El Legado de Ardlingtown [Libre]
Página 9 de 9. • Comparte
Página 9 de 9. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
El miembro 'Bio' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
#1 'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
#1 Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
--------------------------------
#2 'Rol' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
#1 'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
#1 Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
--------------------------------
#2 'Rol' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Y entonces, todos comenzaron a despertar.
Los primeros en hacerlo fueron Corlys y Zagreus, cuyos talismanes, algo debilitados, habían dejado de estar iluminados. Pero pocos segundos después, todos los talismanes que los durmientes tenían sobre sus pechos se apagaron. Todos menos uno.
Aquel talismán azul comenzó a brillar de una forma extraordinaria, emitiendo una luz cegadora que hizo que Cohen y Peter tuvieran que cerrar sus ojos ante la brillantez de la luz.
El vampiro se giró, dándole la espalda a aquel brillo y al abrir los ojos, comprobó cómo toda la amplia estancia, estaba completamente iluminada de un celeste sin igual.
―¡Eso sólo puede significar una cosa! ¡Tenemos ganador! ¡Ha encontrado el legado de Ardlingtown!
Cuándo la estancia recobró la luz habitual, Cohen tardó unos segundos para recuperar la vista. Fue entonces cuándo vio que alrededor de aquel extraño hombre y su perro se congregaban numerosos curiosos.
―¡El premio lo decía bien claro!
―Pero esto no estaba previsto… está claro quién es el digno ganador.
―¡Te equivocas!
―Es indudable. Ha ganado el perro. El perro es el dueño de este hombre. Es el perro quién debe ganar el premio. ¿Acaso no es lo evidente? ¿Has visto como el perro le domina?
―Pero las reglas dicen que debe ganar una persona…
―¡Paparruchas! ¡Ha ganado el perro y ya!
Y fue entonces cómo el perro ganó a todos…
―Muy bien. Ardlingtown dejó un manuscrito para leer después de encontrarse el tesoro. Me dispongo a leerlo. Feliciten al perro luego…
El tataranieto del albacea comenzó a leer un discurso escrito por un aburrido y enloquecido hombre que apenas llamó la atención de los allí presentes.
No llamó la atención de éstos hasta que comenzó a hablar de nuevo de una nueva oportunidad de ganar dinero.
―Sin embargo, los competidores que hayan quedado cerca de ganar tienen la oportunidad de llevarse un nuevo legado y deberán enfrentarse por un nuevo botín de 120 aeros. Pero en un juego de confianzas y traiciones, nadie sabe que bando resultará el ganador. Las reglas son las siguientes…
En una sala continua, seis mesas forman una circunferencia frente a un pedestal de piedra con una bolsa en su interior. En la bolsa, se encuentran 120 aeros.
En cada una de las mesas, se encuentra un pequeño cofre y dos talismanes, uno verde y uno rojo.
Es hora de jugar a Confianza o Traición.
Bienvenido al turno 11.
Lo primero, dar la enhorabuena al Señor Van Pyro por haber ganado este juego. Y de paso, también a Bio. Tu botín ha sido de 295 aeros, a los que se suma 25 aeros extras, por no haber usado tu talismán. Por lo que el premio asciende a 320 aeros, que se te sumarán cuándo termine este tema.
No hay primer premio sin segundo, por lo que Reike, Rauko, Corlys, Zagreus, Caoimhe y Nousis se enfrentarán durante este turno a un juego de confianza y traición.
Cada uno de vosotros deberá colocarse en una de las mesas. Deberán elegir cuales de los dos talismanes introducen en el interior del cofre. El talismán verde simboliza la confianza: creéis que compartir el premio entre vuestros iguales es lo más justo. En cambio, el talismán rojo simboliza la traición: queréis el mayor número de aeros posibles y os da igual si los demás se llevan su dinero o no…
Si las 6 personas elegís CONFIANZA, cada uno de vosotros ganará 20 aeros y os iréis en paz y amor.
Si 5 personas eligen CONFIANZA y 1 elige TRAICIÓN, la persona que elige TRAICIÓN se lleva los 120 aeros, por haber pensado sólo en sí misma.
Si 4 personas eligen CONFIANZA y 2 eligen TRAICIÓN, el premio se divide en dos mitades: los cuatro que eligieron CONFIANZA se llevan 15 aeros cada uno, mientras que los 2 que eligieron TRAICIÓN se llevarán 30 aeros cada uno.
Si 3 personas eligen CONFIANZA y 3 eligen TRAICIÓN, el premio se reparte a partes iguales entre los 3 que eligieron CONFIANZA, ganando 40 aeros cada uno.
Si 2 personas eligen CONFIANZA y 4 eligen TRAICIÓN, el premio total se divide en 4 partes y los que eligieron TRAICIÓN se llevan 30 aeros para cada uno.
Si 1 persona elige CONFIANZA y 5 eligen TRAICIÓN, el premio total va para la única persona que eligió CONFIANZA, ganando 120 aeros, en esa oleada de egoísmo.
Si todos eligen TRAICIÓN, nadie se lleva ni un solo aero. Nada, ni las gracias por venir.
Debéis rolear un turno en el que os enfrentáis a este dilema, usándolo para decir la verdad, confundir a vuestros contrincantes o para volver a explicar formas sexys de usar gomejos en vuestras noches solitarias…
Vuestra decisión deberá comunicarse por MD de Discord al sexy Cohen que actuará de árbitro en la siguiente ronda. No importa lo que digáis on-rol. Sólo vale lo que digáis por Discord.
Para ello, debéis mandar un MD con una de las siguientes frases:
DECISIÓN FINAL: CONFIANZA
DECISIÓN FINAL: TRAICIÓN
Importante: Una vez seleccionada vuestra decisión y yo os lo haya confirmado tras haberla visto, no podrá modificarse.
El Señor Van Pyro como ganador del legado principal entregará el premio en el turno final, si así lo desea.
Este turno termina el próximo martes 28 de mayo. Suerte y elijan bien…
Los primeros en hacerlo fueron Corlys y Zagreus, cuyos talismanes, algo debilitados, habían dejado de estar iluminados. Pero pocos segundos después, todos los talismanes que los durmientes tenían sobre sus pechos se apagaron. Todos menos uno.
Aquel talismán azul comenzó a brillar de una forma extraordinaria, emitiendo una luz cegadora que hizo que Cohen y Peter tuvieran que cerrar sus ojos ante la brillantez de la luz.
El vampiro se giró, dándole la espalda a aquel brillo y al abrir los ojos, comprobó cómo toda la amplia estancia, estaba completamente iluminada de un celeste sin igual.
―¡Eso sólo puede significar una cosa! ¡Tenemos ganador! ¡Ha encontrado el legado de Ardlingtown!
Cuándo la estancia recobró la luz habitual, Cohen tardó unos segundos para recuperar la vista. Fue entonces cuándo vio que alrededor de aquel extraño hombre y su perro se congregaban numerosos curiosos.
―¡El premio lo decía bien claro!
―Pero esto no estaba previsto… está claro quién es el digno ganador.
―¡Te equivocas!
―Es indudable. Ha ganado el perro. El perro es el dueño de este hombre. Es el perro quién debe ganar el premio. ¿Acaso no es lo evidente? ¿Has visto como el perro le domina?
―Pero las reglas dicen que debe ganar una persona…
―¡Paparruchas! ¡Ha ganado el perro y ya!
Y fue entonces cómo el perro ganó a todos…
―Muy bien. Ardlingtown dejó un manuscrito para leer después de encontrarse el tesoro. Me dispongo a leerlo. Feliciten al perro luego…
El tataranieto del albacea comenzó a leer un discurso escrito por un aburrido y enloquecido hombre que apenas llamó la atención de los allí presentes.
No llamó la atención de éstos hasta que comenzó a hablar de nuevo de una nueva oportunidad de ganar dinero.
―Sin embargo, los competidores que hayan quedado cerca de ganar tienen la oportunidad de llevarse un nuevo legado y deberán enfrentarse por un nuevo botín de 120 aeros. Pero en un juego de confianzas y traiciones, nadie sabe que bando resultará el ganador. Las reglas son las siguientes…
___________________________________________
En una sala continua, seis mesas forman una circunferencia frente a un pedestal de piedra con una bolsa en su interior. En la bolsa, se encuentran 120 aeros.
En cada una de las mesas, se encuentra un pequeño cofre y dos talismanes, uno verde y uno rojo.
Es hora de jugar a Confianza o Traición.
___________________________________________
Bienvenido al turno 11.
Lo primero, dar la enhorabuena al Señor Van Pyro por haber ganado este juego. Y de paso, también a Bio. Tu botín ha sido de 295 aeros, a los que se suma 25 aeros extras, por no haber usado tu talismán. Por lo que el premio asciende a 320 aeros, que se te sumarán cuándo termine este tema.
No hay primer premio sin segundo, por lo que Reike, Rauko, Corlys, Zagreus, Caoimhe y Nousis se enfrentarán durante este turno a un juego de confianza y traición.
Cada uno de vosotros deberá colocarse en una de las mesas. Deberán elegir cuales de los dos talismanes introducen en el interior del cofre. El talismán verde simboliza la confianza: creéis que compartir el premio entre vuestros iguales es lo más justo. En cambio, el talismán rojo simboliza la traición: queréis el mayor número de aeros posibles y os da igual si los demás se llevan su dinero o no…
Si las 6 personas elegís CONFIANZA, cada uno de vosotros ganará 20 aeros y os iréis en paz y amor.
Si 5 personas eligen CONFIANZA y 1 elige TRAICIÓN, la persona que elige TRAICIÓN se lleva los 120 aeros, por haber pensado sólo en sí misma.
Si 4 personas eligen CONFIANZA y 2 eligen TRAICIÓN, el premio se divide en dos mitades: los cuatro que eligieron CONFIANZA se llevan 15 aeros cada uno, mientras que los 2 que eligieron TRAICIÓN se llevarán 30 aeros cada uno.
Si 3 personas eligen CONFIANZA y 3 eligen TRAICIÓN, el premio se reparte a partes iguales entre los 3 que eligieron CONFIANZA, ganando 40 aeros cada uno.
Si 2 personas eligen CONFIANZA y 4 eligen TRAICIÓN, el premio total se divide en 4 partes y los que eligieron TRAICIÓN se llevan 30 aeros para cada uno.
Si 1 persona elige CONFIANZA y 5 eligen TRAICIÓN, el premio total va para la única persona que eligió CONFIANZA, ganando 120 aeros, en esa oleada de egoísmo.
Si todos eligen TRAICIÓN, nadie se lleva ni un solo aero. Nada, ni las gracias por venir.
Debéis rolear un turno en el que os enfrentáis a este dilema, usándolo para decir la verdad, confundir a vuestros contrincantes o para volver a explicar formas sexys de usar gomejos en vuestras noches solitarias…
Vuestra decisión deberá comunicarse por MD de Discord al sexy Cohen que actuará de árbitro en la siguiente ronda. No importa lo que digáis on-rol. Sólo vale lo que digáis por Discord.
Para ello, debéis mandar un MD con una de las siguientes frases:
DECISIÓN FINAL: CONFIANZA
DECISIÓN FINAL: TRAICIÓN
Importante: Una vez seleccionada vuestra decisión y yo os lo haya confirmado tras haberla visto, no podrá modificarse.
El Señor Van Pyro como ganador del legado principal entregará el premio en el turno final, si así lo desea.
Este turno termina el próximo martes 28 de mayo. Suerte y elijan bien…
Cohen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 757
Nivel de PJ : : 5
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Las tres cabezas del perro gruñeron amenazadoramente. Valeria respiró hondo y llevó una mano a la bolsa muy lentamente.
—Está bien, amiguito —dijo con voz suave mientras rebuscaba a ciegas en la bolsa—, no tengo nada en tu contra, pero me estás bloqueando la salida y eso no es bueno. ¿Qué te parece si te mueves a un lado, yo salgo de aquí sin tocar nada y nos olvidamos el uno del otro en cuanto haya atravesado esa puerta? ¿Hay trato?
Dos de las cabezas gruñeron con más fuerza, la tercera, emitió un sonoro ladrido que hizo estremecerse a Valeria. Pero ya había agarrado lo que buscaba, así que no tenía intención de ceder terreno a la bestia. Después de todo, ella no había hecho nada malo, solo intentaba salir de ahí.
—No parece que te guste la idea —dijo sacando la mano del bolso con la misma lentitud con que la había introducido—. No me dejas muchas alternativas, cariño.
La bestia emitió un segundo ladrido, al tiempo que adoptaba una postura más agresiva, listo para saltar sobre su presa en cualquier momento. Justo lo que quería Valeria, pero en el momento preciso, el que ella le marcase. Respiró hondo una vez más, tratando de abstraerse del temible gruñido que retumbaba en la plaza mientras reunía su éter, preparándose para actuar.
Ahora.
Valeria lanzó la piedra(1). El animal la esquivó con facilidad y se lanzó al ataque pero, para entonces, ella ya tenía la daga en la mano(2). Activó ambas runas en el mismo momento y…
Estaba frente a la puerta. La abrió y salió corriendo, pateando algo que salió rodando y rebotó contra el pavimento haciendo un sonido metálico. No quería ver cómo la bestia le desgarraba la garganta.
No había avanzado mucho cuando se topó con otra puerta. Una puerta ornamentada y de aspecto pesado y polvoriento. Había unos extraños huecos en la hoja, como si faltase parte de la ornamentación, y Valeria no tardó en darse cuenta de que reconocía algunas de las siluetas de aquellos huecos. Sacó rápidamente las estatuillas que había recogido por el camino y empezó a colocarlas, cada una en su lugar, pero antes de que acabara, todo a su alrededor comenzó a desvanecerse.
—Pero qué cuernos… —fue lo primero que dijo al despertar.
La confusión fue cediendo a medida que se abría paso el entendimiento y, cuando el maestro de ceremonias propuso el siguiente juego, Valeria no pudo evitar echarse a reír.
----------
OFF: (1) Runa de Teleportación: Después de activada y en un periodo no mayor de 2 turnos, el personaje puede desvanecerse y aparecer en el mismo lugar donde se encuentre la piedra, incluso si (onrol) no sabe en qué lugar se encuentra la misma.
(2) Daga de Eredin, habilidad: Creas una copia de ti misma que puede atacar a tus enemigos imitando tu estilo de combate. Aunque se trata de una ilusión, la persona a la que ataque sentirá sus heridas como si fueran reales; las heridas desaparecerán cuando lo haga la copia. Dura dos rondas o hasta que la copia sufra una herida mortal, lo que ocurra primero.
Básicamente, Reike crea una copia de sí misma al mismo tiempo que se teletransporta a donde cayó la piedra que esquivó el perrete. Ningún animal ha sido maltratado en el transcurso de este post, todo ha sido una ilusión.
—Está bien, amiguito —dijo con voz suave mientras rebuscaba a ciegas en la bolsa—, no tengo nada en tu contra, pero me estás bloqueando la salida y eso no es bueno. ¿Qué te parece si te mueves a un lado, yo salgo de aquí sin tocar nada y nos olvidamos el uno del otro en cuanto haya atravesado esa puerta? ¿Hay trato?
Dos de las cabezas gruñeron con más fuerza, la tercera, emitió un sonoro ladrido que hizo estremecerse a Valeria. Pero ya había agarrado lo que buscaba, así que no tenía intención de ceder terreno a la bestia. Después de todo, ella no había hecho nada malo, solo intentaba salir de ahí.
—No parece que te guste la idea —dijo sacando la mano del bolso con la misma lentitud con que la había introducido—. No me dejas muchas alternativas, cariño.
La bestia emitió un segundo ladrido, al tiempo que adoptaba una postura más agresiva, listo para saltar sobre su presa en cualquier momento. Justo lo que quería Valeria, pero en el momento preciso, el que ella le marcase. Respiró hondo una vez más, tratando de abstraerse del temible gruñido que retumbaba en la plaza mientras reunía su éter, preparándose para actuar.
Ahora.
Valeria lanzó la piedra(1). El animal la esquivó con facilidad y se lanzó al ataque pero, para entonces, ella ya tenía la daga en la mano(2). Activó ambas runas en el mismo momento y…
Estaba frente a la puerta. La abrió y salió corriendo, pateando algo que salió rodando y rebotó contra el pavimento haciendo un sonido metálico. No quería ver cómo la bestia le desgarraba la garganta.
No había avanzado mucho cuando se topó con otra puerta. Una puerta ornamentada y de aspecto pesado y polvoriento. Había unos extraños huecos en la hoja, como si faltase parte de la ornamentación, y Valeria no tardó en darse cuenta de que reconocía algunas de las siluetas de aquellos huecos. Sacó rápidamente las estatuillas que había recogido por el camino y empezó a colocarlas, cada una en su lugar, pero antes de que acabara, todo a su alrededor comenzó a desvanecerse.
—Pero qué cuernos… —fue lo primero que dijo al despertar.
La confusión fue cediendo a medida que se abría paso el entendimiento y, cuando el maestro de ceremonias propuso el siguiente juego, Valeria no pudo evitar echarse a reír.
----------
OFF: (1) Runa de Teleportación: Después de activada y en un periodo no mayor de 2 turnos, el personaje puede desvanecerse y aparecer en el mismo lugar donde se encuentre la piedra, incluso si (onrol) no sabe en qué lugar se encuentra la misma.
(2) Daga de Eredin, habilidad: Creas una copia de ti misma que puede atacar a tus enemigos imitando tu estilo de combate. Aunque se trata de una ilusión, la persona a la que ataque sentirá sus heridas como si fueran reales; las heridas desaparecerán cuando lo haga la copia. Dura dos rondas o hasta que la copia sufra una herida mortal, lo que ocurra primero.
Básicamente, Reike crea una copia de sí misma al mismo tiempo que se teletransporta a donde cayó la piedra que esquivó el perrete. Ningún animal ha sido maltratado en el transcurso de este post, todo ha sido una ilusión.
Reike
Admin
Admin
Cantidad de envíos : : 1879
Nivel de PJ : : 5
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
La llave abrió al puerta y cuando estaba esperando que tipo de horrores me esperaban al otro lado, me desperté.
Por desgracia, no podía haberme despertado en una taberna en una habitación donde estuviera solo yo. No, tenía que aparecer en una sala con todos aquellos a quienes me había cruzado en ese laberinto de la locura. Cohen parecía llevar un tiempo levantado, y Zagreus debía estar tan recién despertado como yo. El resto aún seguían tan dormidos como debía haber estado yo hasta unos momentos antes. Lo que si llevaban todos era uno de esos talismanes puestos, igual que el que seguía llevando yo. Empezaba a entender cosas, y el que solo los despiertos tuviésemos el talismán apagado aclaraba las pocas dudas que pudiesen quedar.
- No hombre, no...
Me quité el colgante y lo dejé por allí tirado, para seguidamente buscar a alguien que pudiera darme respuestas, y que me dijera a quien debía partir las piernas por semejante ultraje. El vampiro con un aspecto más fresco fue mi primera opción.
- Oye, Cohen. ¿Qué sabes de todo esto? ¿Quién nos ha metido aquí y qué se supone que están intentando?
Aunque antes de que pasara nada, uno de los talismanes empezó a brillar y se empezó a congregar gente sobre el propietario de dicho talismán. Por lo que comentaban, había ganado lo que fuera que estaba sucediendo allí. Al menos la gente estaba empezando a despertarse, pero cuando empezó a proponer un tipo otro juego, decidí que había dedicado suficiente tiempo a entretener a unos ricos con demasiado tiempo libre y pocos escrúpulos.
- Podéis mataros todos por esos aeros. Yo no quiero saber nada más de esa gente, que os cunda.- Y tras esas palabras me fui a buscar donde fuese que estuviese la salida de aquel lugar.
Por desgracia, no podía haberme despertado en una taberna en una habitación donde estuviera solo yo. No, tenía que aparecer en una sala con todos aquellos a quienes me había cruzado en ese laberinto de la locura. Cohen parecía llevar un tiempo levantado, y Zagreus debía estar tan recién despertado como yo. El resto aún seguían tan dormidos como debía haber estado yo hasta unos momentos antes. Lo que si llevaban todos era uno de esos talismanes puestos, igual que el que seguía llevando yo. Empezaba a entender cosas, y el que solo los despiertos tuviésemos el talismán apagado aclaraba las pocas dudas que pudiesen quedar.
- No hombre, no...
Me quité el colgante y lo dejé por allí tirado, para seguidamente buscar a alguien que pudiera darme respuestas, y que me dijera a quien debía partir las piernas por semejante ultraje. El vampiro con un aspecto más fresco fue mi primera opción.
- Oye, Cohen. ¿Qué sabes de todo esto? ¿Quién nos ha metido aquí y qué se supone que están intentando?
Aunque antes de que pasara nada, uno de los talismanes empezó a brillar y se empezó a congregar gente sobre el propietario de dicho talismán. Por lo que comentaban, había ganado lo que fuera que estaba sucediendo allí. Al menos la gente estaba empezando a despertarse, pero cuando empezó a proponer un tipo otro juego, decidí que había dedicado suficiente tiempo a entretener a unos ricos con demasiado tiempo libre y pocos escrúpulos.
- Podéis mataros todos por esos aeros. Yo no quiero saber nada más de esa gente, que os cunda.- Y tras esas palabras me fui a buscar donde fuese que estuviese la salida de aquel lugar.
Corlys Glokta
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 303
Nivel de PJ : : 3
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Me desperté de aquella pesadilla lentamente. Mis ojos tardaron algunos segundos en acostumbrarse a la luz de la antorcha que iluminaba la estancia. A mi lado varios sujetos seguían dormidos, Dante de pie con Kvasir observaba perdido en sus pensamientos la entrada de las catacumbas.
Sentado mirando el suelo, mis mechones caían sobre mi rostro, reflexionaba sobre aquella pesadilla y todo lo que había ocurrido en aquella fantasía onírica. No lograba encontrar al mono, por lo que me confirmaba con más razón que era mi inconsciente perverso intentando sacarme de quicio.
Hmm...
Estaba molesto e irritado, no había ganado, aunque presentía que había estado demasiado cerca. No obstante, ahora proponían un nuevo desafío para decidir un premio de consolación. No estaba dispuesto a las migajas, no había venido a eso.
Mi intención era abandonar aquel lugar. Por lo que tomando uno de esos estúpidos artefactos sin siquiera ver el color del mismo, lo arrojé al suelo mientras me disponía a abandonar la sala.
Dante siguió mis pasos acomodando nuevamente su túnica. Avanzamos en silencio para salir de las catacumbas y evitar el sol que se aproximaba. Sin embargo, el humano de la nada, empezó a silbar una tonada que me incomodaba y resultaba extrañamente familiar…
Sentado mirando el suelo, mis mechones caían sobre mi rostro, reflexionaba sobre aquella pesadilla y todo lo que había ocurrido en aquella fantasía onírica. No lograba encontrar al mono, por lo que me confirmaba con más razón que era mi inconsciente perverso intentando sacarme de quicio.
Hmm...
Estaba molesto e irritado, no había ganado, aunque presentía que había estado demasiado cerca. No obstante, ahora proponían un nuevo desafío para decidir un premio de consolación. No estaba dispuesto a las migajas, no había venido a eso.
Mi intención era abandonar aquel lugar. Por lo que tomando uno de esos estúpidos artefactos sin siquiera ver el color del mismo, lo arrojé al suelo mientras me disponía a abandonar la sala.
Dante siguió mis pasos acomodando nuevamente su túnica. Avanzamos en silencio para salir de las catacumbas y evitar el sol que se aproximaba. Sin embargo, el humano de la nada, empezó a silbar una tonada que me incomodaba y resultaba extrañamente familiar…
Zagreus
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 412
Nivel de PJ : : 3
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
—Espera, ¡conseguí el tesoro! —exclamé en cuantos mis manos tocaron la estatuilla tras excavar unos cuantos metros—. Quién lo diría, al final sí valió la pena.
Entonces desperté.
—¿Eh? —murmuré con la voz ronca y los párpados reacios a mantenerse separados—. ¿Dónde estoy?
Tardé un poco en comprender dónde me encontraba. «¿Y el tesoro?», me pregunté, pero no encontré nada al examinar mis bolsillos y mi bolsito. «¿Entonces todo fue un sueño? ¿El hada tenía razón? ¿Realmente he soñado que buscaba un tesoro a través de pruebas extrañas o estoy soñando con que todo ya terminó? ¿O estoy soñando con que desperté de otro sueño? ¿Alguna vez estuve despierto?», cavilé, aunque no tan sorprendido como debería estarlo; no era la primera vez que toda una aventura resultaba tener lugar en el mundo onírico. Curiosamente, la anterior también fue con el monito parlanchín.
Miré en derredor, buscando al mono. No lo encontré.
«¿El mono será real o también un sueño?», me pregunté, considerando que únicamente lo había visto en, pues, sueños.
—Rauko, ¿estás bien?
Esa voz… Era Xana.
Me pareció extraño escucharla, como si no lo hubiera hecho desde hacía mucho, a pesar de que había soñado con que ella me había hablado muchas veces durante la aventura onírica. Entorné los ojos intentando recordar qué había dicho ella exactamente en el sueño, pero mi memoria fallaba; en mis memorias apenas se hallaba el hecho de que Xana habló, pero no cuáles fueron sus palabras. Quizás porque nunca habló realmente.
«Ya que no voy a recordar qué dijo, por lo menos habría sido bueno olvidar también la asquerosidad de los gomejos», deseé en cuanto aquel recuerdo desenterró el asco y el horror que sentí durante su discurso.
—¿Rauko? —repitió acuclillándose a mi lado y colocando una mano en mi hombro.
—Ah, sí, estoy bien —contesté al fin con una débil sonrisa para alejar la preocupación en su mirada—. ¿Tú también estabas…?
—No, solo tú estabas soñando… Bueno, tú y otros tantos que tenían esos amuletos. Los demás nos limitamos a mirarlos roncar y a escuchar sus murmullos extraños. ¿Qué era eso de los gomejos? Apenas entendí que dijiste que…
—Nada, nada —corté—. Es mejor olvidar eso.
—Vale —dijo alargando las sílabas y mirándome recelosa—, entonces no insistiré. —Relajó la expresión para dar lugar a una sonrisa y luego me ayudó a levantarme.
El juego ya tenía a su ganador. Este había sido un perro, lo cual no me sorprendía porque no era la primera vez que perdía ante un animal; el concurso de belleza femenina Miss Biusa Puerta la perdí frente a un pato con vestido (no era un pato parlante, ni mágico ni mitad humano, sino solo un pato con vestido, pero qué bien se veía).
No obstante, el juego aún no terminaba, no para los perdedores. Por si aún nos rugían las tripas, nos ofrecieron continuar por un premio de consolación.
Había que tomar una decisión que había que pensar muy bien. Pero yo solamente pensé en que una decisión involucraba mi color favorito. No necesitaba considerar más que eso.
Una vez hecho lo que había que hacer, emprendí mi marcha hacia la salida, con Xana a mi lado y mi caballo feo volador al otro.
—Oye —empezó Xana con tono casual—, ¿sabías que, en las condiciones adecuadas, los limos también pueden usarse para…?
Entonces desperté.
—¿Eh? —murmuré con la voz ronca y los párpados reacios a mantenerse separados—. ¿Dónde estoy?
Tardé un poco en comprender dónde me encontraba. «¿Y el tesoro?», me pregunté, pero no encontré nada al examinar mis bolsillos y mi bolsito. «¿Entonces todo fue un sueño? ¿El hada tenía razón? ¿Realmente he soñado que buscaba un tesoro a través de pruebas extrañas o estoy soñando con que todo ya terminó? ¿O estoy soñando con que desperté de otro sueño? ¿Alguna vez estuve despierto?», cavilé, aunque no tan sorprendido como debería estarlo; no era la primera vez que toda una aventura resultaba tener lugar en el mundo onírico. Curiosamente, la anterior también fue con el monito parlanchín.
Miré en derredor, buscando al mono. No lo encontré.
«¿El mono será real o también un sueño?», me pregunté, considerando que únicamente lo había visto en, pues, sueños.
—Rauko, ¿estás bien?
Esa voz… Era Xana.
Me pareció extraño escucharla, como si no lo hubiera hecho desde hacía mucho, a pesar de que había soñado con que ella me había hablado muchas veces durante la aventura onírica. Entorné los ojos intentando recordar qué había dicho ella exactamente en el sueño, pero mi memoria fallaba; en mis memorias apenas se hallaba el hecho de que Xana habló, pero no cuáles fueron sus palabras. Quizás porque nunca habló realmente.
«Ya que no voy a recordar qué dijo, por lo menos habría sido bueno olvidar también la asquerosidad de los gomejos», deseé en cuanto aquel recuerdo desenterró el asco y el horror que sentí durante su discurso.
—¿Rauko? —repitió acuclillándose a mi lado y colocando una mano en mi hombro.
—Ah, sí, estoy bien —contesté al fin con una débil sonrisa para alejar la preocupación en su mirada—. ¿Tú también estabas…?
—No, solo tú estabas soñando… Bueno, tú y otros tantos que tenían esos amuletos. Los demás nos limitamos a mirarlos roncar y a escuchar sus murmullos extraños. ¿Qué era eso de los gomejos? Apenas entendí que dijiste que…
—Nada, nada —corté—. Es mejor olvidar eso.
—Vale —dijo alargando las sílabas y mirándome recelosa—, entonces no insistiré. —Relajó la expresión para dar lugar a una sonrisa y luego me ayudó a levantarme.
El juego ya tenía a su ganador. Este había sido un perro, lo cual no me sorprendía porque no era la primera vez que perdía ante un animal; el concurso de belleza femenina Miss Biusa Puerta la perdí frente a un pato con vestido (no era un pato parlante, ni mágico ni mitad humano, sino solo un pato con vestido, pero qué bien se veía).
No obstante, el juego aún no terminaba, no para los perdedores. Por si aún nos rugían las tripas, nos ofrecieron continuar por un premio de consolación.
Había que tomar una decisión que había que pensar muy bien. Pero yo solamente pensé en que una decisión involucraba mi color favorito. No necesitaba considerar más que eso.
Una vez hecho lo que había que hacer, emprendí mi marcha hacia la salida, con Xana a mi lado y mi caballo feo volador al otro.
—Oye —empezó Xana con tono casual—, ¿sabías que, en las condiciones adecuadas, los limos también pueden usarse para…?
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
Feliz jueves =)
Rauko
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1000
Nivel de PJ : : 10
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Despertó de manera abrupta. Confusa al entender que ni siquiera se había dado cuenta de cuando se quedó dormida. A su lado, Hugo parecía despertar de la misma manera casi robótica que lo había hecho ella, y tras auparse en un asiento que bien podría haber estado hecho de piedra, el hombre tigre se dispuso a cerciorarse de que su vampiresa se encontraba bien.
Caoimhe no le dejó mucho espacio para ayudarla, levantándose con la certitud de que habían perdido lo que sea que aquel legado les ofrecía.No podía evitar estar un poco molesta y lejos de ocultarlo cruzó sus brazos analizando ahora la nueva situación que tenía frente a ella.
La voz del tatarabuelo del albacea perforaba su tímpano, dando información acerca de quién había ganado y como lo habían hecho al resto de los presentes en aquel lugar. Hugo parecía de buen humor a pesar de la situación rocambolesca y se acercó a la chica al notar que el de ella no era exactamente un estado de alegría.
-Me parece un gesto bastante generoso ¿No crees? Al fin y al cabo todos nos hemos esforzado y...
-Patético.- dijo la chica observando como la bruja con la que había compartido varios puestos en aquella carrera se deshacía del molesto perro- Es patético que hayamos perdido el tiempo de esta manera teniendo en cuenta todo lo que tenemos aún que hacer en Beltrexus... Todo por haberte seguido el juego y haber venido a este lugar recóndito para... nada.
-Aww... vamos Keeva... no me vas a discutir que te has divertido un poco. Sobre todo cuando llevabas la delantera.- El hombre tigre alzó una ceja mientras Caoimhe avanzaba. Su expresión cambió de pronto y emitió una risotada sonora. Pausando su caminar- Entonces es eso, ¿Cierto? Aw... mi señora. ¿Como puedes ser tan...linda?- dijo alcanzando su camino y jugueteando con uno de sus mechones ondulados- Estás molesta porque no ganaste. Mi Keeva está molesta porque no se llevó el dinero y ahora tan solo quiere volverse a casa para olvidar que..-
Caoimhe le apartó la mano de sus cabellos con molestia en sus acciones.
-Este legado no me importa lo más mínimo. De hecho mi preocupación está más enfocada en como voy a reorganizar mis negocios ahora que...-
-Estás molesta, y está bien, Keeva...- insistió Hugo.- Pero no te desanimes.Lo importante es participar... Además, aún podemos llevarnos un segundo premio, escucha- Hugo la instó a escuchar lo que el hombre decía.
- 'Lo importante es participar....- Caoimhe repitió en un susurro molesto- No me puede importar menos lo que tenga que decir ese vejestorio [1] Quizás debería preocuparse más por la parte del legado que le va a quedar a él después de esto... No luce demasiado bien- Caoimhe avanzó dejando atrás la elección de colores. Hugo aligeró su paso de nuevo aunque aún se quedó algo más rezagado.
-Espera, chica, espera... ¿Qué color elegimos entonces?- dijo. Caoimhe le dedicó una mirada vacía indicando que no estaba interesada- Ah pues... entonces.... Mmmm sí. Elegiré este como souvenir. Creo que realza el color de mis ojos- añadió Hugo agarrando uno de los talismanes y guardando el otro en el cofre que se había situado frente a la mesa donde habían despertado.
Off:
Dejo via libre a Hugo para que el decida el destino de esta ronda. Se lleva uno de recuerdo y mete el otro en el cofre como se establece. Caoimhe vuelca su molestia en el pobre tataranieto del albacea.
[1] : Maceración [Mágica] [1 uso] Al contacto con la sangre de su adversario, Caoimhe potencia una reacción en cadena en el cuerpo del mismo donde la sangre de este comienza a quemar, causando daño en forma de pequeñas úlceras que durante el primer turno irán abriéndose poco a poco dificultando las habilidades del contrincante y el Segundo emanará sangre de manera incapacitante si no son curadas.
Disclaimer: El tataranieto del Albacea sí ha sido herido en el transcurso de este post. No es una ilusión.
Caoimhe no le dejó mucho espacio para ayudarla, levantándose con la certitud de que habían perdido lo que sea que aquel legado les ofrecía.No podía evitar estar un poco molesta y lejos de ocultarlo cruzó sus brazos analizando ahora la nueva situación que tenía frente a ella.
La voz del tatarabuelo del albacea perforaba su tímpano, dando información acerca de quién había ganado y como lo habían hecho al resto de los presentes en aquel lugar. Hugo parecía de buen humor a pesar de la situación rocambolesca y se acercó a la chica al notar que el de ella no era exactamente un estado de alegría.
-Me parece un gesto bastante generoso ¿No crees? Al fin y al cabo todos nos hemos esforzado y...
-Patético.- dijo la chica observando como la bruja con la que había compartido varios puestos en aquella carrera se deshacía del molesto perro- Es patético que hayamos perdido el tiempo de esta manera teniendo en cuenta todo lo que tenemos aún que hacer en Beltrexus... Todo por haberte seguido el juego y haber venido a este lugar recóndito para... nada.
-Aww... vamos Keeva... no me vas a discutir que te has divertido un poco. Sobre todo cuando llevabas la delantera.- El hombre tigre alzó una ceja mientras Caoimhe avanzaba. Su expresión cambió de pronto y emitió una risotada sonora. Pausando su caminar- Entonces es eso, ¿Cierto? Aw... mi señora. ¿Como puedes ser tan...linda?- dijo alcanzando su camino y jugueteando con uno de sus mechones ondulados- Estás molesta porque no ganaste. Mi Keeva está molesta porque no se llevó el dinero y ahora tan solo quiere volverse a casa para olvidar que..-
Caoimhe le apartó la mano de sus cabellos con molestia en sus acciones.
-Este legado no me importa lo más mínimo. De hecho mi preocupación está más enfocada en como voy a reorganizar mis negocios ahora que...-
-Estás molesta, y está bien, Keeva...- insistió Hugo.- Pero no te desanimes.Lo importante es participar... Además, aún podemos llevarnos un segundo premio, escucha- Hugo la instó a escuchar lo que el hombre decía.
- 'Lo importante es participar....- Caoimhe repitió en un susurro molesto- No me puede importar menos lo que tenga que decir ese vejestorio [1] Quizás debería preocuparse más por la parte del legado que le va a quedar a él después de esto... No luce demasiado bien- Caoimhe avanzó dejando atrás la elección de colores. Hugo aligeró su paso de nuevo aunque aún se quedó algo más rezagado.
-Espera, chica, espera... ¿Qué color elegimos entonces?- dijo. Caoimhe le dedicó una mirada vacía indicando que no estaba interesada- Ah pues... entonces.... Mmmm sí. Elegiré este como souvenir. Creo que realza el color de mis ojos- añadió Hugo agarrando uno de los talismanes y guardando el otro en el cofre que se había situado frente a la mesa donde habían despertado.
------
Off:
Dejo via libre a Hugo para que el decida el destino de esta ronda. Se lleva uno de recuerdo y mete el otro en el cofre como se establece. Caoimhe vuelca su molestia en el pobre tataranieto del albacea.
[1] : Maceración [Mágica] [1 uso] Al contacto con la sangre de su adversario, Caoimhe potencia una reacción en cadena en el cuerpo del mismo donde la sangre de este comienza a quemar, causando daño en forma de pequeñas úlceras que durante el primer turno irán abriéndose poco a poco dificultando las habilidades del contrincante y el Segundo emanará sangre de manera incapacitante si no son curadas.
Disclaimer: El tataranieto del Albacea sí ha sido herido en el transcurso de este post. No es una ilusión.
Caoimhe
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 262
Nivel de PJ : : 2
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Lo había vivido. Había pisado las extrañas salas, luchando, habiendo confraternizando con criaturas detestables, irritantes o en extremo inocentes… solo para descubrir que nada había sido real.
Aquello molestó al Indirel, el mero hecho de caer en una hechicería de una manera tan directa. Él mismo había entrado en la tumba movido por una ira que aún no había apagado sus últimos rescoldos, sin pensar, llevado lejos de la estrategia o los fríos pensamientos que durante décadas había buscado coronar en sus acciones.
Y allí estaba, abriendo los ojos como un crío al que podrían haber asesinado de quince formas distintas en el maldito lapso. Pues aunque sin llamar la atención, no estaba solo.
Levantándose, sintió la conocida y urgente necesidad de abandonar nuevamente Lunargenta. Esa condenada urbe parecía atraer todos los inconvenientes y situaciones incomprensibles del continente, como si hubiese sido fundada por un ritual maléfico para que las gotas de lluvia en ella sembrasen problemas. Había perdido el premio del humano muerto, oro que habría venido bien a sus planes inmediatos, mas prescindible.
Por ello las palabras del ponente cayeron en oídos de pedernal. Su granate brillaba con intensidad por la presencia de demonios de colmillos sangrientos y la tolerancia humana, excesiva, podría buscarle problemas. Tenía que irse.
Sin detenerse, echó un último vistazo atrás, hasta ser interpelado por un chiquillo humano que lo instó a escoger un color y participar. Un chiquillo con una voz inquietantemente parecida al pequeño animal de la playa.
-Coloca ese por mi- señaló, gastando sus ultimas reservas de paciencia, y continuando su camino.
Nousis Indirel
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 417
Nivel de PJ : : 4
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Las largas hileras de flechas clavadas en la pared en perfecta sucesión dibujaban un ascenso hacia una posible salida, y sin ninguna certeza de que así fuera, comencé a trepar por ellas al mismo tiempo que esquivaba con gracia los nuevos proyectiles que se incrustaban en el muro para servirme también se escalones hacia la cima.
Fue entonces cuando algo llamó mi atención, parado en el borde de una de las flechas con su capa ondeando y su mirada hacia el horizonte, me esperaba el Señor Van Pyro, giró su cabeza hacia mí, con sus ojos brillando sonrió y me dijo -Sal de aquí, yo me encargo- Y se lanzó directo sobre el poderoso Hades el Oscuro para eliminarlo.
Mientras se escuchaban gritos de dolor, golpes, explosiones y demás sonidos bélicos, yo continuaba subiendo la escalera de flechas cuando de pronto, sin aviso ni advertencia, ahí estaba, parado en el borde de una de las flechas con su capa ondeando y su mirada hacia el horizonte, me esperaba el Señor Van Pyro, giró su cabeza hacia mí, con sus ojos brillando sonrió y me dijo -Sal de aquí, yo me encargo- Y se lanzó directo sobre el poderoso Hades el Oscuro para eliminarlo.
Un momento, algo extraño está pasando aquí- Me dije a mí mismo mientras que a mi espalda, en el campo de batalla se dejaban escuchar gritos de dolor y desesperación, lamentos y aullidos, fue entonces cuando me detuve, no podía escapar de ahí cobardemente mientras el perro se sacrificaba para salvarme, no era algo digno de un amigo.
Detuve mi ascenso y me decidí a regresar, no abandonaría a mi amigo para salvarme, pero antes de poder saltar estaba ahí, parado en el borde de una de las flechas con su capa ondeando y su mirada hacia el horizonte, me esperaba el Señor Van Pyro, giró su cabeza hacia mí, con sus ojos brillando sonrió y me dijo -Sal de aquí, yo me encargo- Y se lanzó directo sobre el poderoso Hades el Oscuro para eliminarlo.
¿Pero esto qué es?- Dije intrigado por aquellos sucesos que parecían sacados de mis sueños más locos -Por eso es mejor no comer frijoles en las noches solitarias- Concluí con preocupación y me dejé caer al piso para tratar de derrotar a Hades el oscuro -No vencerás, si yo no te derroto, otros como yo lo harán- Avanzaba con cautela, sosteniendo mis dagas al frente, atento y en guardia, cuando de pronto ahí estaba, parado sobre el cuerpo sin vida de Hades el oscuro, con su capa ondeando y su mirada hacia el horizonte, me esperaba el Señor Van Pyro, giró su cabeza hacia mí, con sus ojos brillando sonrió y me dijo -Sal de aquí, yo me encargo- Y se lanzó directo sobre el poderoso Hades el Oscuro para eliminarlo.
Aquello era más de lo que podía procesar, así que corrí como nunca lo había hecho, hacia ningún lado, hacia el infinito, y sin saber cómo, llegué a una puerta que me sacó de la habitación, rodé por un barranco de arena y al final terminé cayendo cerca de donde unos extraños jugaban algo de unas apuestas de confianza y traición, aunque no tuve tiempo de unirme a ellos porque el Señor Van Pyro me cayó encima sin ningún aviso y me aplastó.
[1] Uso varias veces mi habilidad Nivel 1: El que acecha en el umbral para que parezca que mi perro el [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] puede hablar, pero solo es un truco de ventriloquía. Fue entonces cuando algo llamó mi atención, parado en el borde de una de las flechas con su capa ondeando y su mirada hacia el horizonte, me esperaba el Señor Van Pyro, giró su cabeza hacia mí, con sus ojos brillando sonrió y me dijo -Sal de aquí, yo me encargo- Y se lanzó directo sobre el poderoso Hades el Oscuro para eliminarlo.
Mientras se escuchaban gritos de dolor, golpes, explosiones y demás sonidos bélicos, yo continuaba subiendo la escalera de flechas cuando de pronto, sin aviso ni advertencia, ahí estaba, parado en el borde de una de las flechas con su capa ondeando y su mirada hacia el horizonte, me esperaba el Señor Van Pyro, giró su cabeza hacia mí, con sus ojos brillando sonrió y me dijo -Sal de aquí, yo me encargo- Y se lanzó directo sobre el poderoso Hades el Oscuro para eliminarlo.
Un momento, algo extraño está pasando aquí- Me dije a mí mismo mientras que a mi espalda, en el campo de batalla se dejaban escuchar gritos de dolor y desesperación, lamentos y aullidos, fue entonces cuando me detuve, no podía escapar de ahí cobardemente mientras el perro se sacrificaba para salvarme, no era algo digno de un amigo.
Detuve mi ascenso y me decidí a regresar, no abandonaría a mi amigo para salvarme, pero antes de poder saltar estaba ahí, parado en el borde de una de las flechas con su capa ondeando y su mirada hacia el horizonte, me esperaba el Señor Van Pyro, giró su cabeza hacia mí, con sus ojos brillando sonrió y me dijo -Sal de aquí, yo me encargo- Y se lanzó directo sobre el poderoso Hades el Oscuro para eliminarlo.
¿Pero esto qué es?- Dije intrigado por aquellos sucesos que parecían sacados de mis sueños más locos -Por eso es mejor no comer frijoles en las noches solitarias- Concluí con preocupación y me dejé caer al piso para tratar de derrotar a Hades el oscuro -No vencerás, si yo no te derroto, otros como yo lo harán- Avanzaba con cautela, sosteniendo mis dagas al frente, atento y en guardia, cuando de pronto ahí estaba, parado sobre el cuerpo sin vida de Hades el oscuro, con su capa ondeando y su mirada hacia el horizonte, me esperaba el Señor Van Pyro, giró su cabeza hacia mí, con sus ojos brillando sonrió y me dijo -Sal de aquí, yo me encargo- Y se lanzó directo sobre el poderoso Hades el Oscuro para eliminarlo.
Aquello era más de lo que podía procesar, así que corrí como nunca lo había hecho, hacia ningún lado, hacia el infinito, y sin saber cómo, llegué a una puerta que me sacó de la habitación, rodé por un barranco de arena y al final terminé cayendo cerca de donde unos extraños jugaban algo de unas apuestas de confianza y traición, aunque no tuve tiempo de unirme a ellos porque el Señor Van Pyro me cayó encima sin ningún aviso y me aplastó.
Bio
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 2016
Nivel de PJ : : 10
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Finalmente, el último juego se puso en marcha. Las seis personas llamadas a participar habían tomado ya su decisión y pronto el resultado final de aquel último premio parecería desvelado.
Cohen observaba a aquellos conocidos y extraños. Ante ese tipo de dilemas, el vampiro nunca sabía que decidir, pues solía sobrepensar todo varias veces, contra alegándose continuamente en un mar de decisión. Peter miraba interesado aquello:
―¿Qué elegirías tú?
―Siempre confianza.
―¡Eres tan previsible!
―Tiendo a pensar bien de los demás. A que todos colaborarán para un buen común. ¿Acaso tú no lo crees así?
―Soy de los que piensan que la traición, normalmente, está mejor pagada.
―¡Tú si que eres previsible!
Fue entonces cuándo el albacea comenzó a abrir cada uno de aquellos cofres, desvelando el talismán de su interior.
―¡Traición! ... ¡Traición! ... ¡Confianza!... ¡Confianza!... 4 cofres abiertos, 2 traición y 2 confianza. Quedan 2... ¡Traición!... ¡Confianza! Tenemos un empate a tres... Según las normas, en este caso, los tres que han votado confianza se reparten los 120 aeros, 40 para cada uno de ellos. Procederemos ahora a la entrega de los premios. Muchas gracias por participar. Los no premiados pueden ir marchándose. Y recuerden... todo esto ha sido un sueño... o no...
Cuando salieron al exterior, continuaba siendo de noche. De hecho, a pesar de la larga aventura, todo había sido mucho más rápido de lo que parecía, pues la madrugada apenas superaba la mitad.
―Al menos, te ha servido para distraerte...
―Sí, no ha estado mal...
El vampiro cogió de la mano a Peter y se alejaron de las catacumbas para poner fin a esa extraña aventura.
Turno 12. Final y Reparto de Premios
Bio: 320 Aeros.
Eberus: 50 Aeros.
Caoimhe: 40 Aeros.
Corlys: 40 Aeros.
Rauko: 40 Aeros.
Bio, en este turno, te dejo la misión especial de que el Señor Van Pyro entregue los premios menores a Caoimhe, Corlys y Rauko.
Agradeceros a todos la participación en el tema y vuestra implicación. Espero que la experiencia haya sido extraña, desconcertante y confusa, aunque positiva.
Este último turna dura hasta el próximo viernes 7 de junio, pero si necesitáis algo más de tiempo, notificarlo por Discord y se alarga un poco.
Cohen observaba a aquellos conocidos y extraños. Ante ese tipo de dilemas, el vampiro nunca sabía que decidir, pues solía sobrepensar todo varias veces, contra alegándose continuamente en un mar de decisión. Peter miraba interesado aquello:
―¿Qué elegirías tú?
―Siempre confianza.
―¡Eres tan previsible!
―Tiendo a pensar bien de los demás. A que todos colaborarán para un buen común. ¿Acaso tú no lo crees así?
―Soy de los que piensan que la traición, normalmente, está mejor pagada.
―¡Tú si que eres previsible!
Fue entonces cuándo el albacea comenzó a abrir cada uno de aquellos cofres, desvelando el talismán de su interior.
―¡Traición! ... ¡Traición! ... ¡Confianza!... ¡Confianza!... 4 cofres abiertos, 2 traición y 2 confianza. Quedan 2... ¡Traición!... ¡Confianza! Tenemos un empate a tres... Según las normas, en este caso, los tres que han votado confianza se reparten los 120 aeros, 40 para cada uno de ellos. Procederemos ahora a la entrega de los premios. Muchas gracias por participar. Los no premiados pueden ir marchándose. Y recuerden... todo esto ha sido un sueño... o no...
Cuando salieron al exterior, continuaba siendo de noche. De hecho, a pesar de la larga aventura, todo había sido mucho más rápido de lo que parecía, pues la madrugada apenas superaba la mitad.
―Al menos, te ha servido para distraerte...
―Sí, no ha estado mal...
El vampiro cogió de la mano a Peter y se alejaron de las catacumbas para poner fin a esa extraña aventura.
___________________________________________
Turno 12. Final y Reparto de Premios
Bio: 320 Aeros.
Eberus: 50 Aeros.
Caoimhe: 40 Aeros.
Corlys: 40 Aeros.
Rauko: 40 Aeros.
Bio, en este turno, te dejo la misión especial de que el Señor Van Pyro entregue los premios menores a Caoimhe, Corlys y Rauko.
Agradeceros a todos la participación en el tema y vuestra implicación. Espero que la experiencia haya sido extraña, desconcertante y confusa, aunque positiva.
Este último turna dura hasta el próximo viernes 7 de junio, pero si necesitáis algo más de tiempo, notificarlo por Discord y se alarga un poco.
Cohen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 757
Nivel de PJ : : 5
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Fue una risa seca la de Valeria, sin asomo de humor. Se sentía engañada, robada, pues ella misma había pagado el talismán que le había inducido aquel estado de ensoñación. Aunque ninguna de ambas sensaciones, en sí misma, justificaba su malestar. Después de todo, había practicado lo suficiente la profesión para reconocerle el mérito a un buen timo.
Lo que realmente le agriaba la bilis era darse cuenta del estado de absoluta vulnerabilidad en que se había encontrado por quién sabía cuánto tiempo. Podía perdonar lo demás, pero no aquello.
Por eso, cuando el albacea propuso aquel segundo premio de consolación no había podido evitar una carcajada amarga. ¿Qué le importaba a ella un premio de consolación? No había acudido allí por el dinero (no para ella, al menos) y dudaba mucho que la tal Victoria Eugenia Federica de Poufís y Ardlingtown se conformara con un segundo premio.
Así que empujó sin miramientos el talismán rojo dentro del cofre, a sabiendas de que no sería la única, y echó a andar en busca de la salida casi sin dar tiempo a los organizadores a comunicar los resultados. Así fue como se topó con Corlys que, enfrascado en la misma tarea, parecía más mosqueado que ella misma.
—¿Te puedes creer que hayamos pagado para esto? —le dijo, mientras se oía de fondo el recuento de talismanes—. No recuerdo haber firmado para algo así, ¿tú?
En aquel momento, el albacea pronunció el nombre de Corlys entre los premiados y Valeria no pudo reprimir otra carcajada, mucho más sincera en esta ocasión.
—Mira por dónde —le dijo al galardonado con una sonrisa—, al final, resulta que tener buen corazón sí que da recompensa. Deberías invitarme a algo, ya que he contribuido a aumentar el monto. Por cierto —añadió echando un vistazo al exterior—, ¿ya tienes dónde pasar el día?
----------
OFF: Le coqueteo discretamente a Corlys y me despido con la satisfacción de los 12 puntacos que me voy a llevar. ¡Besines a todes!
Lo que realmente le agriaba la bilis era darse cuenta del estado de absoluta vulnerabilidad en que se había encontrado por quién sabía cuánto tiempo. Podía perdonar lo demás, pero no aquello.
Por eso, cuando el albacea propuso aquel segundo premio de consolación no había podido evitar una carcajada amarga. ¿Qué le importaba a ella un premio de consolación? No había acudido allí por el dinero (no para ella, al menos) y dudaba mucho que la tal Victoria Eugenia Federica de Poufís y Ardlingtown se conformara con un segundo premio.
Así que empujó sin miramientos el talismán rojo dentro del cofre, a sabiendas de que no sería la única, y echó a andar en busca de la salida casi sin dar tiempo a los organizadores a comunicar los resultados. Así fue como se topó con Corlys que, enfrascado en la misma tarea, parecía más mosqueado que ella misma.
—¿Te puedes creer que hayamos pagado para esto? —le dijo, mientras se oía de fondo el recuento de talismanes—. No recuerdo haber firmado para algo así, ¿tú?
En aquel momento, el albacea pronunció el nombre de Corlys entre los premiados y Valeria no pudo reprimir otra carcajada, mucho más sincera en esta ocasión.
—Mira por dónde —le dijo al galardonado con una sonrisa—, al final, resulta que tener buen corazón sí que da recompensa. Deberías invitarme a algo, ya que he contribuido a aumentar el monto. Por cierto —añadió echando un vistazo al exterior—, ¿ya tienes dónde pasar el día?
----------
OFF: Le coqueteo discretamente a Corlys y me despido con la satisfacción de los 12 puntacos que me voy a llevar. ¡Besines a todes!
Reike
Admin
Admin
Cantidad de envíos : : 1879
Nivel de PJ : : 5
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Por supuesto, el maldito sueño pesadillesco no podía terminar muriendo como una mala idea falta de ejecución. Claro que no. Éter y granate parecieron confabularse para que, en el preciso instante que el elfo pasaba al lado de una extraña pareja, a sus oídos llegasen las suaves palabras de la mujer.
Una bruja. Una bruja buscando darle algo más que sangre a un engendro del oeste. Apretó el paso, harto como siempre de la maldita Lunargenta. No había sorpresa en la confraternización entre demonios, demasiado pocos eran los problemas entre sus murallas cuando tales seres campaban a su anchas. Sacudió la cabeza. Pese a su victoria, pese a Edén, pese a la ocupación de Sacrestic... no se sorprendería si los Humanos llegaran a perder una vez más su joya de la corona.
Apoyando la espalda en la pared de una calle algo más alejada, donde la piedra que colgaba de su cuello ya no emitía luz alguna, se cruzó de brazos, buscando limpiar su mente de la ira que había nacido en él poco a poco "dentro" de la condenada tumba, germinada al comprenderse parte de un juego irreal. Debía tener mucho más cuidado. Y recordar que no se encontraba en Sandorai, y mucho menos, en Folnaien.
Resultaba sencillo empatizar con la raza de los dragones. Tal vez el frío nórdico, o su forma animal ligada de algún modo a la naturaleza, sus actos en los posos de la historia... Tampoco le confería dificultad mostrarse agradable con la raza bestial, o incluso los licántropos, a pesar de los acontecimientos en Nytt Hus. Eran los hijos de la desgracia, de un cataclismo inesperado y al cual el tiempo apenas había siquiera comenzado a borrar e integrar en las leyendas. No portaban el mal consigo, buscando construir algo nuevo en un mundo más viejo que ellos.
Los Humanos...
Observando alrededor, transeúntes, prisas, sonrisas, despedidas y reencuentros, contemplaba una especie peligrosa. Un parecido físico que entrañaba el enorme riesgo de vidas vividas rápidamente, evaporadas llegando a extremos que quizá ningún otro linaje alcanzaba, para bien y para mal. Aprendían poco, erraban a menudo, y ambicionaban en exceso. Pero podían ser valientes, generosos y una barrera contra enemigos auténticamente infernales. Nunca se sabía de qué lado caía una moneda con los Humanos.
Y por ello, no pocos trababan amistad nada menos que con el secular enemigo de su pueblo, los demonios isleños, y con los malditos de la sangre. Algún día, esperaba, la mayoría abriría los ojos. Confiaba que resultase antes que llegasen problemas mucho mayores que la simple toma de una ciudad.
No dudaba que ambas razas serían las culpables.
Nousis Indirel suspiró, irguiéndose, paseando sus ojos grises por ambos lados de la calle. Era buen momento para acometer ese viaje el norte por el esquivo rumor.
La estepa nunca le había tratado demasiado bien. Al menos, se dijo, le gustaba el frío.
Una bruja. Una bruja buscando darle algo más que sangre a un engendro del oeste. Apretó el paso, harto como siempre de la maldita Lunargenta. No había sorpresa en la confraternización entre demonios, demasiado pocos eran los problemas entre sus murallas cuando tales seres campaban a su anchas. Sacudió la cabeza. Pese a su victoria, pese a Edén, pese a la ocupación de Sacrestic... no se sorprendería si los Humanos llegaran a perder una vez más su joya de la corona.
Apoyando la espalda en la pared de una calle algo más alejada, donde la piedra que colgaba de su cuello ya no emitía luz alguna, se cruzó de brazos, buscando limpiar su mente de la ira que había nacido en él poco a poco "dentro" de la condenada tumba, germinada al comprenderse parte de un juego irreal. Debía tener mucho más cuidado. Y recordar que no se encontraba en Sandorai, y mucho menos, en Folnaien.
Resultaba sencillo empatizar con la raza de los dragones. Tal vez el frío nórdico, o su forma animal ligada de algún modo a la naturaleza, sus actos en los posos de la historia... Tampoco le confería dificultad mostrarse agradable con la raza bestial, o incluso los licántropos, a pesar de los acontecimientos en Nytt Hus. Eran los hijos de la desgracia, de un cataclismo inesperado y al cual el tiempo apenas había siquiera comenzado a borrar e integrar en las leyendas. No portaban el mal consigo, buscando construir algo nuevo en un mundo más viejo que ellos.
Los Humanos...
Observando alrededor, transeúntes, prisas, sonrisas, despedidas y reencuentros, contemplaba una especie peligrosa. Un parecido físico que entrañaba el enorme riesgo de vidas vividas rápidamente, evaporadas llegando a extremos que quizá ningún otro linaje alcanzaba, para bien y para mal. Aprendían poco, erraban a menudo, y ambicionaban en exceso. Pero podían ser valientes, generosos y una barrera contra enemigos auténticamente infernales. Nunca se sabía de qué lado caía una moneda con los Humanos.
Y por ello, no pocos trababan amistad nada menos que con el secular enemigo de su pueblo, los demonios isleños, y con los malditos de la sangre. Algún día, esperaba, la mayoría abriría los ojos. Confiaba que resultase antes que llegasen problemas mucho mayores que la simple toma de una ciudad.
No dudaba que ambas razas serían las culpables.
Nousis Indirel suspiró, irguiéndose, paseando sus ojos grises por ambos lados de la calle. Era buen momento para acometer ese viaje el norte por el esquivo rumor.
La estepa nunca le había tratado demasiado bien. Al menos, se dijo, le gustaba el frío.
Nousis Indirel
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 417
Nivel de PJ : : 4
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Seguía rumiando la traición en la que me había visto envuelto y pensando en lo que iba a reírse Teufel cuando la contara lo que había sucedido cuando escuché a mi espalda una voz conocida y al girarme a mirar me encontré con Reike, quien parecía tener una opinión similar a la mía, pero menos ofuscada y más elegantemente irónica.
- Desde luego no es lo que esperaba. Y puedo asumir que me estafen, pero volvernos locos en sueños ya es más... molesto. Aunque en fin, siempre podría ser peor, siempre podríamos haber sido Eberus.- Suspiré resignado, porque por humillante que hubiera sido todo eso, al menos no había tenido una noche loca con un engendro perturbado.
Lo que no esperaba era que esa gente dijera mi nombre como uno de los ganadores del premio de consolación. Que por una parte me alegraba, después de todo, siempre era mejor tener unos aeros que no, aunque por otra me mosqueaba, porque iba a implicar tener algo que ver con esa gente y no me fiaba nada de ello. Aunque con las palabras de Reike decidí inclinarme por la primera opción.
- Tampoco esperaba que funcionase, pero ya ves, no me voy a quejar.- Sonreí ante su proposición y valoré que invitarla podía ser una buena opción para evitar seguir manteniendo estas monedas en mi posesión.- Creo que me ha convencido tu argumento, o igual es que no me fío de que si sigo llevando estas monedas no empiecen a meterse en mi cabeza y prefiero que pasen a otras manos. Pero igualmente, te has ganado una invitación.- Observé el extraño cielo nocturno intentando dilucidar el tiempo que había pasado allí abajo y preferí pensar en que al ser un sueño todo había sucedido más rápido de lo que parecía.- Y la verdad es que no tengo ni idea de donde pasar el día, así que cualquier propuesta que tengas se puede valorar.
- Desde luego no es lo que esperaba. Y puedo asumir que me estafen, pero volvernos locos en sueños ya es más... molesto. Aunque en fin, siempre podría ser peor, siempre podríamos haber sido Eberus.- Suspiré resignado, porque por humillante que hubiera sido todo eso, al menos no había tenido una noche loca con un engendro perturbado.
Lo que no esperaba era que esa gente dijera mi nombre como uno de los ganadores del premio de consolación. Que por una parte me alegraba, después de todo, siempre era mejor tener unos aeros que no, aunque por otra me mosqueaba, porque iba a implicar tener algo que ver con esa gente y no me fiaba nada de ello. Aunque con las palabras de Reike decidí inclinarme por la primera opción.
- Tampoco esperaba que funcionase, pero ya ves, no me voy a quejar.- Sonreí ante su proposición y valoré que invitarla podía ser una buena opción para evitar seguir manteniendo estas monedas en mi posesión.- Creo que me ha convencido tu argumento, o igual es que no me fío de que si sigo llevando estas monedas no empiecen a meterse en mi cabeza y prefiero que pasen a otras manos. Pero igualmente, te has ganado una invitación.- Observé el extraño cielo nocturno intentando dilucidar el tiempo que había pasado allí abajo y preferí pensar en que al ser un sueño todo había sucedido más rápido de lo que parecía.- Y la verdad es que no tengo ni idea de donde pasar el día, así que cualquier propuesta que tengas se puede valorar.
Corlys Glokta
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 303
Nivel de PJ : : 3
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Debo darle mi habitación al perro- Dije para luego fruncil el ceño un poco extrañado -Yo no dije eso- Murmuré para mí mismo -Sí lo dije, y debo hacerlo- Dije sin abrir la boca -¿Pero esto qué es?- Pregunté extrañado para luego dirigir la vista al perro que me miraba con picardía y me guiñaba un ojo -Ahora vámonos- Dijo el perro con autoridad -Ya voy, jefe- Dije sin mover la boca -Ahora sabes lo que se siente- Dijo el perro mientras caminaba elegantemente hacia la puerta de salida.
Y al cruzar la puerta encontramos al fin el tesoro, pero, en realidad, no era el tesoro que esperaba, y me di cuenta que el perro tenía razón, no existía un tesoro, solo estaban los amigos que hicimos en el camino, todo estaban ahí reunido, esperándonos, mientras caminábamos dramáticamente hacia ellos que hablaban alegremente de confianzas y traiciones.
El perro no tardó en adelantarse corriendo en dos patas, dio un manotazo en la mesa a pesar de no tener manos, y habló con autoridad -Se preguntarán, por qué los he reunido aquí esta noche- Levantó su mano derecha y chasqueó los dedos para hacer que me acercara corriendo como un mero súbdito, y desde luego, corrí de prisa y tomé de mi cintura una bolsa de aeros que no sabía que llevaba encima -¿Cómo llegó esto aquí?- Me dije a mí mismo -No preguntes, solo gózalo- Dijo el perro.
Me faltaba un par de metros para llegar a la mesa donde me esperaba el perro, pero el peludo movió su mano y antes de poder darme cuenta ya tenía la bolsa con él -Han hecho un buen trabajo, todo salió justo como lo había planeado- Dijo el perro mientras metía la mano en la bolsa de aeros y le daba vueltas haciendo sonar el metal de las monedas -Tú fuiste mi favorito, fuiste indispensable a lo largo de todo el viaje y esta aventura no habría sido lo mismo sin ti, me encantó la manera como luchaste contra la serpiente gigante de nueve cabezas, te mereces cada moneda- Dijo el perro mientras le daba una bolsa de aeros a Eberus.
Ustedes, por otro lado, hicieron lo mejor que pudieron, la manera como se disfrazaron de serpiente de nueve cabezas para hacerle frente a Eberus fue formidable, se merecen cada moneda- Dijo el perro acomodando sus anteojos redondos recién aparecidos, mientras le quitaba la bolsa de aeros a Eberus para entregarla a Caoimhe, Corlys y Rauko.
Muy bien, mi trabajo aquí está hecho- Dijo el perro que retrocedió un par de pasos, se cubrió con su capa y finalmente se desvaneció en medio de una espesa y misteriosa nube de pelo y escamas de piraña -Bueno, esto ya terminó, ahora despierten- Dijo el animal de manera contundente y misteriosa a pesar de que ya se había ido.
[1] Uso varias veces mi habilidad Nivel 1: El que acecha en el umbral para que parezca que mi perro el [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] puede hablar, pero solo es un truco de ventriloquía. Y al cruzar la puerta encontramos al fin el tesoro, pero, en realidad, no era el tesoro que esperaba, y me di cuenta que el perro tenía razón, no existía un tesoro, solo estaban los amigos que hicimos en el camino, todo estaban ahí reunido, esperándonos, mientras caminábamos dramáticamente hacia ellos que hablaban alegremente de confianzas y traiciones.
El perro no tardó en adelantarse corriendo en dos patas, dio un manotazo en la mesa a pesar de no tener manos, y habló con autoridad -Se preguntarán, por qué los he reunido aquí esta noche- Levantó su mano derecha y chasqueó los dedos para hacer que me acercara corriendo como un mero súbdito, y desde luego, corrí de prisa y tomé de mi cintura una bolsa de aeros que no sabía que llevaba encima -¿Cómo llegó esto aquí?- Me dije a mí mismo -No preguntes, solo gózalo- Dijo el perro.
Me faltaba un par de metros para llegar a la mesa donde me esperaba el perro, pero el peludo movió su mano y antes de poder darme cuenta ya tenía la bolsa con él -Han hecho un buen trabajo, todo salió justo como lo había planeado- Dijo el perro mientras metía la mano en la bolsa de aeros y le daba vueltas haciendo sonar el metal de las monedas -Tú fuiste mi favorito, fuiste indispensable a lo largo de todo el viaje y esta aventura no habría sido lo mismo sin ti, me encantó la manera como luchaste contra la serpiente gigante de nueve cabezas, te mereces cada moneda- Dijo el perro mientras le daba una bolsa de aeros a Eberus.
Ustedes, por otro lado, hicieron lo mejor que pudieron, la manera como se disfrazaron de serpiente de nueve cabezas para hacerle frente a Eberus fue formidable, se merecen cada moneda- Dijo el perro acomodando sus anteojos redondos recién aparecidos, mientras le quitaba la bolsa de aeros a Eberus para entregarla a Caoimhe, Corlys y Rauko.
Muy bien, mi trabajo aquí está hecho- Dijo el perro que retrocedió un par de pasos, se cubrió con su capa y finalmente se desvaneció en medio de una espesa y misteriosa nube de pelo y escamas de piraña -Bueno, esto ya terminó, ahora despierten- Dijo el animal de manera contundente y misteriosa a pesar de que ya se había ido.
Bio
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 2016
Nivel de PJ : : 10
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Yo te lo digo Dante, ese perro, ese maldito perro. Primero que todo, no es un perro. Aún no entiendo el empeño de ese hombre en llamarlo perro, ¿pero no se da cuenta de que es un Garghaos? Además, te puedo asegurar que el perro no habla. Ya quisiera yo poder hablar sin complicarme con un código de picoteos. Quizás telepatía o magia de voz, ¿como lo logra esa bestia?
Deberías interrogar a su dueño, o su esclavo, al final no entendí quién era el líder en esa pareja. Sin duda, todo resulta confuso, ¿pero no te agradaría que yo pudiera hablar con tanta facilidad? Sería imparable, podríamos trabajar solo nosotros dos, no habría falta ser compañeros del paliducho ese. Imagínalo amigo.
Aunque... ¿como podría pronunciar los fonemas que necesitan de muchos dientes o el paladar? Ciertamente, los loros pueden repetir palabras, pero asumo que … ¿Me estás prestando atención? - comunicó el cuervo irritado, dando fin a su solo de persecución en el hombro del humano. El repiqueteo constante parecería simple ruido para el ignorante, pero para Dante era un sistema complejo de comunicación.
Si si… - dijo desganado dejando de silbar. - Si lo volvemos a ver hablaremos con el perro si eso quieres. Seguramente me caerá mejor que su mascota.
Descansaré durante el día aquí, puedes dirigirte a la base. Ya no hay mucho más por hacer en la capital.
Tú no me das órdenes. - replicó oposicionista el humano. Una actitud que ya no resultaba irritante por lo frecuente de sus malcriadeces e insultos vacíos. - me piro, vampiro.- dijo con su tono infantil que relucía siempre que pretendía sacarme de quicio mientras se alejaba con su cuervo revoloteando por los aires.
Deberías interrogar a su dueño, o su esclavo, al final no entendí quién era el líder en esa pareja. Sin duda, todo resulta confuso, ¿pero no te agradaría que yo pudiera hablar con tanta facilidad? Sería imparable, podríamos trabajar solo nosotros dos, no habría falta ser compañeros del paliducho ese. Imagínalo amigo.
Aunque... ¿como podría pronunciar los fonemas que necesitan de muchos dientes o el paladar? Ciertamente, los loros pueden repetir palabras, pero asumo que … ¿Me estás prestando atención? - comunicó el cuervo irritado, dando fin a su solo de persecución en el hombro del humano. El repiqueteo constante parecería simple ruido para el ignorante, pero para Dante era un sistema complejo de comunicación.
Si si… - dijo desganado dejando de silbar. - Si lo volvemos a ver hablaremos con el perro si eso quieres. Seguramente me caerá mejor que su mascota.
Descansaré durante el día aquí, puedes dirigirte a la base. Ya no hay mucho más por hacer en la capital.
Tú no me das órdenes. - replicó oposicionista el humano. Una actitud que ya no resultaba irritante por lo frecuente de sus malcriadeces e insultos vacíos. - me piro, vampiro.- dijo con su tono infantil que relucía siempre que pretendía sacarme de quicio mientras se alejaba con su cuervo revoloteando por los aires.
Zagreus
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 412
Nivel de PJ : : 3
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Y ganamos el premio de consolación que no era un gomejo vibrador꞉ unos cuantos aeros para comprarme un pancito. Pero, por desgracia, yo ya me había ido. Entonces ¿quién iba a tomar mis aeros? ¿Bachataman? ¿El Bebé Barbudo? ¿El caballo feo volador?
—¡Oh, gentil audiencia, presten atención a este hermoso hombre esculpido! —exclamó Raujo, la estatuilla con mi aspecto, pero disfrazado de gomejo rosa y con una mísera altura de cincuenta centímetros. Su voz, aunque aguda a un nivel en el que todo oído protesta, era clara y dramática como los teatrales movimientos que acompañaban a sus palabras, que eran pronunciadas desde una de las mesas que le servían de púlpito—. Porque, aunque pequeño en estatura, grande es el peso de mi estado. Una estatuilla soy, de medio metro, mas no de piedra fría, sino de magia y vitalidad.
Adoptó varias poses, una a la vez porque no era como Bachataman, el señor Van Pyro ni el gnomo de Reike, que desafían las leyes de la física, pero cada pose era exagerada y presuntuosa.
—En la penumbra de un largo sueño tejido por otro —prosiguió—, mis ojos han visto lo inenarrable, horrores que desafían la razón; por siempre bizarros, por la eternidad indescriptibles. Criaturas de pesadilla retorcidas, de mentes macabras, progenitores de traumas, eternas fracturas para el alma. Y los susurros de un espectro, en el gélido viento y dentro de mis huesos, mi nombre entonaban mientras que al dominio de mi cuerpo se pretendía profanar.
» Pero no osaré pintar con palabras el cuadro de mi tormento, pues temo que el mero eco de tal visión reviva vuestro lamento. Basta saber que, como vosotros, también he sobrevivido, por fortuna o por maldición, a una onírica odisea que desafiaría a la misma imaginación, y de la que apenas fui un mero espectador, uno condenado a contemplar el absurdo de quienes me portaban y a escuchar más cerca que nadie el horroroso discurso de la hija del bosque, del terror de los gomejos.
» Y ahora, en el preludio del alba, regreso a mi forma inerte, mi prisión, donde guardaré los secretos de esta noche en mi corazón. Que este silencio sea mi carga, mi eterna condenación, pues, aunque quisiera gritar, debo proteger vuestra razón.
» Así, en silente vigilia, permaneceré hasta el próximo capítulo, donde, quizás, una vez más, la aventura me llame con un réquiem dedicado a la salud de mi mente. Pero hasta entonces, aquí me tienen, estatuilla sin quietud, guardián de recuerdos que jamás verán la luz de la plenitud, y ahora preparado para de quejas llenar los oídos de la multitud.
Tomó la bolsa de aeros que era mi recompensa y la sacudió con desdén.
—¿Una bolsa que en su interior las monedas apenas cantan? —preguntó con acentuada indignación—. ¡Por esta noche de terror vivida, ¿esta es la recompensa que se me planta?! ¿Acaso no saben que mi valor no se mide en aeros tan mezquinos? ¡Oh, qué injuria, qué insulto a mi ser! He visto el abismo, he danzado con la muerte, ¿y esto es lo que he de tener? ¡No! No aceptaré tal vileza, tal desprecio a mi coraje; prefiero la nada a esta burla, a este miserable homenaje.
» ¿Premio de consolación? ¡Patrañas! Una burla es lo que siento, por cada horror que callé, por cada silencio que mantengo. Pero por tal agravio, igual me lo llevaré, pues si me dan motivos de lamento, no merecen la vuelta de ningún aero. Que el peso no recuperado de sus bolsillos sea un sempiterno recuerdo, una lección de humildad para quienes no saben reconocer la dignidad.
Dicho eso, sujetó con más fuerza la bolsita y se machó con largas zancadas, o tan largas como se lo permitía su limitada estatura, y en las sombras de los caminos de las catacumbas, en sus labios se pintó una taimada sonrisa, reflejo de sus pensamientos que giraban en torno a cómo disfrutar los aeros que tomó y que con nadie pretendía compartir.
—¡Oh, gentil audiencia, presten atención a este hermoso hombre esculpido! —exclamó Raujo, la estatuilla con mi aspecto, pero disfrazado de gomejo rosa y con una mísera altura de cincuenta centímetros. Su voz, aunque aguda a un nivel en el que todo oído protesta, era clara y dramática como los teatrales movimientos que acompañaban a sus palabras, que eran pronunciadas desde una de las mesas que le servían de púlpito—. Porque, aunque pequeño en estatura, grande es el peso de mi estado. Una estatuilla soy, de medio metro, mas no de piedra fría, sino de magia y vitalidad.
Adoptó varias poses, una a la vez porque no era como Bachataman, el señor Van Pyro ni el gnomo de Reike, que desafían las leyes de la física, pero cada pose era exagerada y presuntuosa.
—En la penumbra de un largo sueño tejido por otro —prosiguió—, mis ojos han visto lo inenarrable, horrores que desafían la razón; por siempre bizarros, por la eternidad indescriptibles. Criaturas de pesadilla retorcidas, de mentes macabras, progenitores de traumas, eternas fracturas para el alma. Y los susurros de un espectro, en el gélido viento y dentro de mis huesos, mi nombre entonaban mientras que al dominio de mi cuerpo se pretendía profanar.
» Pero no osaré pintar con palabras el cuadro de mi tormento, pues temo que el mero eco de tal visión reviva vuestro lamento. Basta saber que, como vosotros, también he sobrevivido, por fortuna o por maldición, a una onírica odisea que desafiaría a la misma imaginación, y de la que apenas fui un mero espectador, uno condenado a contemplar el absurdo de quienes me portaban y a escuchar más cerca que nadie el horroroso discurso de la hija del bosque, del terror de los gomejos.
» Y ahora, en el preludio del alba, regreso a mi forma inerte, mi prisión, donde guardaré los secretos de esta noche en mi corazón. Que este silencio sea mi carga, mi eterna condenación, pues, aunque quisiera gritar, debo proteger vuestra razón.
» Así, en silente vigilia, permaneceré hasta el próximo capítulo, donde, quizás, una vez más, la aventura me llame con un réquiem dedicado a la salud de mi mente. Pero hasta entonces, aquí me tienen, estatuilla sin quietud, guardián de recuerdos que jamás verán la luz de la plenitud, y ahora preparado para de quejas llenar los oídos de la multitud.
Tomó la bolsa de aeros que era mi recompensa y la sacudió con desdén.
—¿Una bolsa que en su interior las monedas apenas cantan? —preguntó con acentuada indignación—. ¡Por esta noche de terror vivida, ¿esta es la recompensa que se me planta?! ¿Acaso no saben que mi valor no se mide en aeros tan mezquinos? ¡Oh, qué injuria, qué insulto a mi ser! He visto el abismo, he danzado con la muerte, ¿y esto es lo que he de tener? ¡No! No aceptaré tal vileza, tal desprecio a mi coraje; prefiero la nada a esta burla, a este miserable homenaje.
» ¿Premio de consolación? ¡Patrañas! Una burla es lo que siento, por cada horror que callé, por cada silencio que mantengo. Pero por tal agravio, igual me lo llevaré, pues si me dan motivos de lamento, no merecen la vuelta de ningún aero. Que el peso no recuperado de sus bolsillos sea un sempiterno recuerdo, una lección de humildad para quienes no saben reconocer la dignidad.
Dicho eso, sujetó con más fuerza la bolsita y se machó con largas zancadas, o tan largas como se lo permitía su limitada estatura, y en las sombras de los caminos de las catacumbas, en sus labios se pintó una taimada sonrisa, reflejo de sus pensamientos que giraban en torno a cómo disfrutar los aeros que tomó y que con nadie pretendía compartir.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Limitado꞉ Raujo, estatuilla de Rauko (1/2), que es, pues, eso, una estatuilla de 50 centímetros con el aspecto de un Rauko disfrazado de gomejo. Cobra vida por un turno y su voz es una versión aguda de su dueño.
Rauko
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1000
Nivel de PJ : : 10
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
Hugo tomó las monedas que le ofreció Bio con agradecimiento. A Caoimhe aquello le había parecido una humillación y tan solo pensaba en salir de allí.
-Viste... ¿Al final no fue tan malo verdad? Hemos venido... nos hemos divertido. Hemos charlado. Nos hemos emborrachado... y ahora.. para nuestra pu...- Hugo alcanzó al fin a Caoimhe y le puso la zarpa sobre su hombro rodeándola en un intento de ponerla de mejor humor.
-Tampoco es como si hubiese sido la experiencia de mi vida- dijo esta en una voz bastante baja mientras sacaba de su pequeño bolso un cuaderno. Comenzó a pasar las páginas del mismo con el gesto enfocado en algo en particular que no conseguía encoentrar.
-Pero eso es porque eres muy difícil de contentar, mi reina hermosa.- dijo Hugo, a sabiendas de que llamarla así aún la molestaba más- Mira a tu alrededor...- El tigre señaló a todos los participantes que como ella habían perdido aquel juego- Todos están sumamente emocionados de haber compartido estos momentos y sueños juntos. ¿No notas que has crecido? Yo creo que he madurado casi 3 años durante esta aventura- dijo el hombre tigre robando una magdalena de un tenderete a la salida de aquel lugar-
-Unos 3 centímetros de volumen de abdomen diría yo- dijo Caoimhe por fin encontrando lo que buscaba en su cuaderno.-
-Eso ha sido bastante hiriente...- añadió Hugo dejando a un lado la magdalena de pronto- Además que buscas con tanto ímpetu... no ves que hace una noche perfecta para que poses tus ojos en lo que te rodea y dejes los libros tan solo un moment...
-Estoy apuntando los aeros que me has hecho perder- interrumpió Caoimhe- Por lo que puedo ver aquí tu cuenta de deudas ha ido creciendo de manera exponencial en los últimos meses... Si no me la repagas pronto tendré que enviarte a Axel para convencerte de hacerlo-
-Mmmm... Nada me gustaría más que Axel me hiciese pagarle todas y cada una de las deudas que te debo. Podría comenzar diciéndome que he sido un tigre muy... muy malo- Añadió Hugo con malicia mientras burlaba a Caoimhe jugueteando con su pelo.
-¡¡Ughh Yack!!...- dijo la vampiresa con gesto de asco pero en actitud divertida- No estoy segura de que quiera saber las técnicas de convencimiento que Axel usa contigo- dijo.
-Pues de hecho... te vendría bien aprender. Estoy seguro de que en algún momento vas a... - dijo Hugo notando como Caoimhe aceleraba sus pasos para desquitarse- Y no te vendría mal saber como compla....
Caoimhe
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 262
Nivel de PJ : : 2
Re: El Legado de Ardlingtown [Libre]
tema finalizado
Se han restado 490 aeros al perfil de Cohen y se han repartido de acuerdo a las instrucciones indicadas [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] por él mismo.
Reike
Admin
Admin
Cantidad de envíos : : 1879
Nivel de PJ : : 5
Página 9 de 9. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
Temas similares
» Nuestro legado son nuestras enseñanzas {Carnaval romántico}
» Una vez más... (Libre)
» Ese día [libre] [4/4]
» Fullorðinn fræ (LIBRE)
» identidad.exe [Libre]
» Una vez más... (Libre)
» Ese día [libre] [4/4]
» Fullorðinn fræ (LIBRE)
» identidad.exe [Libre]
Página 9 de 9.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 21:35 por Cohen
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Hoy a las 21:14 por Ingela
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Hoy a las 20:55 por Aylizz Wendell
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Hoy a las 20:16 por Seraphine Valaryon
» Días de tormenta + 18 [Privado]
Hoy a las 16:30 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Ayer a las 19:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Ayer a las 16:18 por Mina Harker
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar Nov 19 2024, 22:49 por Eltrant Tale
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18 2024, 12:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Lun Nov 18 2024, 04:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom Nov 10 2024, 13:36 por Tyr
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie Nov 08 2024, 18:40 por Lukas