del Virrey''
Había oído hablar de Ciudad Lagarto muchas veces, y también de su Virrey Matthew Owens, pero por un momento de estresé ''¡¿Cómo es posible esta mierda?! Paso meses en el mar como un webón y ahora, justamente hoy que decido ir a Ciudad Lagarto, ahhh, resulta que es el Día de la Alianza, qué bien, ahora tendré que-''. En el instante no lo pensé, pero era el momento perfecto para conocer gente de Ciudad Lagarto sin el riesgo de ser apuñalado, o que trabajasen para Cazón, incluso podría socializar con Matthew Owens de la manera más común en informal de todas, una fiesta.
De vuelta a la fiesta
Suspiré un poco, y recapitulé, mi madre me había contado un par de historias sobre El Día de la Alianza, aunque poco las recordaba, se supone que se celebra desde hace muchos años, la paz entre las razas, una paz artificial desde mi punto de vista. Pero aquí tenían ciertas reglas, dejar tus armas, aunque sonará tonto, habiendo tantos brujos, bestias y dragones por ahí, pero yo lo veía más como una formalidad, ''gesto'' de paz, como dar la mano cuando haces un trato.
Una vez que dejé el sable con los monjes dragones, y seguí caminando, no fue difícil ver a la comitiva de Ciudad Lagarto, estaban todas estas pintorescas y atractivas personalidades. Justo cuando me acerqué un momento, ahí estaba el que supongo que era Matthew Owens aplaudiéndole a una rubia de actitud risueña y juguetona. Luego pasó un perro como de dos metros con una corona ''Qué cosas se ven cuando uno sale del agua, de verdad''. Me quedé un momento observando y las figuras más resaltantes fueron un hombre de cabello algo largo y una barba muy bien hecha y una mujer con una túnica negra y cabello oscuro que hablaban con un orejas puntiagudas.
Si quería hablar con esta gente, no sería suficiente ir y decir ''Buenas, me presento, soy Tobias Pharra''. Lo único que me dirán por muy cordiales que sean, será ''Ah bueno, te me cuidas''. Mi nombre por desgracia no había resonado apenas en Aerandir.
Tardé un momento en pensarlo, no podía hacer algo muy desastroso o loco, tenía que ser simple, pero simpático, así con mi *poder fui moviendo poco a poco ron, jugo de naranja y cerveza, sin llamar la atención, después de juntarlo todo de acuerdo a mi receta, grité entre la multitud: ''Alcen sus vasos camaradas, la siguiente la sirvo yo''. Al primer momento nadie hizo caso, pero en cuanto el primer hombre levantó su vaso disparé un chorro que lo llenó por completo de licor, y llené muchísimos vasos, hasta que me volteé a la comitiva de Ciudad Lagarto y les dije ''Aún queda del famoso cóctel de la vida, mi nombre es Tobias Pharra, un gusto''.
Off rol: Menciono a Asher, Mefisto, Tatsuya, Orome, Helena, Matthew.
Interactuo con los mencionados y presentes cerca de la comitiva de Ciudad Lagarto.
*Mi poder, mi personaje es un dragón elemental de agua, aunque no haya completado aún mi ficha de habilidades espero que no sea un problema usar su maestría.
Los usuarios que levanten su vaso tendrán un cóctel servido por Tobias.
PD: Pharra se pronuncia con F.
Tobias Pharra
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 118
Nivel de PJ : : 0
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Zöe no había cambiado mucho al parecer. Seguía sin entender las metáforas o los dobles sentidos, esto le causaba un especial encariñamiento con la bio-cibernética, la cual siempre se mostraba dispuesta a "aprender", pero esta vez, el humano quiso seguirle la corriente.
-Puede que tengas razón, Zöe-Ahora miró fijamente los ojos de Reivy, cruzado de brazos-Pero yo me preocuparía, porque Reivy fuerza demasiado sus ojos en mirar con lujuria a la gente-Asintió, creyéndose sus palabras y luego mirando a la bio-Estoy seguro que algún día se le acabarán cayendo
Tras eso, Reivy aseguró haber estado con uno de sus amigos, lo que llamó la atención total del Sevna hacia ella
-¿¡Dónde!?-Pero, en seguida se dio cuenta de un detalle; el tono y la mirada de la morena indicaban que algo había pasado. Para confirmar sus sospechas, la dragona le rodeó el cuello con uno de sus brazos y pegó al castaño a ella-...¿¡YA!?-Dijo, refiriéndose al poco tiempo que le había bastado para volver a intimar con uno de sus amigos-P-pero si antes estaba conmigo...-Se ruborizó ante la incómoda situación, después de todo eran dos amigos suyos, la dragona y el arquero, los que habían intimado-...Deja de intimar con amigos míos-La miró con desdén.
Acto seguido, acabó siendo liberado de la opresión de la morena, y esta le indicó que ya había logrado convertir el lugar en su coto de caza privado, o más bien, "coto de lujuria". El humano tan solo esbozó una sonrisa de compromiso.
-...Qué rápida...-En verdad le asombraba la facilidad que Reivy tenía para esos temas
De pronto, apareció una desconocida que ofrecía comida. Para Alward era como si fuese una enviada de los mismísimos dioses, ya que tenía mucha hambre. No iba a comerse toda la bandeja por educación, pero si por él fuera, no lo dudaría.
-Muchas gracias, mi señora-Tomó una de las patatas y se la comió-Tenía mucha hambre, y todavía no me ha dado tiempo a acercarme a ningún sitio a por comida...-Dijo poniéndose la otra mano, la que no agarraba la patata, detrás de la cabeza en señal de vergüenza.
De pronto, se acordó de que allí, al lado de Reivy faltaba alguien.
-¿Dónde está tu lagartija, Reivy?-Dijo haciendo alusión a Lavey. La buscó con la mirada, y vio que estaba a lo lejos con una jarra de cerveza en la mano, junto a una desconocida-Allí está... Y tiene... ¿Cerveza en su mano?-Entrecerró los ojos para fijarse mejor-¿¡La dejas beber!?-Se escandalizó-¿Y quién está a su lado?
________________________________________________
Off: Interactuo con Zöe, Reivy y Siria
-Puede que tengas razón, Zöe-Ahora miró fijamente los ojos de Reivy, cruzado de brazos-Pero yo me preocuparía, porque Reivy fuerza demasiado sus ojos en mirar con lujuria a la gente-Asintió, creyéndose sus palabras y luego mirando a la bio-Estoy seguro que algún día se le acabarán cayendo
Tras eso, Reivy aseguró haber estado con uno de sus amigos, lo que llamó la atención total del Sevna hacia ella
-¿¡Dónde!?-Pero, en seguida se dio cuenta de un detalle; el tono y la mirada de la morena indicaban que algo había pasado. Para confirmar sus sospechas, la dragona le rodeó el cuello con uno de sus brazos y pegó al castaño a ella-...¿¡YA!?-Dijo, refiriéndose al poco tiempo que le había bastado para volver a intimar con uno de sus amigos-P-pero si antes estaba conmigo...-Se ruborizó ante la incómoda situación, después de todo eran dos amigos suyos, la dragona y el arquero, los que habían intimado-...Deja de intimar con amigos míos-La miró con desdén.
Acto seguido, acabó siendo liberado de la opresión de la morena, y esta le indicó que ya había logrado convertir el lugar en su coto de caza privado, o más bien, "coto de lujuria". El humano tan solo esbozó una sonrisa de compromiso.
-...Qué rápida...-En verdad le asombraba la facilidad que Reivy tenía para esos temas
De pronto, apareció una desconocida que ofrecía comida. Para Alward era como si fuese una enviada de los mismísimos dioses, ya que tenía mucha hambre. No iba a comerse toda la bandeja por educación, pero si por él fuera, no lo dudaría.
-Muchas gracias, mi señora-Tomó una de las patatas y se la comió-Tenía mucha hambre, y todavía no me ha dado tiempo a acercarme a ningún sitio a por comida...-Dijo poniéndose la otra mano, la que no agarraba la patata, detrás de la cabeza en señal de vergüenza.
De pronto, se acordó de que allí, al lado de Reivy faltaba alguien.
-¿Dónde está tu lagartija, Reivy?-Dijo haciendo alusión a Lavey. La buscó con la mirada, y vio que estaba a lo lejos con una jarra de cerveza en la mano, junto a una desconocida-Allí está... Y tiene... ¿Cerveza en su mano?-Entrecerró los ojos para fijarse mejor-¿¡La dejas beber!?-Se escandalizó-¿Y quién está a su lado?
________________________________________________
Off: Interactuo con Zöe, Reivy y Siria
Alward Sevna
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 721
Nivel de PJ : : 5
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Una tenue voz la asaltó, una que ya había tenido el placer de conocer. Giró el cuello para mirar a la mujer y sonrió de forma socarrona.
-Si estuviera mirando a alguien que me gusta, ya habría ido a por él-Contestó-Tranquila, no estaba haciendo nada importante-Dijo mientras le pegaba un sorbo a su jarra de cerveza. En aquel banco se había quedado ella sola, y tener compañía haría que no fuese sospechoso el estar allí parada mirando a la gente pasar, y en concreto al grupo del hombre bestia coronado-Ese perro de allí-Señaló con su mirada mientras daba otro sorbo a su jarra-¿Qué piensas de él? Parece algún tipo de rey andrajoso, ¿No te parece extraña su corona?
Mientras la mujer le respondía, Helena le daba un último y largo sorbo a la jarra para, acto seguido, dejarla en el suelo
-Hacía tiempo que no tenía la oportunidad de hacer de espía. Sienta bien el no ser el centro de atención, eso desde luego-Le contestó. Acto seguido la miró de arriba a abajo-¿Qué te trae a ti por aquí? ¿Tienes alguien a quien darle caza?-Miró hacia ambos lados, percatándose de que nadie la miraba-Si necesitas ayuda...-No acabó de decir su frase, y dio un espasmo sutil con su muñeca derecha, mostrando su daga oculta debajo del guante. Aquel mecanismo era sencillamente maravilloso, y el hecho de poseer fundas ocultas solo lo hacía mejor. Sonrió y volvió a guardar el arma-Ya sabes, nunca hay que andar desprotegidas, ¿Eh?
Lo cierto era que Helena, a parte de sus armas convencionales, poseía éter, cosa que no le ayudaría a estar nunca totalmente indefensa, pero todo buen asesino debe de hacer galantería de saber guardar secretos y mas de un as en la manga, por lo que pudiera pasar. Por así decirlo, era como mantener una buena reputación.
Lyra entonces se quitó la capucha.
-En estos sitios, el mejor modo de pasar desapercibidos es mostrar tu rostro al completo. Así nadie sospechará de ti-Le guiñó un ojo, aprobando la acción de la vampiresa.
De pronto, alguien alzó la voz más de lo normal. Parecía que estaba invitando a algunas bebidas. Tenía toda la pinta de un borracho adinerado cualquiera, Helena no le prestó demasiada atención.
____________________________________________________
Off: Interactúo con Lyra, sigo espiando a Asher y menciono a Tobias
-Si estuviera mirando a alguien que me gusta, ya habría ido a por él-Contestó-Tranquila, no estaba haciendo nada importante-Dijo mientras le pegaba un sorbo a su jarra de cerveza. En aquel banco se había quedado ella sola, y tener compañía haría que no fuese sospechoso el estar allí parada mirando a la gente pasar, y en concreto al grupo del hombre bestia coronado-Ese perro de allí-Señaló con su mirada mientras daba otro sorbo a su jarra-¿Qué piensas de él? Parece algún tipo de rey andrajoso, ¿No te parece extraña su corona?
Mientras la mujer le respondía, Helena le daba un último y largo sorbo a la jarra para, acto seguido, dejarla en el suelo
-Hacía tiempo que no tenía la oportunidad de hacer de espía. Sienta bien el no ser el centro de atención, eso desde luego-Le contestó. Acto seguido la miró de arriba a abajo-¿Qué te trae a ti por aquí? ¿Tienes alguien a quien darle caza?-Miró hacia ambos lados, percatándose de que nadie la miraba-Si necesitas ayuda...-No acabó de decir su frase, y dio un espasmo sutil con su muñeca derecha, mostrando su daga oculta debajo del guante. Aquel mecanismo era sencillamente maravilloso, y el hecho de poseer fundas ocultas solo lo hacía mejor. Sonrió y volvió a guardar el arma-Ya sabes, nunca hay que andar desprotegidas, ¿Eh?
Lo cierto era que Helena, a parte de sus armas convencionales, poseía éter, cosa que no le ayudaría a estar nunca totalmente indefensa, pero todo buen asesino debe de hacer galantería de saber guardar secretos y mas de un as en la manga, por lo que pudiera pasar. Por así decirlo, era como mantener una buena reputación.
Lyra entonces se quitó la capucha.
-En estos sitios, el mejor modo de pasar desapercibidos es mostrar tu rostro al completo. Así nadie sospechará de ti-Le guiñó un ojo, aprobando la acción de la vampiresa.
De pronto, alguien alzó la voz más de lo normal. Parecía que estaba invitando a algunas bebidas. Tenía toda la pinta de un borracho adinerado cualquiera, Helena no le prestó demasiada atención.
____________________________________________________
Off: Interactúo con Lyra, sigo espiando a Asher y menciono a Tobias
Helena Rhodes
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 350
Nivel de PJ : : 2
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Le dedica una sonrisa a Matt. Por descontado, y como sucede a menudo cuando la elfa no presta demasiada atención a lo que sonrie esta no se traspasa a sus ojos, es más una mueca de acuerdo que sirve para poner un punto y aparte a una conversación no hablada. Y no porque la elfa no quisiese dar su opinión sobre como pensaba que aquel evento de "paz" no era más que otra excusa para la hipocresía, o sobre como el alcohol era la chispa que encendería sin duda todo aquello que intentaban evitar usando el eufemismo de tranquilidad y hermandad en aquella situación. Tan solo era cuestión de tiempo.
El virrey era un personaje conocido en Aerandir. De ello no cabía duda, y Eilydh no se sintió extraña en una situación como aquella, donde muchas personas se acercaban a su pequeño grupo de indeseables tan solo para acercarse oir la voz de aquel estafador. Al fin y al cabo la elfa había nacido y crecido en una feria de vanidades y aquello no era más que teatro ensayado una y otra vez. Hasta pudo ver un mismo patrón en las expresiones de Owen, la melosidad de su voz, como si diese a cada uno de los que se le acercaba un poco de la miel que buscaban.
Tan solo un poco.
La suficiente como para dejarlos queriendo más.
Fijó su mirada en la chica enamorada del virrey. No era dificil distinguirla. Ojos enormes abiertos de par en par como si pretendiese capturar con ellos lo efimero del cometa, en su mente con la figura de Matt, por supuesto y buena para esconder sentimientos. No podía ser de otro modo si esperaba no acabar herida por las patrañas de Matt Owens. La vio regalarle un beso en la mejilla y apartó la mirada. No estaba muy segura de si Matt le había contado que Eilydh le había pedido... colaboración en sus negocios. Pero supuso que si querían mantener aquella falacia de la paz durante unas horas más, mejor no romper el hechizo que Owens tenía sobre la tal Eyre. Al menos no aquella noche.
La chica de cabello negro azabache hablaba. Hablaba mucho. Con todos, pero Eilydh acabó preguntándose a si misma si lo haría de igual manera aunque nadie se hubiese acercado a ella. Con el hombre del kimono abierto, con el elfo de cabellos oscuros, con Matt Owens, y por supuesto con cierta bruja rubia de gesto serio y severo.
Necesitaba una copa. O dos.
Helena siempre la ponía de mal humor.
No estaba muy segura en que momento había acabado en un grupo tan variopinto,
-¿Soy yo la única que se pregunta el significado de este cometa?- dijo a nadie en particular, tan solo por romper su silencio. Se sonrojó un poco pues había olvidado, como de costumbre que no todos eran elfos.- Digo... espero que esto no sea la consecuencia de algún brujo usando el éter de sobremanera... no sería la primera vez que eso nos pone en peligro...- añadió. Aunque podría parecer un comentario hiriente en principio, la elfa alzó su copa y sonrió de manera sincera, mostrando así que era un intento muy básico de hacer una broma.
El virrey era un personaje conocido en Aerandir. De ello no cabía duda, y Eilydh no se sintió extraña en una situación como aquella, donde muchas personas se acercaban a su pequeño grupo de indeseables tan solo para acercarse oir la voz de aquel estafador. Al fin y al cabo la elfa había nacido y crecido en una feria de vanidades y aquello no era más que teatro ensayado una y otra vez. Hasta pudo ver un mismo patrón en las expresiones de Owen, la melosidad de su voz, como si diese a cada uno de los que se le acercaba un poco de la miel que buscaban.
Tan solo un poco.
La suficiente como para dejarlos queriendo más.
Fijó su mirada en la chica enamorada del virrey. No era dificil distinguirla. Ojos enormes abiertos de par en par como si pretendiese capturar con ellos lo efimero del cometa, en su mente con la figura de Matt, por supuesto y buena para esconder sentimientos. No podía ser de otro modo si esperaba no acabar herida por las patrañas de Matt Owens. La vio regalarle un beso en la mejilla y apartó la mirada. No estaba muy segura de si Matt le había contado que Eilydh le había pedido... colaboración en sus negocios. Pero supuso que si querían mantener aquella falacia de la paz durante unas horas más, mejor no romper el hechizo que Owens tenía sobre la tal Eyre. Al menos no aquella noche.
La chica de cabello negro azabache hablaba. Hablaba mucho. Con todos, pero Eilydh acabó preguntándose a si misma si lo haría de igual manera aunque nadie se hubiese acercado a ella. Con el hombre del kimono abierto, con el elfo de cabellos oscuros, con Matt Owens, y por supuesto con cierta bruja rubia de gesto serio y severo.
Necesitaba una copa. O dos.
Helena siempre la ponía de mal humor.
No estaba muy segura en que momento había acabado en un grupo tan variopinto,
-¿Soy yo la única que se pregunta el significado de este cometa?- dijo a nadie en particular, tan solo por romper su silencio. Se sonrojó un poco pues había olvidado, como de costumbre que no todos eran elfos.- Digo... espero que esto no sea la consecuencia de algún brujo usando el éter de sobremanera... no sería la primera vez que eso nos pone en peligro...- añadió. Aunque podría parecer un comentario hiriente en principio, la elfa alzó su copa y sonrió de manera sincera, mostrando así que era un intento muy básico de hacer una broma.
---------
off:
Interactúo con todos los que estén cerca de la comitiva de ciudad lagarto.
Menciono a Matt Owens, Eyre, Örome, Helena, Tatsuya y Mefisto
Eilydh
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Go'el se mantuvo en silencio y al lado de su arreba, escuchaba atentamente lo que la gente decía a su alrededor, identificando aquellas frases que pudieran alterar el precario estado de Oromë.
En ese momento el doctor sintió que su paciente enredaba su brazo con el de él. Y sorprendentemente Go'el pasó la mano libre por la cabeza de la bruja.
-¿Dónde has estado, Gaia? -El rubio miró de reojo a la mujer. -Te dije que te necesito cerca. No me gusta que te alejes.
Por supuesto Go'el se refería a que no le gusta que le desobedezcan y en esta ocasión hizo hincapié sobre una de las ordenes que le había dado a Gaia. Pero aquella frase, que para él estaba dicha perfectamente y que no daba lugar a ninguna clase de duda, podía ser interpretada de muchas maneras.
-Y has vuelto a beber. -Apostilló después de que la bruja le susurrara. -Cuando volvamos a la ciudad lo arreglaremos.
La bruja se soltó de su brazo antes de que él pudiera decir algo más. Go'el miró con el ceño fruncido como la pelirroja se alejaba y le dedico un pensamiento poco halagüeño. "La paciente se convertirá en sujeto de prueba como se rompa el hechizo y le suceda algo malo a mi arreba."
El galeno se pasó la mano por los cabellos y regresó su atención a Oromë y al tipo borracho que tenía delante. Aquel hombre estaba manteniendo una conversación que no le gustaba nada. No le gustaba él, ni lo que insinuaba.
Go'el dio un paso al frente, dispuesto a deshacerse de aquel ser molesto cuando apareció un elfo que le ahorro el trabajo.
-Eşkere. -Pronunció el rubio acercándose a su prima. -Vamos a dar una vuelta, aquí llamamos mucho la atención... Hay mucho indeseable cerca.
Go'el cogió el brazo de su prima y comenzó a caminar, tras sonreírle a ella y su sobrina.
-¿Te acuerdas de las croquetas de Yak de la tía Sabrina?
Ante aquella pregunta, Sena estiró el cuello y observó a su tío con atención.
-Podríamos buscar algún puesto donde las vendan. No serán las mismas, pero seguro que están buenas.
Go'el se dio cuenta de que una personita lo miraba con ojos brillantes. El rubio ensanchó la sonría al tiempo que miraba a la vampiresa.
-Me parece mí, que alguien quiere probarlas.
Tras aquella frase el dragón se rio y aquella risa no era ni macabra, ni perturbadora. Era una risa simple y jovial.
__________
Off: Interactuó con Oromë y Gaia. Menciono a Tatsuya y Mefisto.
En ese momento el doctor sintió que su paciente enredaba su brazo con el de él. Y sorprendentemente Go'el pasó la mano libre por la cabeza de la bruja.
-¿Dónde has estado, Gaia? -El rubio miró de reojo a la mujer. -Te dije que te necesito cerca. No me gusta que te alejes.
Por supuesto Go'el se refería a que no le gusta que le desobedezcan y en esta ocasión hizo hincapié sobre una de las ordenes que le había dado a Gaia. Pero aquella frase, que para él estaba dicha perfectamente y que no daba lugar a ninguna clase de duda, podía ser interpretada de muchas maneras.
-Y has vuelto a beber. -Apostilló después de que la bruja le susurrara. -Cuando volvamos a la ciudad lo arreglaremos.
La bruja se soltó de su brazo antes de que él pudiera decir algo más. Go'el miró con el ceño fruncido como la pelirroja se alejaba y le dedico un pensamiento poco halagüeño. "La paciente se convertirá en sujeto de prueba como se rompa el hechizo y le suceda algo malo a mi arreba."
El galeno se pasó la mano por los cabellos y regresó su atención a Oromë y al tipo borracho que tenía delante. Aquel hombre estaba manteniendo una conversación que no le gustaba nada. No le gustaba él, ni lo que insinuaba.
Go'el dio un paso al frente, dispuesto a deshacerse de aquel ser molesto cuando apareció un elfo que le ahorro el trabajo.
-Eşkere. -Pronunció el rubio acercándose a su prima. -Vamos a dar una vuelta, aquí llamamos mucho la atención... Hay mucho indeseable cerca.
Go'el cogió el brazo de su prima y comenzó a caminar, tras sonreírle a ella y su sobrina.
-¿Te acuerdas de las croquetas de Yak de la tía Sabrina?
Ante aquella pregunta, Sena estiró el cuello y observó a su tío con atención.
-Podríamos buscar algún puesto donde las vendan. No serán las mismas, pero seguro que están buenas.
Go'el se dio cuenta de que una personita lo miraba con ojos brillantes. El rubio ensanchó la sonría al tiempo que miraba a la vampiresa.
-Me parece mí, que alguien quiere probarlas.
Tras aquella frase el dragón se rio y aquella risa no era ni macabra, ni perturbadora. Era una risa simple y jovial.
__________
Off: Interactuó con Oromë y Gaia. Menciono a Tatsuya y Mefisto.
Go'el
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 311
Nivel de PJ : : 2
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
La verdad estaba un poco perdida con todo. El hecho que más me descolocó fue que, apenas llegué, el joven se marchó sin mucha pomposidad, aunque, pensandolo bien, estar rodeado de adultos en un evento así debía de ser aburrido. Cuando pequeña me aburría estar cerca de mis papás, así que lo compensaba estando cerca de adultos más entretenidos.
… oh, no, me he convertido en mis padres sin darme cuenta. La adultez me succionó la diversión de mi cuerpo.
- Matanga.
Fue entonces cuando sentí sorpresivamente la presencia de alguien detrás, quien decidió reclamar lo que era de ella por derecho. Era Leveru, quien sacó el resto de las patatas al vapor que quedaron, dejando el plato vacío.
- Hola Zöe. Tan magnética como siempre – su comentario hacía referencia a la facilidad que tenía para que la gente se acercara a ella, pero, como casi todos los chistes que hacía, tendría que explicarlo junto con dar una pequeña clase de como ciertos metales atraen otros, o algunas veces minerales, y ya nadie le importaría.
- ¿Ya te rendiste? - le dije mientras le daba el plato para que su avaricia no dejara que las patatas cayeran al suelo.
- Estaba con una chica, creo que son parientes o algo así, por lo que ni supo que me encontraba ahí – apuntó a quienes después nos enteramos que era la hija de Zöe y la acompañante de Reivy.
- Apuesto a que les estabas hablando de nuevo sobre trivialidades del alcohol, ¿no? Te dije que eso no es para iniciar conversaciones.
- No es culpa mía que el alcohol no me afecte y termine aprendiendo hechos aburridos para matar el tiempo.
Entre paréntesis de toda esta conversación, nosotras nos enteramos más tarde de que Zöe tenía una hija, y… cielos. La verdad es que no me lo imaginaba de ella. No la conocía lo suficiente, mucho menos su pasado, pero no me esperaba que hubiera tenido una hija, y además viva después de todo el tiempo entre que llegaron los Bio a este mundo y hoy.
¿Pero como no te diste cuenta? Si en las caderas se le nota.
No me estoy fijando en esas cosas. Y tú shh, que soy yo la que está contando la historia.
- Ehh… brevemente – le respondí a Reivy, y era esperable que apenas recordara a una clienta que tuvo brevemente hace ya mucho tiempo – Fui a su tienda con Amit hace algunos meses atrás para conseguir un bastón, y lo he usado mucho para – por un momento casi se me salió que abríamos puertas cerradas en barcos abandonados con Amit, a momentos doblándolo bastante, pero sentí que ese no era un detalle que necesitaba saber, no al menos si no quería que se enojara conmigo por usar de esa forma las cosas que fabricaba – defenderme de ladrones. Aunque sigo siendo torpe al usarlo.
La otra persona que se encontraba al lado de Zöe, quien supe mucho más adelante que se llamaba Alward, la verdad… por alguna razón me molestaba. En realidad no era inespecífica mi molestia, el que se refiriera a otros como “lagartija” fue lo que me activó la alarma. No era algo a lo que me encontraba ajena, en muchas veces me encontré con gente que trataba así a los dragones, o a mi misma. Era un uso bien despectivo de la palabra a mi gusto, pero por lo que intuía de la conversación, Reivy era la guardiana de quién se refería, por lo que decidí que ella fuera la que llevara el asunto. Después de todo, algunos dragones se tomaban con cariño ese apodo, y no tenía idea de la cercanía que tenían ambos. Él, al menos, parecía bastante cercano a Reivy.
- ¿Como ha estado todo Zöe? Desde hace muchas lunas que no te veo, quizás desde que nos topamos con Wood y – ahí me atreví a decir el nombre prohibido – Gwynn – era prohibido en un sentido tonto, no sabía si el chico de antes se iba a poner celoso, porque… bueno, me hacía a la idea de que iba a haber una pelea por quién se llevaba el cariño de Zöe, sobre todo con lo poco que demostraba.
… oh, no, me he convertido en mis padres sin darme cuenta. La adultez me succionó la diversión de mi cuerpo.
- Matanga.
Fue entonces cuando sentí sorpresivamente la presencia de alguien detrás, quien decidió reclamar lo que era de ella por derecho. Era Leveru, quien sacó el resto de las patatas al vapor que quedaron, dejando el plato vacío.
- Hola Zöe. Tan magnética como siempre – su comentario hacía referencia a la facilidad que tenía para que la gente se acercara a ella, pero, como casi todos los chistes que hacía, tendría que explicarlo junto con dar una pequeña clase de como ciertos metales atraen otros, o algunas veces minerales, y ya nadie le importaría.
- ¿Ya te rendiste? - le dije mientras le daba el plato para que su avaricia no dejara que las patatas cayeran al suelo.
- Estaba con una chica, creo que son parientes o algo así, por lo que ni supo que me encontraba ahí – apuntó a quienes después nos enteramos que era la hija de Zöe y la acompañante de Reivy.
- Apuesto a que les estabas hablando de nuevo sobre trivialidades del alcohol, ¿no? Te dije que eso no es para iniciar conversaciones.
- No es culpa mía que el alcohol no me afecte y termine aprendiendo hechos aburridos para matar el tiempo.
Entre paréntesis de toda esta conversación, nosotras nos enteramos más tarde de que Zöe tenía una hija, y… cielos. La verdad es que no me lo imaginaba de ella. No la conocía lo suficiente, mucho menos su pasado, pero no me esperaba que hubiera tenido una hija, y además viva después de todo el tiempo entre que llegaron los Bio a este mundo y hoy.
¿Pero como no te diste cuenta? Si en las caderas se le nota.
No me estoy fijando en esas cosas. Y tú shh, que soy yo la que está contando la historia.
- Ehh… brevemente – le respondí a Reivy, y era esperable que apenas recordara a una clienta que tuvo brevemente hace ya mucho tiempo – Fui a su tienda con Amit hace algunos meses atrás para conseguir un bastón, y lo he usado mucho para – por un momento casi se me salió que abríamos puertas cerradas en barcos abandonados con Amit, a momentos doblándolo bastante, pero sentí que ese no era un detalle que necesitaba saber, no al menos si no quería que se enojara conmigo por usar de esa forma las cosas que fabricaba – defenderme de ladrones. Aunque sigo siendo torpe al usarlo.
La otra persona que se encontraba al lado de Zöe, quien supe mucho más adelante que se llamaba Alward, la verdad… por alguna razón me molestaba. En realidad no era inespecífica mi molestia, el que se refiriera a otros como “lagartija” fue lo que me activó la alarma. No era algo a lo que me encontraba ajena, en muchas veces me encontré con gente que trataba así a los dragones, o a mi misma. Era un uso bien despectivo de la palabra a mi gusto, pero por lo que intuía de la conversación, Reivy era la guardiana de quién se refería, por lo que decidí que ella fuera la que llevara el asunto. Después de todo, algunos dragones se tomaban con cariño ese apodo, y no tenía idea de la cercanía que tenían ambos. Él, al menos, parecía bastante cercano a Reivy.
- ¿Como ha estado todo Zöe? Desde hace muchas lunas que no te veo, quizás desde que nos topamos con Wood y – ahí me atreví a decir el nombre prohibido – Gwynn – era prohibido en un sentido tonto, no sabía si el chico de antes se iba a poner celoso, porque… bueno, me hacía a la idea de que iba a haber una pelea por quién se llevaba el cariño de Zöe, sobre todo con lo poco que demostraba.
Siria
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 179
Nivel de PJ : : 1
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
La Plaza de Alianza era el último lugar de Aerandir donde me apetecía estar. Samhain me enseñó que la Alianza entre razas era una mentira, una forma de silenciar el corazón palpitante de los brujos. La brecha entre brujos y elfos, según Samhain, era una traición y, como tal, debía ser castigada. Migdar no era suficiente. Sin la paz, los elfos servirían como sirvientes. Serían quienes limpian los pasillos de la biblioteca mientras los brujos están inmersos en sus lecturas.
Hacía tiempo que no recordaba las lecciones de Samhain. Había estado huyendo de ellas desde que me hice cargo del clan para luego abandonarlo a su mala suerte. Samhain era un mentiroso. Nos habló de guerra, de revolución y de recuperar lo que era nuestro por derecho de nacimiento. El conocimiento sobre la tierra y los árboles pertenecía a los brujos (a los druidas) hasta que los elfos lo robaron. Le creí, todos le creímos. Seguimos a Sam como los borregos siguen a su pastor. El tono con el que hablaba resultaba muy convincente. Ninguno de los nosotros sospechó que, a expensas de la familia, follaba con una elfa.
En ocasiones, nos traía libros de historia illidense y sandoriana para que comprobásemos las diferencias de cada uno. En los primeros se decía que los brujos fírmanos La Alianza como señal harmonía con las demás razas, en especial los elfos. Los elfos, en cambio, decían que las razas firmaron para evitar más muertes innecesarias. Los enunciados eran similares, nos dijo Samhain, la diferencia se encuentra en el tono de las palabras. Los elfos se posicionaban como los hombres más bondadosos de Aerandir, como si fueran los únicos que se preocupaban por los muertos. Con aquella simple frase estaban exaltando su moral por encima de las demás razas. Samhain la entendía como una amenaza y una muestra del orgullo de los elfos. En contra posición, señalaba los libros de historia illidense. La Alianza se firmó para garantizar la harmonía. Simple y sincero. Sin andarse de tejemanejes absurdos.
Samhain odiaba a los elfos más que ningún otro brujo. Por él es que matamos y por él es que morimos. Éramos una declaración de guerra, el testimonio que demostraba que La Alianza era una patraña. Creíamos que éramos capaces de todo. De todo menos conocer las verdades intenciones de nuestro maestro.
—¿Te lo pasaste bien con aquella puta? — dije al aire, imaginando que mi maestro estaba delante de mí.
Me encontraba en una elevación, no lejos de la entrada principal a La Plaza de La Alianza. Observaba los campamentos que las tropas montaban alrededor de las esculturas en forma de espadas. Las razas estaban entre mezcladas. Un grupo de licántropos repartía collares hecho con huesos y colmillos de sus presas a unos elfos, éstos les devolvía la ofrenda con collares de flores. Los humanos repartían dulces a los vampiros. Comed sin temor, es lo más parecido a la sangre que nuestros cocineros han sabido cocinar. Y Samhain, de seguir vivo, si no hubiera aplastado su cabeza con mi martillo, estaría follando con la puta elfa en algún lugar escondido entre esas tiendas de campaña.
—Nos mentiste…. A todos. A tus hermanos, a tu familia y a ti mismo. Se suponía que era esto lo que teníamos que evitar. ¿No era una cuestión de justicia de clases? El rey no comparte su comida con el mendigo. Allí abajo hay brujos ofreciendo nuestro vino afrutado a elfos, bestias y dragones por igual.
Cogí una piedra del suelo y la lancé al cielo apuntando, sin darme cuenta, al cometa Minne.
Todo era una mentira y yo era demasiado estúpido como para saber distinguir la verdad en ella. ¿Los libros que nos enseñó Samhain eran reales o él los había manipulado? Lo cierto era que mañana, estas mismas personas que hoy compartían su pan y su vino, se odiarían como siempre lo habían hecho. El vampiro rechazaría los dulces del humano porque prefería comer de su propia sangre antes que probar los edulcorantes de los cocineros. Los licántropos dejarían en el suelo sus viejos collares de huesos para fabricar nuevos usando a los elfos como material para la manufactura. No sería yo quien se interpusiera en el camino de los licántropos, tampoco en el de los vampiros. Comer y matar era parte de su naturaleza. La guerra, era parte de la mía.
Recogí las armas que había dejado en el suelo. Tenía mis propios planes para celebrar este día y no tenían que ver con La Alianza ni con las buenas gentes de allí abajo. En la mano derecha llevaba a Suuri y en la izquierda mi hacha. Hice entrechocar las cabezas de ambas armas como si fueran un par de timbales. Apunté al cielo formando una equis con ambas armas. Un relámpago cayó en las armas cargándolas de energía.
—Esto es para ti, tu puta elfa y tu puta alianza. No os necesito — dije mirando al cometa Minne pero refiriéndome al difunto Samhain.
Golpeé con el hacha a un rival invisible. El arma despareció de mi mano, quedó en mi espalda. En su lugar, apareció mi daga. Golpeé, de nuevo, con el martillo y éste, acto seguido, se intercambió con el hacha que dejé en la espalda. El golpe con la daga dio paso al escudo y al golpear con el hacha, volví a tener el martillo en mi mano. Con cada ataque, las armas emitían un tenue resplandor azulado de la energía eléctrica que había usado para cargarlas.
El nuevo hechizo era más potente de lo que me imaginaba. Samhain jamás habría imaginado un conjuro tan mortal con el mío. Si lo hubiera hecho, seguiría con vida.
Offrol: Lo confieso. Todo esto es una excusa para probar mi nueva habilidad, la de nivel 2.
Hacía tiempo que no recordaba las lecciones de Samhain. Había estado huyendo de ellas desde que me hice cargo del clan para luego abandonarlo a su mala suerte. Samhain era un mentiroso. Nos habló de guerra, de revolución y de recuperar lo que era nuestro por derecho de nacimiento. El conocimiento sobre la tierra y los árboles pertenecía a los brujos (a los druidas) hasta que los elfos lo robaron. Le creí, todos le creímos. Seguimos a Sam como los borregos siguen a su pastor. El tono con el que hablaba resultaba muy convincente. Ninguno de los nosotros sospechó que, a expensas de la familia, follaba con una elfa.
En ocasiones, nos traía libros de historia illidense y sandoriana para que comprobásemos las diferencias de cada uno. En los primeros se decía que los brujos fírmanos La Alianza como señal harmonía con las demás razas, en especial los elfos. Los elfos, en cambio, decían que las razas firmaron para evitar más muertes innecesarias. Los enunciados eran similares, nos dijo Samhain, la diferencia se encuentra en el tono de las palabras. Los elfos se posicionaban como los hombres más bondadosos de Aerandir, como si fueran los únicos que se preocupaban por los muertos. Con aquella simple frase estaban exaltando su moral por encima de las demás razas. Samhain la entendía como una amenaza y una muestra del orgullo de los elfos. En contra posición, señalaba los libros de historia illidense. La Alianza se firmó para garantizar la harmonía. Simple y sincero. Sin andarse de tejemanejes absurdos.
Samhain odiaba a los elfos más que ningún otro brujo. Por él es que matamos y por él es que morimos. Éramos una declaración de guerra, el testimonio que demostraba que La Alianza era una patraña. Creíamos que éramos capaces de todo. De todo menos conocer las verdades intenciones de nuestro maestro.
—¿Te lo pasaste bien con aquella puta? — dije al aire, imaginando que mi maestro estaba delante de mí.
Me encontraba en una elevación, no lejos de la entrada principal a La Plaza de La Alianza. Observaba los campamentos que las tropas montaban alrededor de las esculturas en forma de espadas. Las razas estaban entre mezcladas. Un grupo de licántropos repartía collares hecho con huesos y colmillos de sus presas a unos elfos, éstos les devolvía la ofrenda con collares de flores. Los humanos repartían dulces a los vampiros. Comed sin temor, es lo más parecido a la sangre que nuestros cocineros han sabido cocinar. Y Samhain, de seguir vivo, si no hubiera aplastado su cabeza con mi martillo, estaría follando con la puta elfa en algún lugar escondido entre esas tiendas de campaña.
—Nos mentiste…. A todos. A tus hermanos, a tu familia y a ti mismo. Se suponía que era esto lo que teníamos que evitar. ¿No era una cuestión de justicia de clases? El rey no comparte su comida con el mendigo. Allí abajo hay brujos ofreciendo nuestro vino afrutado a elfos, bestias y dragones por igual.
Cogí una piedra del suelo y la lancé al cielo apuntando, sin darme cuenta, al cometa Minne.
Todo era una mentira y yo era demasiado estúpido como para saber distinguir la verdad en ella. ¿Los libros que nos enseñó Samhain eran reales o él los había manipulado? Lo cierto era que mañana, estas mismas personas que hoy compartían su pan y su vino, se odiarían como siempre lo habían hecho. El vampiro rechazaría los dulces del humano porque prefería comer de su propia sangre antes que probar los edulcorantes de los cocineros. Los licántropos dejarían en el suelo sus viejos collares de huesos para fabricar nuevos usando a los elfos como material para la manufactura. No sería yo quien se interpusiera en el camino de los licántropos, tampoco en el de los vampiros. Comer y matar era parte de su naturaleza. La guerra, era parte de la mía.
Recogí las armas que había dejado en el suelo. Tenía mis propios planes para celebrar este día y no tenían que ver con La Alianza ni con las buenas gentes de allí abajo. En la mano derecha llevaba a Suuri y en la izquierda mi hacha. Hice entrechocar las cabezas de ambas armas como si fueran un par de timbales. Apunté al cielo formando una equis con ambas armas. Un relámpago cayó en las armas cargándolas de energía.
—Esto es para ti, tu puta elfa y tu puta alianza. No os necesito — dije mirando al cometa Minne pero refiriéndome al difunto Samhain.
Golpeé con el hacha a un rival invisible. El arma despareció de mi mano, quedó en mi espalda. En su lugar, apareció mi daga. Golpeé, de nuevo, con el martillo y éste, acto seguido, se intercambió con el hacha que dejé en la espalda. El golpe con la daga dio paso al escudo y al golpear con el hacha, volví a tener el martillo en mi mano. Con cada ataque, las armas emitían un tenue resplandor azulado de la energía eléctrica que había usado para cargarlas.
El nuevo hechizo era más potente de lo que me imaginaba. Samhain jamás habría imaginado un conjuro tan mortal con el mío. Si lo hubiera hecho, seguiría con vida.
Offrol: Lo confieso. Todo esto es una excusa para probar mi nueva habilidad, la de nivel 2.
Gerrit Nephgerd
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 335
Nivel de PJ : : 2
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Las miradas de desprecio casi igualaban a las de respeto, no es necesario aclarar que Matt estaba bastante orgulloso de lo que había provocado con su llegada. En la caótica mente del Humano no había demasiada diferencia entre sentimientos de menosprecio o de admiración, al fin y al cabo eran emociones, y el generar algo en la gente era de las actividades que más disfrutaba el Virrey.
-¿Lo que yo tengo que hacer? - Owens se hizo el sorprendido ante el comentario de Oromë - Creía que era suficiente con dejarte vivir luego de que prácticamente nos quedaramos sin ciudad por tu culpa - Sonrió mostrando todos sus perfectos dientes - Tendrías que aprender a ser agradecida, Cinan - Y probablemente la dragona debía saber lo que significaba que Matthew dejara de llamarla “Ory”.
Ante la contestación del sujeto ebrio Matthew no supo si reírse o asquearse, sin duda había sido una respuesta rápida, por lo que al menos tenía que darle un punto por su originalidad, sobre todo estando en ese estado. No agregó ningún comentario, dejándo que Oromë y su exageradamente celoso primo se encargaran del borracho.
Además, su amada exigía atención.
-No entiendo ¿Eso es una amenaza o una propuesta indecente? - Pasó un brazo alrededor de la cintura de Eyre - Espero que sea lo segundo ¿Deberíamos ir a un sitio más tranquilo? - La última pregunta la susurró en el oído de la Hechicera.
Ya se había olvidado del ebrio, de sus insinuaciones a Oromë y de todo lo demás, cuando un elfo desconocido se acercó aparentemente para rescatar a su amigo. Matt levantó la mirada, algo embobado por la reciente interacción con Eyre.
-¡Ya lo consideramos un amor de persona! - Le respondió en referencia al borracho - Creo que encaja perfectamente con nosotros, espero que venga a buscar su ciudadanía muy pronto - Sonrió de modo gatuno - Toda la gente desagradable debería residir en el mismo lugar ¿No lo crees? -
Casi como si estuviera planeado, en ese preciso momento un sujeto pidió que levantaran todos sus copas, claro que Matt no iba a despreciar semejante gesto de compañerismo. Levantó la suya e instó a los demás a que hicieran lo mismo, sí ese extraño quería darles el gusto al Virrey le parecía bien.
-¿Dijo Parra o Farra? - Le susurró Matthew a Eilydh ya que era la que tenía más cerca en ese momento - Supongo que podría tener tantos significados como razas haya en Aerandir - Respondió mientras levantaba la vista para ver el cometa - Algunos dirán que es cosa de los dioses, otros que es cuestión de magia, y así... - Hizo un gesto con la mano como para decir “etcétera”, no parecía preocupado por el asunto. Probó un trago de la bebida que le acababan de servir - Mmmm, un poco fuerte. Tu no tomes de esto, Eyre, no creo que vaya a hacerte bien - Puso una mano en la copa de la Hechicera para apartarla.
--------------------------------------------------------
Respondo por turnos a: Oromë, Tatsuya, Eyre, Mefisto, Tobias
-¿Lo que yo tengo que hacer? - Owens se hizo el sorprendido ante el comentario de Oromë - Creía que era suficiente con dejarte vivir luego de que prácticamente nos quedaramos sin ciudad por tu culpa - Sonrió mostrando todos sus perfectos dientes - Tendrías que aprender a ser agradecida, Cinan - Y probablemente la dragona debía saber lo que significaba que Matthew dejara de llamarla “Ory”.
Ante la contestación del sujeto ebrio Matthew no supo si reírse o asquearse, sin duda había sido una respuesta rápida, por lo que al menos tenía que darle un punto por su originalidad, sobre todo estando en ese estado. No agregó ningún comentario, dejándo que Oromë y su exageradamente celoso primo se encargaran del borracho.
Además, su amada exigía atención.
-No entiendo ¿Eso es una amenaza o una propuesta indecente? - Pasó un brazo alrededor de la cintura de Eyre - Espero que sea lo segundo ¿Deberíamos ir a un sitio más tranquilo? - La última pregunta la susurró en el oído de la Hechicera.
Ya se había olvidado del ebrio, de sus insinuaciones a Oromë y de todo lo demás, cuando un elfo desconocido se acercó aparentemente para rescatar a su amigo. Matt levantó la mirada, algo embobado por la reciente interacción con Eyre.
-¡Ya lo consideramos un amor de persona! - Le respondió en referencia al borracho - Creo que encaja perfectamente con nosotros, espero que venga a buscar su ciudadanía muy pronto - Sonrió de modo gatuno - Toda la gente desagradable debería residir en el mismo lugar ¿No lo crees? -
Casi como si estuviera planeado, en ese preciso momento un sujeto pidió que levantaran todos sus copas, claro que Matt no iba a despreciar semejante gesto de compañerismo. Levantó la suya e instó a los demás a que hicieran lo mismo, sí ese extraño quería darles el gusto al Virrey le parecía bien.
-¿Dijo Parra o Farra? - Le susurró Matthew a Eilydh ya que era la que tenía más cerca en ese momento - Supongo que podría tener tantos significados como razas haya en Aerandir - Respondió mientras levantaba la vista para ver el cometa - Algunos dirán que es cosa de los dioses, otros que es cuestión de magia, y así... - Hizo un gesto con la mano como para decir “etcétera”, no parecía preocupado por el asunto. Probó un trago de la bebida que le acababan de servir - Mmmm, un poco fuerte. Tu no tomes de esto, Eyre, no creo que vaya a hacerte bien - Puso una mano en la copa de la Hechicera para apartarla.
--------------------------------------------------------
Respondo por turnos a: Oromë, Tatsuya, Eyre, Mefisto, Tobias
Matthew Owens
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 875
Nivel de PJ : : 6
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Los piratas no creían que fuera posible una alianza en la tierra, por eso cogían los barcos y viajaban al mar, en busca de un lugar donde pudieran vivir en paz. Capitán Werner conocía la historia de La Plaza de La Alianza de haberla leído en los libros de historia. El fin de las guerras y la paz entre los hombres. Los eruditos celebraban el día como un hito en la historia. Un ejemplo indiscutible de que la paz era real y las guerras habían finalizado. El Capitán enarcaba las cejas a la vez que ponía en duda la sapiencia de los supuestos eruditos. El verano pasado hubo una guerra que a poco estuvo de destruir la gran ciudad de los humanos, Lunargenta. El mismo rey se vio obligado a emigrar durante una larga temporada. Hace dos veranos, el rey de los humanos tuvo que desaparecer, no por una guerra, sino porque un vampiro loco había usurpado su puesto. No era necesario apuntar al pasado, aunque fuera cercano, para señalar las guerras. En este mismo año, Dundarak sufrió un ataque organizado por El Hombre Muerto que obligó a los dragones a enfrentarse entre ellos. Lagarto es una ciudad que nació fruto de una guerra. ¿Y que se sabía acerca de Sandorai? La última noticia que Werner tenía era que había sido calcinada por un puñado de elfos con ínfulas de deidades. Existía una alianza, Werner no se negaba a creer en ella, pero no se encontraba en la tierra, sino en el mar de Aerandir. La Alianza en la tierra apenas duraría un día, como mucho una semana. Lo que durase el cometa Minne en el cielo, símbolo del tratado que se firmó 150 años atrás.
La tripulación de La Promesa, como muestra de que ellos tenían esperanzas en la paz, aunque fuera en un lugar diferente, acudió a La Plaza de Alianza. Montaron un campamento lo más alejado del altar posible; ese puesto quedaba reservado para los grandes señores de Aerandir. Nereida Nyére preparó galletas de jengibre y Sasha Daroma traía un montón de botellas de cristal llenas de agua del mar. La dragona no había visto el mar hasta que se unió a La Promesa y pensó que sería buena idea compartir una porción de su nueva vida con las demás personas que, como ella, nunca vieron el mar. Wes Fungai no estaba en la presente, había preferido quedarse en Lunargenta. Las grandes agrupaciones solían poner nervioso al hombre erizo.
El Capitán Werner hizo llamar a la tripulación. Los chicos lo rodearon y le prestaron atención como si estuvieran en La Promesa.
—Iré a presentar a mis respetos a los monjes dragones, volveré pronto. ¿He de llevarme algo vuestro? — El Capitán no iba a obligarles a entregar sus armas si ellos no querían.
Todos dieron sus armas a El Capitán, a excepción de Roger Baraun que solo dio su espada y se quedó con el tirachinas argumentando que se trataba de un juguete. El Capitán puso las armas en una carretilla y fue hacia el altar. Sasha Daroma tomó el papel de segundo, en ausencia de Wes Fungai, y acompañó a El Capitán. Edgar, el cuervo, también quiso acompañarles. A parte de las armas, también llevaban una réplica de la bandera pirata.
En las escaleras del altar, Sasha cogió la carretilla por el extremo delantero. La dragona hizo la mayor parte de la fuerza levantando la carretilla y haciéndola subir por las escaleras. El Capitán tan solo se encargaba de dirigir el trasto y de preocuparse de que ninguna espada cayera por el camino.
Una vez en la cima, los dragones lo recibieron. EL Capitán cedió las asas de la carretilla a Daroma. Se quitó el sombre y lo abrazó contra su pecho.
—Buenas noches, hermanos calamar y dragona — dijo el que parecía el líder de los monjes.
—Buenas noches, hermanos dragones — contestó Werner —. Les hacemos entrega de nuestras armas y nuestros respetos.
—¿A qué casa pertenecéis? Sois un grupo muy diverso.
—A ninguna, somos piratas. Le traemos una réplica de nuestra bandera. Puede unirla al lado de las banderas de las demás casas de Verisar, si a bien tiene.
Los dragones de menor rango recogieron la carretilla. La llevaron a una mesa vacía. Depositaron las armas encima de ésta.
—Piratas… no os hacía hombres de paz — el dragón veía con asco la bandera con la calavera.
El Capitán enarcó las cejas. Hizo por disimular el gesto de molestia que dibujaba su rostro.
—Puede quedarse con su bandera. Algunos de nuestros invitados pueden considerarla como una amenaza. En especial aquellos que vengan de ciudades costeras.
—Entonces le convido a colgar mi bandera al lado de la suya. No hemos venido con la intención de amenazarles, sino de brindar nuestros mejores deseos. Si ellos hacen por marginarnos, debería plantearse quiénes son los que incitan al odio entre clases.
El monje, a regañadientes, terminó por recoger la bandera pirata. La izó encima de la mesa que había preparado con las armas de la tripulación de La Promesa.
La tripulación de La Promesa, como muestra de que ellos tenían esperanzas en la paz, aunque fuera en un lugar diferente, acudió a La Plaza de Alianza. Montaron un campamento lo más alejado del altar posible; ese puesto quedaba reservado para los grandes señores de Aerandir. Nereida Nyére preparó galletas de jengibre y Sasha Daroma traía un montón de botellas de cristal llenas de agua del mar. La dragona no había visto el mar hasta que se unió a La Promesa y pensó que sería buena idea compartir una porción de su nueva vida con las demás personas que, como ella, nunca vieron el mar. Wes Fungai no estaba en la presente, había preferido quedarse en Lunargenta. Las grandes agrupaciones solían poner nervioso al hombre erizo.
El Capitán Werner hizo llamar a la tripulación. Los chicos lo rodearon y le prestaron atención como si estuvieran en La Promesa.
—Iré a presentar a mis respetos a los monjes dragones, volveré pronto. ¿He de llevarme algo vuestro? — El Capitán no iba a obligarles a entregar sus armas si ellos no querían.
Todos dieron sus armas a El Capitán, a excepción de Roger Baraun que solo dio su espada y se quedó con el tirachinas argumentando que se trataba de un juguete. El Capitán puso las armas en una carretilla y fue hacia el altar. Sasha Daroma tomó el papel de segundo, en ausencia de Wes Fungai, y acompañó a El Capitán. Edgar, el cuervo, también quiso acompañarles. A parte de las armas, también llevaban una réplica de la bandera pirata.
En las escaleras del altar, Sasha cogió la carretilla por el extremo delantero. La dragona hizo la mayor parte de la fuerza levantando la carretilla y haciéndola subir por las escaleras. El Capitán tan solo se encargaba de dirigir el trasto y de preocuparse de que ninguna espada cayera por el camino.
Una vez en la cima, los dragones lo recibieron. EL Capitán cedió las asas de la carretilla a Daroma. Se quitó el sombre y lo abrazó contra su pecho.
—Buenas noches, hermanos calamar y dragona — dijo el que parecía el líder de los monjes.
—Buenas noches, hermanos dragones — contestó Werner —. Les hacemos entrega de nuestras armas y nuestros respetos.
—¿A qué casa pertenecéis? Sois un grupo muy diverso.
—A ninguna, somos piratas. Le traemos una réplica de nuestra bandera. Puede unirla al lado de las banderas de las demás casas de Verisar, si a bien tiene.
Los dragones de menor rango recogieron la carretilla. La llevaron a una mesa vacía. Depositaron las armas encima de ésta.
—Piratas… no os hacía hombres de paz — el dragón veía con asco la bandera con la calavera.
El Capitán enarcó las cejas. Hizo por disimular el gesto de molestia que dibujaba su rostro.
—Puede quedarse con su bandera. Algunos de nuestros invitados pueden considerarla como una amenaza. En especial aquellos que vengan de ciudades costeras.
—Entonces le convido a colgar mi bandera al lado de la suya. No hemos venido con la intención de amenazarles, sino de brindar nuestros mejores deseos. Si ellos hacen por marginarnos, debería plantearse quiénes son los que incitan al odio entre clases.
El monje, a regañadientes, terminó por recoger la bandera pirata. La izó encima de la mesa que había preparado con las armas de la tripulación de La Promesa.
El Capitán Werner
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 381
Nivel de PJ : : 3
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
La tripulación del capitán cicatrices se mostraba muy animada aquel día. Kendovlah no lo comprendía. Era variada en razas, pero nunca le tomo mucha atención a conflictos pasados y esto le causo bastante curiosidad, después de todo no le habían dicho el real motivo del viaje. Tras unas horas en la bodega el viejo Hanks comentó sobre el día en que las razas de Aerandir se unieron para enfrentar al invasor.
Le pareció algo lejano y difícil de recordar para algunas razas, pero entendía el motivo de la conmemoración. Hanks, Vlad y el capitán acordaron sin avisar a Kendovlah que sería bueno para el muchacho seguir explorando el mundo, luego podría volver a Hekshold para encerrarse en sus estudios y en su búsqueda personal. Aunque a ojos del brujo, siempre había una oportunidad para lo último y dados los sucesos anteriores a Hekshold, se sentía algo optimista al respecto. Adivinaba que su causa abarcaría muchas razas. Después de todo ya había tocado enfrentar a un grupo de su propia raza atentando contra hombres bestias, ¿qué sería lo siguiente?
(…)
Llegó solo pero se sentía animado a pesar de no gustarle estar en multitud. No había tenido mucha oportunidad de viajar solo desde su última llegada a Beltrexus.
Avanzó entre la multitud que aún estaba llegando al centro del evento. En el camino podía ver unos cuantos rostros conocidos, pero pudo ver también como tanto hombres y mujeres se desprendían primero de sus armas. Decidió seguir el procedimiento antes de empezar a interactuar con sus conocidos si se daba la oportunidad.
Llegó al lugar de confiscación y lo primero fue quitarse su mochila de cuero. -Momento, por favor. Ya dejaré mi acero-. Dijo mientras buscaba unas cuantas notas de su madre, las mostraba a los sacerdotes para mostrar que no significaban peligro alguno. Sin embargo, no pudo evitar notar las miradas de sospechas al ver los nombres y fechas en dicha nota. Algunas muy cercanas al día de la alianza. Las guardo en su bolsillo y preguntó al monje cual de todos los libros por leer sería más apto para la situación. Tras una leve discusión entre los monjes por fin llegaron a un acuerdo y el túnica naranja ya tenía su lectura para la ocasión.
Saco dos pergaminos y una tiza de carbón, escribió la runa de sello explosivo menor y los monjes se alteraron un poco. -Solo medidas de seguridad. Siempre es bueno ser precavido-. Dijo sellando un pergamino y amarrándolo a la correa que abría su mochila de tal modo que si esta se abría explotaría. Los monjes entendieron y miraron al brujo con cara de poco amigos.
-Brujos, siempre tan desconfiados-. Dijo el más cercano a lo que Knedovlah respondió con una sonrisa leve. -Más vale prevenir que lamentar-. Añadió y terminaba de amarrar el segundo pergamino a su espada. Después de esto dejo sus cosas. -Bien eso es todo, esta me la quedo-.
De su bolsillo mostró una piedra con una runa de tierra grabada en esta. Al hacerlo comenzó a emitir un destello intermitente de éter. Tanto los monjes como Kendovlah se sintieron intranquilos por este hecho. La primera vez que la piedra emitió un resplandor similar pudo sentir como su magia era absorbida y recordó aquella visión. Miro con cara de pocos amigos a los monjes.
-¿Tienen acaso alguna sorpresa para después del evento?-.
-Puedes quedartela, pero te estaremos vigilando, brujo-.
-Y yo a ustedes, no es un arma. Pero hay algo que no encaja aquí-.
Miró el monumento representativo y se giró al publico. Desde la altura podía ver mejor a sus conocidos. Podía ponerse a contar a sus viejos compañeros de aventura, incluso Luna con quien había entrado en la academia, pero prefirió buscar un lugar más apartado.
De vez en cuanto y evitando la mirada de los curiosos volvía a sacar su piedra para comprender que seguía parpadeando. Sintió la mirada de los monjes encima pero los ignoró de momento. Debía observar mejor y estar atento. Muchos guerreros desarmados. Si uno de esos horrores decidía despertar... Aunque por el tono brillo suponía que estaba bastante lejos ya que tampoco sentía como su magia se desvanecía. De momento estaba todo bien, pero el rostro serio del brujo dejaba ver la preocupación que le carcomía por dentro.
---
Off:
1- Sin interacciones con el resto de momento.
2- La piedra es un objeto de lore de pj. No tiene nada que pintar aquí, solo algo que ver para los que quieran acercarse a mi brujo.
3- Esta muy avanzado esto así que solo le di un ojo rápido. Si alguien quiere acercarse a mi brujo leeré sus post anteriores de ser necesario :3
4- Gaia, espero no moleste la cronología. No es relevante de momento, pero si gustas puedo cambiarla para antes de Hekshold.
5- Y ultimo, si ya dije que no iba a participar pero bueno... Ya estoy aquí xD
Le pareció algo lejano y difícil de recordar para algunas razas, pero entendía el motivo de la conmemoración. Hanks, Vlad y el capitán acordaron sin avisar a Kendovlah que sería bueno para el muchacho seguir explorando el mundo, luego podría volver a Hekshold para encerrarse en sus estudios y en su búsqueda personal. Aunque a ojos del brujo, siempre había una oportunidad para lo último y dados los sucesos anteriores a Hekshold, se sentía algo optimista al respecto. Adivinaba que su causa abarcaría muchas razas. Después de todo ya había tocado enfrentar a un grupo de su propia raza atentando contra hombres bestias, ¿qué sería lo siguiente?
(…)
Llegó solo pero se sentía animado a pesar de no gustarle estar en multitud. No había tenido mucha oportunidad de viajar solo desde su última llegada a Beltrexus.
Avanzó entre la multitud que aún estaba llegando al centro del evento. En el camino podía ver unos cuantos rostros conocidos, pero pudo ver también como tanto hombres y mujeres se desprendían primero de sus armas. Decidió seguir el procedimiento antes de empezar a interactuar con sus conocidos si se daba la oportunidad.
Llegó al lugar de confiscación y lo primero fue quitarse su mochila de cuero. -Momento, por favor. Ya dejaré mi acero-. Dijo mientras buscaba unas cuantas notas de su madre, las mostraba a los sacerdotes para mostrar que no significaban peligro alguno. Sin embargo, no pudo evitar notar las miradas de sospechas al ver los nombres y fechas en dicha nota. Algunas muy cercanas al día de la alianza. Las guardo en su bolsillo y preguntó al monje cual de todos los libros por leer sería más apto para la situación. Tras una leve discusión entre los monjes por fin llegaron a un acuerdo y el túnica naranja ya tenía su lectura para la ocasión.
Saco dos pergaminos y una tiza de carbón, escribió la runa de sello explosivo menor y los monjes se alteraron un poco. -Solo medidas de seguridad. Siempre es bueno ser precavido-. Dijo sellando un pergamino y amarrándolo a la correa que abría su mochila de tal modo que si esta se abría explotaría. Los monjes entendieron y miraron al brujo con cara de poco amigos.
-Brujos, siempre tan desconfiados-. Dijo el más cercano a lo que Knedovlah respondió con una sonrisa leve. -Más vale prevenir que lamentar-. Añadió y terminaba de amarrar el segundo pergamino a su espada. Después de esto dejo sus cosas. -Bien eso es todo, esta me la quedo-.
De su bolsillo mostró una piedra con una runa de tierra grabada en esta. Al hacerlo comenzó a emitir un destello intermitente de éter. Tanto los monjes como Kendovlah se sintieron intranquilos por este hecho. La primera vez que la piedra emitió un resplandor similar pudo sentir como su magia era absorbida y recordó aquella visión. Miro con cara de pocos amigos a los monjes.
-¿Tienen acaso alguna sorpresa para después del evento?-.
-Puedes quedartela, pero te estaremos vigilando, brujo-.
-Y yo a ustedes, no es un arma. Pero hay algo que no encaja aquí-.
Miró el monumento representativo y se giró al publico. Desde la altura podía ver mejor a sus conocidos. Podía ponerse a contar a sus viejos compañeros de aventura, incluso Luna con quien había entrado en la academia, pero prefirió buscar un lugar más apartado.
De vez en cuanto y evitando la mirada de los curiosos volvía a sacar su piedra para comprender que seguía parpadeando. Sintió la mirada de los monjes encima pero los ignoró de momento. Debía observar mejor y estar atento. Muchos guerreros desarmados. Si uno de esos horrores decidía despertar... Aunque por el tono brillo suponía que estaba bastante lejos ya que tampoco sentía como su magia se desvanecía. De momento estaba todo bien, pero el rostro serio del brujo dejaba ver la preocupación que le carcomía por dentro.
---
Off:
1- Sin interacciones con el resto de momento.
2- La piedra es un objeto de lore de pj. No tiene nada que pintar aquí, solo algo que ver para los que quieran acercarse a mi brujo.
3- Esta muy avanzado esto así que solo le di un ojo rápido. Si alguien quiere acercarse a mi brujo leeré sus post anteriores de ser necesario :3
4- Gaia, espero no moleste la cronología. No es relevante de momento, pero si gustas puedo cambiarla para antes de Hekshold.
5- Y ultimo, si ya dije que no iba a participar pero bueno... Ya estoy aquí xD
Kendovlah
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 288
Nivel de PJ : : 2
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Alisha se dejó llevar por la elfa, pero refunfuñó y paro en seco al recordar el episodio con la carne, para luego dejarse llevar dejó llevar igualmente poco a poco, haciendo una última invitación a los amigos de Aradia. –Lo pregunté ¿shabes? ¡Eso es solo una guarrada, sin ninguna necesidad! ¡Me miraron muy raro cuando les pregunte!-
La vampira llevo expertamente a la elfa de la mano hacia la mesa donde recordaba haber encontrado el vino, pero no era esa, esa era la de costillas, así que la llevo a la siguiente, y esa sí que tenía vino. Agarró una jarra y la olisqueo. –Normal.- La dejo y cogió otra. –Eso es té, frio, que diablos.- La tercera era la buena. –Limón. O lima, no se distinguirlos.- Dijo orgullosa, alzando la jarra al cielo y casi derramándosela por encima. Se dio cuenta de su error y la dejo en las manos de Aradia muy, muuuuy lentamente. –Tienesh copa ¿cierto? Puede que neceshitemos una en cada mano… mezclar sabores hace que esta cata pierda el sentido…- Pero en la mesa había jarras, platos, comida, bebida, pero no copas. Alisha levantó ligeramente el mantel y se metió parcialmente dentro, con el culo aun fuera, hasta que soltó un grito triunfante, intento levantarse… y sacudió la mesa entera de un cabezazo.
-Ouch…- dijo mientras salía, esa vez bien, con dos copas en la mano. –Las guardan debajo, cláshico.- Se levantó, dejando las copas en la mesa y se limpió la ropa con unos pocos manotazos. No era la única mesa de vinos, y seguramente todas eran diferentes. Se alzó de puntillas, intentando ver por encima de la multitud, pero aunque pudiera, no era como si las mesas tuvieran cartelitos explicando que era cada cosa, así que de poco serviría. –Esos de allí tienen pinta de brujos, barbudos y con sombrerosh ridículos, vayamos luego allí a catar el vino arcano.- Si era algo que existía siquiera.
La vampira llevo expertamente a la elfa de la mano hacia la mesa donde recordaba haber encontrado el vino, pero no era esa, esa era la de costillas, así que la llevo a la siguiente, y esa sí que tenía vino. Agarró una jarra y la olisqueo. –Normal.- La dejo y cogió otra. –Eso es té, frio, que diablos.- La tercera era la buena. –Limón. O lima, no se distinguirlos.- Dijo orgullosa, alzando la jarra al cielo y casi derramándosela por encima. Se dio cuenta de su error y la dejo en las manos de Aradia muy, muuuuy lentamente. –Tienesh copa ¿cierto? Puede que neceshitemos una en cada mano… mezclar sabores hace que esta cata pierda el sentido…- Pero en la mesa había jarras, platos, comida, bebida, pero no copas. Alisha levantó ligeramente el mantel y se metió parcialmente dentro, con el culo aun fuera, hasta que soltó un grito triunfante, intento levantarse… y sacudió la mesa entera de un cabezazo.
-Ouch…- dijo mientras salía, esa vez bien, con dos copas en la mano. –Las guardan debajo, cláshico.- Se levantó, dejando las copas en la mesa y se limpió la ropa con unos pocos manotazos. No era la única mesa de vinos, y seguramente todas eran diferentes. Se alzó de puntillas, intentando ver por encima de la multitud, pero aunque pudiera, no era como si las mesas tuvieran cartelitos explicando que era cada cosa, así que de poco serviría. –Esos de allí tienen pinta de brujos, barbudos y con sombrerosh ridículos, vayamos luego allí a catar el vino arcano.- Si era algo que existía siquiera.
Alisha Lessard
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 170
Nivel de PJ : : 1
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Cierto enorme oso apareció de repente. No esperaba verlo allí, a decir verdad. No parecía la clase de cosa que disfrutaría.
Era curioso, de alguna forma, me daba la sensación de que seguía llamando la atención yo más que él. Inevitable, supuse. Era la maldición de tener tanta presencia. Aun así, no muchos se acercaron a molestar.
No me sorprendió que conociese al humano. Había reconocido su firma en el hacha del hombre oso, después de todo. De alguna forma, me cruzaba con muchos de sus clientes. Naharu me abrazó alegremente, y sonreí al ver como se mostraba más cómodo. Fue algo más respetuoso con el espacio de Syl, cosa que el felino agradeció en silencio.
-Puedo meterle algún encantamiento a esa cosa. Es más fácil con los trabajos de Eltrant.- le dije al oso.
El intercambio entre Eltrant y Lyn me hizo reír. Parecían no haber cambiado en absoluto. Sería mejor buscar algo con lo que entretener a la vampiresa.
-Si te metes dentro de su cara, no podrá evitar verte continuamente. Tendrá que ver a través de ti.- sugerí. Ya de paso, podía entretenerme yo también, después de todo. -Y además mejorarías su rostro notablemente.- añadí, sonriendo.
Me estiré con un largo bostezo. A decir verdad, quedarnos allí podía ser algo aburrido. Quizás hubiese más conocidos en ese sitio. Miré alrededor, examinando los rostros de la multitud.
-¿Ese de allí no es Demian?- pregunté. ¿Como demonios lo había avistado entre tanta gente? Me impresionaba a mi mismo. Le hice un gesto con la cabeza a mis acompañantes, y me acerqué al chico. Parecía estar hablando con una mujer, que examiné rápidamente con mis "otros ojos" para percibir su éter. Nada. Sería humana o licántropa. Definitivamente no parecía mujer bestia, ni olía a cibernético.
-Hola, Demian.- saludé, mientras mis ojos volvían del azul rúnico a su dorado natural. -¿En qué estás metido esta vez?- Era un ilusionista prodigioso, a decir verdad. Y un peligroso asesino. ¿Vendría allí con un objetivo...? Me volví a la mujer. Tenía una altura muy cercana a la de Syl. Mi compañero felino me siguió de cerca.
-Soy Asher Daregan.- me presenté. No parecía... precisamente contenta.
-Syl Daregan.- dijo el gato, con un tono más neutral. Aún me hacía sonreír inconscientemente cuando se presentaba con el apellido.
Interactuo con los que ya hablaron conmigo, y con Nana y Demian además.
Era curioso, de alguna forma, me daba la sensación de que seguía llamando la atención yo más que él. Inevitable, supuse. Era la maldición de tener tanta presencia. Aun así, no muchos se acercaron a molestar.
No me sorprendió que conociese al humano. Había reconocido su firma en el hacha del hombre oso, después de todo. De alguna forma, me cruzaba con muchos de sus clientes. Naharu me abrazó alegremente, y sonreí al ver como se mostraba más cómodo. Fue algo más respetuoso con el espacio de Syl, cosa que el felino agradeció en silencio.
-Puedo meterle algún encantamiento a esa cosa. Es más fácil con los trabajos de Eltrant.- le dije al oso.
El intercambio entre Eltrant y Lyn me hizo reír. Parecían no haber cambiado en absoluto. Sería mejor buscar algo con lo que entretener a la vampiresa.
-Si te metes dentro de su cara, no podrá evitar verte continuamente. Tendrá que ver a través de ti.- sugerí. Ya de paso, podía entretenerme yo también, después de todo. -Y además mejorarías su rostro notablemente.- añadí, sonriendo.
Me estiré con un largo bostezo. A decir verdad, quedarnos allí podía ser algo aburrido. Quizás hubiese más conocidos en ese sitio. Miré alrededor, examinando los rostros de la multitud.
-¿Ese de allí no es Demian?- pregunté. ¿Como demonios lo había avistado entre tanta gente? Me impresionaba a mi mismo. Le hice un gesto con la cabeza a mis acompañantes, y me acerqué al chico. Parecía estar hablando con una mujer, que examiné rápidamente con mis "otros ojos" para percibir su éter. Nada. Sería humana o licántropa. Definitivamente no parecía mujer bestia, ni olía a cibernético.
-Hola, Demian.- saludé, mientras mis ojos volvían del azul rúnico a su dorado natural. -¿En qué estás metido esta vez?- Era un ilusionista prodigioso, a decir verdad. Y un peligroso asesino. ¿Vendría allí con un objetivo...? Me volví a la mujer. Tenía una altura muy cercana a la de Syl. Mi compañero felino me siguió de cerca.
-Soy Asher Daregan.- me presenté. No parecía... precisamente contenta.
-Syl Daregan.- dijo el gato, con un tono más neutral. Aún me hacía sonreír inconscientemente cuando se presentaba con el apellido.
___________________________________________
Interactuo con los que ya hablaron conmigo, y con Nana y Demian además.
Asher Daregan
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1194
Nivel de PJ : : 10
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Valyria cerró los ojos, lentamente, suspirando. A eso habían llegado ¿cierto? Ese absurdo plan no era el plan D, ni siquiera C, había subido a plan A por falta de candidatos. –No…no voy a ser la protagonista de “quien quiere casarse con esta elfa”, no señor…- pero algo así no era una mala idea en absoluto. Algún tipo de treta para reunirlos a todos, o a tantos como pudieran. Seguramente el tipo de la daga no se uniría a ese circo, pero eso mismo ya sería una pista…
E Irinnil había dicho “lo que digáis me parece bien”. Valyria le dedico una sonrisa. –Eres muy valiente.- no iba a ser cruel y proponer el plan de Anders pero con otra persona que pagara el pato en vez de ella. No, cambiaría esa parte. Algo así como “mi amiga conoció a un pelirrojo de camino aquí, pero nunca se dijeron el nombre, así que ahora lo busca… algo así, embelesado, romántico, pero que no atrajera babosos… a los que no pudieran echar sin problemas, puesto que dicho pelirrojo no existía de verdad. Y además la chica era bonita, así que serviría seguro, atrayendo a un montón de pelirrojos. Y ella iría al tejado y buscaría los pelirrojos que no estuvieran haciendo fila, mientras Anders… -Era la pierna izquierda, me acuerdo de eso, puede que quieras conseguirte una copa para ir lanzando gotitas, para que no te miren raro cuando los cachees básicamente…- oh, y por supuesto que tenía que explicarle el plan a Anders, era quien iba a hacer el anuncio. Bueno, y a Irinnil también, pobrecita, no iba a tirarla de lleno al agua sin que supiera de que iba su cuestionable plan. –Iri, de camino aquí, conociste a un encantador hombre pelirrojo, pero Ah, trágicamente os separasteis antes de que pudieras saber su nombre, solo sabes que se dirigía hacia aquí también, así que ahora buscas a tu potencial amado. ¿Triunfara el amor?- y se puso un brazo en la frente dramáticamente. Le había sentado bien escribir esa obra, la verdad, aunque hubiera odiado prácticamente todo momento del proceso.
-Ultima oportunidad para escaquearte y cambiar papeles Irinnil, siempre puedes ser tú la que vaya al tejado.- advirtió.
E Irinnil había dicho “lo que digáis me parece bien”. Valyria le dedico una sonrisa. –Eres muy valiente.- no iba a ser cruel y proponer el plan de Anders pero con otra persona que pagara el pato en vez de ella. No, cambiaría esa parte. Algo así como “mi amiga conoció a un pelirrojo de camino aquí, pero nunca se dijeron el nombre, así que ahora lo busca… algo así, embelesado, romántico, pero que no atrajera babosos… a los que no pudieran echar sin problemas, puesto que dicho pelirrojo no existía de verdad. Y además la chica era bonita, así que serviría seguro, atrayendo a un montón de pelirrojos. Y ella iría al tejado y buscaría los pelirrojos que no estuvieran haciendo fila, mientras Anders… -Era la pierna izquierda, me acuerdo de eso, puede que quieras conseguirte una copa para ir lanzando gotitas, para que no te miren raro cuando los cachees básicamente…- oh, y por supuesto que tenía que explicarle el plan a Anders, era quien iba a hacer el anuncio. Bueno, y a Irinnil también, pobrecita, no iba a tirarla de lleno al agua sin que supiera de que iba su cuestionable plan. –Iri, de camino aquí, conociste a un encantador hombre pelirrojo, pero Ah, trágicamente os separasteis antes de que pudieras saber su nombre, solo sabes que se dirigía hacia aquí también, así que ahora buscas a tu potencial amado. ¿Triunfara el amor?- y se puso un brazo en la frente dramáticamente. Le había sentado bien escribir esa obra, la verdad, aunque hubiera odiado prácticamente todo momento del proceso.
-Ultima oportunidad para escaquearte y cambiar papeles Irinnil, siempre puedes ser tú la que vaya al tejado.- advirtió.
Valyria
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 314
Nivel de PJ : : 3
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
. . .
Mientras masticaba aquella comida casi cruda, pensaba en que no había nada cómo la comida humana. No es que su sabor fuese horrible, pero la textura del alimento, algo viscoso, era bastante desagradable.
Al preguntar Astralia sobre si estaba bueno, no dudé en sonreír y asentir con la cabeza. ¡No pensaba desanimarla a probar esa pegajosa exquisitez! Pero antes de que pudiera comentar nada sobre ello, fuimos rodeados por un pequeño grupo de hombres bestias.
Mi experiencia vital me hizo permanecer alerta, aunque a la vez estaba tranquilo: era un sitio repleto de personas desarmadas, en un evento social importante. No habría especial problema allí. Pero no me gustó la actitud que aquel grupo mostraba.
Se interesaron por nuestra conversación sobre los "trozos de estrellas" y enseguida me supuse que se trataba de un grupo de buscadores de reliquias, una buena forma de llamar a los peligrosos contrabandistas de mercancías de dudosa procedencia que eran en realidad.
- Comentábamos los rumores sobre la posibilidad de la existencia de "trozos de estrella"- dije, mirando hacia el hombre que parecía su lider, un hombre pantera de aliento algo desagradable que se había colocado frente a nosotros- Yo defiendo la teoría de que, de existir, traerían más complicaciones a su portador que beneficios... y no sé si este pequeño comité es una muestra de ello... ¿Qué interés tenéis en nuestra conversación para interrumpir nuestra comida? ¿Os interesan los "trozos de estrellas"? Pues alzad vuestra vista al cielo: si no caen esta noche, dudo que lo hagan nunca.
El hombre pantera sentado frente a nosotros parecía observarnos con atención, aunque no era demasiado listo, por lo que podía intuir. Parecía estar haciendo un terrible esfuerzo mental analizándonos, sobre todo a Astralia, a la que miraba con gran atención.
- Será mejor que nos vayamos, Astralia- dije, poniéndome de pie, dispuesto a marcharnos, aunque el hombre pantera hizo un pequeño gesto y esperé a escuchar su respuesta.
- Hace unos meses, nos cruzamos con un humano en nuestras tierras, al oeste. Iba acompañado por un viejo conocido nuestro y a pesar de nuestros reparos, le dimos cobijo una noche. No paraba de hablar de trozos de estrellas y llevaba un libro, del que nunca lograba separarse. ¡Se quedó dormido con él en las manos!- dijo, mirándome a los ojos, antes de pasar a mirar a mi acompañante, que parecía realmente atenta a todo lo que ese hombre bestia decía.
- ¿Qué tiene que ver eso con nosotros? ¡Venga, vámonos! ¡Perdemos el tiempo!
- Espera. Aún queda lo mejor- me dijo antes de volver a mirar a Astralia- Una hoja de papel sobresalía del libro y la cogí, logrando separarla. Era un dibujo, un retrato de una chica joven y hermosa, ante un fondo de estrellas brillantes. Y esa joven me recuerda a ti, monada.
Al preguntar Astralia sobre si estaba bueno, no dudé en sonreír y asentir con la cabeza. ¡No pensaba desanimarla a probar esa pegajosa exquisitez! Pero antes de que pudiera comentar nada sobre ello, fuimos rodeados por un pequeño grupo de hombres bestias.
Mi experiencia vital me hizo permanecer alerta, aunque a la vez estaba tranquilo: era un sitio repleto de personas desarmadas, en un evento social importante. No habría especial problema allí. Pero no me gustó la actitud que aquel grupo mostraba.
Se interesaron por nuestra conversación sobre los "trozos de estrellas" y enseguida me supuse que se trataba de un grupo de buscadores de reliquias, una buena forma de llamar a los peligrosos contrabandistas de mercancías de dudosa procedencia que eran en realidad.
- Comentábamos los rumores sobre la posibilidad de la existencia de "trozos de estrella"- dije, mirando hacia el hombre que parecía su lider, un hombre pantera de aliento algo desagradable que se había colocado frente a nosotros- Yo defiendo la teoría de que, de existir, traerían más complicaciones a su portador que beneficios... y no sé si este pequeño comité es una muestra de ello... ¿Qué interés tenéis en nuestra conversación para interrumpir nuestra comida? ¿Os interesan los "trozos de estrellas"? Pues alzad vuestra vista al cielo: si no caen esta noche, dudo que lo hagan nunca.
El hombre pantera sentado frente a nosotros parecía observarnos con atención, aunque no era demasiado listo, por lo que podía intuir. Parecía estar haciendo un terrible esfuerzo mental analizándonos, sobre todo a Astralia, a la que miraba con gran atención.
- Será mejor que nos vayamos, Astralia- dije, poniéndome de pie, dispuesto a marcharnos, aunque el hombre pantera hizo un pequeño gesto y esperé a escuchar su respuesta.
- Hace unos meses, nos cruzamos con un humano en nuestras tierras, al oeste. Iba acompañado por un viejo conocido nuestro y a pesar de nuestros reparos, le dimos cobijo una noche. No paraba de hablar de trozos de estrellas y llevaba un libro, del que nunca lograba separarse. ¡Se quedó dormido con él en las manos!- dijo, mirándome a los ojos, antes de pasar a mirar a mi acompañante, que parecía realmente atenta a todo lo que ese hombre bestia decía.
- ¿Qué tiene que ver eso con nosotros? ¡Venga, vámonos! ¡Perdemos el tiempo!
- Espera. Aún queda lo mejor- me dijo antes de volver a mirar a Astralia- Una hoja de papel sobresalía del libro y la cogí, logrando separarla. Era un dibujo, un retrato de una chica joven y hermosa, ante un fondo de estrellas brillantes. Y esa joven me recuerda a ti, monada.
. . .
_______________________
Sigo hablando con Astralia
Eden
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 115
Nivel de PJ : : 0
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Ben escuchó atentamente las palabras de la mujer mientras jugueteaba con la jarra vacía. La idea de la pelea no le acababa de convencer, sin embargo, que los antepasados dejaran de transmitir la historia le pareció muy interesante. Y aun para su sorpresa su interlocutora le ofreció una jarra de cerveza que aceptó de buen grado. No recordaba vez alguna en la que le hubieran ofrecido una jarra. Se quedó mirando la jara durante un rato, algo más de lo normal y trató de recomponerse dándole un trago. Por alguna extraña razón aquella cerveza sabía mejor.
- Volviendo al tema y perdón por haberme dispersado... ¿crees que una pelea es motivo más que suficiente para olvidar un acontecimiento de esta magnitud? Si dos razas o tres se pelean, siempre habrá otras que estén en paz y mantengan la tradición, ¿no? No sé, por mucho que una de las razas no aparezca, no debería caer en el olvido como lo ha hecho. No sé...- Se detuvo para ordenar unas ideas que se le acababan de venir a la cabeza.- Sin embargo, me parece más interesante lo que has dicho sobre que nuestros... abuelos o sus padres, nos dejaran de contar esta historia o la contaban pero como una leyenda, la cuestión es ¿por qué lo hicieron? ¿Qué o quién les obligó?- Sango miró a la mujer y tras un breve instante, se echó ligeramente hacia atrás para estirar la espalda.
Se sentía muy cómodo hablando con la mujer del velo. Tanto era así, que todo lo que era caos en su cabeza parecía ordenado y quiso empezar su monólogo no sin antes dar un generoso trago. Posó la jarra con cuidado y se inclinó hacia delante, en dirección a la mujer.
- ¿De verdad hace falta que sea alguien poderoso?- Hizo de nuevo una pausa y miró al cielo, a la estrella.- Aquello bien podría ser una ilusión creada por algún hechicero.- Volvió la mirada a la mujer del velo para ver si había alguna reacción a sus palabras de absoluto desconocimiento sobre la magia y sus límites.- No sé, es que todo esto, me parece tan... tan raro, tan artificial... Fíjate en todos los que estamos aquí, la mayoría tenemos armas y las hemos dejado de buena gana a la entrada, como si de algo sin valor se tratara. Vale, admito que muchos de los aquí presentes podrían iniciar una... un altercado sin necesidad de armas, entonces, ¿por qué las hemos entregado? Aquí tengo dos teorías, la primera es que todos nosotros somos idiotas y nos hemos dejado engañara por ese algo o alguien.- Hizo una pausa para coger aire.- Pero no lo creo. Aquí es donde entra la segunda teoría y el meollo de la cuestión.- Hizo otra pausa para beber un sorbo.
- ¿Por qué hemos entregado nuestras armas? Fácil, porque si no, no entrábamos aquí, pero, ¿realmente era necesario entrar aquí? ¿Venir a este preciso lugar en este preciso momento? La respuesta es sencilla: sí. Pero ahora se plantea otra pregunta, ¿por qué sí? Muy fácil: curiosidad. Y en este preciso instante tengo que rememorar las palabras de mis padres, que venían a decir algo así como "los humanos somos exploradores, lo llevamos en nuestro interior". La exploración es una consecuencia de la curiosidad, al menos es así como lo veo yo. Vale, ¿qué hay de todos los hombres bestia, dragones y demás? Ellos no son humanos, o...- Se detuvo y sonrió mirando hacia la mujer del velo.
- Toda la gente que hay aquí está por curiosidad, simple curiosidad. Y si hacemos caso a las palabras de mis padres, todos los aquí presentes son humanos y eso es lo importante. Aquí sólo hay una raza y con tu permiso, vuelvo al inicio, ¿si hay una sola raza, qué pasó? O mejor, ¿qué nos dividió?- Guiñó un ojo y se echó hacia atrás.
En el movimiento hacia atrás desequilibró la banqueta y casi cae al suelo pero se sujetó a la mesa y pudo volver a un estado de equilibrio. No trató de disimular y se rió de sí mismo.
- ¿Te apetece ir a caminar a ver si encontramos algo para comer?- Propuso de repente Sango. La comida rebajaría las posibilidades de sufrir una caída y más aun si seguía bebiendo.
Sango volvió a mirar a la estrella.
************
Interactuo con Nahir
- Volviendo al tema y perdón por haberme dispersado... ¿crees que una pelea es motivo más que suficiente para olvidar un acontecimiento de esta magnitud? Si dos razas o tres se pelean, siempre habrá otras que estén en paz y mantengan la tradición, ¿no? No sé, por mucho que una de las razas no aparezca, no debería caer en el olvido como lo ha hecho. No sé...- Se detuvo para ordenar unas ideas que se le acababan de venir a la cabeza.- Sin embargo, me parece más interesante lo que has dicho sobre que nuestros... abuelos o sus padres, nos dejaran de contar esta historia o la contaban pero como una leyenda, la cuestión es ¿por qué lo hicieron? ¿Qué o quién les obligó?- Sango miró a la mujer y tras un breve instante, se echó ligeramente hacia atrás para estirar la espalda.
Se sentía muy cómodo hablando con la mujer del velo. Tanto era así, que todo lo que era caos en su cabeza parecía ordenado y quiso empezar su monólogo no sin antes dar un generoso trago. Posó la jarra con cuidado y se inclinó hacia delante, en dirección a la mujer.
- ¿De verdad hace falta que sea alguien poderoso?- Hizo de nuevo una pausa y miró al cielo, a la estrella.- Aquello bien podría ser una ilusión creada por algún hechicero.- Volvió la mirada a la mujer del velo para ver si había alguna reacción a sus palabras de absoluto desconocimiento sobre la magia y sus límites.- No sé, es que todo esto, me parece tan... tan raro, tan artificial... Fíjate en todos los que estamos aquí, la mayoría tenemos armas y las hemos dejado de buena gana a la entrada, como si de algo sin valor se tratara. Vale, admito que muchos de los aquí presentes podrían iniciar una... un altercado sin necesidad de armas, entonces, ¿por qué las hemos entregado? Aquí tengo dos teorías, la primera es que todos nosotros somos idiotas y nos hemos dejado engañara por ese algo o alguien.- Hizo una pausa para coger aire.- Pero no lo creo. Aquí es donde entra la segunda teoría y el meollo de la cuestión.- Hizo otra pausa para beber un sorbo.
- ¿Por qué hemos entregado nuestras armas? Fácil, porque si no, no entrábamos aquí, pero, ¿realmente era necesario entrar aquí? ¿Venir a este preciso lugar en este preciso momento? La respuesta es sencilla: sí. Pero ahora se plantea otra pregunta, ¿por qué sí? Muy fácil: curiosidad. Y en este preciso instante tengo que rememorar las palabras de mis padres, que venían a decir algo así como "los humanos somos exploradores, lo llevamos en nuestro interior". La exploración es una consecuencia de la curiosidad, al menos es así como lo veo yo. Vale, ¿qué hay de todos los hombres bestia, dragones y demás? Ellos no son humanos, o...- Se detuvo y sonrió mirando hacia la mujer del velo.
- Toda la gente que hay aquí está por curiosidad, simple curiosidad. Y si hacemos caso a las palabras de mis padres, todos los aquí presentes son humanos y eso es lo importante. Aquí sólo hay una raza y con tu permiso, vuelvo al inicio, ¿si hay una sola raza, qué pasó? O mejor, ¿qué nos dividió?- Guiñó un ojo y se echó hacia atrás.
En el movimiento hacia atrás desequilibró la banqueta y casi cae al suelo pero se sujetó a la mesa y pudo volver a un estado de equilibrio. No trató de disimular y se rió de sí mismo.
- ¿Te apetece ir a caminar a ver si encontramos algo para comer?- Propuso de repente Sango. La comida rebajaría las posibilidades de sufrir una caída y más aun si seguía bebiendo.
Sango volvió a mirar a la estrella.
************
Interactuo con Nahir
Sango
Héroe de Aerandir
Héroe de Aerandir
Cantidad de envíos : : 572
Nivel de PJ : : 5
Re: El Día de La Alianza, Aniversario 10 años [Evento Social]
Solo quien conociera de cerca su relación podría distinguir lo que se escondía tras las risitas y los susurros entre el Virrey y su prometida. Ella se dejaba rodear por la cintura e incluso esbozaba tímidas muecas cuando él se le acercaba; no obstante, el brillo rebelde de su mirada y la cadencia de su filosa lengua evidenciaban el enojo que se solapaba entre tanto coqueteo.
-Será la última de mis propuestas indecentes si no te comportas, amor. -Masculló con tanta amabilidad que solo Matthew, conociéndola, podría saber que se trataba de una verdadera amenaza.
Entonces se viró ligeramente hacia la muchacha rubia que tenía cerca. Eilydh, creía que se llamaba, pero no lo pronunció en voz alta por miedo a equivocarse. Los ávidos ojos de la bruja se fijaron en ella con una expresión inescrutable; si tenía en su haber más información aparte de su nombre, era algo que su ameno gesto, rozando en lo neutral, no llegaba a mostrar.
-No creo que sea obra de un brujo. -Opinó apenas lo suficientemente en alto como para ser oída por la elfa, mas desviando su mirada de ella en pos de subirla hacia el objeto celeste- Si lo fuera, ya estaría sobre un pedestal jactándose sobre lo poderoso que es.
Se encogió de hombros y sonrió para dar a entender que estaba bromeando... a medias. Sintió un placentero cosquilleo en el estómago al hacerlo. Si sus padres supieran que estaba codeándose de esa manera con una elfa, sin duda no estarían contentos.
Y tampoco lo estarían al ver que su pequeña, frágil y vulnerable hija se disponía a disfrutar de bebidas como aquella que se derramaba de las jarras. Eyre miró con sorpresa a Matthew al ver que la instaba a no beber. Por un instante su ceño se frunció como un acordeón, pero no tardó en soltar la copa para dejarla en la mano ajena y, como un intercambio, tomar la que el virrey tenía en la otra mano para llevársela inmediatamente a los labios.
Tomó un sorbo largo y le dedicó una amplia sonrisa, aunque el rubor en sus mejillas delataba que, efectivamente, era pésima lidiando con el alcohol.
Interactúo con Matthew y Eilydh
Eyre
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 188
Nivel de PJ : : 1
Página 4 de 9. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
Temas similares
» La Estrella de la Alianza [10 años de Aerandir]
» La decimotercera noche [Evento 14 aniversario]
» Midsommar [Evento Social]
» En Rottenatt [Evento Social]
» La noche de los 9 deseos [Evento social]
» La decimotercera noche [Evento 14 aniversario]
» Midsommar [Evento Social]
» En Rottenatt [Evento Social]
» La noche de los 9 deseos [Evento social]
Página 4 de 9.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 04:12 por Amice M. Hidalgo
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Hoy a las 01:49 por Zelas Hazelmere
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Ayer a las 22:43 por Zagreus
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Ayer a las 18:00 por Sango
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom Nov 10 2024, 13:36 por Tyr
» Días de tormenta + 18 [Privado]
Dom Nov 10 2024, 00:41 por Sango
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie Nov 08 2024, 18:40 por Lukas
» Lamentos de un corazón congelado [Libre 3/3]
Vie Nov 08 2024, 01:19 por Tyr
» 89. Una compañía hacia el caos [Privado]
Jue Nov 07 2024, 20:51 por Aylizz Wendell
» Clementina Chonkffuz [SOLITARIO]
Jue Nov 07 2024, 16:48 por Mina Harker
» [Zona de Culto]Santuario del dragón de Mjulnr
Mar Nov 05 2024, 21:21 por Tyr
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Mar Nov 05 2024, 17:01 por Seraphine Valaryon