La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
Llegaba del mercado tempranero con Lissinda cuando encontraron a Fahïn esperándolas en el porche. Parecía ansioso, agitaba la pierna dando toquecitos en el suelo con la punta del pie y en la mano sostenía un sobre cerrado.
—Ya creía que tendría que echar aquí la mañana, señoritas.
—De tan buen humor por la mañana, qué sorpresa.— respondió Sinda con clara ironía, al tiempo que abría la puerta y ofrecía entrar al mercader con un gesto.
—Descuida, querida, no me quedaré. Sólo he venido a darle esto a la joven.— entonces se giró hacia Aylizz y le tendió la carta —No me parece nada mal que mi nombre se conozca de un extremo a otro del país, pero ¿es que has dicho por ahí que soy tu mensajero?
—¿Eh? No, ¿qué?— completamente desconcertada, tomó el sobre entre sus manos y lo miró, de un lado y de otro —Yo no he dicho nada a nadie, ¿de quién es?
—Un elfo de Corona del Sol. ¿Te suena alguien que encaje con esa descripción?— respondió en tono de réplica, más que una pregunta.
A la elfa se le abrieron los ojos al comprender de quién hablaba. Abrió también la boca para responder, pero en un primer momento pareció que no era capaz de articular palabra.
—Eh… Si, si. Aquel soldado.— indicó finalmente, rascándose la frente —Gracias por las molestias.— sonrió, todavía confundida —¿Qué demonios querrá?— añadió, volviendo a mirar la carta.
Cuando Fahïn se despidió y las dos entraron en casa, Lissinda consiguió esperar a llegar hasta la cocina para avasallar con entusiasmo a su inquilina.
—De modo que hay un soldado por ahí que te escribe…— no dejó de ordenar los productos del mercado, aunque le lanzaba miraditas y su voz sonaba divertida.
—Pues sí, eso parece.— contestó como si nada, aunque se esforzaba por no establecer contacto visual.
—Y… ¿No piensas leerla?
—¿Eh? Si, si claro. Ahora, cuando termine con esto…— comenzó entonces a bajar el ritmo con el que colocaba la alacena.
—Oh, no te preocupes. Ya puedo hacerlo yo, deja.— la apartó con un par de toquecitos en el brazo y la empujó con sutileza hacia la mesita sobre la que había dejado el sobre.
—Estás ansiosa, ¿eh?— bromeó, aunque con ligero reproche.
Tomó asiento y sacó el escrito. No sabía qué podía esperar de aquel elfo, aunque tras leer las primeras líneas en silencio se sintió aliviada. Antes de seguir, levantó la mirada hacia la elfa, que por descontado estaría deseando saber de qué se trataba.
—Sólo se interesa por cómo me ha ido tras lo de Nagnu. Ya te lo conté. Estuvo allí…— había vuelto a llevar la vista al papel y ahora continuaba leyendo por encima, mientras hablaba —Ah, espera… ¿Qué es el Festival de los Hombres-Bestia? Dice que es pronto…— leyó hasta el final y volvió a quedar muda.
—El festival de… ¡Ah! ¿Puede ser una feria nueva que organizan en el oeste? Orgullo Bestial o algo parecido. Hace unos días escuché a unas muchachas de la aldea hablar de ello, compraban telas para hacerse vestidos. ¿Por qué? ¿Qué dice?
—Me… Invita a ir. Con él.
—¡Uh! Ya creía que no iba a volver a presenciar un momento como este.— medio rió, acercándose ahora a la joven, con una taza de té en la mano, tomando asiento frente a ella.
—¿No has dicho que es un festival nuevo?— aquella genuina pregunta hizo reír un poco más a la elfa más experimentada.
—No me dirás que esta es la primera vez que te cortejan.— expuso, antes de dar un sorbo a la bebida.
—¡¿Qué?! No, ¿cortejo? No, no… Esto no…— se quedó en silencio un momento en el que volvió a leer de un rápido vistazo el papel, esta vez de principio a fin, sin interrupciones —Eh… ¡Ay Dioses! ¿De verdad lo crees?
—Querida, tengo 186 años. Ahí no veo ninguna declaración, pero te esperará al otro lado del continente sin saber siquiera si has recibido el mensaje. ¿Y bien? ¿Has recibido el mensaje?
Lissinda siempre se había mostrado ciertamente maternal con ella, aunque sin abandonar el cariñoso humor con el que acostumbraba a tratar a sus amistades más cercanas. Aylizz se quedó mirando a su acogedora con cara de circunstancia unos segundos, hasta que resopló en una ligera risa, dejando ver una caída de ojos.
—Vete por ahí, Sinda. Te estás quedando conmigo.— replicó, poniéndose en pie y cerrando nuevamente el sobre.
—Puede que un poco. Vamos, ¡ven aquí! Bromeaba, ¿vale? Sólo te ponía nerviosa.
—Ah, vaya, qué detalle.— frunció el ceño, tomando asiento de nuevo.
—¿Y bien?— tomó otro sorbo —¿Qué vas a hacer? Sólo te está invitando a la feria. ¿Vas a ir?
*****
¿Te imaginas que ahora digo que no y cierro aquí el tema?
No habría jurado que fuese a llegar a tiempo, a pesar de haber tomado prestado el caballo de Fahïn, no sin quejas y refunfuños, teniendo que prometer a cambio traerle algún licor especial a su vuelta. Sinda, por su parte, había insistido pesada en que se llevase una especie de cosa con plumas y un vestido que ella misma se confeccionó de joven para un baile de máscaras. Las muchachas a las que convenientemente había escuchado, hablaron de trajes con motivos de animales y le había recordado a aquel.
Sin estar del todo convencida, lo llevó cuidadosamente guardado en las alforjas del equino hasta que pudo cambiarse en una posada cercana a la feria. Ya en aquella se sentía el ambiente festivo, que fue aumentando en color y jolgorio a medida que se acercaba al epicentro del festival. Desmontó unos metros antes del puesto de bienvenida, como ellos lo llamaban, donde podías amarrar las monturas o alquilar un baúl para tus enseres, si no querías cargar con ellos dentro del recinto. Ella hizo ambas cosas, lo dejó todo a excepción de un saquito acolchado que podía colgar de la cintura del vestido, con unos aeros.
Cuando por fin cruzó el control, se quedó un momento mirando todo alrededor, dejándose envolver por el ambiente. Tantos colores, tanta gente divirtiéndose, de toda clase, tantas cosas que ver y hacer. Parecía que no había sido mala idea asistir, después de todo. Empezó a animarse a medida que avanzaba, con la música sonando cada vez más cerca. Se preguntó si hacía mucho que había empezado o si él de verdad habría estado esperando todo este tiempo. Se paró un momento a pensar qué haría si no lo encontraba, pero prefirió no darle demasiadas vueltas. Si no se divertía, siempre podía buscar el licor acordado y marcharse. Aunque no fue necesario preocuparse mucho más, porque Eleandris era un buen soldado y allí estaba, cumpliendo con su deber. O su palabra. O lo que fuera que estuviese haciendo.
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- atuendo:
Aylizz Wendell
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
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Interactúo con Helena Rhodes y con Don Catalejo, que pasaba por allí (?).
Menciono a Meraxes y AL niño.
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Interactúo con Helena Rhodes y con Don Catalejo, que pasaba por allí (?).
Menciono a Meraxes y AL niño.
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Otra celebración. ¿Cómo se lo hacía ese maldito brujo para acabar en casi todas las fiestas del continente? Pues, claramente, prioridades.
Entre estar trabajando o de celebración… Sí, sonaba mejor lo segundo. Al menos a Vincent le sonaba mejor. Y te solían intentar matar como… Bueno, como de costumbre. Había cosas que no cambiaban fuese trabajo o no. Así era la vida de este tipo.
En todo caso, aquel era un buen lugar para codearse más con los hombres y mujeres bestias. Claro, porque un oso con guitarra nunca era suficiente para saber hacia dónde debía uno correr para escapar. Bromas aparte, también estaba Catherine para uno plantearse esa huida y, ahora de verdad, sin bromas, aquella era una festividad ideal para aprender más de los majos humanoides con partes o forma de animales.
Seguro que era más fácil preguntarle a la hermana de Nín o a ese jodido oso con guitarra, ya mencionados, pero, eh, qué tiene eso de divertido. Este brujo dónde iba a encontrar la excusa para ir a comer y beber si hacía las cosas de forma racional. Exacto, como sí hiciera falta excusa a este gañán.
En fin, el brujo, con una taza con alcohol sostenida en una mano, y una tabla de madera repleta de dulces en la otra, se paseaba por la festividad repartiendo amor en forma de dichos dulces. ¿A quién no le gustaban las cosas gratis?
Bueno, claro, nadie quería una somanta de ostias ni gratis, pero eran dulces ¿no? A eso nadie decía que no. Todos tomaban un trocito de felicidad cuando el mercenario con su singular simpatía les ofrecía uno acercando la bandeja de madera.
Si hasta hubo un niño cabrón que casi lo deja sin existencias porque se ve que el decoro no entraba entre sus virtudes. Pero no, no iba a enfadarse ni con el niño de los cojones. Era un día de felicidad. Vincent no lo empañaría. Ya llegaría el momento de los perros locos o las mariposas explosivas, pero no sería él quien iniciara las hostilidades en aquel hermoso atardecer. Hermoso atardecer con un niño cabrón por medio… ¿Ya dije lo del niño cabrón?
En cualquier caso, nuestro brujo simplemente se limitó a volver al puesto para comprar más dulces. Mientras el comerciante le llenaba de nuevo la bandeja se bebió todo el contenido de su taza de cerámica.
- Muchas gracias-, le dijo al tendero, cuando este terminó de llenar la madera con sus productos.
La taza se quedó suspendida en el aire por arte de magia y, con la mano libre, Vinc tomó su bolsa de monedas y dejó caer varias sobre la tabla que hacía de mostrador del puesto. Tras ello, el brujo se despidió con un movimiento de mano y testa, para luego retomar su taza vacía.
Esta la dejó en la barra de la taberna que habían montado por allí, al aire libre. Algo temporal.
- Sin duda, Catherine estaría feliz con tal despliegue. Los hombres y mujeres bestia sí que sabéis montaros una buena celebración-, le dijo al mesero, un hombre toro que parecía un armario.
El armario de la dragona Meraxes, la chica alta. Ya saben. La de las ropas largas como el Tymer porque mide de alto como un castillo. Pues eso.
Vincent salió de allí con una nueva taza llena de preciado alcohol y, por supuesto, su también preciada bandeja de dulces.
Por esos instantes se celebraba una competición de vuelo de personas. Dragones, hombres y mujeres bestias, así como toda persona capaz de volar por sus propios medios. Y qué mejor para seguir comiendo que mirar a la gente volando. Un éxito total. O eso creía nuestro brujo. Aunque faltaban bégimos a su entender, pero igual Belov no podía hacer el niño en todas partes y, de todos modos, no eran personas. Los bégimos eran animales y no contaban para aquella competición. Animales bien grandes, que cubrirían toda la zona con su panzota… Sí, mejor dejemos los bégimos a Belov y sus creatividad de altos vuelos.
Por un momento Vincent se planteó participar en la competición usando algunos de sus trucos acompañados con magia. Pero con otra de sus magias llevó un dulce de la bandeja a su boca, la cual abrió para que el dulce entrara entero en ella.
El brujo masticó con los mofletes a reventar de tanta rica comida que había dentro de la boca, y llegó a la conclusión que le dieran por saco a eso de participar, que ponerse gordo estaba más sabroso y era más sencillo. Y de esa guisa, comiendo como un animal, miró a su alrededor para contemplar al resto de espectadores.
Sí, había un poco de todo por allí, pero la persona que más llamó su atención estaba justo a unos metros de él, a su derecha.
- ¿Kiefes ufo? - preguntó el brujo.
Vincent se lo pensó mejor, se replanteó su estrategia, y se tragó el bolichón de dulce que estaba comiendo.
- ¿Quieres uno? - volvió a preguntar ahora sin obstáculos sonoros en su boca, alzando un dulce con telequinesis para acercarlo a la rubia. - Son gratis. Cortesía del simpático brujo-, comentó amable, mostrando una sonrisa en sus labios tras sus palabras.
Tras ello dejó su taza de alcohol suspendida en el aire, y con la mano libre tomó un catalejo de manos de un hombre que pasaba delante.
- Eh -, se quejó el hombre.
Vincent no le hizo puñetero caso, simplemente mostró el objeto a la mujer.
- O igual te interesa un catalejo. También es gratis y tiene un aumento sensacional-, bromeó, antes de devolverlo a manos del señorito enfadado. - Soy Vincent, un gusto-, se presentó, con ligera reverencia.
Offrol
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Resumen: Reparto felicidad y me voy de espectador a la competición de vuelo, justo al lado de cierta señorita ^^
Vincent Calhoun
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
Competición de rastreo en el bosque
Cuando el fuego de la joven dragona se desvaneció, dos parejas de hombres y mujeres pájaro de coloridas y vistosas alas alzaron el vuelo. Se habían adornado el cuerpo con múltiples escamas metálicas que reflejaban los últimos rayos de un sol que ya se ocultaba en el horizonte, creando destellos en el cielo con cada uno de sus movimientos.
En el momento en que el astro rey quedaba finalmente oculto en la distancia, la música en la zona del acantilado se hizo más grave, lenta y, desde algún lugar oculto del cielo surgieron varias sombras de alas nervudas que se abalanzaron sobre las dos parejas aladas.
Se oyó un grito de asombro, quizá miedo, cuando el impacto era ya inminente, que fue sustituido por aplausos y alguna risa nerviosa cuando la música recuperó su carácter alegre y aves y murciélagos comenzaron a danzar en círculos por encima de las antorchas y las cabezas de los congregados.
Así terminó la exhibición de vuelo, pero la fiesta continuaría aún por muchas horas, bajo el auspicio de la luna y las estrellas. En el extremo norte de la feria, a la entrada del bosque, ya todo estaba preparado para una nueva competición que no tardaría en anunciarse por toda la feria.
—Las reglas son sencillas, quien encuentre más huevos gana —explicó a los aspirantes una mujer con un ojo marrón y otro de un imposible azul claro. Con un gesto de su cabeza, que hizo asomar algunos mechones blancos de entre su melena oscura, señaló unos huevos de codorniz que reposaban sobre una pequeña mesa de madera cerca de ella—. Están distribuidos por toda la zona acotada del bosque y, como pueden oler, los hemos untado con un almizcle especial para evitar confundirlos con otro tipo de huevos.
Algunos de los presentes asintieron sin moverse, otros se acercaron por turnos a la mesa para pegarles una buena olida a las muestras. Cuando la atención de los participantes se centró de nuevo en ella, la mujer mostró una pequeña caja de madera y la abrió, enfocada hacia una de las antorchas, para que todo el mundo pudiera ver su contenido: otro huevo de codorniz, que reposaba en el centro de un montón de musgo, para evitar que se moviera de un lado a otro y chocara con las paredes de la caja. La mujer sonrió con picardía ante la confusión general.
—Para hacer la prueba algo más entretenida, hemos escondido algunos de estos entre los huevos genuinos —explicó.
Después de esto, depositó el huevo sobre la mesa sin tocarlo y, echándose un poco hacia atrás, le dio un toquecito con una rama seca. El falso huevo se abrió al instante, dejando ver a un escarabajo que, alarmado por el súbito cambio de ambiente, escupió un chorro de algo pestilente que hizo que la punta de la rama soltara algunas chispas. La mujer tiró la rama dentro de un recipiente con agua para evitar que se prendiera y, dando la vuelta a un reloj de arena, anunció:
—Tienen hasta que caiga el último grano.
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Llega la noche a la feria, al tiempo que termina la exhibición de vuelo. Muchas gracias a quienes se han animado a participar hasta el momento. La feria sigue su curso, así como los objetivos del post de apertura.
Quienes quieran participar en la prueba de rastreo tendrán hasta el día 12 de octubre (incluido). Por cada post de búsqueda dentro del plazo, deberán lanzar una runa que determinará los huevos que encontrarán, según el baremo de más abajo. Los licántropos y hombres-bestia con olfato como uno se sus sentidos mejorados cuentan con un bono que mejorará en dos puntos el valor de la runa conseguida. Individuos de otras razas con alguna habilidad/rasgo de mejora de sentidos, mejorarán su runa en un punto. También mejoran en un punto la runa quienes tengan habilidades de rastreo.
- valor de la runa:
- Runa muy buena = 5 huevos
Runa buena = 3 huevos
Runa media = 1 huevo
Runa mala = ningún huevo
Runa muy mala = encuentras un huevo falso, recibes una quemadura leve y tu nuevo aroma anunciará tu fracaso a olfatos sibaritas hasta que tengas ocasión de lavarte adecuadamente
Fehu
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
- ¡Majistus! - exclamó sorprendido Sein al ver que abandonaba enfadado el jubiloso bebercio tras verter su cerveza por encima del animado enano. - Por los espíritus... Brag, cuidado, mi hermana empezará lamerte para beber más cerveza - bromeó seguido de una carcajada, recibiendo como respuesta de su hermana un empujón con el hombro.
- Lo dices porque es idea que pasó por tu cabeza, ¿eh? - vaciló de vuelta Moa, su hermana.
- Hermana, no voy a reventarte porque no quiero Majistus enfadado, pero ya verás luego - contestó para finalizar la amistosa reyerta fraternal de ofensas sin acritud, mientras se levantaba del suelo para ir tras Majistus.
Su idea era conversar con él para que no hubiera asperezas tras aquel duelo amistoso, pero al igual que él, desvió su atención hacia el puesto que regentaba una mujer bestia en el que se ofrecían artículos vistosos y de gran variedad.
Cuando aquella chica pudo atenderle, se dirigió a ella para que no se le adelantara ningún curioso de los que ojeaba también su mercancía. - ¡Hola! ¿Cómo va negocio? - preguntó amablemente y con interés. - He fijado en estas botas. ¿Qué tienen para estar entre todo artículos raros y de magia? - preguntó después. Cuando la chica le explicó la utilidad de esa prenda, a Sein le maravilló. Ya se imaginó a sí mismo acechando a sus enemigos o presas desde los lugares más inesperados. Con gusto pagó el precio de las botas y se las probó de inmediato. Fue entonces corriendo a la pared más cercana y, con el entusiasmo de un chaval, pegó un salto para ver si se quedaba adherido a ella.
Corriendo de vuelta hacia el puesto de la mujer bestia se dispuso a agradecerle la venta con un fuerte abrazo, con una sonrisa de oreja a oreja. - Por mis ancestros, ¿y cómo has construido cosa así? ¿Qué clase de magia usaste?
Poco después una mujer atrajo la atención de todos con una actividad de rastreo que causó interés en el chamán. Él fue de los que pudo oler el almizcle sin necesidad de acercarse, y no dudó en que sacaría partido de esa capacidad.
No pudo evitar fijarse, sin embargo, en los ojos de aquella mujer. Sintió atracción tanto por su singularidad como por su propio sentido de la curiosidad, que le empujó a acercarse a ella y preguntarle. - Hola, quería preguntar... ¿has nacido con esos ojos? - dijo inocentemente, sin siquiera pensar en la reacción que podría provocar en ella. Fue al acabar la frase cuando se dio cuenta de que quizás había sido demasiado directo, y trató de paliar las posibles consecuencias con un cumplido. - Quiero decir, son bonitos. Nunca visto alguien con oj... - y rápidamente se dio cuenta de que la mayoría de los allí presentes ya habían salido corriendo hacia la búsqueda de los huevos, por lo que sin siquiera recibir respuesta de aquella mujer salió corriendo en la misma dirección temiendo que los huevos disponibles fueran decreciendo en número.
- ¡Un placer, señorita! - le gritó cuando ya había avanzado veloz unas cuantas zancadas.
En los árboles del bosque, se dispuso a estrenar aquellas botas de una manera inteligente, pues desde las alturas tendría una visión mayor y los olores quizás también llegarían a lo alto desde más lejos.
- ¡Argh! - exclamó sonriente como verbalización de la satisfacción. Sin tener ni idea de lo que ganaría si se hacía con la mayor cantidad de huevos, saltó de rama en rama para llegar veloz a donde había detectado la presencia de uno, o con suerte varios huevos de codorniz.
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OFF: Le compro a Mina unas buenas botas de araña, interactúo brevemente con la mujer que explicó la actividad y me adentro en los bosques para buscar huevos, haciendo la tirada de runas correspondiente (potenciada por mis sentidos bestiales).
Huevos recogidos: 5
- Lo dices porque es idea que pasó por tu cabeza, ¿eh? - vaciló de vuelta Moa, su hermana.
- Hermana, no voy a reventarte porque no quiero Majistus enfadado, pero ya verás luego - contestó para finalizar la amistosa reyerta fraternal de ofensas sin acritud, mientras se levantaba del suelo para ir tras Majistus.
Su idea era conversar con él para que no hubiera asperezas tras aquel duelo amistoso, pero al igual que él, desvió su atención hacia el puesto que regentaba una mujer bestia en el que se ofrecían artículos vistosos y de gran variedad.
Cuando aquella chica pudo atenderle, se dirigió a ella para que no se le adelantara ningún curioso de los que ojeaba también su mercancía. - ¡Hola! ¿Cómo va negocio? - preguntó amablemente y con interés. - He fijado en estas botas. ¿Qué tienen para estar entre todo artículos raros y de magia? - preguntó después. Cuando la chica le explicó la utilidad de esa prenda, a Sein le maravilló. Ya se imaginó a sí mismo acechando a sus enemigos o presas desde los lugares más inesperados. Con gusto pagó el precio de las botas y se las probó de inmediato. Fue entonces corriendo a la pared más cercana y, con el entusiasmo de un chaval, pegó un salto para ver si se quedaba adherido a ella.
Corriendo de vuelta hacia el puesto de la mujer bestia se dispuso a agradecerle la venta con un fuerte abrazo, con una sonrisa de oreja a oreja. - Por mis ancestros, ¿y cómo has construido cosa así? ¿Qué clase de magia usaste?
Poco después una mujer atrajo la atención de todos con una actividad de rastreo que causó interés en el chamán. Él fue de los que pudo oler el almizcle sin necesidad de acercarse, y no dudó en que sacaría partido de esa capacidad.
No pudo evitar fijarse, sin embargo, en los ojos de aquella mujer. Sintió atracción tanto por su singularidad como por su propio sentido de la curiosidad, que le empujó a acercarse a ella y preguntarle. - Hola, quería preguntar... ¿has nacido con esos ojos? - dijo inocentemente, sin siquiera pensar en la reacción que podría provocar en ella. Fue al acabar la frase cuando se dio cuenta de que quizás había sido demasiado directo, y trató de paliar las posibles consecuencias con un cumplido. - Quiero decir, son bonitos. Nunca visto alguien con oj... - y rápidamente se dio cuenta de que la mayoría de los allí presentes ya habían salido corriendo hacia la búsqueda de los huevos, por lo que sin siquiera recibir respuesta de aquella mujer salió corriendo en la misma dirección temiendo que los huevos disponibles fueran decreciendo en número.
- ¡Un placer, señorita! - le gritó cuando ya había avanzado veloz unas cuantas zancadas.
En los árboles del bosque, se dispuso a estrenar aquellas botas de una manera inteligente, pues desde las alturas tendría una visión mayor y los olores quizás también llegarían a lo alto desde más lejos.
- ¡Argh! - exclamó sonriente como verbalización de la satisfacción. Sin tener ni idea de lo que ganaría si se hacía con la mayor cantidad de huevos, saltó de rama en rama para llegar veloz a donde había detectado la presencia de uno, o con suerte varios huevos de codorniz.
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OFF: Le compro a Mina unas buenas botas de araña, interactúo brevemente con la mujer que explicó la actividad y me adentro en los bosques para buscar huevos, haciendo la tirada de runas correspondiente (potenciada por mis sentidos bestiales).
Huevos recogidos: 5
Última edición por Sein Isånd el Dom Oct 09 2022, 16:50, editado 1 vez (Razón : Para poner cuántos huevos me van tocando)
Sein Isånd
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
El miembro 'Sein Isånd' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
La joven andaba con el tarro de cerveza. Miraba de un lado a otro con mucha tranquilidad. Ryra vio a lo lejos el término de la exhibición de vuelo. - Bueno... ¿Y ahora qué tienen planeado ahora? - Dijo en voz baja mientras seguía caminando. Podía notar que los asistentes de la feria iban caminando en dirección al norte. Aquello le llamó la atención, ya que parecía que estaba por continuar otro evento. Ella sonrió de medio lado y se encaminó hacia donde iban ellos.
Parecía que ahora daría inicio una actividad que consistía en la recolección de huevos. Ella continuaba con su taro de cerveza y su mano libre estaba colocada en su cadera, escuchando atentamente la explicación que daba. Parecía que había una atracción extra en medio de esta actividad. Ya que habían unos huevos de trampa que te provocarían que apestaras. Era una apuesta, pero eso justamente hacía la actividad atractiva. Es cierto que los hombres y mujeres bestia llevarían ventajas en su encomienda a la hora de evitar algún huevo falso. Pero vamos, esa apuesta hacía aún más entretenida la situación.
Suena bien, sin duda me apunto a eso. - Y dicho eso bebió su cerveza de golpe para así dirigirse a la zona del bosque donde estaban regados los huevos. Mientras Ryra caminaba podía notar que los seres que eran mitad bestia, efectivamente se movían con mayor velocidad y eficacia, pero bueno. Ella solo estaba allí para pasarla bien y tener un rato de entretenimiento. Le gustaban esta clase de juegos que implicara correr riesgo. Por lo que esto solo la ponía a prueba.
Iba caminando despacio entre los matorrales, hurgando sin demasiada prisa. Sabía que los mitad bestia serían los ganadores, por lo que esto lo veía como una prueba para tratar de de identificar los huevos falsos. Aunque al menos esperaba no tener un resultado mediocre en este juego. Tampoco sería divertido ser el último lugar, por lo que deseaba tener un buen desempeño en este pequeño juego. - Supongo que de haberme encontrado con Gaegel, pude haberlo puesto a encontrar huevos por mi, pero eso le quitaría la diversión a esto. - Pensó mientras sonreía levemente a la vez que seguía en su búsqueda. Hacer trampa también hubiera sido divertido, pero bueno, cuando logre tener su ansiado encuentro podría planear alguna que otra travesura como esa que su mente maquinaba.
OFF:
Huevos recolectados:
Post 1: 1 huevo.
Parecía que ahora daría inicio una actividad que consistía en la recolección de huevos. Ella continuaba con su taro de cerveza y su mano libre estaba colocada en su cadera, escuchando atentamente la explicación que daba. Parecía que había una atracción extra en medio de esta actividad. Ya que habían unos huevos de trampa que te provocarían que apestaras. Era una apuesta, pero eso justamente hacía la actividad atractiva. Es cierto que los hombres y mujeres bestia llevarían ventajas en su encomienda a la hora de evitar algún huevo falso. Pero vamos, esa apuesta hacía aún más entretenida la situación.
Suena bien, sin duda me apunto a eso. - Y dicho eso bebió su cerveza de golpe para así dirigirse a la zona del bosque donde estaban regados los huevos. Mientras Ryra caminaba podía notar que los seres que eran mitad bestia, efectivamente se movían con mayor velocidad y eficacia, pero bueno. Ella solo estaba allí para pasarla bien y tener un rato de entretenimiento. Le gustaban esta clase de juegos que implicara correr riesgo. Por lo que esto solo la ponía a prueba.
Iba caminando despacio entre los matorrales, hurgando sin demasiada prisa. Sabía que los mitad bestia serían los ganadores, por lo que esto lo veía como una prueba para tratar de de identificar los huevos falsos. Aunque al menos esperaba no tener un resultado mediocre en este juego. Tampoco sería divertido ser el último lugar, por lo que deseaba tener un buen desempeño en este pequeño juego. - Supongo que de haberme encontrado con Gaegel, pude haberlo puesto a encontrar huevos por mi, pero eso le quitaría la diversión a esto. - Pensó mientras sonreía levemente a la vez que seguía en su búsqueda. Hacer trampa también hubiera sido divertido, pero bueno, cuando logre tener su ansiado encuentro podría planear alguna que otra travesura como esa que su mente maquinaba.
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Última edición por Gaegel el Dom Oct 09 2022, 07:03, editado 1 vez (Razón : Registro de huevos encontrados)
Gaegel
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
El miembro 'Gaegel' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
Sango alzó las cejas y le estrechó la mano a la niña. Le sonrió y acto seguido le preguntó.
- Así que Ennie, ¿verdad? Un nombre muy bonito, como el de tu madre, Ava- miró a la mujer y le sonrió.- No podía ser de otra manera. Oye Ennie, ¿dices que viste a alguien salir de esa tienda?- se giró- ¡Lasha, ven!- centró, entonces, su atención en la niña y en la mujer. Estaba realmente fascinado con la inmensa variedad que había de seres bestia.- Sí, estás en lo cierto, está en peligro. Aquí mi amiga, Lasha- le puso una mano en el hombro- dice que no sabe nada de él desde ayer, pero seguro que ella os cuenta algo más, ¿verdad Lasha?
- Bueno,- se limpió las mejillas y parpadeó un par de veces- yo creí que estaba... Lo olí y no fui capaz a enfrentarme a ello- se le quebró la voz. La mujer se tomó unos instantes antes de volver a hablar.- Perdonad. Se llama Enrik Ulster, no creo que tenga pérdida, es un biocibernético, tiene los brazos distintos- hizo una pausa.- Fui necia. Antepuse mi propio interés, mi necesidad, inalcanzable, de volar- miró las alas de Ava con una sonrisa triste- a la persona que hizo posible cumplir ese sueño. Soy un ser despreciable.
Ben tragó saliva. No era la explicación que buscaba pero podría valer, al menos la primera parte. El resto era reflexión de Lasha, que se fustigaba con la idea de haber dejado tirado a Enrik Ulster, al menos esa era la idea que percibía Sango después de haberla escuchado. Sus gestos mostraban una auténtica lucha consigo misma.
- Bueno Lasha, no te preocupes, aquí la pequeña Ennie dice que vio salir a alguien de la tienda, seguro que puede echarnos una mano con esto, ¿a que sí, Ennie? (1)
Su voz era inconfundible. Daba igual dónde, el tono o lo que fuera. Sabía que era ella. No, ella no: Ella. Se acercó lentamente hacia la voz. Ofrecía innumerables productos: desde remedios para curar resfriados, hasta artilugios y máquinas capaces de ver por la noche y todo rebajado de precio. Pero la verdadera máquina, se dijo, era Ella, una auténtica máquina de hacer dinero.
Decidió acercarse por detrás. Solo esperaba que no le gastara ninguna broma como la de la cerveza no cerveza aquella noche en Vulwulfar donde todo comenzó. ¿Cuánto tiempo había pasado de aquello? ¿Por cuánto habían pasado? Preguntas en las que no merecía la pena echar mucho tiempo. Solo quería dejarse llevar.
Cuando estuvo a escasos pasos de ella, observó que estaba realizando una venta (2) y dejó que trabajara mientras él posaba sus ojos en el puesto, en los diferentes objetos expuestos y sobre todo en Ella. ¿Cuándo había sido la última vez que se habían visto? Sonrió cuando cerró la venta y dio un par de pasos en su dirección. Estaba seguro de que le había percibido. De hecho, Tina, se había vuelto hacia él. Ben le guiño un ojo. Posó sus manos sobre su hombros y apretó ligeramente para después aflojar la presión y repetir el proceso.
- Así que, aprovechando la feria para sacar unos aeros, ¿eh?- acto seguido posó sus labios en su mejilla.- Estoy seguro de que ni me has oído llegar- sonrió ante aquella mentira y besó la cabeza de Mina.- ¿Qué tal está mi Mina linda?
Disfrutó del momento. ¿Cuándo había sido la última vez que habían disfrutado de un momento juntos? Ah, preguntas, preguntas... Estaban en una feria y debían disfrutar del ambiente.
- ¿Qué me dices a dar un paseo?
(1) Interactúo con Ava Kenrith y Ennie.
La búsqueda de Enrik Ulster continúa.
(2) Hago mención a la compra de Sein Isånd e interactúo con Mina Harker.
- Así que Ennie, ¿verdad? Un nombre muy bonito, como el de tu madre, Ava- miró a la mujer y le sonrió.- No podía ser de otra manera. Oye Ennie, ¿dices que viste a alguien salir de esa tienda?- se giró- ¡Lasha, ven!- centró, entonces, su atención en la niña y en la mujer. Estaba realmente fascinado con la inmensa variedad que había de seres bestia.- Sí, estás en lo cierto, está en peligro. Aquí mi amiga, Lasha- le puso una mano en el hombro- dice que no sabe nada de él desde ayer, pero seguro que ella os cuenta algo más, ¿verdad Lasha?
- Bueno,- se limpió las mejillas y parpadeó un par de veces- yo creí que estaba... Lo olí y no fui capaz a enfrentarme a ello- se le quebró la voz. La mujer se tomó unos instantes antes de volver a hablar.- Perdonad. Se llama Enrik Ulster, no creo que tenga pérdida, es un biocibernético, tiene los brazos distintos- hizo una pausa.- Fui necia. Antepuse mi propio interés, mi necesidad, inalcanzable, de volar- miró las alas de Ava con una sonrisa triste- a la persona que hizo posible cumplir ese sueño. Soy un ser despreciable.
Ben tragó saliva. No era la explicación que buscaba pero podría valer, al menos la primera parte. El resto era reflexión de Lasha, que se fustigaba con la idea de haber dejado tirado a Enrik Ulster, al menos esa era la idea que percibía Sango después de haberla escuchado. Sus gestos mostraban una auténtica lucha consigo misma.
- Bueno Lasha, no te preocupes, aquí la pequeña Ennie dice que vio salir a alguien de la tienda, seguro que puede echarnos una mano con esto, ¿a que sí, Ennie? (1)
----------------------------
Su voz era inconfundible. Daba igual dónde, el tono o lo que fuera. Sabía que era ella. No, ella no: Ella. Se acercó lentamente hacia la voz. Ofrecía innumerables productos: desde remedios para curar resfriados, hasta artilugios y máquinas capaces de ver por la noche y todo rebajado de precio. Pero la verdadera máquina, se dijo, era Ella, una auténtica máquina de hacer dinero.
Decidió acercarse por detrás. Solo esperaba que no le gastara ninguna broma como la de la cerveza no cerveza aquella noche en Vulwulfar donde todo comenzó. ¿Cuánto tiempo había pasado de aquello? ¿Por cuánto habían pasado? Preguntas en las que no merecía la pena echar mucho tiempo. Solo quería dejarse llevar.
Cuando estuvo a escasos pasos de ella, observó que estaba realizando una venta (2) y dejó que trabajara mientras él posaba sus ojos en el puesto, en los diferentes objetos expuestos y sobre todo en Ella. ¿Cuándo había sido la última vez que se habían visto? Sonrió cuando cerró la venta y dio un par de pasos en su dirección. Estaba seguro de que le había percibido. De hecho, Tina, se había vuelto hacia él. Ben le guiño un ojo. Posó sus manos sobre su hombros y apretó ligeramente para después aflojar la presión y repetir el proceso.
- Así que, aprovechando la feria para sacar unos aeros, ¿eh?- acto seguido posó sus labios en su mejilla.- Estoy seguro de que ni me has oído llegar- sonrió ante aquella mentira y besó la cabeza de Mina.- ¿Qué tal está mi Mina linda?
Disfrutó del momento. ¿Cuándo había sido la última vez que habían disfrutado de un momento juntos? Ah, preguntas, preguntas... Estaban en una feria y debían disfrutar del ambiente.
- ¿Qué me dices a dar un paseo?
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(1) Interactúo con Ava Kenrith y Ennie.
La búsqueda de Enrik Ulster continúa.
(2) Hago mención a la compra de Sein Isånd e interactúo con Mina Harker.
Sango
Héroe de Aerandir
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
Tras un par de jornadas, el pequeño bebé pantera parecía haberse acostumbrado a la presencia del vampiro. Durante las noches, se desplazaban a ritmo lento, parando en pequeñas poblaciones para que la pantera pudiera alimentarse de algo de leche. Durante los periodos diurnos, pasaban las horas en el interior del domo portátil, salvaguardados de la luz solar.
Lo que Cohen no esperaba era encontrar una especie de feria a un kilómetro del lugar dónde habían pasado el día. El ruido del ambiente era incesante a medida que se acercaba y la pequeña pantera que el vampiro sostenía en sus manos parecía asustada.
Normalmente, Cohen rehuía de todo lugar que estuviera repleto de desconocidos. No le gustaba demasiado mezclarse con los demás. Sin embargo, sus dudas sobre la alimentación de las panteras le hicieron acercarse y al comprobar que había numerosas personas bestias allí, quizás hallaría alguna respuesta sobre el asunto.
Entró en lo que parecía una zona acotada en el bosque. De repente, numerosas personas aparecieron a su alrededor, buscando algo entre las malezas, los árboles y arbustos.
―¡Tiene que haber algún huevo por aquí! ―escuchó decir a alguien cercano.
El vampiro paró en seco, mirando a su alrededor con detenimiento gracias a su vista vampírica. Enseguida, junto al tronco de un gran árbol, localizó un llamativo huevo semioculto entre las raíces que sobresalían de la tierra.
Desconociendo el propósito de la recolección, el vampiro cogió el primero de ellos, ocultándolo en el interior de su bolsa de viaje, mientras buscaba alguno más por los alrededores.
Gracias a la vista vampírica de los individuos de mi raza, mejoro la posición de la siguiente runa en un nivel.
PD: Recolección de Huevos: 1 triste huevo kinder.
Lo que Cohen no esperaba era encontrar una especie de feria a un kilómetro del lugar dónde habían pasado el día. El ruido del ambiente era incesante a medida que se acercaba y la pequeña pantera que el vampiro sostenía en sus manos parecía asustada.
Normalmente, Cohen rehuía de todo lugar que estuviera repleto de desconocidos. No le gustaba demasiado mezclarse con los demás. Sin embargo, sus dudas sobre la alimentación de las panteras le hicieron acercarse y al comprobar que había numerosas personas bestias allí, quizás hallaría alguna respuesta sobre el asunto.
Entró en lo que parecía una zona acotada en el bosque. De repente, numerosas personas aparecieron a su alrededor, buscando algo entre las malezas, los árboles y arbustos.
―¡Tiene que haber algún huevo por aquí! ―escuchó decir a alguien cercano.
El vampiro paró en seco, mirando a su alrededor con detenimiento gracias a su vista vampírica. Enseguida, junto al tronco de un gran árbol, localizó un llamativo huevo semioculto entre las raíces que sobresalían de la tierra.
Desconociendo el propósito de la recolección, el vampiro cogió el primero de ellos, ocultándolo en el interior de su bolsa de viaje, mientras buscaba alguno más por los alrededores.
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- PEQUEÑA PANTERA:
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Gracias a la vista vampírica de los individuos de mi raza, mejoro la posición de la siguiente runa en un nivel.
PD: Recolección de Huevos: 1 triste huevo kinder.
Última edición por Cohen el Dom Oct 09 2022, 15:06, editado 2 veces
Cohen
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
El miembro 'Cohen' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
Los últimos rayos de la tarde bañaban el exterior de la cueva con un precioso tono anaranjado, mientras en su interior, la débil lumbre de una hoguera marcaba el improvisado campamento de la pareja. - Despierta Elen, está a punto de anochecer. - susurró el norteño, sentándose a su lado y apartándole los níveos cabellos del rostro. La señora de sombras comenzó a reaccionar lentamente ante su tacto, abriendo poco a poco los ojos para mirarlo. - ¿Ya? - preguntó, empezando a incorporarse.
- ¿Que era todo ese jaleo al final? - añadió instantes después, terminando de espabilarse. - Parece que han organizado una feria cerca de aquí, creo que tiene que ver con los hombres bestia porque nunca había visto a tantos reunidos. - explicó el cazador, que había salido a dar una pequeña vuelta por los alrededores al escuchar la ruidosa cacofonía animal que llegaba desde el bosque. - ¿Una feria? Hmm… podríamos echar un vistazo, de todos modos el altar de Habakhuk no se va a ir a ningún lado. - propuso, ya que llevaban varios días viajando sin parar, quizá aquello los ayudase a distraerse. - ¿Qué te parece? - formuló, expectante.
- Creo que nos vendrá bien dar un paseo, puede que encontremos algo interesante. - la apoyó el dragón. - Bien, pero primero debería alimentarme… - musitó la criatura de la noche, desviando la mirada hacia la entrada de la cueva. Sus reservas de sangre embotellada se habían terminado así que tendría que cazar algo por la zona para calmar la sed antes de entrar en el evento. Sin embargo, Alister tenía otra idea en mente, y sin perder tiempo la tomó de la muñeca y tiró de ella hacia sí. - ¿A qué esperas? - preguntó en voz baja, clavando sus ojos en los de la joven.
La de cabellos cenicientos lo observó detenidamente durante unos segundos, luego comenzó a moverse hasta quedar sentada sobre él. - ¿Estás seguro? No quiero debilitarte. - contestó con suavidad, pero el alado no respondió, se limitó a deslizar una mano hacia su cintura para sujetarla, mientras la otra subía por una de las piernas de la vampira hasta el muslo. Una sonrisa se dibujó en los labios de la benjamina de los Calhoun, que delicadamente recorrió el cuello su amado con los dedos, buscando las marcas que le había dejado la última vez.
- Beber de ti siempre es mejor… - susurró, depositando un cálido beso en aquel punto antes de abrir la boca, dejando que los colmillos se hundiesen en la carne. Instintivamente, el cuerpo del norteño se tensó al sentir como se le clavaban, siempre era así al principio, así que cerró los ojos y se aferró con fuerza a la señora de sombras, dejando de lado el momentáneo dolor para centrarse en disfrutar de la cercanía de la mujer.
La dulce sangre del cazador empezó a descender por la garganta de Elen, aplacando el ardor que la sed le provocaba, mientras sentía como su compañero incrementaba la intensidad de su abrazo sobre ella. - Sabe demasiado bien... - pensó, deleitándose con el sabor mientras lo rodeaba con los brazos a la altura de los hombros. Incapaces de controlar el tiempo que pasaban en aquella postura, la criatura de la noche continuó alimentándose hasta que empezó a notar que Alister aflojaba la presión con que la sujetaba, momento en que muy a su pesar, dejó de sorber, para recorrer con la lengua las heridas que acababa de hacerle.
Lentamente se apartó de su cuello para buscar su rostro, encontrando al dragón ligeramente más pálido que de costumbre y con la respiración agitada. Una mezcla entre preocupación y culpabilidad se apoderó del semblante de la joven, al comprobar que tal como creía, cuando se trataba de él no sabía en qué momento parar… no era la primera vez que pasaba.
Sabiendo cómo se sentía, y que trataría de disculparse, Alister no le dio oportunidad, alzó una mano para acariciar su mejilla y deslizarla hacia su nuca, atrayendola nuevamente hacia sí. Los labios de ambos se fundieron en un beso, que a pesar de empezar siendo suave y pausado, no tardó en volverse más intenso.
La disyuntiva a la que se enfrentaba la de cabellos cenicientos volvía a quedar patente, pero ¿qué podía hacer? Siempre terminaba atrapada entre la sed y el deseo, sin poder alcanzar un equilibrio entre ambas. - Unos días más… solo unos días más y nada se interpondrá entre nosotros. - pensó, sin dejar de besar al norteño. La vampira sabía perfectamente que de intentar dar el paso terminaría perdiendo el control y lo mordería, ¿podría detenerse llegado el caso? No estaba segura, y además, tampoco quería que la sangre fuese más importante que estar con él, por eso debía revertir su transformación cuanto antes.
- ¿Estás bien? - preguntó, cuando finalmente se separaron, apoyando su frente contra la del alado. - Si… solo necesito unos minutos para reponerme. - aseguró, cerrando los ojos y respirando profundamente. Los dos se quedaron allí, en silencio, hasta que Alister se recuperó lo suficiente como para levantarse, y aunque la benjamina de los Calhoun le propuso permanecer en la cueva para que descansase hasta recobrar las fuerzas, el hijo de Dundarak insistió en que les vendría bien tomar el aire.
La noche cubría ya con su manto el bosque, así que no tuvieron problemas para dejar el que había sido su refugio y encaminarse hacia la feria.
Una vez allí fueron recibidos por un hombre bestia, que amablemente les pidió que entregasen sus armas, cosa que hicieron sin darle demasiada importancia ya que podían defenderse perfectamente sin ellas de ser necesario. - Primero busquemos algo de comer para ti. - dijo nada más entrar al recinto del evento, dejándose llevar por los diferentes aromas hasta la zona de los puestos. Uno en particular ofrecía carne de yak norteño en su jugo, y a juzgar por la cantidad de clientes que se reunían a su alrededor parecía estar teniendo bastante éxito, así que sin pensárselo mucho, Elen avanzó hacia el mismo, de la mano del cazador.
- ¿Podría dejarnos un plato de carne y dos cervezas? - pidió, y enseguida la atendieron. Ya con la comida buscaron un rincón en que acomodarse y prestar más atención al colorido y festivo ambiente de la feria. A lo lejos terminaba la exhibición de vuelo, dando paso al siguiente evento de la noche, un juego de búsqueda. - Podríamos participar en eso. - comentó Alister, al terminar un bocado de aquella estupenda receta de yak. - Come primero… luego echaremos un vistazo a ver si nos interesa. - respondió la de ojos verdes, dando un sorbo a su bebida, que no era ni de lejos tan apetitosa como el rojizo líquido vital de su acompañante.
Off: La pareja se acerca al puesto de la tribu de Sein para probar su comida, aún no tienen claro si tomarán parte en el juego de búsqueda o no. Cualquiera que quiera acercarse a ellos puede hacerlo sin problemas.
- ¿Que era todo ese jaleo al final? - añadió instantes después, terminando de espabilarse. - Parece que han organizado una feria cerca de aquí, creo que tiene que ver con los hombres bestia porque nunca había visto a tantos reunidos. - explicó el cazador, que había salido a dar una pequeña vuelta por los alrededores al escuchar la ruidosa cacofonía animal que llegaba desde el bosque. - ¿Una feria? Hmm… podríamos echar un vistazo, de todos modos el altar de Habakhuk no se va a ir a ningún lado. - propuso, ya que llevaban varios días viajando sin parar, quizá aquello los ayudase a distraerse. - ¿Qué te parece? - formuló, expectante.
- Creo que nos vendrá bien dar un paseo, puede que encontremos algo interesante. - la apoyó el dragón. - Bien, pero primero debería alimentarme… - musitó la criatura de la noche, desviando la mirada hacia la entrada de la cueva. Sus reservas de sangre embotellada se habían terminado así que tendría que cazar algo por la zona para calmar la sed antes de entrar en el evento. Sin embargo, Alister tenía otra idea en mente, y sin perder tiempo la tomó de la muñeca y tiró de ella hacia sí. - ¿A qué esperas? - preguntó en voz baja, clavando sus ojos en los de la joven.
La de cabellos cenicientos lo observó detenidamente durante unos segundos, luego comenzó a moverse hasta quedar sentada sobre él. - ¿Estás seguro? No quiero debilitarte. - contestó con suavidad, pero el alado no respondió, se limitó a deslizar una mano hacia su cintura para sujetarla, mientras la otra subía por una de las piernas de la vampira hasta el muslo. Una sonrisa se dibujó en los labios de la benjamina de los Calhoun, que delicadamente recorrió el cuello su amado con los dedos, buscando las marcas que le había dejado la última vez.
- Beber de ti siempre es mejor… - susurró, depositando un cálido beso en aquel punto antes de abrir la boca, dejando que los colmillos se hundiesen en la carne. Instintivamente, el cuerpo del norteño se tensó al sentir como se le clavaban, siempre era así al principio, así que cerró los ojos y se aferró con fuerza a la señora de sombras, dejando de lado el momentáneo dolor para centrarse en disfrutar de la cercanía de la mujer.
La dulce sangre del cazador empezó a descender por la garganta de Elen, aplacando el ardor que la sed le provocaba, mientras sentía como su compañero incrementaba la intensidad de su abrazo sobre ella. - Sabe demasiado bien... - pensó, deleitándose con el sabor mientras lo rodeaba con los brazos a la altura de los hombros. Incapaces de controlar el tiempo que pasaban en aquella postura, la criatura de la noche continuó alimentándose hasta que empezó a notar que Alister aflojaba la presión con que la sujetaba, momento en que muy a su pesar, dejó de sorber, para recorrer con la lengua las heridas que acababa de hacerle.
Lentamente se apartó de su cuello para buscar su rostro, encontrando al dragón ligeramente más pálido que de costumbre y con la respiración agitada. Una mezcla entre preocupación y culpabilidad se apoderó del semblante de la joven, al comprobar que tal como creía, cuando se trataba de él no sabía en qué momento parar… no era la primera vez que pasaba.
Sabiendo cómo se sentía, y que trataría de disculparse, Alister no le dio oportunidad, alzó una mano para acariciar su mejilla y deslizarla hacia su nuca, atrayendola nuevamente hacia sí. Los labios de ambos se fundieron en un beso, que a pesar de empezar siendo suave y pausado, no tardó en volverse más intenso.
La disyuntiva a la que se enfrentaba la de cabellos cenicientos volvía a quedar patente, pero ¿qué podía hacer? Siempre terminaba atrapada entre la sed y el deseo, sin poder alcanzar un equilibrio entre ambas. - Unos días más… solo unos días más y nada se interpondrá entre nosotros. - pensó, sin dejar de besar al norteño. La vampira sabía perfectamente que de intentar dar el paso terminaría perdiendo el control y lo mordería, ¿podría detenerse llegado el caso? No estaba segura, y además, tampoco quería que la sangre fuese más importante que estar con él, por eso debía revertir su transformación cuanto antes.
- ¿Estás bien? - preguntó, cuando finalmente se separaron, apoyando su frente contra la del alado. - Si… solo necesito unos minutos para reponerme. - aseguró, cerrando los ojos y respirando profundamente. Los dos se quedaron allí, en silencio, hasta que Alister se recuperó lo suficiente como para levantarse, y aunque la benjamina de los Calhoun le propuso permanecer en la cueva para que descansase hasta recobrar las fuerzas, el hijo de Dundarak insistió en que les vendría bien tomar el aire.
La noche cubría ya con su manto el bosque, así que no tuvieron problemas para dejar el que había sido su refugio y encaminarse hacia la feria.
Una vez allí fueron recibidos por un hombre bestia, que amablemente les pidió que entregasen sus armas, cosa que hicieron sin darle demasiada importancia ya que podían defenderse perfectamente sin ellas de ser necesario. - Primero busquemos algo de comer para ti. - dijo nada más entrar al recinto del evento, dejándose llevar por los diferentes aromas hasta la zona de los puestos. Uno en particular ofrecía carne de yak norteño en su jugo, y a juzgar por la cantidad de clientes que se reunían a su alrededor parecía estar teniendo bastante éxito, así que sin pensárselo mucho, Elen avanzó hacia el mismo, de la mano del cazador.
- ¿Podría dejarnos un plato de carne y dos cervezas? - pidió, y enseguida la atendieron. Ya con la comida buscaron un rincón en que acomodarse y prestar más atención al colorido y festivo ambiente de la feria. A lo lejos terminaba la exhibición de vuelo, dando paso al siguiente evento de la noche, un juego de búsqueda. - Podríamos participar en eso. - comentó Alister, al terminar un bocado de aquella estupenda receta de yak. - Come primero… luego echaremos un vistazo a ver si nos interesa. - respondió la de ojos verdes, dando un sorbo a su bebida, que no era ni de lejos tan apetitosa como el rojizo líquido vital de su acompañante.
Off: La pareja se acerca al puesto de la tribu de Sein para probar su comida, aún no tienen claro si tomarán parte en el juego de búsqueda o no. Cualquiera que quiera acercarse a ellos puede hacerlo sin problemas.
- Atuendo de Elen:
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Elen Calhoun
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
Teniendo en cuenta que no se parecían en nada, que la confundiesen con la madre de Ennie tomó por sorpresa a la cuerva, pero no podía culpar al hombre por creer tal cosa, no cuando existían tantas mezclas entre los de su raza, ella misma era una híbrida. - No… yo no soy la… la madre de Ennie. - se apresuró a aclarar, consiguiendo que la niña se echase a reír al ver su reacción. - No lo es, pero sí que cuidó de mi cuando era pequeña… por eso le tengo un cariño especial. - comentó, sonriendo y soltando al humano para tomar una de las manos de la morena.
Dicho esto, ambas escucharon con atención las palabras de Sango y de Lasha, comprobando que la cosa se complicaba por momentos. - Si tiene implantes biocibernéticos en los brazos no debería ser complicado dar con él, en un ambiente lleno de bestias alguien así destacaría… - pensó, separándose del resto durante unos instantes para examinar mejor la tienda de la que supuestamente había salido.
- Está algo desordenado, eso no me ayuda. - continuó, recorriendo el interior con sus brillantes ojos en busca de cualquier indicio de lucha. El único detalle que captó su atención fue la mancha de sangre que había en uno de los laterales, y a la cual no dudó en acercarse para tocarla. - Está seca, debe ser de anoche. - concluyó, frunciendo ligeramente el ceño. Por desgracia no contaba con un olfato tan desarrollado como algunos de sus congéneres, sus puntos fuertes eran la vista y el oído, así que no podría seguir aquel rastro a menos que hubiese dejado más.
- Aún quedan unas gotas. - susurró, acuclillándose para examinar mejor el suelo. Todo apuntaba a que había salido de la tienda tras ser herido, pero la cantidad de sangre no mostraba que fuese algo grave, y si lo era, se había cubierto rápidamente la zona afectada para frenar la pérdida de la misma.
- Ennie, ¿recuerdas cómo iba vestido el hombre que viste? - preguntó a la insectoide, en cuanto terminó su inspección. - Emm... bueno, estaba algo oscuro pero creo que llevaba una camisa blanca y una especie de capa por encima. - respondió la chiquilla, haciendo memoria de lo que había ocurrido la noche anterior, cuando llevaba parte de la carga de la tribu hasta su puesto junto con los demás. - ¿Y dices que se fue en esa dirección verdad? - quiso asegurarse, dirigiendo los dorados iris hacia allí.
- Sí, ahora que recuerdo… parecía que tenía prisa. - añadió, llevándose una mano al mentón. - Siento no haberme fijado más. - se disculpó poco después, algo cabizbaja. - No te preocupes, solo una cosa más… sus brazos… ¿estaban a la vista? - se centró la cuerva, ya que la descripción de la ropa no iba a ayudarla mucho. - Mmm… creo que llegué a ver un destello, puede que fuera el fuego reflejándose en el metal pero no estoy segura. - reveló la pequeña.
- En… en la tienda encontré rastros de sangre, in… intentaré seguirlos. - anunció a Sango y a Lasha, poniéndose en marcha al instante. Valiéndose de su aguda visión, la mujer bestia no tardó en encontrar algunas gotas más en el camino, pero aquel golpe de suerte no duró mucho, pronto el rastro se desvaneció. - La sangre acaba aquí… - musitó, hincando una rodilla junto a la última pista. - De… deberíamos re… registrar las tiendas de la zona. - propuso, girándose hacia los demás.
- La… Lasha, ¿se t...te ocurre algún lugar al que podría haber ido desde aquí? - preguntó a la felina, mientras Ennie, aprovechando su simpatía, se acercaba a los puestos y los revisaba de forma disimulada.
Desde las alturas, otra criatura estaba pendiente de lo que hacía el grupo, pero se mantenía a una distancia prudencial, vigilando a la hija de Midgar con interés.
Cuando la chiquilla regresó junto a la cuerva, se limitó a negar con la cabeza, no había encontrado nada sospechoso. - E...echaré un vis...vistazo desde arriba…- susurró, empezando a desplegar las negras alas aún con la rodilla en el suelo. Ava tomó impulso con todo su cuerpo y se elevó varios metros en apenas un instante, provocando que el cuervo que la seguía se sobresaltase, atrayendo fugazmente la atención de la joven. Los ambarinos ojos de la morena se posaron sobre el ave durante unos segundos, pero sin dar más importancia a su presencia, ya que el recinto estaba lleno y eso podría haber atraído al animal, siguió con su búsqueda.
La híbrida extendió por completo las plumíferas extremidades y aleteó suavemente para mantener su posición. - Hay demasiada gente… no sé si podré distinguirlo desde aquí. - pensó, recorriendo las siluetas que tenía debajo en busca del rasgo más distintivo de su objetivo, los brazos biocibernéticos.
- ¿Qué podemos hacer nosotros para ayudar? - preguntó Ennie, dirigiéndose a Sango y Lasha.
Off: Sigo interactuando con Sango y Lasha.
Ava se percata de la presencia de Kvasir.
Dicho esto, ambas escucharon con atención las palabras de Sango y de Lasha, comprobando que la cosa se complicaba por momentos. - Si tiene implantes biocibernéticos en los brazos no debería ser complicado dar con él, en un ambiente lleno de bestias alguien así destacaría… - pensó, separándose del resto durante unos instantes para examinar mejor la tienda de la que supuestamente había salido.
- Está algo desordenado, eso no me ayuda. - continuó, recorriendo el interior con sus brillantes ojos en busca de cualquier indicio de lucha. El único detalle que captó su atención fue la mancha de sangre que había en uno de los laterales, y a la cual no dudó en acercarse para tocarla. - Está seca, debe ser de anoche. - concluyó, frunciendo ligeramente el ceño. Por desgracia no contaba con un olfato tan desarrollado como algunos de sus congéneres, sus puntos fuertes eran la vista y el oído, así que no podría seguir aquel rastro a menos que hubiese dejado más.
- Aún quedan unas gotas. - susurró, acuclillándose para examinar mejor el suelo. Todo apuntaba a que había salido de la tienda tras ser herido, pero la cantidad de sangre no mostraba que fuese algo grave, y si lo era, se había cubierto rápidamente la zona afectada para frenar la pérdida de la misma.
- Ennie, ¿recuerdas cómo iba vestido el hombre que viste? - preguntó a la insectoide, en cuanto terminó su inspección. - Emm... bueno, estaba algo oscuro pero creo que llevaba una camisa blanca y una especie de capa por encima. - respondió la chiquilla, haciendo memoria de lo que había ocurrido la noche anterior, cuando llevaba parte de la carga de la tribu hasta su puesto junto con los demás. - ¿Y dices que se fue en esa dirección verdad? - quiso asegurarse, dirigiendo los dorados iris hacia allí.
- Sí, ahora que recuerdo… parecía que tenía prisa. - añadió, llevándose una mano al mentón. - Siento no haberme fijado más. - se disculpó poco después, algo cabizbaja. - No te preocupes, solo una cosa más… sus brazos… ¿estaban a la vista? - se centró la cuerva, ya que la descripción de la ropa no iba a ayudarla mucho. - Mmm… creo que llegué a ver un destello, puede que fuera el fuego reflejándose en el metal pero no estoy segura. - reveló la pequeña.
- En… en la tienda encontré rastros de sangre, in… intentaré seguirlos. - anunció a Sango y a Lasha, poniéndose en marcha al instante. Valiéndose de su aguda visión, la mujer bestia no tardó en encontrar algunas gotas más en el camino, pero aquel golpe de suerte no duró mucho, pronto el rastro se desvaneció. - La sangre acaba aquí… - musitó, hincando una rodilla junto a la última pista. - De… deberíamos re… registrar las tiendas de la zona. - propuso, girándose hacia los demás.
- La… Lasha, ¿se t...te ocurre algún lugar al que podría haber ido desde aquí? - preguntó a la felina, mientras Ennie, aprovechando su simpatía, se acercaba a los puestos y los revisaba de forma disimulada.
Desde las alturas, otra criatura estaba pendiente de lo que hacía el grupo, pero se mantenía a una distancia prudencial, vigilando a la hija de Midgar con interés.
Cuando la chiquilla regresó junto a la cuerva, se limitó a negar con la cabeza, no había encontrado nada sospechoso. - E...echaré un vis...vistazo desde arriba…- susurró, empezando a desplegar las negras alas aún con la rodilla en el suelo. Ava tomó impulso con todo su cuerpo y se elevó varios metros en apenas un instante, provocando que el cuervo que la seguía se sobresaltase, atrayendo fugazmente la atención de la joven. Los ambarinos ojos de la morena se posaron sobre el ave durante unos segundos, pero sin dar más importancia a su presencia, ya que el recinto estaba lleno y eso podría haber atraído al animal, siguió con su búsqueda.
La híbrida extendió por completo las plumíferas extremidades y aleteó suavemente para mantener su posición. - Hay demasiada gente… no sé si podré distinguirlo desde aquí. - pensó, recorriendo las siluetas que tenía debajo en busca del rasgo más distintivo de su objetivo, los brazos biocibernéticos.
- ¿Qué podemos hacer nosotros para ayudar? - preguntó Ennie, dirigiéndose a Sango y Lasha.
Off: Sigo interactuando con Sango y Lasha.
Ava se percata de la presencia de Kvasir.
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
Sango permaneció impasible ante el reconocimiento de que Ava no era madre de Ennie pero sí de su pasado común. Bueno, pensó, me pasa lo mismo con Jani. Sacudió la cabeza y siguió con atención el inicio de investigación de Ava. Era una mujer interesante, con una mezcla mucho más curiosa. Quería preguntar por los cuernos, pero le parecía demasiado atrevimiento por su parte.
- ¿Una capa?- preguntó Lasha- ¿De verdad viste una capa?- Se rascó la cabeza y frunció el ceño.- La capa...- se detuvo a mitad de frase y en su rostro apareció un signo de reconocimiento, una revelación.- Tiene unas fundas ocultas.
No hizo falta decir mucho más. Sango alzó las cejas y luego dirigió una mirada a Ava que había seguido el rastro hasta un punto en el que no se podía continuar. Sango hizo una mueca de resignación. Luego centró su atención en Lasha. No sabía muy bien qué pensar de ella. Quizás estuviera tan obsesionada con volar que había dejado de lado el resto. O quizás estaba ocultando alguna cosa. O quizás...
- No sé dónde habrá ido. Lo desconozco, llegamos juntos y montamos el escenario... Luego, no sé.
Sango se encogió de hombros y clavó sus ojos en Ava. No podía no hacerlo. Ella se disponía a alzar el vuelo para echar un vistazo desde los cielos. Cuando lo hizo, no pudo dejar de mirarla: el impulso, la rapidez, la aparente pasividad con la que se había desecho de la atención de otro hombre bestia volador... ¿Cómo no quedar impresionado por ella?
Ennie le devolvió a la tierra y sus ojos se posaron sobre ella. Ofrecía su ayuda con entusiasmo y aquello le sacó una sonrisa a Ben que dedicó a la pequeña. Asintió en su dirección.
- Deberíamos echar un vistazo por aquí abajo. El rastro, según Ava, sale de la tienda y seguía esta dirección, deberíamos caminar en esta dirección- hizo un gesto extendiendo las manos desde el pecho hasta el frente, abriendo el cono a medida que las alejaba.- Supongo que si Ava encuentra algo tendremos que estar pendientes y acudir tan rápido como podamos.
No tardaron mucho en llegar a la Arena, de hecho, quedaba relativamente cerca de la tienda de Enrik Ulster. Ben se posó en la valla y echó un vistazo a la Arena, que se encontraba vacía, pero sin embargo había público allí, al que echó un rápido vistazo. Gruñó algo frustrado.
- Sango- le llamó Ennie.- Lasha no está.
Sango miró a la niña sin comprender y luego al otro lado. Y detrás de sí. Y giró sobre sí mismo. Y una figura le golpeó con tal contundencia que lo mandó al interior de la Arena. Rodó y se incorporó lentamente, sacudiendo la cabeza para recuperar el sentido. Cuando la persona que le había golpeado saltó a la Arena, el público rugió y las voces para las apuestas se hicieron notar, al menos cerca de donde estaba Sango.
Cuando se puso de pie pudo ver que en frente tenía una especie de hombre lagarto golpeándose la palma de la mano con el puño mientras le enseñaba una boca llena de diminutos dientes con una lengua bastante larga. Era algo más grande que él. El por qué le había golpeado, era un misterio. Pero no le diría que no a la pelea.
El reptil se lanzó hacia él con agilidad y le golpeó con fuerza en el costado provocando que Ben tuviera que retroceder varios pasos, alejándose de él. La sonrisa de su adversario se ensanchó y corrió hacia él. Esta vez Sango le esperó con una postura baja, desde la que pudo esquivar con facilidad los dos puñetazos que le lanzó. El lagarto tomó distancia y se lanzó de nuevo hacia él con otros dos golpes que Ben esquivó con facilidad.
Entonces, fintó un golpe pero lo que hizo fue cogerle la cabeza con las manos y apretó con fuerza mientras siseaba con la lengua al aire. Ben, dolorido, agarró la cabeza del lagarto y se dejó caer de rodillas provocando que las cabezas chocaran y el lagarto saliera despedido hacia atrás. Como mínimo se había mordido la lengua, pero Sango se había hecho daño en las rodillas.
sin embargo, no perdió el tiempo y se levantó como pudo, algo mareado ante la gran fuerza que había demostrado el reptil y se abalanzó contra él tirándole al suelo. Le clavó la rodilla en lo que debía ser el estómago un par de veces y luego le asestó dos puñetazos en la cara. Repitió la operación una vez más y la ira le encendió. Le golpeó hasta siete veces antes de darse cuenta de que el reptil no estaba consciente. Se levantó y caminó hacia el punto por el que creía haber entrado.
Sin embargo, aquello no había hecho más que comenzar. Otros dos reptiles aparecieron al fondo de la Arena, en el lado contrario al que había ido. Suspiró. Algo le decía que no debía seguir allí, pero él era demasiado orgulloso para dejar una pelea. Se giró y caminó hacia ellos.
La Arena rugió.
Interactúo con Ava Kenrith y Ennie.
Sigue la búsqueda de Enrik Ulster. Latrovasha "Lasha" desaparece.
Participo de manera involuntaria, al menos por parte de Sango, en la Arena.
- ¿Una capa?- preguntó Lasha- ¿De verdad viste una capa?- Se rascó la cabeza y frunció el ceño.- La capa...- se detuvo a mitad de frase y en su rostro apareció un signo de reconocimiento, una revelación.- Tiene unas fundas ocultas.
No hizo falta decir mucho más. Sango alzó las cejas y luego dirigió una mirada a Ava que había seguido el rastro hasta un punto en el que no se podía continuar. Sango hizo una mueca de resignación. Luego centró su atención en Lasha. No sabía muy bien qué pensar de ella. Quizás estuviera tan obsesionada con volar que había dejado de lado el resto. O quizás estaba ocultando alguna cosa. O quizás...
- No sé dónde habrá ido. Lo desconozco, llegamos juntos y montamos el escenario... Luego, no sé.
Sango se encogió de hombros y clavó sus ojos en Ava. No podía no hacerlo. Ella se disponía a alzar el vuelo para echar un vistazo desde los cielos. Cuando lo hizo, no pudo dejar de mirarla: el impulso, la rapidez, la aparente pasividad con la que se había desecho de la atención de otro hombre bestia volador... ¿Cómo no quedar impresionado por ella?
Ennie le devolvió a la tierra y sus ojos se posaron sobre ella. Ofrecía su ayuda con entusiasmo y aquello le sacó una sonrisa a Ben que dedicó a la pequeña. Asintió en su dirección.
- Deberíamos echar un vistazo por aquí abajo. El rastro, según Ava, sale de la tienda y seguía esta dirección, deberíamos caminar en esta dirección- hizo un gesto extendiendo las manos desde el pecho hasta el frente, abriendo el cono a medida que las alejaba.- Supongo que si Ava encuentra algo tendremos que estar pendientes y acudir tan rápido como podamos.
No tardaron mucho en llegar a la Arena, de hecho, quedaba relativamente cerca de la tienda de Enrik Ulster. Ben se posó en la valla y echó un vistazo a la Arena, que se encontraba vacía, pero sin embargo había público allí, al que echó un rápido vistazo. Gruñó algo frustrado.
- Sango- le llamó Ennie.- Lasha no está.
Sango miró a la niña sin comprender y luego al otro lado. Y detrás de sí. Y giró sobre sí mismo. Y una figura le golpeó con tal contundencia que lo mandó al interior de la Arena. Rodó y se incorporó lentamente, sacudiendo la cabeza para recuperar el sentido. Cuando la persona que le había golpeado saltó a la Arena, el público rugió y las voces para las apuestas se hicieron notar, al menos cerca de donde estaba Sango.
Cuando se puso de pie pudo ver que en frente tenía una especie de hombre lagarto golpeándose la palma de la mano con el puño mientras le enseñaba una boca llena de diminutos dientes con una lengua bastante larga. Era algo más grande que él. El por qué le había golpeado, era un misterio. Pero no le diría que no a la pelea.
El reptil se lanzó hacia él con agilidad y le golpeó con fuerza en el costado provocando que Ben tuviera que retroceder varios pasos, alejándose de él. La sonrisa de su adversario se ensanchó y corrió hacia él. Esta vez Sango le esperó con una postura baja, desde la que pudo esquivar con facilidad los dos puñetazos que le lanzó. El lagarto tomó distancia y se lanzó de nuevo hacia él con otros dos golpes que Ben esquivó con facilidad.
Entonces, fintó un golpe pero lo que hizo fue cogerle la cabeza con las manos y apretó con fuerza mientras siseaba con la lengua al aire. Ben, dolorido, agarró la cabeza del lagarto y se dejó caer de rodillas provocando que las cabezas chocaran y el lagarto saliera despedido hacia atrás. Como mínimo se había mordido la lengua, pero Sango se había hecho daño en las rodillas.
sin embargo, no perdió el tiempo y se levantó como pudo, algo mareado ante la gran fuerza que había demostrado el reptil y se abalanzó contra él tirándole al suelo. Le clavó la rodilla en lo que debía ser el estómago un par de veces y luego le asestó dos puñetazos en la cara. Repitió la operación una vez más y la ira le encendió. Le golpeó hasta siete veces antes de darse cuenta de que el reptil no estaba consciente. Se levantó y caminó hacia el punto por el que creía haber entrado.
Sin embargo, aquello no había hecho más que comenzar. Otros dos reptiles aparecieron al fondo de la Arena, en el lado contrario al que había ido. Suspiró. Algo le decía que no debía seguir allí, pero él era demasiado orgulloso para dejar una pelea. Se giró y caminó hacia ellos.
La Arena rugió.
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Interactúo con Ava Kenrith y Ennie.
Sigue la búsqueda de Enrik Ulster. Latrovasha "Lasha" desaparece.
Participo de manera involuntaria, al menos por parte de Sango, en la Arena.
Sango
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
A medida de que se acercaba más a la feria, el vampiro encontraba a más personas interesadas en la búsqueda de aquellos huevos ocultos en el bosque.
Alzó la vista y vio un huevo en lo que parecía un nido, en la rama de uno de los árboles. Guardó la pequeña pantera en su bolsa de viaje, que llevaba a su espalda y gracias a sus habilidades de destreza, consiguió trepar aferrándose al tronco del mismo, ascendiendo lentamente, aunque con ligera dificultad.
―¿Necesita ayuda? ―escuchó una voz masculina, joven, mientras intentaba ascender― ¿Es un cachorro de pantera?
El vampiro miró hacia abajo, para ver a un desconocido, un hombre joven de gran altura y cabellos rubios. En un principio, le pareció un elfo, aunque no parecía tener las singulares orejas picudas de los mismos.
El joven observaba con curiosidad la bolsa del vampiro. Por su pequeña apertura, la cabeza de la pequeña pantera asomaba de forma graciosa, observando el cachorrillo todo lo que pasaba a su alrededor, desde la seguridad y el confort del interior de la bolsa.
―Creo que podré, gracias. Si esperas a que baje, te enseño el cachorro.
Tras un pequeño esfuerzo adicional y ante la mirada del desconocido, Cohen se aferró a la gran rama del árbol, colocándose frente al nido dónde descansaban unos huevos. ¿Acaso eran huevos del juego o eran los huevos de alguna ave que había anidado allí?
Teóricamente, hablo con Meleis, el hermano de Meraxes.
Gracias a la vista vampírica de los individuos de mi raza, mejoro la posición de la siguiente runa en un nivel.
PD: Sumo un segundo huevo kinder.
Alzó la vista y vio un huevo en lo que parecía un nido, en la rama de uno de los árboles. Guardó la pequeña pantera en su bolsa de viaje, que llevaba a su espalda y gracias a sus habilidades de destreza, consiguió trepar aferrándose al tronco del mismo, ascendiendo lentamente, aunque con ligera dificultad.
―¿Necesita ayuda? ―escuchó una voz masculina, joven, mientras intentaba ascender― ¿Es un cachorro de pantera?
El vampiro miró hacia abajo, para ver a un desconocido, un hombre joven de gran altura y cabellos rubios. En un principio, le pareció un elfo, aunque no parecía tener las singulares orejas picudas de los mismos.
El joven observaba con curiosidad la bolsa del vampiro. Por su pequeña apertura, la cabeza de la pequeña pantera asomaba de forma graciosa, observando el cachorrillo todo lo que pasaba a su alrededor, desde la seguridad y el confort del interior de la bolsa.
―Creo que podré, gracias. Si esperas a que baje, te enseño el cachorro.
Tras un pequeño esfuerzo adicional y ante la mirada del desconocido, Cohen se aferró a la gran rama del árbol, colocándose frente al nido dónde descansaban unos huevos. ¿Acaso eran huevos del juego o eran los huevos de alguna ave que había anidado allí?
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Teóricamente, hablo con Meleis, el hermano de Meraxes.
Gracias a la vista vampírica de los individuos de mi raza, mejoro la posición de la siguiente runa en un nivel.
PD: Sumo un segundo huevo kinder.
Última edición por Cohen el Mar Oct 11 2022, 10:38, editado 1 vez
Cohen
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
El miembro 'Cohen' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
Meleis sintió la libertad y el viento en sus escamas por varios minutos. Una experiencia sin duda gratificante y renovadora en cada poro de su ser.
Para cuando acabó, aterrizó de nueva cuenta del lugar de donde anteriormente saltó. Ya oscurecía pero aprovechó el abrigo del lugar para vestirse rápidamente y volver con aquel guardia ciervo. Allí estaba, son una sonrisa jovial, una cesta y ahora, un pequeño gomejo dormido.
- Fue maravilloso su vuelo, señor. - Dijo el ciervo con discreta admiración.
- Meleis, puedes decirme Meleis. Muchas gracias por cuidar a mi amigo, y también por traerme hasta aquí. Admito que me divertí bastante. - Respondió el muchacho con muchas más chispa en su aura. Se sentía mucho más en confianza que cuando llegó y esa energía desbordante que recorría todo su ser lo motivaba a seguir descubriendo las curiosidades de aquel festival. Era una lastima que Meraxes no podía estar ahí para verlo.
- Declan a su servicio. Me alegro que haya disfrutado de la experiencia. Si me lo permite dentro de poco iniciará una búsqueda, si está interesado puede participar. - Agregó el guardia señalando el camino. - Yo debo atender unos asuntos, pero espero verlo de nuevo Meleis, me siento muy contento de que disfrute la feria. - Con una ligera reverencia, el guardia retomó sus obligaciones luego de entregarle las pertenencias al dragón.
- Muchas gracias Declan, espero verle pronto. Le tomaré la palabra. - Sonrió el joven. Decidió colocar al gomejo durmiente en el bolsillo interno de su abrigo para darle calor. Era una cría muy consentida y estaría más seguro allí.
Con la cesta, caminó en la dirección señalada. Había llegado justo a tiempo para el anuncio. Sus habilidades de rastreo eran patéticas, y la oscuridad no era precisamente el mejor aliado en ese momento. - Los trucos arcanos de ella me hubieran servido... - Pensó en voz alta mientras suspiraba con pesadez. Ya llevaba un rato buscando sin suerte.
Se detuvo así debajo de un árbol en donde estaba un curioso muchacho, más allá del chico en cuestión, lo que llamó su atención fueron esos brillantes ojos felinos que se asomaban. Claro que el chico no parecía ser muy diestro escalando por lo que su lado amable salió también a relucir. - ¿Necesitas ayuda? - Espero unos segundos antes de que su curiosidad hacia los animales le ganara. - ¿Es eso una pantera?
La respuesta de su interlocutor no tardó en llegar, por lo que asintió, sin embargo a unos pocos metros de allí algo captó su atención. Tal vez la suerte ya le sonreía, fue a comprobar que se tratara de los tan codiciados huevos en los que el extraño chico lidiaba con su hazaña en el árbol.
Para cuando acabó, aterrizó de nueva cuenta del lugar de donde anteriormente saltó. Ya oscurecía pero aprovechó el abrigo del lugar para vestirse rápidamente y volver con aquel guardia ciervo. Allí estaba, son una sonrisa jovial, una cesta y ahora, un pequeño gomejo dormido.
- Fue maravilloso su vuelo, señor. - Dijo el ciervo con discreta admiración.
- Meleis, puedes decirme Meleis. Muchas gracias por cuidar a mi amigo, y también por traerme hasta aquí. Admito que me divertí bastante. - Respondió el muchacho con muchas más chispa en su aura. Se sentía mucho más en confianza que cuando llegó y esa energía desbordante que recorría todo su ser lo motivaba a seguir descubriendo las curiosidades de aquel festival. Era una lastima que Meraxes no podía estar ahí para verlo.
- Declan a su servicio. Me alegro que haya disfrutado de la experiencia. Si me lo permite dentro de poco iniciará una búsqueda, si está interesado puede participar. - Agregó el guardia señalando el camino. - Yo debo atender unos asuntos, pero espero verlo de nuevo Meleis, me siento muy contento de que disfrute la feria. - Con una ligera reverencia, el guardia retomó sus obligaciones luego de entregarle las pertenencias al dragón.
- Muchas gracias Declan, espero verle pronto. Le tomaré la palabra. - Sonrió el joven. Decidió colocar al gomejo durmiente en el bolsillo interno de su abrigo para darle calor. Era una cría muy consentida y estaría más seguro allí.
Con la cesta, caminó en la dirección señalada. Había llegado justo a tiempo para el anuncio. Sus habilidades de rastreo eran patéticas, y la oscuridad no era precisamente el mejor aliado en ese momento. - Los trucos arcanos de ella me hubieran servido... - Pensó en voz alta mientras suspiraba con pesadez. Ya llevaba un rato buscando sin suerte.
Se detuvo así debajo de un árbol en donde estaba un curioso muchacho, más allá del chico en cuestión, lo que llamó su atención fueron esos brillantes ojos felinos que se asomaban. Claro que el chico no parecía ser muy diestro escalando por lo que su lado amable salió también a relucir. - ¿Necesitas ayuda? - Espero unos segundos antes de que su curiosidad hacia los animales le ganara. - ¿Es eso una pantera?
La respuesta de su interlocutor no tardó en llegar, por lo que asintió, sin embargo a unos pocos metros de allí algo captó su atención. Tal vez la suerte ya le sonreía, fue a comprobar que se tratara de los tan codiciados huevos en los que el extraño chico lidiaba con su hazaña en el árbol.
- Off:
- -Interactuo con Cohen.
Conteo de Huevos:
- 1 [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]- (1) Escucho y obedezco [Nivel 1]: [2 usos] Puedo hacer que algún animal dócil efectúe tareas simples.[Habilidad Meleis]
(2) Don Ancestral: [Mágica, 2 usos] Puedo convertirme en un dragón de hasta 4 metros (nariz a punta de la cola), lo que aumenta considerablemente mi resistencia. Puedo volver a forma humana a voluntad.[Habilidad Meleis]- Forma Dragón:
(3) Habitante de los Cielos: Puedo volar en forma de dragón.[Habilidad Meleis]Recuerden que aquellos que quieran interactuar con Meleis, son libres de hacerlo.Besos
- Inventario:
- Bomull (Cría de Gomejo)
Última edición por Meraxes el Mar Oct 11 2022, 18:28, editado 1 vez (Razón : Por ahora todo parece indicar que la suerte es de familia... conteo de huevos (?))
Meraxes
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
La espera se me estaba haciendo larga y la esperanza de que apareciese la elfa por allí iba disminuyendo a medida que las sombras de los árboles se alargaban en el suelo. El jolgorio del interior de la fiesta se hacía notable y a medida que avanzaba la tarde mas y mas personas llegaban al lugar. la mayoría de los festivaleros eran, como no podría ser de otra forma, hombres-bestia que presentaban toda clase rasgos y combinaciones desde unos simples ojos de gato hasta una forma bípeda de algunos animales poco comunes en los bosques sagrados.
desde la entrada, y solo gracias a la altura del espectáculo pude ver parte de los números que las especies voladoras de la raza protagonista del evento ejecutaban , pero debido a la distancia, los obstáculos que me dificultaban la visión y que mi propia atención estaba enfocada en encontrar a mi invitada, apenas disfruté del espectáculo. Fue en ese momento cuando la idea de que no fuese la única entrada al lugar me asaltó. ¿Y si había llegado a la hora acordada y cansada de esperar se había marchado? No. Seguramente ella habría tenido la misma idea mucho antes que yo, me hubiera encontrado, por tanto solo quedaba que no hubiera recibido la carta a tiempo o que simplemente hubiese rechazado la invitación, y ambas cosas solo podían resolverse de una forma: Esperando.
Para cuando el sol se ocultó bajo el horizonte y el arrebol tomaba el total protagonismo del cielo había decidido que ella no iba a llegar. tal vez para cuando regresara al poblado tuviese alguna respuesta suya, al menos me aferraba a eso cuando, al volverme para emprender el camino de regreso una mujer en un vestido azul me llamó la atención. Aquel vestido de telas ligeras mostraba unos motivos que recordaban al plumaje de algún ave, y el degradado de color acentuaba aún mas ese efecto apoyado por las puntas que abrían al frente de las piernas simulando las propias plumas.
Tardé unos instantes, mas de lo que me gustaría admitir que quien portaba el vestido era Aylizz, y si bien ya había captado mi atención con su vestimenta, al saber que era ella me quedé completamente en blanco, sin saber que hacer o que decir hasta que ella estuvo a mi lado. - Aylizz ¿Sois vos? cualquiera diría que os habéis propuesto competir esta noche con las hijas de Isil y Anar. Estáis bellísima. -
Con la voz llena de incredulidad y asombro me veía incapaz de escapar de la mirada de la elfa, De repente el corazón latía desbocado y comenzaba a sentir un ligero calor en el rostro que deseaba que no fuese a causa del rubor. Esperaba a la chica que había visto siempre, preparada para meterse en líos y escabullirse de ellos con la maestría de un escapista y la imagen que ahora lucía me había dejado anonadado.
Vale ¿Y ahora qué? mi plan acababa justo ahí. tenía pensado que decirle para invitarla, como decírselo y donde esperarla pero no contaba con que se fuese a presentar, todo lo que hiciese ahora era total improvisación. ¿Y si metía la pata? ahora las posibilidades eran muchas y ninguna de ellas las había explorado. ¿Debería ofrecerle mi brazo para caminar juntos? quizá fuese demasiado pronto. Habíamos pasado varios días juntos, eso es cierto, pero en ambos estábamos luchando por seguir vivos mañana, tal vez ofrecerle el brazo sería demasiado precipitado. ¿Entonces debía simplemente caminar junto a ella? entonces podría ser demasiado poco. A fin de cuentas le había enviado una carta invitándola y me las había ingeniado para hacérsela llegar aun sin saber dónde vivía. Y eso sin contar hacia donde caminarían al principio. Ir a por alguna bebida espirituosa podría estar mal visto como una primera opción, y aún era bastante temprano como para ir a comer algo. Los puestos parecían la opción mas sensata pues al final era el objetivo del festival ¿no?
Todo se me hacía muy rápido y muy lento al mismo tiempo. Opté por ofrecerle el brazo de forma sutil y tímida de forma que en caso de que no aceptase no provocara una reacción demasiado incómoda. Con esto decidido nos dirigimos hacia el interior de la feria. cada carpa simulaba un bioma distinto, colocados sin seguir una progresión de climas cálidos a fríos o de costa a montaña, sino colocados de forma aleatoria donde al clan "anfitrión" de cada bioma les pareció mejor. todos ellos mostraban diferentes objetos como representaciones de sus viviendas, sus utensilios, amuletos religiosos y otras baratijas que los diferenciaban del resto de grupos y a su vez les ayudaba a, en la mayoría de los casos, adaptarse al entorno en el que estaban acostumbrados a vivir.
Además de ello cada puesto tenía un olor propio que no se confundía con el anterior sino que simplemente transicionaba de uno a otro a medida que te alejabas de uno para acercarte al otro. Los aromas dulces y cítricos de los biomas mas sureños contrastaban con los aromas de hierbas e infusiones de los clanes de alta montaña o las especias de los mas levantinos. Cercanos a estos puestos una liza se emplazaba en un gran claro llano donde diferentes contendientes, la mayoría con características de animales predadores, se batían en duelo. Circuitos de agilidad cubrían buena parte del recinto y al fondo una gran carpa, de dimensiones muy superiores a todas las demás parecía coronar el lugar, con un cartel que la bautizaba como casa del placer..
- Es increíble ¿Verdad? Todos los clanes parecen provenir de una misma cultura pero hay tantos matices entre ellos debido a sus lugares de origen que podría decirse que lo único que les une es la característica de mostrar morfologías animales en sus cuerpos. - Le comentaba a mi compañera a medida que visitábamos los diferentes puestos. - Y mirad sus artesanías, son toscas pero denotan un cierto respeto al material y a la naturaleza en sí. -
Mientras caminábamos intentaba evitar mirarla directamente tratando de ocultar todo lo que estar a su lado me provocaba. Aún con esas de vez en cuando la miraba, aunque a los labios en lugar de a los ojos, aprovechando la diferencia de altura y evitando así volver a quedarme sin palabras, y le sonreía, haciéndole notar que estaba escuchándola y prestándole atención. Para cuando los últimos rayos de luz rasgaban el oscuro del cielo nocturno, una pregonera anunciaba una nueva actividad, una búsqueda de huevos por el bosque, y pensé que sería una buena oportunidad para charlar algo mas tranquilos, alejados del barullo de la fiesta y con un poco mas de intimidad.
Me acerqué para poder oler el almizcle que marcaba los huevos correctos y cuando el primer grano de arena cayó nos internamos en el bosque. No esperaba encontrar muchos huevos, pero al final del día ese no era el objetivo que tenía en mente. - ¿Os lo estáis pasando bien? -
desde la entrada, y solo gracias a la altura del espectáculo pude ver parte de los números que las especies voladoras de la raza protagonista del evento ejecutaban , pero debido a la distancia, los obstáculos que me dificultaban la visión y que mi propia atención estaba enfocada en encontrar a mi invitada, apenas disfruté del espectáculo. Fue en ese momento cuando la idea de que no fuese la única entrada al lugar me asaltó. ¿Y si había llegado a la hora acordada y cansada de esperar se había marchado? No. Seguramente ella habría tenido la misma idea mucho antes que yo, me hubiera encontrado, por tanto solo quedaba que no hubiera recibido la carta a tiempo o que simplemente hubiese rechazado la invitación, y ambas cosas solo podían resolverse de una forma: Esperando.
Para cuando el sol se ocultó bajo el horizonte y el arrebol tomaba el total protagonismo del cielo había decidido que ella no iba a llegar. tal vez para cuando regresara al poblado tuviese alguna respuesta suya, al menos me aferraba a eso cuando, al volverme para emprender el camino de regreso una mujer en un vestido azul me llamó la atención. Aquel vestido de telas ligeras mostraba unos motivos que recordaban al plumaje de algún ave, y el degradado de color acentuaba aún mas ese efecto apoyado por las puntas que abrían al frente de las piernas simulando las propias plumas.
Tardé unos instantes, mas de lo que me gustaría admitir que quien portaba el vestido era Aylizz, y si bien ya había captado mi atención con su vestimenta, al saber que era ella me quedé completamente en blanco, sin saber que hacer o que decir hasta que ella estuvo a mi lado. - Aylizz ¿Sois vos? cualquiera diría que os habéis propuesto competir esta noche con las hijas de Isil y Anar. Estáis bellísima. -
Con la voz llena de incredulidad y asombro me veía incapaz de escapar de la mirada de la elfa, De repente el corazón latía desbocado y comenzaba a sentir un ligero calor en el rostro que deseaba que no fuese a causa del rubor. Esperaba a la chica que había visto siempre, preparada para meterse en líos y escabullirse de ellos con la maestría de un escapista y la imagen que ahora lucía me había dejado anonadado.
Vale ¿Y ahora qué? mi plan acababa justo ahí. tenía pensado que decirle para invitarla, como decírselo y donde esperarla pero no contaba con que se fuese a presentar, todo lo que hiciese ahora era total improvisación. ¿Y si metía la pata? ahora las posibilidades eran muchas y ninguna de ellas las había explorado. ¿Debería ofrecerle mi brazo para caminar juntos? quizá fuese demasiado pronto. Habíamos pasado varios días juntos, eso es cierto, pero en ambos estábamos luchando por seguir vivos mañana, tal vez ofrecerle el brazo sería demasiado precipitado. ¿Entonces debía simplemente caminar junto a ella? entonces podría ser demasiado poco. A fin de cuentas le había enviado una carta invitándola y me las había ingeniado para hacérsela llegar aun sin saber dónde vivía. Y eso sin contar hacia donde caminarían al principio. Ir a por alguna bebida espirituosa podría estar mal visto como una primera opción, y aún era bastante temprano como para ir a comer algo. Los puestos parecían la opción mas sensata pues al final era el objetivo del festival ¿no?
Todo se me hacía muy rápido y muy lento al mismo tiempo. Opté por ofrecerle el brazo de forma sutil y tímida de forma que en caso de que no aceptase no provocara una reacción demasiado incómoda. Con esto decidido nos dirigimos hacia el interior de la feria. cada carpa simulaba un bioma distinto, colocados sin seguir una progresión de climas cálidos a fríos o de costa a montaña, sino colocados de forma aleatoria donde al clan "anfitrión" de cada bioma les pareció mejor. todos ellos mostraban diferentes objetos como representaciones de sus viviendas, sus utensilios, amuletos religiosos y otras baratijas que los diferenciaban del resto de grupos y a su vez les ayudaba a, en la mayoría de los casos, adaptarse al entorno en el que estaban acostumbrados a vivir.
Además de ello cada puesto tenía un olor propio que no se confundía con el anterior sino que simplemente transicionaba de uno a otro a medida que te alejabas de uno para acercarte al otro. Los aromas dulces y cítricos de los biomas mas sureños contrastaban con los aromas de hierbas e infusiones de los clanes de alta montaña o las especias de los mas levantinos. Cercanos a estos puestos una liza se emplazaba en un gran claro llano donde diferentes contendientes, la mayoría con características de animales predadores, se batían en duelo. Circuitos de agilidad cubrían buena parte del recinto y al fondo una gran carpa, de dimensiones muy superiores a todas las demás parecía coronar el lugar, con un cartel que la bautizaba como casa del placer..
- Es increíble ¿Verdad? Todos los clanes parecen provenir de una misma cultura pero hay tantos matices entre ellos debido a sus lugares de origen que podría decirse que lo único que les une es la característica de mostrar morfologías animales en sus cuerpos. - Le comentaba a mi compañera a medida que visitábamos los diferentes puestos. - Y mirad sus artesanías, son toscas pero denotan un cierto respeto al material y a la naturaleza en sí. -
Mientras caminábamos intentaba evitar mirarla directamente tratando de ocultar todo lo que estar a su lado me provocaba. Aún con esas de vez en cuando la miraba, aunque a los labios en lugar de a los ojos, aprovechando la diferencia de altura y evitando así volver a quedarme sin palabras, y le sonreía, haciéndole notar que estaba escuchándola y prestándole atención. Para cuando los últimos rayos de luz rasgaban el oscuro del cielo nocturno, una pregonera anunciaba una nueva actividad, una búsqueda de huevos por el bosque, y pensé que sería una buena oportunidad para charlar algo mas tranquilos, alejados del barullo de la fiesta y con un poco mas de intimidad.
Me acerqué para poder oler el almizcle que marcaba los huevos correctos y cuando el primer grano de arena cayó nos internamos en el bosque. No esperaba encontrar muchos huevos, pero al final del día ese no era el objetivo que tenía en mente. - ¿Os lo estáis pasando bien? -
- Apariencia:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]A través del cuello de su ropa y al final de sus mangas se pueden ver aún las quemaduras que le hicieron las mariposas. Tiene una herida que casi daña su ojo y abarca desde mas arriba de la ceja hasta la mitad de la mejilla
Al estar cerca de Eleandris debería notarse el olor de la flor del naranjo
- Recuento de huevos:
0 huevos
gracias a la vista de los elfos
Última edición por Eleandris el Miér Oct 12 2022, 20:06, editado 2 veces (Razón : añadir conteo de huevos recolectados)
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
La bruja seguía buscando sin ninguna prisa. Después de todo, ella sabía que tenía pocas posibilidades de ganarle a un hombre o mujer bestia en el terreno del rastreo. Aunque no negaría que buscaría disfrutar al máximo este evento. ¿Quién sabe? Tal vez la suerte pueda jugar de su lado, o bien puede tener una suerte fatal y encontrarse con alguno de esos huevos falsos. No lo sabía, y precisamente eso era lo que estaba disfrutando Ryra.
Su caminar coqueto mientas andaba de un lado a otro hizo que entre un matorral lograra encontrar por fin el primer huevo. - Eso es bebé... Ven con mamá. - Sonrió ampliamente para luego tomar el huevo y colocarlo en la cesta que llevaba. Al menos no se iría con las manos vacías en este pequeño juego, y eso la tranquilizaba.
Una vez que se reincorporó, miró de un lado a otro. Notando que a lo lejos había un adulto joven, aunque bastante alto. Parecía estar distraído viendo hacia arriba en un árbol. ¿Los huevos también fueron escondidos arriba? Tenía sentido. Eso haría la situación más difícil. ¿Tendría que ir escalando cada árbol que pareciera que hay huevos. La respuesta era un no rotundo. Ella se centraría a buscar en los matorrales de abajo. Consideraba que tal vez allí estarían los grandes tesoros de la noche.
Solo para pasar el rato se encaminó hacia donde estaba ese muchacho de cabellera rubia. Mientras se acercaba, se dio cuenta que estaba viendo a otro hombre que estaba en el árbol. Siguió caminando y logró ver un matorral en ese lugar, lo cual le serviría como excusa para acercarse. - Buena noche... Espero no haya problema con que busque allí. - Dijo tanto al joven rubio, como al hombre de cabellera oscura que estaba en el árbol para así señalar un matorral que estaba cerca de ese par.
Siguió con su andar y se agachó para comenzar a hurgar en el matorral. Esperaba encontrar algo allí, o por lo menos que no fuese un huevo falso.
OFF: Ryra interactúa y se queda cerca de donde están Meleis [Acompañante de Meraxes] y Cohen
Huevos recolectados:
Post 1: 1 huevo.
Post 2: 1 huevo
Total : 2 Huevos
Su caminar coqueto mientas andaba de un lado a otro hizo que entre un matorral lograra encontrar por fin el primer huevo. - Eso es bebé... Ven con mamá. - Sonrió ampliamente para luego tomar el huevo y colocarlo en la cesta que llevaba. Al menos no se iría con las manos vacías en este pequeño juego, y eso la tranquilizaba.
Una vez que se reincorporó, miró de un lado a otro. Notando que a lo lejos había un adulto joven, aunque bastante alto. Parecía estar distraído viendo hacia arriba en un árbol. ¿Los huevos también fueron escondidos arriba? Tenía sentido. Eso haría la situación más difícil. ¿Tendría que ir escalando cada árbol que pareciera que hay huevos. La respuesta era un no rotundo. Ella se centraría a buscar en los matorrales de abajo. Consideraba que tal vez allí estarían los grandes tesoros de la noche.
Solo para pasar el rato se encaminó hacia donde estaba ese muchacho de cabellera rubia. Mientras se acercaba, se dio cuenta que estaba viendo a otro hombre que estaba en el árbol. Siguió caminando y logró ver un matorral en ese lugar, lo cual le serviría como excusa para acercarse. - Buena noche... Espero no haya problema con que busque allí. - Dijo tanto al joven rubio, como al hombre de cabellera oscura que estaba en el árbol para así señalar un matorral que estaba cerca de ese par.
Siguió con su andar y se agachó para comenzar a hurgar en el matorral. Esperaba encontrar algo allí, o por lo menos que no fuese un huevo falso.
OFF: Ryra interactúa y se queda cerca de donde están Meleis [Acompañante de Meraxes] y Cohen
Huevos recolectados:
Post 1: 1 huevo.
Post 2: 1 huevo
Total : 2 Huevos
Última edición por Gaegel el Miér Oct 12 2022, 07:06, editado 2 veces
Gaegel
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
El miembro 'Gaegel' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
Cohen recogió aquel segundo huevo y bajo del árbol con cuidado mientras se reunía con aquellos dos desconocidos. Al joven rubio y alto, se había unido una mujer de pelo moreno que parecía ligeramente más alto que el vampiro.
Tras guardar los dos huevos recogidos en la bolsa, cumplió con su palabra y mostró la pequeña pantera al desconocido alto, dejando el cachorro igualmente a la vista del otro hombre.
―Encontré esta pantera hace dos noches, en la playa, tras un naufragio cercano a la costa. Creo que tendrá un mes o dos meses de vida…
Le pasó la mascota al joven alto. Era la primera vez que se desprendía del animal y en su interior, logró notar un sentimiento de alerta. ¿Y si ellos querían llevársela?
Observó con desconfianza a los dos desconocidos durante unos breves segundos, preocupado, y a la vez siendo consciente, por primera vez, del cariño que le tenía a aquel cachorrillo tras dos días de cuidados.
―Al ver que se trataba de una feria de hombres bestia, pensé que quizás algún hombre felino podría orientarme sobre los cuidados necesarios sobre estas mascotas… yo no recuerdo haber cuidado nunca de animal alguno…
Los recuerdos anteriores a su conversión seguían igualmente borrosos. Si había tenido alguna mascota en su infancia humana, no lograba recordarlo.
Al sentirse algo más relajado, pues los desconocidos no daban muestras de querer apropiarse del cachorro ni huir con él, quiso saber más sobre lo que significaba tener una mascota y cuidar de ella.
―¿Vosotros tenéis alguna mascota? ¿O la habéis tenido...?
Mientras formulaba la pregunta, le pareció ver un nuevo huevo a escasos metros de allí. Dio una serie de rápidos pasos hasta llegar a él mientras escuchaba sus respuestas.
___________________________________________
Interrogo a Meleis y Ryra sobre sus mascotas presentes y pasadas (¿o futuras?)
Tercera tirada de búsqueda de huevos. Gracias a la vista vampírica de los individuos de mi raza, mejoro la posición de la siguiente runa en un nivel.
Primera tirada: 1 huevo.
Segunda tirada: 1 huevo.
Tercera tirada: 5 huevos.
Sumo 7 huevos kinders.
Tras guardar los dos huevos recogidos en la bolsa, cumplió con su palabra y mostró la pequeña pantera al desconocido alto, dejando el cachorro igualmente a la vista del otro hombre.
―Encontré esta pantera hace dos noches, en la playa, tras un naufragio cercano a la costa. Creo que tendrá un mes o dos meses de vida…
Le pasó la mascota al joven alto. Era la primera vez que se desprendía del animal y en su interior, logró notar un sentimiento de alerta. ¿Y si ellos querían llevársela?
Observó con desconfianza a los dos desconocidos durante unos breves segundos, preocupado, y a la vez siendo consciente, por primera vez, del cariño que le tenía a aquel cachorrillo tras dos días de cuidados.
―Al ver que se trataba de una feria de hombres bestia, pensé que quizás algún hombre felino podría orientarme sobre los cuidados necesarios sobre estas mascotas… yo no recuerdo haber cuidado nunca de animal alguno…
Los recuerdos anteriores a su conversión seguían igualmente borrosos. Si había tenido alguna mascota en su infancia humana, no lograba recordarlo.
Al sentirse algo más relajado, pues los desconocidos no daban muestras de querer apropiarse del cachorro ni huir con él, quiso saber más sobre lo que significaba tener una mascota y cuidar de ella.
―¿Vosotros tenéis alguna mascota? ¿O la habéis tenido...?
Mientras formulaba la pregunta, le pareció ver un nuevo huevo a escasos metros de allí. Dio una serie de rápidos pasos hasta llegar a él mientras escuchaba sus respuestas.
___________________________________________
Interrogo a Meleis y Ryra sobre sus mascotas presentes y pasadas (¿o futuras?)
Tercera tirada de búsqueda de huevos. Gracias a la vista vampírica de los individuos de mi raza, mejoro la posición de la siguiente runa en un nivel.
Primera tirada: 1 huevo.
Segunda tirada: 1 huevo.
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Última edición por Cohen el Miér Oct 12 2022, 13:30, editado 3 veces
Cohen
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
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Tyr
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
Un rato antes...
Moa, la hermana de Sein, le replicaba que mientras ella y Kato se estaban encargando todo el rato de atender a los hambrientos de carne de yak, él bebía y reía con los demás sin hacer mucho más. Le reprochaba irónicamente su mal comportamiento como chamán, pues de ese modo daba un mal ejemplo de cómo se debe tratar a los que se interesan por su cultura. Eso sí, siempre en un tono de broma, pues era muy extraño que los tres hermanos llegaran a tener una discusión seria.
- Moa, tienes razón. Idiota como tú no debe atender clientes - bromeó mientras se levantaba. - Anda, siéntate. Descansa pequeño rato - Tras intercambiar varias collejas amistosas entre risas, Sein se dispuso a atender a los que se acercaban a por su exitosa carne de yak norteño.
Los terceros clientes a los que atendió eran una pareja, a la que saludó amablemente como a todos los que se acercaban (1) . - Por mis ancestros, veo pálidos, amigos. Esta carne avivará espíritu como brisa a hoguera - dijo mientras preparaba un plato bien cargado de carne de la gran cazuela. - Y dos cervezas, ¿sí? Aviso. Esta es cerveza fuerte. En el norte viene bien para calentarnos - explicó. Estaba tan centrado y orgulloso por representar a los hombres-bestia del norte, que ni siquiera se había parado a pensar en la posibilidad de que hubiera más norteños en el recinto. - Si quedáis con hambre, tenemos más de todo - aclaró.
Era conocedor de que los vampiros, en general, no podían comer comida normal. Y cuando descubrió ese dato en aquel caótico festival del norte, se aseguró de preguntar a la gente para saber de qué diablos se alimentaban entonces. Sabiendo ahora la realidad, se aseguró de aprovechar también la sangre del yak por si algún vampiro aparecía por la feria y quería probarla. Al lado del barril de cerveza, por tanto, había un gran cuenco en el que una apetitosa sangre de yak norteño atraería la atención de los vampiros.
En el presente...
- Por Ensom... cinco huevos - susurró. En ese momento, sonrió y se los guardó con cuidado para seguir buscando más. Los espíritus le sonreían, y se moría de ganas por saber qué es lo que podría ganar si acabara siendo el que mayor cantidad de huevos encontraba. Y al paso que iba, tenía posibilidades de averiguarlo.
Volvió, por tanto, a subirse a los árboles para seguir buscando desde arriba. Allí, se encontró con un hombre-chimpancé que hacía lo mismo que él. - ¡Hola, amigo! ¿Cómo va suerte? - preguntó inocentemente. Pero él, aparentemente, no tenía la buena fe de Sein. Al verle, dibujó en su rostro una expresión más seria y adoptó una posición que le dio a entender al chamán que comenzaría a perseguirle para, seguramente, intentar robarle los huevos.
Sein no iba a permitir que la satisfacción de su curiosidad se viera frustrada por un hombre bestia que no jugaba limpio, y ni si quiera dudó en que si se acercaba más de la cuenta defendería lo que era suyo con la fuerza. Cuando el hombre-chimpancé logró acercarse hasta casi tocarle, se detuvo en seco frente a él y le miró a los ojos. - Enhorabuena por combate. Vi pelea, y quería reto. Pero padre no permitirá. Tribu pacífica. Moradores en árboles. Y no querremos traer mala energía a árboles. Pero pelea fascinante. Tienes respeto de tribu - Tras dedicarle una reverencia, saltó hacia una rama más baja para engancharse con la cola y continuar con su búsqueda.
A Sein ya se le había acelerado el pulso, y no supo ni si quiera cómo reaccionar. Escuchó con tensión sus palabras, y cuando el hombre-chimpancé se fue, se quedó procesando lo que había sucedido. Le extrañó también otro pequeño detalle. Cuando lo vio por primera vez, parecía que se dirigía con velocidad hacia un punto concreto, pero tras despedirse de Sein no continuó hacia allí.
Guiándose por su olfato, el chamán se encontró con que a escasos metros, en la gran rama por la que corría antes el hombre-chimpancé, había un pequeño nido con huevos en su interior. Cuando quiso agradecérselo, ya estaba demasiado lejos como para escucharle.
_______
OFF: 1.- Les ofrezco carne y cerveza a Elen y Alister, y dejo también el gancho de la sangre de yak.
Luego, continúo con la búsqueda de huevos. Hago, entonces, otra tiradita de runas.
Huevos totales: 5+5=10
Moa, la hermana de Sein, le replicaba que mientras ella y Kato se estaban encargando todo el rato de atender a los hambrientos de carne de yak, él bebía y reía con los demás sin hacer mucho más. Le reprochaba irónicamente su mal comportamiento como chamán, pues de ese modo daba un mal ejemplo de cómo se debe tratar a los que se interesan por su cultura. Eso sí, siempre en un tono de broma, pues era muy extraño que los tres hermanos llegaran a tener una discusión seria.
- Moa, tienes razón. Idiota como tú no debe atender clientes - bromeó mientras se levantaba. - Anda, siéntate. Descansa pequeño rato - Tras intercambiar varias collejas amistosas entre risas, Sein se dispuso a atender a los que se acercaban a por su exitosa carne de yak norteño.
Los terceros clientes a los que atendió eran una pareja, a la que saludó amablemente como a todos los que se acercaban (1) . - Por mis ancestros, veo pálidos, amigos. Esta carne avivará espíritu como brisa a hoguera - dijo mientras preparaba un plato bien cargado de carne de la gran cazuela. - Y dos cervezas, ¿sí? Aviso. Esta es cerveza fuerte. En el norte viene bien para calentarnos - explicó. Estaba tan centrado y orgulloso por representar a los hombres-bestia del norte, que ni siquiera se había parado a pensar en la posibilidad de que hubiera más norteños en el recinto. - Si quedáis con hambre, tenemos más de todo - aclaró.
Era conocedor de que los vampiros, en general, no podían comer comida normal. Y cuando descubrió ese dato en aquel caótico festival del norte, se aseguró de preguntar a la gente para saber de qué diablos se alimentaban entonces. Sabiendo ahora la realidad, se aseguró de aprovechar también la sangre del yak por si algún vampiro aparecía por la feria y quería probarla. Al lado del barril de cerveza, por tanto, había un gran cuenco en el que una apetitosa sangre de yak norteño atraería la atención de los vampiros.
En el presente...
- Por Ensom... cinco huevos - susurró. En ese momento, sonrió y se los guardó con cuidado para seguir buscando más. Los espíritus le sonreían, y se moría de ganas por saber qué es lo que podría ganar si acabara siendo el que mayor cantidad de huevos encontraba. Y al paso que iba, tenía posibilidades de averiguarlo.
Volvió, por tanto, a subirse a los árboles para seguir buscando desde arriba. Allí, se encontró con un hombre-chimpancé que hacía lo mismo que él. - ¡Hola, amigo! ¿Cómo va suerte? - preguntó inocentemente. Pero él, aparentemente, no tenía la buena fe de Sein. Al verle, dibujó en su rostro una expresión más seria y adoptó una posición que le dio a entender al chamán que comenzaría a perseguirle para, seguramente, intentar robarle los huevos.
Sein no iba a permitir que la satisfacción de su curiosidad se viera frustrada por un hombre bestia que no jugaba limpio, y ni si quiera dudó en que si se acercaba más de la cuenta defendería lo que era suyo con la fuerza. Cuando el hombre-chimpancé logró acercarse hasta casi tocarle, se detuvo en seco frente a él y le miró a los ojos. - Enhorabuena por combate. Vi pelea, y quería reto. Pero padre no permitirá. Tribu pacífica. Moradores en árboles. Y no querremos traer mala energía a árboles. Pero pelea fascinante. Tienes respeto de tribu - Tras dedicarle una reverencia, saltó hacia una rama más baja para engancharse con la cola y continuar con su búsqueda.
A Sein ya se le había acelerado el pulso, y no supo ni si quiera cómo reaccionar. Escuchó con tensión sus palabras, y cuando el hombre-chimpancé se fue, se quedó procesando lo que había sucedido. Le extrañó también otro pequeño detalle. Cuando lo vio por primera vez, parecía que se dirigía con velocidad hacia un punto concreto, pero tras despedirse de Sein no continuó hacia allí.
Guiándose por su olfato, el chamán se encontró con que a escasos metros, en la gran rama por la que corría antes el hombre-chimpancé, había un pequeño nido con huevos en su interior. Cuando quiso agradecérselo, ya estaba demasiado lejos como para escucharle.
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OFF: 1.- Les ofrezco carne y cerveza a Elen y Alister, y dejo también el gancho de la sangre de yak.
Luego, continúo con la búsqueda de huevos. Hago, entonces, otra tiradita de runas.
Huevos totales: 5+5=10
Última edición por Sein Isånd el Miér Oct 12 2022, 13:22, editado 2 veces (Razón : Recuento de huevos)
Sein Isånd
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Re: La Feria del Orgullo Bestial [Evento Social]
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